El hígado cumple importantes funciones de desintoxicación en el cuerpo humano, existen diversos factores que pueden afectar el hígado y poner en riesgo la salud de las personas, algunos de estos factores son: enfermedades, drogas, fármacos, alcohol, químicos, etc.
Diversas investigaciones se han enfocado en encontrar formas de proteger o mejorar la salud del hígado, la Acetilcisteína es un producto que puede ayudar a mejorar el daño hepático inducido por intoxicación.
La toxicidad aguda por acetaminofén (paracetamol), es muy frecuente debido a su disponibilidad y a que posee una amplia gama de aplicaciones terapéuticas (1). Las sobredosis de acetaminofén son las causas más comunes de insuficiencia hepática en los Estados Unidos (1-7).
Los efectos adversos de este fármaco son: náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y shock y se pueden producir de 4-14 horas después de la ingestión del medicamento, a partir de las 24-48 horas las aminotransferasas del hígado se incrementan, este incremento indica que existe daño hepático (7).
Cuando se administra de forma oral el acetaminofén, éste es convertido principalmente en compuestos neutros e inofensivos por una reacción en el organismo (reacción tipo II) (4). Sin embargo,debido a una reacción tipo I (citocromo P450) una pequeña parte es convertida en un metabolito tóxico llamado N-acetyl-p-benzoquinoneimina (NAPQI), produciendo daño en los lóbulos hepáticos (8).
Existe una alta tasa de mortalidad por insuficiencia hepática, debido a la falta de viabilidad para el tratamiento. El uso de la acetilcisteína (NAC) se ha sugerido para el manejo de las intoxicaciones hepáticas (3).
Los antioxidantes son compuestos naturales o sintéticos producidos in vivo, son constituyentes celulares y también se pueden obtener mediante la alimentación; su función principal es combatir el estrés oxidativo (9), de esta forma se puede retrasar o prevenir la oxidación de sustratos como proteínas, ácido desoxirribonucleico (ADN), lípidos, reducir el estrés oxidativo, combatir mutaciones del ADN, transformaciones malignas y otros parámetros de daño celular (10).
Debido a la importante función de los hepatocitos del hígado en el metabolismo de drogas, los xenobióticos (compuestos de origen sintético o natural que el organismo metaboliza y acumula y que pueden ser peligrosos para la salud) y compuestos endógenos, se requiere un importante sistema antioxidante (11).
Entre estos sistemas destaca el glutatión (GSH), el antioxidante más abundante en el organismo y que realiza funciones importantes protegiendo a las células de la toxicidad (12).
¿Qué es la N acetilcisteína (NAC)?
La NAC es un potente antioxidante, que actúa directamente incrementado el GSH intracelular, especialmente en el tejido hepático (13).
La administración de N-acetilcisteína ha demostrado ser beneficiosa en diversas enfermedades como : enfermedades inflamatorias del intestino (14), enfermedades pulmonares, esclerosis sistémica, fibrosis quística, la infección por virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), shock séptico, diabetes y lesiones hepáticas (15-16).
Eficacia de la N acetilcisteína
En el período del 2013 al 2014, se realizó una investigación doble ciego en un hospital con 60 pacientes intoxicados por acetaminofén.
Los pacientes se dividieron en 2 grupos de 30 personas, a un grupo se le administró N acetilcisteína, y al otro grupo se le administró N acetilcisteína con cimetidina; se midieron los niveles séricos de acetaminofén y las transaminasas en sangre al momento de ingreso al hospital y a las 4,12, 24 y 48 horas posteriores a su admisión.
En ambos grupos, los niveles de acetaminofén en sangre a las 48 horas fue de cero, por lo tanto, el tratamiento contra la toxicidad hepática fue exitoso, sin embargo, no hubo diferencias importantes entre la administración de N-acetilcisteína sola o en conjunto con cimetidina (3).
Se realizó una investigación para medir la eficacia del tratamiento con N acetilcisteína en lesiones hepáticas no asociadas a sobredosis de paracetamol, el estudio fue doble ciego con 173 pacientes, se formaron 4 grupos de acuerdo al grado de lesión hepática; los resultados indicaron que la administración de NAC intravenosa, beneficia a los pacientes reduciendo la necesidad de trasplante y favoreciendo la recuperación hepática, esto se pudo confirmar con algunos parámetros séricos de lesión hepática (17).
Otro estudio, encontró evidencia prometedora, sin embargo, los datos no mostraron diferencias significativas entre el grupo control y experimental.
En esta investigación se compararon 44 pacientes que recibieron N acetilcisteína con 44 pacientes que no recibieron N acetilcisteína después de una operación de resección hepática; se realizaron pruebas de función hepática en los días 1, 3 y 5 post-operación. El grado de insuficiencia hepática fue menor en el grupo que recibió N acetilcisteína, aunque esta diferencia no alcanzó significación estadística (18).
Se realizó un reporte de un caso acerca de un paciente masculino de 45 años de edad, que ingresó con signos de necrosis hepatocelular e insuficiencia hepática, el paciente admitió haber utilizado cannabinoides sintéticos .
Las pruebas de intoxicación por paracetamol y alcohol resultaron negativas. Se administró de forma intravenosa N-acetilcisteína; el daño hepatocelular disminuyó y el paciente se recuperó por completo. Se han reportado otros intoxicaciones por el uso de esta droga pero no la toxicidad hepática (19).
Conclusión sobre la Acetilcisteína
Varios estudios han demostrado resultados positivos para el uso de la N acetilcisteína en lesiones hepáticas , principalmente en modelos animales (16).
Sin embargo, es necesario el aumento de investigaciones en humanos para que los profesionales de la salud puedan estar seguros acerca de la efectividad,seguridad, vía de administración,dosis optima y duración de la terapia de la N acetilcisteína.
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