¿Qué es la tríada de la mujer deportista?

Analizamos la tríada de la mujer deportista, un aspecto relevante a tener en cuenta dentro de las deportistas femeninas.

✎ Autor:  Pablo Sánchez

En las últimas décadas, hemos asistido a la incorporación de la mujer a la competición deportiva en todos sus ámbitos. La mujer deportista debido a sus condiciones de maduración y fisiológicas, puede sufrir lesiones o patologías específicas como la tríada de la mujer deportista.

La tríada de la mujer deportista es aún una gran desconocida por parte de muchos profesionales del ámbito deportivo. Se estima una alta prevalencia en jóvenes deportistas, aunque tiende a estar subestimada e infra-diagnosticada. La tríada de la mujer deportista se reconoce por los tres siguientes bloques:

  • Desorden alimentario o baja disponibilidad energética
  • Problemas menstruales
  • Baja densidad mineral ósea

Puede llegar a plantear riesgos y consecuencias a medio y largo plazo en la salud de la mujer, llegando en algunos casos a ser graves. Entre los diferentes riesgos que entraña se destacan:

  • Elevado riesgo de fractura por estrés.
  • Disfunciones metabólicas o reproductivas como imposibilidad por quedarse embarazada.
  • Desórdenes nutricionales o gastrointestinales.
  • Consecuencias psicológicas como ansiedad, trastornos alimentarios y baja autoestima.

Por ello, la detección temprana y la prevención son las mejores armas para combatir la tríada de la mujer deportista.

Elementos de la tríada de la mujer deportista

Como se ha adelantado, latríada de la mujer deportistase compone de tres principales bloques relacionados entre si. En primer lugar se suele dar uno de ellos que si persiste en el tiempo conlleva la aparición del otro como un efecto en espiral.

El Colegio Americano de Medicina deportiva (ACSM) alertó de la tríada de estos tres elementos en la atleta en 1997. Diez años después, hizo un posicionamiento y planteamiento actual del problema (ACSM, 2007). Sobre todo, se manifiesta en mujeres cuya disciplina haga énfasis en un físico delgado o un índice de masa corporal y grasa bajo. En la siguiente imagen se puede visualizar el triángulo de elementos que conforma la tríada de la mujer deportista.

triada de la mujer deportista atleta

Factores de Riesgo de la tríada de la mujer deportista

Son varios los síntomas y factores de riesgos relacionados con la tríada de mujer deportista. A continuación se explican los principales:

El tipo de deporte. Las disciplinas deportivas que tienen categorías de peso, que favorecen la delgadez o que envuelven un componente de valoración subjetiva conforman uno de los principales factores de riesgo. El entrenamiento deportivo a tempranas edades también es un factor de riesgo añadido. Se ha observado una mayor prevalencia detríada de mujer deportista en aquellos deporte donde el peso de la deportista desempeña un papel crucial (patinaje artístico, gimnasia, artes marciales, remo, lucha libreo, ciclismo etc.). Algunas niñas o mujeres pueden desarrollar hábitos de alimentación poco saludables para alcanzar la categoría de peso deseada. En estos deporte la prevalencia de deportistas con desórdenes alimentarios es muy alta.

Condicionantes psico-sociológicos. La psicología de cada deportista así como el su entorno juega un papel importante a la hora de desarrollar ciertas conductas. Una baja autoestima, personalidad depresivo, obsesión con el peso o entornos familiares desestructurados pueden favorecer la aparición de desordenes alimentarios. Muchas jóvenes deportistas o mujeres que practican actividad física se preocupan de forma excesiva por la comida o el peso corporal. Los comportamientos relacionados con la preocupación en torno al peso o la ingesta calórica son signos que pueden predisponer a la tríada de mujer deportista.

Intensidad y tipo de entrenamiento. En muchas ocasiones el sobreentrenamiento y la falta de recuperación o adecuado descanso de la mujer deportista puede llevar asociado fracturas por estrés o incluso pérdida del ciclo menstrual.

Amenorrea o ciclo menstrual irregular. La literatura científica ha reconocido la asociación entre el entrenamiento físico y los cambios en el ciclo menstrual, existiendo una prevalencia mayor de amenorrea en la mujer deportista (3-66%) frente a la mujer normal (3-5%). Un estudio de Torstveit & Sundgot-Borgen (2005) encontró como la mujer atleta sufre mayor prevalencia de disfunción menstrual y fracturas por estrés en comparación con las mujeres control. Las concentraciones bajas de hormonas ováricas en las atletas con desordenes menstruales se asocia directamente con la reducción de masa ósea.

Baja densidad mineral ósea o pérdida de masa ósea. La pérdida de masa ósea se puede ver agravada por la deficiencia de energía y baja ingesta calórica que muchas deportistas sufren. Esta pérdida de masa ósea o la baja densidad mineral ósea es un factor de riesgo para las fracturas por estrés y la aparición temprana de la osteoporosis (huesos débiles que se rompen con facilidad).

Prevención y Detección Temprana de la tríada de la mujer deportista

Los cambios en el peso corporal se pueden detectar en semanas, las irregularidades cambios menstruales en meses y pérdida de masa ósea en años. De esta interacción de factores se extrae la importancia en la detección y prevención temprana.

En ocasiones, la atleta o los propios profesionales involucrados en su preparación pueden creer que es normal tener amenorreas o ciclos menstruales irregulares. En otras ocasiones, se llega a favorecer la pérdida de menstruación de forma intencionada por motivos competitivos.

Durante el tiempo que duren los ciclos menstruales irregulares o la amenorrea, se pone en riesgo también la salud ósea. Los bajos niveles de estrógenos tienen repercusiones a largo plazo sobre la densidad mineral ósea. Cualquier irregularidad menstrual debe ser evaluada por un médico en los tres primeros meses de su aparición para poder prescribir un tratamiento adecuado. Realizar densitometrías periódicas a las atletas es una forma de prevención y detección adecuada en el caso de baja densidad ósea.

El posicionamiento de la ACSM (2007) sobre la tríada de mujer deportista, señala que una baja disponibilidad energética o ingesta calórica puede ocurrir de manera intencionada o no en la deportista. Además, puede estar o no asociado a un desorden alimentario. A veces lo que ocurre es que existe un desequilibrio entre la ingesta calórica total y el gasto diario.

Troy et al., (2007) al respecto de un estudio realizado sobre el conocimiento de la triada indican que es necesario un mayor nivel de conciencia y educación sobre la misma. Encontraron que sólo un 8% de los entrenadores fueron capaces de identificar sus tres componentes y sólo el 9% de los médicos se sentían cómodos en el tratamiento de la triada.

La prevención temprana, reconocimiento y tratamiento de la tríada de la mujer deportista debe ser una prioridad para todos los profesionales involucrados en cualquier aspecto de la atleta. Tanto los profesionales sanitarios como el personal deportivo de forma interdisciplinar deben ayudar a la deportista a alcanzar sus objetivos físicos y deportivos sin poner en riesgo su salud.

Bibliografía

  1. ACSM (2007). Female Athlete Triad Position Stand. Disponible en línea.
  2. K Troy, AZ Hoch, JE Stavrakos (2006). Awareness and Comfort in Treating the Female Athlete Triad: Are We Failing Our Athletes? Winsconsin Medical Journal, 105(7), 21-24.
  3. Otis, CL., Drinkwater, B., Johnson, M., Loucks, A., Wilnore, J. (1997). American College of Sports Medicine position stand. The female Athlete triad. Med. Sci. Sports Exerc. 29(5), 1669-1671.
  4. Otis, C. L. (1992). Exercise-associated amenorrhea. Clin. Sports Med.11:351-362.
  5. Torstveit, M.K, Sundgot-Borgen, J. (2005). The female athlete triad: are elite athletes at increased risk? Med Sci Sports Exerc. 37(2), 184-93.