En este artículo vamos a analizar los principales trastornos de alimentación, en concreto, nos centraremos en los que ocurren en la primera infancia y tienen una base sensorio-motora.
La actividad de comer suele ser un acto placentero. Compartido con la familia/amigos no debe porque ocasionar un problema, si no más bien todo lo contrario.
Es motivo, incluso, celebraciones en actos sociales y parte de nuestra cultura. Sin embargo, la experiencia de comer se puede volver algo traumática y estresante si nosotros hemos tenido o si actualmente tenemos un niño/a con trastornos en la alimentación.
¿Qué es la alimentación?
Es una actividad básica y necesaria para el ser humano. Nos permite la supervivencia así como el crecimiento y desarrollo. Esta actividad está relacionada tanto con la ingesta del alimento como con la experiencia de distintas sensaciones en el momento de alimentarse.
A través de dicho proceso de interacción se le permite al niño participar en una variedad de ocupaciones de manera exitosa (1).
Diferencia entre alimentarse y comer
Según la Asociación Americana de Terapia Ocupacional (AOTA), comer es la habilidad para completar las tareas preparatorias, orales, faríngeas del proceso de deglución para tragar los alimentos y llevarlos hacia el estómago.
Esto incluye las habilidades motoras y sensoriales orales requeridas para conducir la comida a la boca, manipular los alimentos y coordinar el proceso de tragarlo mientras se secuencia la respiración.
No obstante, alimentarse tiene más que ver con el hecho de la auto-alimentación. Está muy ligado a la autonomía para poder ejercer esta actividad. Alimentarse consiste en establecer, organizar y llevar la comida/líquido del plato/taza a la boca. Hay que tener en cuenta que incluye hábitos, rutinas, creencias y aspectos culturales (1).
Aspectos implicados en la alimentación
- Cognitivos: Influyen el nivel del funcionamiento cognitivo, perfil de aprendizaje, habilidades de atención.
- Sensoriales/Perceptuales: Importancia del ambiente, organización sensorial y praxis.
- Motores: Influye el desarrollo de las habilidades motoras gruesas/finas, control postural, tono, movimiento, reflejos y habilidades oro-motoras.
- Psicológicos/Comportamentales: impacto del desarrollo emocional, comportamiento verbal y no verbal e influencias ambientales (contexto y cultura).
- Comunicación: Influye el lenguaje receptivo/expresivo, habilidades motoras del habla, estructuras y funcionamiento motor.
- Nutricionales: Importancia del consumo dietético diario, historia nutricional.
- Médicos: Si existen diagnósticos y condiciones médicas (fármacos, salud dental, entre otros) (1).
¿Qué factores hay que tener en cuenta?
En la siguiente imagen podemos apreciar los principales factores a tener en cuenta en la presencia de un problema de alimentación:
Trastornos de alimentación
Una vez que conocemos todos factores a tener en cuenta en la alimentación podemos entrar a conocer la clasificación de los trastornos de alimentación según el DSM-V (2):
- Anorexia nerviosa.
- Bulimia nerviosa.
- Pica.
- Trastornos de alimentación por atracón.
- Trastornos de alimentación por rumiación.
- Trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos (ARFID).
- Otros trastornos de alimentación o de la ingesta de alimentos especificados.
- Otros trastornos de alimentación o de la ingesta de alimentos no especificados.
Como observas, existe una amplia clasificación de los trastornos de alimentación. Revisando los criterios de inclusión en el DSM-V, podemos apreciar que los trastornos de base sensoriomotora no llegan a englobarse de forma completa en las clasificaciones actuales.
De todos los descritos podríamos encuadrarlos parcialmente dentro del Trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos (ARFID). No obstante, no llega a tener cabida completa puesto que se excluyen déficits de habilidades del desarrollo y problemas en las habilidades físicas siendo un trastorno que sólo puede diagnosticar el psiquiatra.
En un intento de llegar a una terminología común, se atiende al marco de trabajo de la CIF, enfatizando una visión holística del impacto fisiológico y funcional, dando así paso a un nuevo diagnóstico; Trastorno Pediátrico de la Alimentación (TPA). Se define como el déficit de la ingesta oral que no es apropiada para la edad y está asociada a disfunción médica, nutricional, psicosociales y a habilidades de alimentación.
Principales grupos de riesgo de trastornos de alimentación
Se ha evidenciado que los niños con problemas en el desarrollo suelen presentar trastornos en la alimentación. No obstante, se ha observado, un aumento a la alza, de niños que no muestran ningún trastorno del desarrollo con grandes desafíos en la alimentación desde edades tempranas.
Los grupos con mayor riesgo en los trastornos de alimentación son (1):
- Prematuros: un 48% en el momento del alta, un 23% a las 2 años y un 11% a los 3 años.
- Trastornos del desarrollo: Autismo (60,93%), Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), Discapacidad intelectual, , Síndrome de Down, Parálisis Cerebral.
- Niños con desarrollo típico: la experiencia clínica ya está dejando ver las consecuencias en esté área, sobre todo en los nacidos en pandemia Covid-19.
Importancia de la nutrición en los trastornos de alimentación
La nutrición se define como el conjunto de acciones que el organismo realiza para transformar y asimilar las sustancias nutritivas contenidas en los alimentos. Estas acciones incluyen la digestión, absorción, utilización y eliminación.
Para la salud de bebé se sabe de la importancia de la alimentación de los padres para la concepción y el embarazado; aquí puedes leer los alimentos a evitar. Posteriormente, una correcta alimentación infantil favorece el crecimiento óptimo evitando así la malnutrición, la aparición de enfermedades carenciales y dar lugar así a un correcto desarrollo madurativo.
Es importante que la alimentación contenga los nutrientes necesarios para dicho desarrollo, si hay déficits y no se interviene esto puede ir agravándose hasta llegar a la malnutrición e incluso a la desnutrición.
Algunos estudios exponen que los niños podrían estar en riesgo de sufrir limitaciones nutricionales que se pueden estar pasando por alto en controles antropométricos, ocasionando efectos negativos a medio o largo plazo en el crecimiento y desarrollo.
Esto reafirma la premisa de que un problema de alimentación no siempre se refleja con los parámetros convencionales y será necesario utilizar la nutrición más allá de las generalidades (1,3,4).
Impacto de la alimentación en las patologías
La evidencia nos dice que ciertos alimentos pueden modificar los síntomas de algunos diagnósticos. Vamos a exponer algunos de los avances:
También la dieta cetogénica demostró su efectividad en la reducción de las crisis epilépticas en un 80% en los adultos, así como en sus efectos secundarios (6)
Además, sabemos que la capacidad cognitiva puede verse influída por los componentes de la alimentación. Los alimentos con un índice glucémico bajo mejoran la atención, la memoria y la capacidad funcional, mientras que los ricos en azúcares simples se asociación con dificultad de concentración y atención (7).
De este modo, surge la pregunta de por qué se están diagnosticando tantos niños con Trastornos por Déficit de Atención (TDA) o Trastornos por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Más bien habrá que estudiar la influencia tiene cada área en el diagnóstico. Aún queda mucho por evidenciar pero la evidencia ya apunta a la importancia de la alimentación ante ciertas patologías o síntomas.
Integración sensorial y alimentación
La integración sensorial es un proceso neurobiológico que ocurre a distintos niveles del Sistema Nervioso donde la información sensorial de diferentes fuentes y modalidades es asociada y organizada en unidades perceptuales.
Se encarga de organizar la sensación para su uso en las ocupaciones (en este caso para la ocupación de alimentarse), el desarrollo de habilidades para su desempeño y el vínculo con estados emocionales. Así cómo de la organización del comportamiento en el tiempo y espacio (8).
Según Toomey y Piette, la intervención para los problemas de alimentación reconoce la contribución del procesamiento sensorial a la alimentación y sugieren que debe tenerse en cuenta, ya que, la capacidad como cada uno procesamos la información sensorial puede afectar a la participación en la alimentación.
Cuando la alimentación se desarrolla de manera inadecuada y se producen trastornos de alimentación impacta en:
- Autoalimentación.
- Control postural.
- Interacción social y emociones.
- Autonomía en la selección de alimentos.
- Capacidad para aceptar nuevos alimentos.
- Capacidad para procesar alimentos dentro del sistema gastrointestinal.
Por tanto, comer es la tarea sensorial más difícil que realizan los niños y niñas. Tan solo comer incluye un proceso de 25-32 pasos que comienzan en los sistemas sensoriales (1).
Disfunción sensorial en la alimentación
Actualmente sabemos que los niños que tienen trastornos de alimentación tienen más problemas sensoriales que sus pares y viceversa, los niños que poseen dificultades sensoriales suelen tener problemas para alimentarse o trastornos de alimentación (Suarez M., 2017).
Un desorden en el procesamiento sensorial puede incluir problemas en la modulación como problemas para la discriminación sensorial. En función del tipo encontraremos:
Personas con desafíos en la tolerancia de estímulos sensoriales
- Bajo registro.
- Buscadores de sensaciones.
- Evitativas de sensaciones.
- Sensibles a las sensaciones.
Personas con dificultades motoras y de coordinación motora. Dificultades en las praxis
- Ideación.
- Planificación.
- Ejecución.
Signos de alarma para detectar trastornos de alimentación
Si crees que desde pequeño hay aspectos en la alimentación que no funcionan adecuadamente y no podías ponerle palabras a lo que te sucede o bien conoces a alguien ( hijo/a, alumno/a, familiar cercano…) que pudiera sufrirlo, aquí tienes los indicadores a los que debes prestar especial atención: Guía para detectar desafíos en la alimentación.
En esta guía podrás ver los signos claves que muestran los trastornos de alimentación e identificar en qué área se encuentra la disfunción para comenzar a poner solución cuanto antes.
El primer paso será graduar el nivel de alerta y regulación para después poder seguir los pasos de la escalera de la alimentación para comenzar:
Ten en cuenta que la alimentación depende de muchos factores por lo que puede requiere un abordaje interdisciplinar. Lo mejor será contactar con un profesional cualificado para individualizar el plan de intervención y comenzar a poner solución a los trastornos de alimentación.
Referencias Bibliográficas
- Yagüe E. (2022). Abordaje Terapéutico de los Trastornos de Alimentación en la infancia: Valoración e intervención.
- Morrison, J. ( 2015). DSM-5. Guía para el diagnostico clínico. Editorial El Manual Moderno. Recuperado el 20/11/2022.
- Núñez Santiago, P. (2020). Nutrición y trastornos de alimentación y del espectro autista.
- Rodríguez Esguevillas, L. (2021). Dieta sin gluten en autismo.
- Segovia, M. G., & Villares, J.M. (2013). La leche de vaca en la alimentación del niño. ¿Necesaria o causa de problemas?. Pediatría Integral, 371-376.
- Bernal, J. C., Micolta, P. M., Torres, L.H. C., Zúñiga-Núñez, M. A., & Osorio, J. V. (2021). Efectos de la dieta cetogénica en pacientes adultos con epilepsia refractaria. Neurología Argentina, 13 (4), 221-227.
- Estrategias nutricionales que mejoran la función cognitiva. Nutrición hospitalaria, 35, 16-19.
- Toledo, D. (2007) Integración sensorial. Revista Ocupación Humana, 12 (1 y 2), 32-43.