El entrenamiento oclusivo (EO), KAATSU, Blood Flow Restriction (BFR), vascular oclusión training son los diferentes nombres que podemos encontrar para esta técnica de entrenamiento que ha despertado el interés de los investigadores.
Se trata de realizar una restricción del flujo sanguíneo en una zona (con unos parámetros determinados que veremos más adelante) y realizar ejercicio físico, pero también se ha comprobado que previene la atrofia muscular en pacientes inmovilizados por algún tipo de enfermedad/lesión (1).
La debilidad muscular es la que tiene más presencia entre las condiciones clínicas musculo-esqueléticas alrededor del mundo. Los efectos degenerativos de la atrofia muscular pueden ser debidos a lesiones musculo-esqueléticas agudas o crónicas, como son las fracturas y las lesiones ligamentosas.
Esta atrofia muscular provoca pérdida de fuerza muscular, siendo un factor de riesgo muy elevado para la osteoartritis (OA), una de las enfermedades responsables de la reducción de funciones y la calidad de vida de las personas que la sufren (2).
La debilidad muscular está incrementándose en personas sanas no lesionadas como los adultos, debido a la sarcopenia.
Esto se traduce en una pérdida de funciones físicas ya que existe una pérdida de masa muscular y fuerza, funciones vasculares y densidad mineral. Parece ser que la sarcopenia está ligada al envejecimiento de los músculos, lo que provoca una menor sensibilidad al estímulo anabólico que produce el entrenamiento de fuerza (3).
El trabajo de fuerza que genera ganancias de fuerza y demanda hipertrofia muscular es el realizado con cargas cercanas al 70% de una repetición máxima individual (1RM).
Sin embargo, trabajos recientes, demuestran que el entrenamiento con cargas bajas al fallo puede también estimular hipertrofia muscular.
Sin embargo el entrenamiento de fuerza con cargas altas parece ser que maximizan las adaptaciones de fuerza y la sección transversal del musculo son mayores con trabajos con cargas altas a diferencia de las cargas bajas (4).
El trabajo EO se basa en usar cargas bajas 20-30% 1RM junto con la restricción de flujo sanguíneo continuo y parece ser una alternativa al trabajo de alta intensidad (entendemos por alta intensidad, altas cargas de 1RM >70%).
Los 3 mecanismos principales a través de los cuales actúa la restricción del flujo sanguíneo son: aumento del hinchazón celular, aumento del estrés metabólico y incremento del reclutamiento muscular (5).
Loenneke et al. (6) sugieren que el hinchazón celular puede suceder a causa de la acumulación de sangre, metabolitos y hiperemia (aumento de irrigación). Estos procesos estimularían varias señales anabólicas.
Además, la acumulación de metabolitos puede incrementar el reclutamiento de fibras musculares rápidas debido a la inhibición de la motoneurona alfa, que es la que abastece las fibras de contracción lenta.
El objetivo de la restricción del flujo sanguíneo en el entrenamiento de fuerza es producir una oclusión total venosa pero no del flujo arterial (6).
Para ello se coloca un manguito en la zona cercana al músculo que va ser entrenado. Se deben tener en cuenta el tipo de manguito, la ubicación, la presión de oclusión, el tiempo de oclusión, el tipo de ejercicio, la intensidad del ejercicio y la cadencia del ejercicio.
¿Qué dicen los estudios científicos sobre la restricción del flujo sanguíneo?
En la literatura científica encontramos varios usos de la restricción del flujo sanguíneo en el entrenamiento de fuerza, los dos principales son:
- RBFR en rehabilitación clínica
- BFR en rendimiento.
En rehabilitación se ha encontrado que sujetos que son sometidos a torniquetes y entrenamiento con resistencias bajas, realizando extensiones de rodilla con tensión isométrica hay mejoras de un 26% de máxima contracción voluntaria (MCV) en 4 semanas respecto de la pierna que no se realiza torniquete (7).
En una revisión sistemática realizada por Hughes et al. (2) se compara la eficacia de la aplicación de cargas bajas con restricción del flujo sanguíneo, entrenamiento con cargas bajas y entrenamiento con cargas altas.
Cuando se compara las cargas bajas con y sin restricción del flujo sanguíneo, el tamaño del efecto es a favor de la restricción del flujo sanguíneo, pero cuando se compara la restricción del flujo sanguíneo con cargas bajas y entrenamiento con cargas altas, el tamaño del efecto es a favor de las cargas altas.
En rendimiento existen pocos estudios hasta el momento, los que existen como por ejemplo el de Behringer et al. (8), en el que un entrenamiento de 2 veces por semana durante 6 semanas al 60-70% de su máximo encontraron mejoras en el RFD, en la debilidad del recto femoral y en el esprín de 100m.
En otro estudio realizado en ciclismo se vieron mejoras en la potencia (3,4%), la condición física aeróbica mejoró (mayor pico de VO2 y máxima potencia aeróbica) (9).
Teniendo en cuenta que se debería analizar detenidamente la población de cada estudio para tener en cuenta si esos efectos son trasladables a nuestra población objetivo y que la investigación que se está realizando sobre la relación de restricción del flujo sanguíneo–rendimiento es bastante reciente.
Podemos concluir que la BFR es útil en rehabilitación cuando los sujetos no pueden mover pesos muy elevados y necesitan ganar masa muscular para progresar en fuerza o en aquellos paciente que por su salud ósea no puede realizar movimientos con cargas pesadas, pero necesitan ganar masa muscular para poder tener esa mejora ósea que prevenga la OA y frenar la sarcopenia.
En el alto rendimiento todavía es pronto para determinar el uso de esta metodología de trabajo, pero está claro que en el futuro debe ser una herramienta que todo profesional del entrenamiento y la salud debe conocer sus beneficios y contraindicaciones, teniendo claro que no existen todavía muchos estudios en diversas disciplinas sino solo en algunas muy concretas.
Bibliografía
- Kubota A, Sakuraba K, Sawaki K, Sumide T, Tamura Y. Prevention of disuse muscular weakness by restriction of blood flow. Med Sci Sports Exerc. 2008;40(3):529–34.
- Hughes L, Paton B, Rosenblatt B, Gissane C, Patterson SD. Blood flow restriction training in clinical musculoskeletal rehabilitation: A systematic review and meta-analysis. Br J Sports Med. 2017;51(13):1003–11.
- Breen L, Phillips S. Skeletal muscle protein metabolism in the elderly: intervention to counteract the ‘anabolic resistance’ of ageing. Nutr Metab. 2011;8:68–79.
- Schoenfeld BJ, Wilson JM, Lowery RP, Krieger JW. Muscular adaptations in low- versus high-load resistance training: A meta-analysis. Eur J Sport Sci [Internet]. 2016;16(1):1–10. Available from: http://dx.doi.org/10.1080/17461391.2014.989922
- Wilson, J.M., Lowery R.P., Joy, J.M., Loenneke, J.P., Aimo M. Practical BFR Training Increases Acute Determinants of Hypertrophy Without Increasing Indicies of Muscle Damage. Strength Cond Res. 2013;(37):3068–75.
- Loenneke JP, Fahs CA, Rossow LM, Sherk VD, Thiebaud RS, Abe T, et al. Effects of cuff width on arterial occlusion: Implications for blood flow restricted exercise. Eur J Appl Physiol. 2012;112(8):2903–12.
- Shinohara M, Kouzaki M, Yoshihisa T, Fukunaga T. Efficacy of tourniquet ischemia for strength training with low resistance. Eur J Appl Physiol Occup Physiol. 1998;77(1–2):189–91.
- Behringer M, Behlau D, Montag JCK, McCourt ML, Mester J. Low-Intensity Sprint Training With Blood Flow Restriction Improves 100-m Dash. J Strength Cond Res [Internet]. 2017 Sep;31(9):2462–72. Available from: http://insights.ovid.com/crossref?an=00124278-201709000-00015
- Lindsay A, Petersen C, Blackwell G, Ferguson H, Parker G, Steyn N, et al. The effect of 1 week of repeated ischaemic leg preconditioning on simulated Keirin cycling performance: a randomised trial. BMJ Open Sport Exerc Med [Internet]. 2017;3(1):e000229. Available from: http://bmjopensem.bmj.com/lookup/doi/10.1136/bmjsem-2017-000229
AUTOR: Victor Tremps Dominguez | Estudiante en Blanquerna Master en entrenamiento, actividad física y salud.