El análisis de la composición corporal generalmente consiste en el fraccionamiento de la masa corporal total en sus distintos componentes.
Concepción que muchas veces en la mayoría de los casos se reduce a la obtención de datos como el índice de masa corporal (no nos aporta información seria), el índice obtenido sobre la circunferencia de la cintura y cadera y las balanzas comunes para valorar el peso o masa corporal.
Si bien estas medidas que intervienen son sencillas de tomar y fáciles de calcular, son datos poco precisos en determinados casos, más aún para diagnóstico clínico, ya que, no se discrimina entre tejido adiposo y tejido muscular esquelético.
Dentro de los medios de evaluación un poco mas elaborados tenemos la famosa balanza de bioimpedancia utilizada por muchos profesionales de la nutrición, ámbito clínico y ejercicio físico. E
n el siguiente artículo, haremos un repaso sobre los conceptos de importancia que definen la composición corporal y enfatizaremos a la balanza de bioimpedancia con el fin de ver si esta herramienta realmente puede ser efectiva a la hora de evaluar o estimar los diferentes componentes corporales.
Importancia de valorar la composición corporal
Un área de evaluación en las ciencias aplicadas al deporte es la de composición corporal. Esta posee implicancias tanto en el rendimiento deportivo como en la salud.
Un exceso de tejido graso por ejemplo, influye negativamente en la relación peso-potencia en gestos específicos con desplazamientos tanto horizontales como verticales.
Como así también, el exceso de tejido graso intra-abdominal o visceral está asociado a factores de riesgo cardiovascular, como por ejemplo las enfermedades coronarias, respiratorias o la diabetes tipo II.
Por otro lado, una insuficiencia en el consumo energético y proteico va a conducir a una disminución de la masa y fuerza muscular, hecho que conlleva a detrimentos en la independencia motriz y la calidad de vida.
Es por ende, de vital importancia trascender más allá de las relaciones peso, talla, IMC y poder cuantificar los tres tejidos de mayor importancia en el campo de la salud y la actividad física: adiposo, muscular y óseo. ¿Pero es acaso la balanza de bioimpedancia una posible solución a la hora de evaluar correctamente la composición corporal?
Reconociendo modelos que permitan cuantificar correctamente la composición corporal
Para reconocer modelos que evaluen correctamente la composición corporal es importante primero hablar de regionalización corporal.
Estos modelos permiten estimar tejidos anatómicos en lugar de componentes químicos de difícil asociación con la actividad física: no es lo mismo correlacionar niveles de fuerza o de consumo de oxígeno con mili-moles de nitrógeno que con kilogramos de músculo.
El método para determinar la composición corporal debe ser, de preferencia, no-invasivo para el sujeto, de bajo costo, transportable, preciso, válido y estar estandarizado.
La antropometría, termino usado por Elsholtz y luego por Quetelet dos siglos más tarde, se refiere a las mediciones que se realizan sobre el cuerpo humano, y la masa corporal.
Estas incluyen diámetros de huesos y la caja torácica, longitudes de huesos y segmentos, alturas, perímetros de tronco y miembros, además de pliegues cutáneos.
De hecho, para mantener una coherencia en la técnica, herramientas y sitios de medición, existe una estandarización internacional de protocolos, regida por la International Society for the Advancement of Anthropometry (ISAK).
En este punto es que sí es importante hablar de la cineantropometría, esta se denomina a la interfase cuantitativa entre estructura y función.
Este término, diseñado por Hill Ross en 1972 y compuesto por tres palabras, cine (kinein = movimiento), antropo (anthropos = ser humano) y metría (metrein = medición), este campo de la ciencia utiliza medidas antropométricas y estudia su asociación a variables de función.
Funcionalidad de la composición corporal
Siguiendo con esta idea, sabemos que un abundante tejido adiposo es una carga extra que nos puede limitar y perjudicar en nuestro rendimiento y la salud, pero otro aspecto importante de la composición corporal es la masa muscular, que de hecho es la que genera el movimiento al actuar sobre las palancas que son los huesos (Martin, Spenst, Drinkwater, & Clarys, 1990).
La cantidad óptima de músculo también es de suma importancia para disponer de la fuerza, potencia y/o resistencia necesarias para rendir al máximo en cualquier contexto deportivo.
Algunos deportes como el pedestrismo de fondo o ciclismo de ruta requieren masas musculares relativamente bajas, mientras que otros, como el fútbol americano, lanzamientos y halterofilia requieren de una musculatura importante.
De todas maneras, es sumamente importante evaluar un tercer aspecto que es la estructura ósea de los atletas. La misma se puede realizar relativamente rápido y fácil mediante la evaluación de diámetros y longitudes de los huesos.
A pesar de que con una dieta no podremos alterar significativamente a corto y mediano plazo estos diámetros y longitudes, como sí se puede en los pliegues y perímetros, la evaluación de la estructura esquelética aporta información muy útil en la toma de decisiones nutricionales.
Pero antes de continuar con estas ideas claras sobre que métodos son los ideales para valorar la composición corporal, hablemos sobre que es el peso corporal y de que mide la balanza de bioimpedancia.
¿Qué es el peso corporal?
El peso corporal es la masa corporal influenciada por el centro de gravedad. Obviamente no podemos evitar que estás fuerzas nos impacten, pero entender el significado y verdadero concepto de las cosas es un rol importante a la hora de comprender las fuerzas que actúan.
En el ejercicio estás fuerzas en movimiento influyen de manera más drástica, siendo interesante un análisis biomecánico que permita posicionarnos sobre cada variable.
Cuando nos pesamos entonces estamos valorando nuestra masa corporal impactada por la fuerza de gravedad, siendo en detrimento un dato más que incluye múltiples variables que hacen a la masa corporal, como grasa, masa libre de grasa agua y demás tejidos.
Toda estrategia nutricional o de ejercicio que utilicemos va a impactar sobre la masa corporal y no sobre el peso corporal en términos generales.
Balanza de bioimpedancia para valorar la composición corporal
Una vez que entendemos que es el peso corporal, la composición corporal y la función de los tejidos más importantes como lo son el tejido adiposo y el músculo, tenemos que hablar del tema de interés de este articulo, la balanza de bioimpedancia.
La bioimpedancia presenta mucha popularidad en la evaluación y el monitoreo de la composición corporal, ya que, permite medir los parámetros bioeléctricos en sistemas biológicos, debido a la estrecha relación de estos en el agua corporal total, sus compartimentos (aguas intracelular, extracelular y del tercer espacio) y la composición corporal (masa libre de grasa, masa grasa, índice de masa corporal y metabolismo basal entre otros).
El principio físico de la bioimpedancia consiste en la oposición que ofrece un tejido biológico al paso de la corriente eléctrica alterna.
Los parámetros de la bioimpedancia que se estiman son: la resistencia eléctrica, la reactancia inductiva, y la reactancia capacitiva. Estos parámetros dependen del contenido en agua y la conducción iónica en el organismo. (1, 8)
Aplicación práctica de la balanza de bioimpedancia
Esta técnica de bioimpedancia permite por índice de variables distinguir los tejidos corporales con mayor contenido de agua (músculos) y aquellos con bajo contenido de agua (tejido adiposo, pulmón y huesos).
Algunos principios y propiedades bioeléctricas del cuerpo humano que salen en la bioimpedancia a tener en cuenta son que la resistencia es proporcional a la longitud del cuerpo (por eso es importante tener la altura previo a evaluar) e inverso proporcional al área de sección (en general las medidas que representan los perímetros de los segmentos del tronco y de las extremidades).
Es por eso, que un cuerpo largo tendrá una mayor resistencia en relación con uno más corto, y un cuerpo con un área de sección pequeña tendrá una resistencia menor. Es decir, en personas más altas el margen de error puede ser mayor, así como alguien deshidratado o con mucha masa muscular.
Los aparatos de impedancia eléctrica o bioimpedancia introducen en el cuerpo una corriente alterna de amperaje muy bajo (imperceptible), que discurre por el cuerpo al actuar el agua corporal como elemento conductor y la resistencia que ofrece el fluido al paso de esa corriente, es medida por el medidor de impedancia.
Los flujos eléctricos de corriente atraviesan de forma diferente tanto los líquidos extracelulares, como los intracelulares y son dependientes de la frecuencia de la corriente.
En definitiva, el fundamento principal de la técnica de bioimpedancia es valorar la respuesta de los tejidos al paso de una corriente eléctrica de tipo alterno, que deberá ser de un voltaje muy bajo e indoloro para el humano. (2)
Validez de la balanza de bioimpedancia
El cuerpo humano no es un elemento uniforme, ni en longitud, ni en sus áreas transversales de sección, ni en su composición iónica y estas circunstancias afectan a la precisión de las medidas; por eso la impedancia corporal es diferente entre etnias.
Lo cual tiene influencias en la precisión, la cual puede afectarse por múltiples y diferentes situaciones que se deberán tener en cuenta: la posición del cuerpo, la hidratación, la ingestión de comida y bebida, la humedad del ambiente y la temperatura de la piel, la actividad física reciente y las condiciones del lugar donde se realiza la evaluación y la marca de la balanza. (3, 4 y 5)
La precisión de los cálculos también puede verse afectada incluso por variaciones en la posición de los electrodos, las especificaciones de la máquina de bioimpedancia y de los diferentes algoritmos o ecuaciones de cálculo suministrados por cada fabricante. (6, 7)
Conclusiones sobre las claves en el uso de la balanza de bioimpedancia
El uso de la impedancia eléctrica o bioimpedancia para el análisis de la composición corporal, se presenta como una técnica no invasiva y con bastante precisión si se utiliza correctamente.
La bioimpedancia es una técnica que en un corto período de tiempo nos permite obtener datos de manera fiable para la evaluación de nuestra composición corporal (porcentajes de grasa y músculo) tanto en personas sanas como en enfermas por diversas causas.
Pese a esto, la validez de la balanza de bioimpedancia frente a una población sana con buena masa muscular y de gran altura parece arrojar mucho error pese a tomar las indicaciones necesarias en el protocolo de evaluación.
Por último, el análisis de la evidencia sobre las mejores herramientas a la hora de evaluar la composición corporal nos muestra que la antropometría aplicada al uso de calibres, sesgómetros y plicómetro tendría mayor presición si se aplica correctamente la técnica en cuestión.
Sin duda, todos coincidimos que valorar la composición corporal es algo sumamente importante tanto para la salud como para el rendimiento deportivo.
Utilizar una antropometría y en este caso valorar desde un enfoque cineantropométrico parece ser la estrategia fiable y válida a la hora de obtener datos fiables y lo más certeros posibles, pero teniendo en cuenta la facilidad de evaluación que presenta la bioimpedancia podría ser una herramienta útil en casos donde las evaluaciones deben ser generales y no se dispone de mucho tiempo reloj.
Referencias bibliograficas
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