Con el presente artículo se pretende dar a conocer la importancia del trabajo de la agilidad en educación física, concretamente durante la etapa de la niñez y la adolescencia, además de mostrar 2 pruebas para su evaluación.
¿Qué es la agilidad?
Desde un punto de vista general, Pradet (1) señala que la agilidad es «la capacidad de expresar una motricidad de máxima eficacia».
Autores como Sheppard y Young (2), consideran la agilidad como la capacidad para realizar movimientos rápidos con el cuerpo que suponen cambios de dirección, de velocidad o ambas en respuesta a un estímulo.
Recientemente, se entiende la agilidad como una habilidad que implica cambios de velocidad, de dirección y/o de patrones de movimiento respondiendo a un estímulo externo relevante, influenciada por factores físicos, técnicos y perceptivos-cognitivos (3).
Clasificación de agilidad en educación física
Atendiendo a Sheppard y Young (2), se puede establecer la siguiente clasificación de los tipos de agilidad en educación física:
Agilidad simple
En este tipo de agilidad no existe incertidumbre espacial o temporal. Por ejemplo, una rutina de suelo propia de la gimnasia, la cual hace referencia a una actividad previamente planificada, que comienza cuando el deportista lo desea.
Agilidad temporal
Se produce incertidumbre temporal, pero existe un movimiento planificado previamente (confianza espacial). Sería el caso del inicio en un sprint de atletismo, donde no hay certeza respecto a cuándo se producirá la señal (disparo) de inicio.
Agilidad espacial
Se produce incertidumbre espacial, pero el ritmo del movimiento se planifica previamente (confianza temporal). Por ejemplo, la recepción del servicio en deportes como voleibol, tenis, bádminton y otros deportes de raqueta.
Agilidad universal
Existe tanto incertidumbre temporal como espacial. Este tipo de agilidad es propia de deportes colectivos, como el hockey sobre hielo, fútbol, baloncesto, ya que se producen acciones ofensivas y defensivas en las que los deportistas no se pueden anticipar con certeza a los movimientos del oponente.
Factores determinantes de la agilidad
La agilidad en educación física depende de dos componentes esenciales que son la toma de decisiones y el cambio de dirección. En base a ello, se pueden destacar una serie de factores determinantes de la agilidad en educación física (4).
Factores relacionados con la percepción y toma de decisiones
Entre estos factores que determinan la agilidad en educación física, destacan el conocimiento de la situación, la anticipación, el escaneo visual o el tiempo de reacción, entre otros.
Factores relacionados con el cambio de dirección
En este grupo de factores se pueden mencionar los siguientes:
- Técnica, depende de la posición del pie, el ajuste de la zancada para acelerar o desacelerar, la masa magra y el balanceo a nivel postural.
- Velocidad máximal lineal, influenciada por la frecuencia y amplitud de zancada, la rigidez y asimetría de las extremidades, etc.
- Cualidades del músculo, entre los que se destacan la fuerza reactiva (relacionada con la potencia), isométrica, concéntrica y excéntrica.
- Antropometría, determinado principalmente por la altura (longitud de las extremidades) y el peso (relación entre grasa y masa corporal).
Evolución de la agilidad en la niñez y adolescencia
La evidencia científica en cuanto a la evolución de la agilidad en educación física, concretamente durante la niñez y la adolescencia es bastante limitada, pudiendo encontrar consideraciones recientes respecto a ello, a nivel general, según Muntaner y Villa (5).
- El cambio de dirección evoluciona de manera natural durante la niñez y la adolescencia, teniendo ambos sexos valores similiares en la etapa prepuberal. No obstante, al inicio de la pubertad, se producen diferencias notorias entre sexos, entre los 13-14 años, obteniendo mejores valores los chicos que las chicas.
- La evolución de la agilidad en educación física, de manera general, se basa en adaptaciones del sistema nervioso central, que vienen determinadas por el aumento de los niveles de testosterona, andrógenos y/o segregación de la hormona de crecimiento (GH). Estos cambios hormonales traen como consecuencia un incremento de la capacidad de producir fuerza antes y durante la pubertad.
- En la niñez y la adolescencia la exposición repetida a un estímulo dado producirá tiempos de respuesta más rápidos, así como una mejora general de la cognición, debido al fortalecimiento de las vías sinápticas existentes. Para ello, es esencial el planteamientos de ejercicios y actividades deportivas diferentes, donde se trabaje la agilidad en educación física, ampliando, por ende, el bagaje motriz de niños y adolescentes.
Actividades para la mejora de la agilidad
Existe una gran variedad de actividades para la mejora de la agilidad en educación física, pudiendo destacar las siguientes (5):
- Sprints con cambios de dirección.
- Ejercicios de fuerza.
- Ejercicios pliométricos.
- Combinación de ejercicios de fuerza y pliométricos.
- Juegos modificados.
De manera más específica, ¿cómo se podría estructurar una sesión para el trabajo de agilidad en Educación Física?
En relación a ello, Lloyd y cols. (6) plantearon una propuesta de sesión de agilidad en educación física dividida en 3 fases:
- Fase 1. Habilidades del movimiento relacionadas con la agilidad. En esta fase se propone la realización de 11 ejercicios ejecutando en cada uno de 2 a 3 series por 10-14 repeticiones en cada serie, dependiendo del ejercicio. Algunos ejemplos de ejercicios serían saltos laterales con pies juntos, manteniendo unos segundos la posición. Una variante de este ejercicio podría ser los conocidos «skaters», que consisten en saltos laterales con apoyo unilateral alternando el pie de contacto con el suelo.
- Fase 2. Cambio de dirección. Se plantean 3 ejercicios donde se realicen múltiples cambios de dirección con una duración de 10 segundos en cada repetición. Para ello, se pueden realizar circuitos con conos, juegos en espacios reducidos que supongan cambios de dirección, juegos de relevos donde haya que realizar zig-zag, etc.
- Fase 3. Trabajo de la agilidad reactiva. Algunos ejemplos serían juegos como tratar de llevar un objeto a una zona determinada (llevando en la mano o conduciendo con el pie, etc.), mientras otro compañero trata de impedirlo. En este tipo de juegos se producen cambios de dirección, aceleraciones y desaceleraciones.
La fase 1 supondría la mayor parte de la sesión, cerca de un 60%, mientras que la fase 2 y 3, implicarían un 25% y 15% del tiempo de la sesión, respectivamente.
Evaluación de la agilidad en educación física
A la hora de evaluar la agilidad en educación física es bastante complejo encontrar un test que mida únicamente dicha cualidad, por su relación con otras capacidades físicas básicas y/o cualidades motrices.
A continuación, se van a destacar algunas pruebas para la valoración de la agilidad en educación física.
Test de “velocidad-agilidad 4×10 metros”.
Sin duda, en el contexto escolar, la mayoría de autores coinciden en la realización del test de velocidad-agilidad 4×10 metros, incluido en la batería ALPHA-Fitness (7).
- Objetivo: medir la agilidad, velocidad de desplazamiento y coordinación.
- Materiales necesarios: cronómetro, cinta métrica, 4 conos y 3 esponjas.
- Descripción. Se dibujan 2 líneas paralelas en el suelo a 10 metros de distancia y se coloca una esponja (B) en la línea de salida y dos esponjas en la línea opuesta (A y C). A la señal, el alumnado (sin esponja) corre lo más rápido posible a la línea opuesta y coge la esponja A, vuelve a la línea de salida, deja la esponja A y coge la B. Realiza de nuevo el mismo recorrido, dejando la esponja B y cogiendo la C, finalizando el test cuando cruce la línea de salida y deje la esponja C.
Prueba «circuito de agilidad»
Otra prueba dónde también se mide la agilidad en educación física, pero que no es propia del contexto educativo, sino que corresponde con una de las pruebas de acceso al cuerpo de policía nacional es el circuito de agilidad.
En mi práctica docente, esta prueba la incluyo en cursos superiores, 4º ESO y 1º de Bachillerato, ya que en algunos casos, se puede encontrar alumnado interesado en las pruebas de acceso a este cuerpo, además de ser una prueba que les suscita curiosidad y motivación.
Obviamente, este tipo de pruebas no es conveniente emplearlas como elementos de calificación, sino como medios para fomentar la autosuperación y autoevaluación del alumnado respecto a sus cualidades físicas.
- Objetivo: medir la agilidad y velocidad de reacción.
- Materiales: conos, picas, cinta métrica y cronómetro.
- Descripción. El ejecutante se coloca en la primera valla para iniciar la prueba. Inmediatamente, tendrá que rodear el primer cono y avanzar a la siguiente valla rebasándola por abajo. A continuación, se dirigirá hacia el siguiente cono, para pasar hacia la segunda valla, la cual tiene que salta por encima. Finalmente, se desplazará hacia la última, que también tendrá que saltar por encima.
Conclusión
La agilidad en educación física, en función de distintos autores, es considerada una capacidad, cualidad e incluso habilidad. Sin embargo, es cierto que la mayoría de autores coinciden en su relación con otras capacidades y cualidades, como la velocidad, flexibilidad, coordinación, entre otras.
A pesar de esta controversia en relación a su denominación, es una cualidad, que puede ser considerada como resultante de otras, pero cuyo desarrollo es esencial tanto en la etapa de la niñez como de la adolescencia y, sin duda, trabajar la agilidad en educación física es el contexto idóneo para trabajarla por medio de ejercicios y actividades de diversa tipología.
Referencias Bibliográficas
- Pradet, M. (1999). La preparación física. Barcelona: Inde.
- Sheppard, J. M. & Young, W. B. (2006). Agility literature review: classifications, training and testing. Journal of Sports Sciences, 24(9), 919-932.
- Escobar, P. y González, A. (2020). Agilidad y deporte. Recuperado el 23/07/2023.
- Faigenbaum, A. D. y cols. (2019). Essentials of youth fitness. In essentials of youth fitness.
- Muntaner, A. y Villa, E. (2023). Niño en forma. De la ciencia al patio escolar. Editorial Transverso.
- Lloyd, R. S. & cols. (2013). Considerations for the development of agility during childhood and adolescence. Strength and Conditioning Journal, 35(3), 2-11.
- Ruíz, J. y cols. (2011). Batería ALPHA-Fitness: test de campo para la evaluación de la condición física relacionada con la salud en niños y adolescentes. Nutrición hospitalaria, 26(6), 1210-1214.