Perímetro abdominal y riesgo de muerte

En el siguiente articulo, mediante un análisis de la evidencia actual,  hablaremos sobre el perímetro abdominal y su influencia en la salud cardio-metabólica y riesgo de muerte prematura.

La obesidad, sobrepeso graso y  acumulación de grasa en la zona abdominal duplican el riesgo de muerte prematura, al parecer un perímetro abdominal grande puede duplicar el riesgo de enfermedades cardio-metabólicas. En el siguiente articulo, mediante un análisis de la evidencia actual,  hablaremos sobre el perímetro abdominal y su influencia en la salud cardio-metabólica y riesgo de muerte prematura.

¿Qué es el perímetro abdominal?

El perímetro abdominal es una medida antropométrica utilizada principalmente para establecer el nivel de tejido graso que presenta es una persona.

Si bien, esta medición como única variable no seria del todo acertada, si se ha correlacionado su medición en múltiples estudios como un indicador de riesgo de enfermedades metabólicas y obesidad (1).

El perímetro abdominal se ha correlacionado también con un mayor riesgo cardiovascular  y síndrome metabólico, y básicamente consiste en medir con una cinta, en lo preferente antropométrica, el perímetro máximo de nuestra cintura.

Es por esto, que al perímetro abdominal también se le conoce como perímetro o circunferencia de cintura, términos que hacen referencia a lo mismo, pero que pueden variar dependiendo de la nomenclatura utilizada .

¿Cómo medir el perímetro abdominal?

El perímetro abdominal se puede medir fácilmente, pero para esto necesitamos de una cinta métrica, preferentemente una cinta antropométrica para facilitar su medición. Con esta cinta, debemos tratar de encontrar el perímetro más estrecho del torso, pero hay que tener en cuenta algunos aspectos:

  1.  No apretar demasiado la cinta antropometrica al medir.
  2. Que la persona evaluada respire de forma normal, para poder tomar la medida en la fase de espiración.
  3. No dejar que la cinta antropométrica quede floja justo por la zona de la espalda baja, es un error muy frecuente.
Cinta antropometrica profesional
Imagen 1 – Cinta antropométrica profesional.

Siempre que se realiza esta medición el sujeto evaluado debe estar de pie, con los pies juntos, los brazos a los lados y el abdomen debe estar relajado, justo en este momento se toma la medida después de una espiración. De esta manera, se evita alterar los datos de la medición utilizando el protocolo que nos dice la OMS.

La OMS establece un método preciso para estimar el punto de medición de la cintura y no equivocarse. Para esto, el sujeto debe estar de perfil o lateral respecto a la persona que realiza la medición. Como referencias principales, debemos tener en cuenta el punto medio entra las últimas costillas y las crestas ilíacas.

Por otro lado, la ISAK ( uno de los organismos más importantes en lo que respecta a antropometría) mide este perímetro utilizando como referencias el nivel intermedio entre el último arco costal y la cresta ilíaca, efectuando la medición tambien en la posición más estrecha del abdomen (2).

Medición del perímetro abdominal
Imagen 2 – Medición del perímetro abdominal.

Grasa abdominal, IMC y riesgo de muerte

La grasa abdominal es un elemento predictor del riesgo de mortalidad. Los individuos con gran obesidad abdominal y un índice de masa corporal bajo (IMC, peso sobre altura al cuadrado) son los que presentan mayor acceso a enfermedades cardio-metabólicas, de hecho, este factor puede llegar a multiplicar el riesgo de muerte por dos (3).

Las mujeres con un IMC de 24,3 y los hombres con un IMC de 25,3 son los que presentan un menor riesgo, mientras que los sujetos que poseen un IMC por encima o por debajo de estos valores tienen un riesgo mayor.

Por otro lado, los hombres con un IMC superior a 35 tienen un 90% más de riesgo de muerte que los que tienen un IMC de 25,3 y los que tienen un IMC inferior a 18,5 duplican el riesgo de mortalidad.

Indice de masa corporal y riesgo de salud.
Imagen 3 – Indice de masa corporal y riesgo de salud.

Los hombres con un perímetro abdominal de más de 102 centímetros duplican la probabilidad de morir por cualquier causa, frente a los que tienen un perímetro menor que 86 centímetros.

Por otro lado, las mujeres que tienen un IMC superior a 35 tienen un 65% más de riesgo que las que tienen un IMC de 24,3, y las que tienen un IMC inferior a 18,4 tienen un riesgo de morir un 71% más elevado que las de IMC 24,3. En cuanto a la cintura, las que tienen más de 89 centímetros tienen un 78% más de riesgo que las que tienen menos de 70,1 centímetros (4).

Perímetro abdominal y riesgo de muerte.
Imagen 4 – Perímetro abdominal y riesgo de muerte.

Perímetro abdominal y riesgo de enfermedades

Las consecuencias derivadas de la acumulación de grasa abdominal por encima de niveles saludables influyen un considerable daño a nivel orgánico y metabólico. Numerosas patologías como la obesidad, diabetes tipo II y síndrome metabólico están asociadas a un perímetro abdominal mayor a 100 centímetros en hombres y 82 centímetros en mujeres.

Esto se manifiesta en una menor calidad de vida, más aun si estas personas no recurren a un mejor enfoque nutricional y de actividad física. Dichas enfermedades se ven asociadas a un aumento excesivo del peso graso y a una disminución severa del tejido muscular como contrarespuesta (5).

Hay múltiple evidencia de que el ejercicio físico mejora la salud, y la reducción del perímetro abdominal es proporcional al incremento de actividad  y ejercicio físico. No obstante, el ejercicio físico puede ocasionar daño oxidativo en órganos como el tejido muscular en personas con un elevado porcentaje graso abdominal, principalmente el excesivo ejercicio «cardiovascular».

Es por eso, que es fundamental hacer entrenamiento de fuerza con cargas adecuadas y bajo un profesional capacitado que sepa desenvolverse con personas  que presentan un perímetro abdominal elevado (6).

Por otro lado, una de las variables más importantes para disminuir la grasa y mejorar nuestro perímetro abdominal es aumentando el NEAT o ritmo de actividad física diario, este es uno de los factores más importantes a la hora me mejorar la composición corporal y perder grasa, un NEAT bajo y un perímetro abdominal grande se van a asociar a un mayor riesgo de patologías cardio-metabólicas.

Importancia del ejercicio físico para disminuir el perímetro abdominal

El ejercicio es una de las herramientas más importantes, principalmente el entrenamiento de fuerza, el tejido muscular cumple un rol fundamental como órgano metabólico y endocrino, esto al liberar múltiples miokinas que tendrían funciones proinflamatorias  y que reducirían el estrés metabólico severo(7).

El músculo va a ser nuestro principal aliado a la hora de estar expuestos a un déficit calórico y perdida de peso, esto nos ayudará a reducir esta grasa total y disminuir nuestro perímetro abdominal. Una forma de evaluar esto,  es mediante pliegues cutáneos, ya que, hay que recordar que el tejido adiposo está compuesto por grasa y agua.

Por otro lado, no hay que olvidar la importancia del entrenamiento de fuerza como estímulo principal a la hora de proteger nuestro tejido muscular, ya que si no mejoramos la calidad del músculo difícilmente se pueda perder grasa de forma efectiva, esto va a ser una clave fundamental para que nuestra salud no se vea afectada.

Perímetro abdominal y riesgo según el sexo

Si bien es cierto que debido al tipo de cuerpo las mujeres son menos propensas a alojar gran volumen de grasa en la zona abdominal (cuerpo ginecoide) a diferencia de los hombres (cuerpo androide), pero esto suele cambiar frecuentemente en las mujeres al llegar a la menopausia.

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en las mujeres después de la menopausia.

Después de esta etapa hay profundos cambios metabólicos y hormonales que favorecen el desarrollo de síndrome metabólico y con esto a la acumulación excesiva de grasa y aumento del perímetro abdominal, lo cual, muchas veces se ve agravado por malos hábitos como el sedentarismo y una mala alimentación.

perímetro abdominal
Imagen 5 – Perímetro, valores máximos saludables.

Un aumento en el porcentaje de grasa visceral y perímetro abdominal puede estar relacionado con la aparición de este síndrome metabólico, principalmente las mujeres menopáusicas son las que se ven expuestas a una mayor acumulación de grasa visceral.

Por otro lado, se observa una gran asociación entre la grasa visceral, perímetro abdominal y los parámetros que definen el síndrome metabólico en mujeres (8).

Sobrepeso graso y enfermedades metabólicas.
Imagen 6 – Tipo de sobrepeso graso y enfermedades asociadas.

Tejido adiposo, grasa y perímetro abdominal

Generalmente se confunden los términos tejido adiposo con tejido graso, en donde el primero hace referencia a la conjunción del segundo y agua, es decir,  las grasas representan al colesterol y a los triglicéridos y junto al agua constituyen el tejido adiposo.

Pero la grasa propia a un gran perímetro abdominal no se constituye de solo grasa abdominal, sino tambien grasa visceral, aquella relacionada con un gran riesgo de enfermedades cardio-metabólicas.

Es por eso, que un perímetro abdominal grande, es un riesgo importante de salud, no solo por un gran volumen de tejido adiposo, sino por la grasa profunda y visceral que esto conlleva.

El tejido graso esta compuesto a su vez por adipocitos, principalmente adipocitos blancos, los cuales se  caracterizan por tener un color blanquísimo que le brindan al tejido adiposo su clásico aspecto.

Estos adipocitos son los encargados de liberar hormonas de gran importancia metabólica como lo es la leptina (hormona encargada de la saciedad) y algunas adipoquinas que en exceso cumplirían un papel más inflamatorio y crónico a nivel metabólico (9).

adipoquinas y leptina
Imagen 7- Adipoquinas y leptina, hormonas propias del tejido adiposo.

El tejido adiposo es el más abundante en el cuerpo, principalmente en mujeres, y se aloja generalmente en la zona del abdomen, formando un gran deposito de energía.

Hay que destacar que un balance calórico positivo y el sedentarismo beneficiaran a la acumulación excesiva de dichos adipocitos, lo cual no es nada saludable y en definitiva contribuye a un perímetro abdominal excesivo.

Por otro lado, en menor medida los adipocitos marrones se caracterizan por presentar un gran numero de mitocondrias y cumplen una función termogénica, es decir que son grandes productores de calor (10).

Conclusión sobre perímetro abdominal y riesgo de muerte

No caben dudas que un perímetro abdominal superior a 100 centímetros en hombres y 82 centímetros en mujeres se asocia un amplio riesgo de sobrepeso graso y obesidad, lo cual a su vez, puede desencadenar innumerables patologías metabólicas que atentan contra la salud.

A medida que este perímetro se eleva, las complicaciones son cada vez mayores y los problemas de salud aumentan gravemente, conduciendo a diabetes tipo II, síndrome metabólico, hipertensión, entre otros, lo que conduce a un mayor riesgo de muerte prematura.

Por otro lado, la obesidad y el sobrepeso graso caracterizado por un perímetro abdominal elevado puede asociarse con un tejido muscular pobre (sarcodinapenia) y que garantiza un aumento en la elevación de adipoquinas que producirán un entorno de inflamación crónica, justamente opuesto a un entorno de ejercicio físico y una correcta calidad muscular (proinflamación).

Lo ideal ante este contexto, es mejorar la densidad nutricional, incursionar en el ejercicio físico y mantenerse activos, forma tal de comenzar a reducir el perímetro abdominal que esta asociado a tantas problemáticas metabólicas, mejorando así el porcentaje graso.

Referencias Bibliográficas

  1. Genique Martínez, R., et al (2010). Utilidad del perímetro abdominal como método de cribaje del síndrome metabólico en las personas con hipertensión arterial. Revista Española de Salud Pública, 84(2), 215-222. (enlace)
  2. Norton, Kevin. (1995). Antropometrica [Spanish version of Anthropometrica] Norton K and T. Olds, 1995.
  3. Aráuz-Hernández, A. G., et al (2011). La circunferencia abdominal como indicador de riesgo de enfermedad cardiovascular. Acta Médica Costarricense. 55(3), 122-127. (enlace)
  4. Fernández-Vázquez, R., et al (). Abdominal bioelectrical impedance syndrome in middle aged men. Nutrición Hospitalaria. 32(3), 1122-30. (enlace)
  5. Aristizábal, J. L., et al. (2007). Evaluación de la composición corporal de adultos sanos por antropometría e impedancia bioeléctrica.27(2). (enlace)
  6. González Calvo, G., et al (2011). Asociación entre tejido graso abdominal y riesgo de morbilidad: efectos positivos del ejercicio físico en la reducción de esta tendencia. Nutrición Hospitalaria, 26(4), 685-691. (enlace)
  7. Gil-Hernandez, A. (2019). Muscle, metabolic paradigm in nutritional recovery. Nutrición hospitalaria. 36(2), 4-11. (enlace)
  8. Soto Rodríguez, A., et al. (2017). Metabolic syndrome and visceral fat in women with cardiovascular risk factor. Nutrición hospitalaria. 34(4), 863-868. (enlace)
  9. Martos-Moreno, G. A., et al. (2011). Adipokines in healthy and obese children. Anales de pediatria. 78(3), 189. (enlace)
  10. Medina Gomez, G.; Hernandez, A.; Calvo, R.M.; Martin, E. ; Obregon, M.J. (2003): Potent thermogenic action of triiodothyroacetic acid in brown adipocytes. Instituto de investigaciones biomedicas. Madrid, España 60: 1957-1967.(enlace)