La flexibilidad es una capacidad física fundamental en el deporte, ya que permite una adecuada amplitud de movimiento en las articulaciones, lo que se traduce en una mayor eficacia y eficiencia en la realización de los gestos deportivos.

En primer lugar, la flexibilidad es importante para prevenir lesiones. Una buena flexibilidad permite que los músculos y tendones tengan una mayor capacidad para adaptarse a las diferentes situaciones que se presentan durante la práctica deportiva, lo que reduce el riesgo de sufrir lesiones.

Además, la flexibilidad también es importante para mejorar el rendimiento. Una mayor amplitud de movimiento en las articulaciones permite realizar gestos técnicos más eficientes y eficaces, lo que se traduce en una mayor velocidad, potencia y precisión en la ejecución de los movimientos.

La flexibilidad también es importante para mejorar la recuperación tras el ejercicio físico intenso. Después de una sesión de entrenamiento o de una competición, una adecuada flexibilidad ayuda a recuperar la elasticidad muscular y a reducir la tensión y la rigidez muscular, lo que contribuye a una recuperación más rápida y efectiva. En conclusión, la flexibilidad es una capacidad física fundamental en el deporte, ya que ayuda a prevenir lesiones, mejorar el rendimiento deportivo y facilitar la recuperación tras el ejercicio físico intenso. Por lo tanto, es importante incluir ejercicios de flexibilidad en el entrenamiento deportivo de manera regular.