Estiramiento del Piramidal, el músculo olvidado

En este artículo explicamos cómo se realiza el estiramiento del piramidal y dónde se ubica este músculo olvidado por muchos deportistas.

✎ Autor:  Pablo Sánchez

El primer paso para aprender acerca de una lesión o a cerca del estiramiento del piramidal es comprender de forma detallada su anatomía. Como se muestra en las imágenes inferiores, existen dos capas de músculos en la zona glútea. Una capa superficial y otra profunda.

Los primeros, como su nombre indica se encuentran situados más cerca de la superficie del cuerpo. Son músculos de gran alcance y se denominan glúteo mayor, glúteo medio y glúteo menor. Todos permiten una amplia gama de movimientos, incluyendo flexión, extensión abducción rotación interna, rotación externa y circundicción (2, 3).

Si bien la región glútea es la capa más superficial, existe otra capa más profunda e igual de importante. Esta capa incluye el músculo piramidal o piriforme, gemelo superior/inferior, obturador interno/externo y el cuadrado femoral. En conjunto estos músculos se conocen como los «rotadores laterales profundos» (2, 3).

Musculatura de la región próxima al glúteo.
Imagen 1. Musculatura de la región próxima al glúteo.

¿Por qué realizar el estiramiento del piramidal?

El piramidal es uno de los músculos que hace posible la rotación externa. Este músculo se origina en la superficie anterior del sacro y se inserta en el borde superior del trocánter mayor del fémur. Su curso es de interés por dos razones.

En primer lugar, no sólo es capaz de girar externamente la cadera, sino que también ayuda a la abducción y se convierte en rotador interno cuando el muslo está flexionado hacia 90 grados.

En segundo lugar, el piramidal es un músculo relevante ya que divide el agujero ciático mayor de la pelvis en dos regiones, una por encima y otra por debajo del músculo piramidal o piriforme.

Vasos y nervios viajan entre la pelvis y la región glútea pasando a través de una de estas dos regiones. El nervio ciático, por ejemplo pasa a través del agujero ciático mayor por debajo del piramidal (2, 3).

Piramidal
Imagen 2. Ubicación del músculo piramidal.

El músculo piramidal puede dar problemas si se mantiene excesivamente tenso, provocando incluso dolores en nuestra zona lumbar. Por ello, conocer el estiramiento del piramidal nos puede ayudar mucho a relajarlo.

En el presente artículo, compartiremos con vosotros la técnica del estiramiento del piramidal, apoyando con unos vídeos de carácter eminentemente práctico, uno de los cuales dispone de animación 3D, en donde podremos observar dónde se encuentra este músculo y cuál es su mecánica funcional.

En la reproducción del vídeo inferior podemos ver el estiramiento del piramidal, podréis observar dicha animación en donde se puede ver la posición de este músculo profundo y cómo afecta en la movilidad de la cadera y en la propia estabilidad y estructura de la pelvis (1, 4, 5).

En el segundo vídeo, mostrado en el margen inferior, se detalla el estiramiento del piramidal, llevado a la práctica en una colchoneta, en posición decúbito supino (boca arriba).

Aquí veréis cómo se produce el estiramiento del piramidal y comparar con la animación 3D superior.

¿Cómo se realiza el estiramiento del piramidal?

  1. Debemos tener una posición inicial en decúbito supino, tumbados hacia arriba en el suelo (aconsejable emplear una colchoneta). Posteriormente realizaremos una flexión de la articulación de las rodillas y apoyaremos los pies sobre la superfice.
  2. El segundo paso es elevar la pierna del lado en donde queremos realizar el estiramiento del piramidal. La colocamos sobre la otra, apoyando el pie en la parte distal del muslo, próximo a la rodilla.
  3. El tercer paso es abrazar el muslo de la otra pierna, la contraria. Para después elevar suavemente, empujando la pierna a estirar de modo que intentaramos aproximar la rodilla a nuestro pectoral.
  4. La ejecución del movimiento se para en el instante en el que notamos que el músculo se tensa sin dolor (es decir, se produce el estiramiento del piramidal). Debemos mantener la posición al menos 15 segundos y un máximo de 30 segundos y posteriormente retomamos la posición inicial.

Este estiramiento del piramidal debemos realizarlo con la pierna contraria y la ejecución es la misma pero cambiando el lado.

Precauciones a la hora de realizar el estiramiento del piramidal

El estiramiento del piramidal debemos realizarlo con suavidad, empleando un control de nuestro cuerpo en todo momento y teniendo en cuenta que no debemos disponer de lesiones que contraindiquen su realización.

Si tenemos algún tipo de patología o lesión en nuestra espalda debemos evitar la flexión en exceso en nuestro tren inferior (no acercar demasiado las piernas a nuestro pectoral).

Si disponemos de un problema muscular por exceso de tensión en la musculatura del glúteo o en el propio piramidal, estos ejercicios serán muy aconsejables para aliviar la tensión y mejorar la movilidad.

Ciática, síndrome del piramidal

El piramidal o piriforme participa en prácticamente todos los movimientos que realizamos con el tren inferior, desde caminar hasta cambiar el peso de un pie a otro.

Próximo a este músculo viaja el curso del nervio ciático. Dicho nervio viaja desde la parte inferior de la columna vertebral hacia abajo, hasta llegar al pie (4, 5).

Si el piramidal se inflama o se irrita, puede causar ciertos espasmos musculares, esto lo que ocasiona es una presión continua sobre el nervio ciático, causando por tanto un dolor que irradia desde la zona glútea y se extiende por la pierna. (4).

Nervio ciático
Imagen 1. Ubicación del nervio ciático

¿Por qué se puede producir el síndrome del piramidal?

Pueden ser muchas las causas que desembocan en una lesión como el síndrome del piramidal, a continuación enumeramos algunas de ellas:

  • El entrenamiento excesivamente vigoroso encaminado a preparación de maratón.
  • Disponer de hiperlordosis de la columna vertebral en la zona lumbar, esta curvatura de la columna incrementa la tensión de los músculos de la zona glútea, incluyendo el piramidal.
  • Posturas inadecuadas o abuso de condiciones de sedentarismo, como el trabajo en una oficina prolongado. Esto se traduce en un acortamiento del piramidal que puede causar el llamado síndrome del piramidal o ciática del piramidal.
  • Ciertas anomalías anatómicas del músculo o ciertos posicionamientos concretos del nervio ciático pueden predisponer al individuo a padecer el síndrome del piramidal.
  • Un trauma o lesión en la zona glútea puede disminuir el espacio en la zona (por ejemplo la formación de un hematoma o inflamación), y producir dicho síndrome (7, 8).

¿Cuáles son los signos y síntomas del síndrome del piramidal?

Este síndrome se presenta mediante un dolor en la zona glútea, irradiándose hacia la cara posterior del muslo. El dolor puede incluso empeorar cuando el músculo piramidal se estira o se ve en una situación comprometida.

Otros síntomas pueden ser el disponer de un rango de movimiento menor al normal, espasmos musculares en la zona glútea o síntomas neuropáticos como ardor, hormigueo, debilidad y entumecimiento. Todos estos pueden desembocarse si el nervio ciático se ve comprimido (7, 8)

¿Cuál es la dirección a seguir para recuperarse del síndrome del piramidal?

Uno de los aspectos claves en la recuperación es la corrección de la biomecánica. Esta recuperación debe comenzar con descanso y posteriormente tratamiento físico regular enfocado a la rehabilitación.

El tratamiento para rehabilitar este síndrome puede incluir aplicación de hielo local, terapias de calor, ultrasonido y medicamentos anti-inflamatorios. Además, la evidencia demuestra que el masaje con foam roller también puede resultar útil.

Si los niveles de dolor no mejorar con este tratamiento de recuperación, se pueden emplear inyecciones con corticoides, anestésicos locales, etc. La intervención quirúgica es el último recurso, pero se contempla en algunos casos.

Debido a que afecta a los tejidos blandos, el síndrome del piramidal puede ser diagnosticado tarde y por ello tiene tendencia a convertirse en crónico.

Por consiguiente, el síndrome puede ser confundido con el dolor de espalda causado por una hernia de disco intervertebral. Dicho esto, con un tratamiento adecuado, la persona afectada puede vivir sin dolor y con la función completa.

resonancial del síndrome del piramidal
Imagen 2. Resonancia magnética del síndrome del piramidal.

Recomendaciones de ejercicio

Es importante antes de nada, señalar que la forma en la que se manifiesta esta lesión puede ser diferente en un individuo que en otro.

Pero existen principios patológicos que gobiernan la naturaleza del síndrome, por lo que también existen principios para tratar esta lesión. El profesional que gestione la recuperación debe estudiar la biomecánica del individuo para analizar y prevenir la recurrencia futura.

En esta medida, los siguientes ejercicios propuestos presentan un enfoque en : Equilibrio agonista-antagonista, estabilidad de la pelvis y biomecánica (trabajar dentro de un intervalo libre de dolor de movimiento que promueva la función mecánica eficiente) (8).

Ejercicio 1: aducción de la cadera y rotación interna

Tumbarse de lado con la posición neutral de la columna vertebral, descansando la cabeza contra el brazo que alargamos en el suelo. Flexionamos levemente las rodillas.

La persona encargada de la recuperación debe envolver una pierna con una banda elástica mientras el lesionado realiza tensión intentando cerrar las piernas (Imagen 3). Este mismo ejercicio se puede realizar de forma individual empleando una pequeña pelota (Imagen 4) (8).

ejercicio para el síndrome del piramidal
Imagen 3. Ejercicio 1 para el síndrome del piramidal (6).
ejercicio para el síndrome del piramidal
Imagen 4. Variante del ejercicio 1 para el síndrome del piramidal (6).

Ejercicio 2: apoyo y extensión de cadera

Colocarse boca abajo y colocamos una almohada debajo de la pelvis. Cruzamos los brazos debajo de la frente, manteniendo una extensión neutral de cabeza y cuello.

Extendemos la cadera, manteniendo una rotación natural interna del muslo (Imagen 5). Una variante puede ser flexionando la rodilla, para aliviar la presión sobre la columna y permitir un mayor rango de extensión (Imagen 6) (8).

ejercicio para el síndrome del piramidal
Imagen 5. Ejercicio 2 para el síndrome del piramidal (6).
ejercicio para el síndrome del piramidal
Imagen 6. Variante del ejercicio 2 para el síndrome del piramidal (6).

Ejercicio 3: ejercicio de la paloma

Comenzamos con una posición de cuadrupedia, extendemos ligeramente la columna vertebral para ayudar a levantar el muslo derecho y flexionar la rodilla derecha.

Deslizamos posteriormente la pierna derecha hacia adelante y paralela a la parte superior de la colchoneta. Con la cara lateral de la pierna derecha apoyada en el suelo, deslizamos la pierna izquierda hacia atrás mediante la extensión de la rodilla izquierda (Imagen 7).

Una variante puede ser poner el torso en el suelo y estirar los brazos hacia adelante para un mayor estiramiento (Imagen 8) (8).

estiramiento del piramidal
Imagen 7. Ejercicio 3 para el síndrome del piramidal (6).
estiramiento del piramidal
Imagen 8. Ejercicio 3 para el síndrome del piramidal (6).

Conclusión sobre el estiramiento del piramidal

El síndrome del piramidal es una lesión que se produce cuando el músculo piriforme o piramidal comprime el nervio ciático. Por regla general es causada por el uso excesivo y/o mal uso del músculo.

Todo ello irradia en dolor y movilidad reducida que se puede corregir mediante un tratamiento conservador y con ejercicios que fomenten el estiramiento del piramidal.

Son adecuados aquellos ejercicios que tienen en cuenta la biomecánica y están enfocados a equilibrar y estabilizar la región, como aducción de cadera y rotación interna, extensión de cadera, etc.

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Bibliografía

  1. Pocock, Gillian. (2005). Fisiología humana: la base de la medicina. 2ª ed. Barcelona: Masson.
  2. Tortora, G.J. Derrickson, B. (2006). Principios de anatomía y fisiología. 11ª ed. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana.
  3. Tortora, G.J. (2008). Introducción al cuerpo humano: fundamentos de anatomía y fisiología. 7ª ed. Méjico: Editorial Médica Panamericana.
  4. Martín Cuenca, E. (2006). Fundamentos de fisiología. Madrid: Thomson.
  5. Silverthon, D.E. (2008). Fisiología humana: un enfoque integrado. 4ª ed. Madrid: Panamericana.
  6. Parziale JR, Hudgins TH, Fishman LM. (1996). The piriformis syndrome. Am J Orthop 25(12):819-23.
  7. Kirschner JS1, Foye PM, Cole JL. (2009). Piriformis syndrome, diagnosis and treatment. Muscle Nerve 40(1):10-8.
  8. Dutton, M. (2004) Ortopédica: Examen, evaluación e intervención. Nueva York: McGraw-Hill.
  9. Primal Pictures (2013). Anatomía funcional de Movimiento y Lesiones: Hip [software de aplicación móvil].

Autor: Pablo Sánchez

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BIO: Profesor de Educación Física. Graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (UDC). Graduado en Educación Primaria, mención Educación Física (UEM). Máster en Profesorado de Educación Secundaria (UDC).

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