Relación entre el consumo de sal y la hipertensión

El consumo de sal y la hipertensión han estado tradicionalmente vinculados, sin embargo a día de hoy hay discordancia con este tema.

✎ Autor:  Saúl Sánchez

Durante muchos años se han relacionado el consumo de sal y la hipertensión.

Sin embargo a día de hoy se sabe que son varios factores los que inciden sobre la hipertensión.

El consumo de sal y la hipertensión no tienen por qué tener una relación tan nociva ni resultar negativo en todos los casos.

Antes de comenzar hay que destacar que la hipertensión se considera un factor de riesgo para el desarrollo de patologías cardiovasculares. Por lo tanto, es necesario regular este parámetro para conseguir que se encuentre en valores normales.

Hipertensión, ¿Genética o adquirida?

La primera duda que surge en torno a la tensión sanguínea es cómo los hábitos o los factores ambientales pueden afectarle.

Existen evidencias sólidas conforme la carga genética puede determinar en gran medida el valor de la presión sanguínea (1). Por este motivo, no siempre unos niveles elevados se consideran patológicos.

Ahora bien, existen circunstancias en las que los malos hábitos de vida pueden ocasionar un cambio al alza en el parámetro, a pesar de que la genética no tenga nada que ver al respecto.

En este momento se considera la hipertensión muy peligrosa, ya que podría desembocar en la aparición de otras enfermedades.

Sin embargo, existe bastante discordancia acerca de qué hábitos, a nivel dietético, consiguen realmente disparar los niveles de presión arterial, conduciendo a una situación patológica que ha de ser revertida por medio de la farmacología.

ejercicio en pacientes con hta

Consumo de Sal y la hipertensión

Desde el punto de vista dietético, tanto la alimentación hipercalórica como el consumo de grasas trans son capaces de incrementar la tensión sanguínea (2).

Ambos elementos conducen a una situación de sobrepeso y de inflamación sistémica, lo cual se relaciona con una mayor incidencia de las patologías de tipo cardiovascular.

la sal y la hipertensión no tienen una relación tan estrecha como se piensa
La relación entre la sal y la hipertensión depende de factores genéticos.

La relación entre la sal y la hipertensión depende en cierto modo de factores genéticos. A día de hoy no se puede confirmar que la sal y la hipertensión estés estrechamente relacionados.

Sin embargo, también se ha propuesto que el consumo de sal y la hipertensión estén estrechamente relacionados.

De este modo, durante muchos años se ha recomendado una reducción en la ingesta del mineral para evitar un aumento de la tensión sanguínea, o para corregir una situación de hipertensión.

Lo cierto es que las investigaciones más recientes sugieren que un consumo elevado de sodio es capaz de aumentar los niveles de tensión sanguínea en sujetos hipertensos con predisposición genética a dicha situación (3).

No obstante, no existe una relación clara entre el consumo elevado del nutriente en sujetos sanos y el desarrollo de dicha condición patológica.

No existe una relación clara entre el consumo elevado del nutriente en sujetos sanos y el desarrollo de dicha condición patológica.

Por este motivo, los especialistas comienzan a ser menos restrictivos respecto al consumo de sodio y de sal con el paso del tiempo, en lo que a hipertensión se refiere.

Incluso se ha llegado a especular con la posibilidad de que los azúcares simples sean capaces de incidir de forma mucho más notoria sobre este parámetro (4).

De este modo, a día de hoy no se puede confirmar que la sal y la hipertensión estén estrechamente relacionados. Solamente en sujetos con cierta predisposición genética habría que limitar el consumo del ingrediente.

En el resto de los casos es posible plantear una intervención dietética satisfactoria, pero no reduciendo únicamente la ingesta de dicho ingrediente.

En un meta-análisis realizado por Rod S Taylor et al. en el 2011, se concluye que no hay evidencia suficiente para extraer efectos clínicos importantes relativos a mortalidad o enfermedad cardiovascular (7).

A la hora de hablar del consumo de sal y la hipertensión, otro meta análisis de Dinicolantonio et al. 2011, compararon una dieta normal en sodio, una dieta baja en sodio incrementa notablemente la enfermedad y la mortalidad en pacientes con insuficiencia cardíaca.

Si hablamos del consumo de sal y la hipertensión, varios meta-análisis defienden que una dieta baja en sodio incrementa notablemente la enfermedad y la mortalidad en pacientes con insuficiencia cardíaca.

Además, otro estudio que analiza el consumo de sal y la hipertensión, concluye que no existe evidencia suficiente para extraer efectos clínicos relevantes relativos a mortalidad o enfermedad cardiovascular.

Eficacia de la dieta DASH contra la hipertensión

Lo cierto es que se ha propuesto un modelo dietético, de forma clásica, como tratamiento contra la hipertensión. Este se conoce como dieta DASH, siendo un tipo de alimentación bajo en sodio y en ultraprocesados, y alto en potasio y en vegetales.

El propio consumo de potasio podría ser importante cuando el objetivo es reducir la tensión sanguínea, tal y como muestran las últimas investigaciones (5). Este mineral se encuentra sobre todo en frutas como el plátano, además de en otro tipo de vegetales frescos.

Incluso la suplementación con el nutriente podría ser especialmente beneficiosa. Los expertos debaten entre la necesidad de incrementar el aporte dietético de incluir un complemento alimenticio del mineral.

Paralelamente, suprimir de la dieta habitual productos nocivos como los ultraprocesados va a conseguir generar un efecto claramente beneficioso sobre la presión arterial.

Con ellos se elimina una gran parte de los azúcares simples, grasas trans y aditivos que forman parte de la alimentación, siendo todos ellos elementos nocivos en su gran mayoría.

Por ello, la dieta DASH a demostrado beneficios a la hora de lidiar con dicha condición. No obstante, se pone en duda, a día de hoy, que el efecto de la restricción de sodio en la alimentación sea realmente significativo.

Ejercicio contra la hipertensión

Otro de los puntos clave a la hora de evitar situaciones de tensión sanguínea elevada es garantizar la práctica de actividad física de forma regular.

En este sentido, el trabajo de resistencia puede ayudar mucho, ya que mejora la eficiencia del sistema cardiovascular en general.

De hecho, todas las guías contra la hipertensión y contra los problemas cardíacos contemplan la necesidad de realizar actividad física de intensidad moderada al menos 3 veces por semana.

En sujetos sanos podría ser todavía más beneficioso combinar este trabajo con un entreno de fuerza intenso, o incluso con algún tipo de planteamiento de carácter interválico.

más sal no significa tensión sanguínea más alta
Los minerales pueden influir en cierto modo en la hipertensión.

Ahora bien, en sujetos hipertensos hay que ser cauteloso en la planificación del ejercicio físico. De ser demasiado extenuante podría poner en riesgo la salud del sujeto.

Es importante respetar siempre el principio de progresión, para que de este modo el organismo se adapte a la carga y no sufra consecuencias negativas.

 

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Buen descanso para modular la presión sanguínea

Además de analizar la sal y la hipertensión, es importante hablar del buen descanso nocturno.

Hay que tener en cuenta, por otra parte, que el descanso nocturno es otro de los factores clave a la hora de modular la presión sanguínea.

No dormir un número mínimo de horas puede incrementar los niveles de estrés en el organismo, lo cual se relaciona con un mayor riesgo de hipertensión.

Durante la noche se producen todos los procesos que tienen como objetivo el mantenimiento de la homeostasis del organismo.

Si esta se pierde comienzan a desarrollarse ineficiencias que ponen en riesgo el estado de salud. No solo aumenta la presión sanguínea, sino que también se experimentan desórdenes a nivel hormonal.

En este sentido, es fundamental mantener una buena higiene del sueño. Para ello cabe la necesidad de acostarse a una hora prudente, respetando los ciclos circadianos hormonales, en la medida de lo posible.

Evitar la exposición a la luz azul durante los minutos previos al descanso es también fundamental.

Incluso es posible introducir en la rutinas un suplemento de melatonina para garantizar un mejor descanso.

Existen ciertas evidencias conforme el consumo de la neurohormona de forma habitual es capaz de ayudar a modular los niveles de estrés, lo que repercute positivamente sobre la presión sanguínea.

Al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que las buenas relaciones sociales también pueden incidir sobre los estados emocionales.

De este modo, una persona que cuide sus lazos de amistad es más probable que sufra menos problemas relacionados con el incremento de la tensión arterial.

Por ello existen otros factores más influyentes sobre la hipertensión que el consumo de sal.

estado fisico

Sal y la hipertensión no siempre van de la mano

Como has podido comprobar, la sal y la hipertensión no están tan relacionados como se tradicionalmente se ha propuesto.

Si bien es cierto que la sal y la hipertensión pueden empeorar la condición de sujetos hipertensos genéticamente predispuestos, se pone en duda de que suponga un factor de riesgo para el desarrollo de la patología en personas sanas.

Sin embargo, sí que existen otros factores dietéticos que pueden influir en esta cuestión.

Además de hablar sobre la sal y la hipertensión, debemos resaltar que una dieta hipercalórica que genere sobrepeso, un elevado consumo de azúcares simples y la presencia habitual de grasas trans en la dieta son totalmente contraproducentes.

Asimismo, hay que destacar que el consumo habitual de potasio podría ayudar a reducir la hipertensión arterial. Del mismo modo, la práctica regular de ejercicio físico de intensidad moderada resulta clave para evitar el desarrollo de tal situación.

Conclusión

Durante años se han relacionado el consumo de sal y la hipertensión. La evidencia científica actual no establece una relación directa.

Además, en estudios recientes la reducción progresiva de la ingesta de sal agregada durante un período de 13 semanas no causó reducciones significativas en la presión arterial periférica y central (6).

Por este motivo, la recomendación no pasa por disminuir la ingesta de sal de forma sistemática, la relación directa entre sal y la hipertensión es más bien un mito, la recomendación debe pasar por cuidar los hábitos de vida en general.

Si se consigue promover la práctica de actividad física, la importancia de enfatizar el consumo de alimentos frescos y la necesidad de un buen descanso, será menos probable desarrollar la patología.

De este modo se puede generar una intervención sobre el estado de salud de forma eficaz. Para ello hay que derrumbar el mito de la sal y la hipertensión, atribuyéndole mayor importancia a la restricción de los azúcares simples y de las grasas trans.

Referencias bibliográficas

  1. Manosroi, W., & Williams, G. H. (2019). Genetics of Human Primary Hypertension: Focus on Hormonal Mechanisms. Endocrine reviews, 40(3), 825–856.
  2. Mazidi, M., Cicero, A. F., Kengne, A. P., & Banach, M. (2018). Association Between Plasma Trans-Fatty Acid Concentrations and Measures of Glucose Homeostasis and Cardiovascular Risk Factors in Adults in NHANES 1999-2000. Angiology69(7), 630–637.
  3. Rust, P., & Ekmekcioglu, C. (2017). Impact of Salt Intake on the Pathogenesis and Treatment of Hypertension. Advances in experimental medicine and biology956, 61–84. https://doi.org/10.1007/5584_2016_147
  4. Ozemek, C., Laddu, D. R., Arena, R., & Lavie, C. J. (2018). The role of diet for prevention and management of hypertension. Current opinion in cardiology33(4), 388–393. https://doi.org/10.1097/HCO.0000000000000532
  5. Filippini, T., Violi, F., D’Amico, R., & Vinceti, M. (2017). The effect of potassium supplementation on blood pressure in hypertensive subjects: A systematic review and meta-analysis. International journal of cardiology230, 127–135. https://doi.org/10.1016/j.ijcard.2016.12.048
  6. Carolina A. et al. (2020). Effects of added salt reduction on central and peripheral blood pressure. Arq Bras Cardiol, 114(3):554-561.
  7. Rod S Taylor et al. (2011). Reduced dietary salt for the prevention of cardiovascular disease: a meta-analysis of randomized controlled trials (Cochrane review). Am J Hypertens 24(8):843-53.
  8. Dinicolantonio et al. (2011). The wrong white crystals: not salt but sugar as aetiological in hypertension and cardiometabolic disease. Open Heart 1(1): e000167.

Autor: Saúl Sánchez

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BIO: Graduado en Nutrición Humana y Dietética con especialidad en Nutrigenómica y en Nutrición Deportiva. Actualmente ejerciendo como nutricionista del R.C. Deportivo de la Coruña.

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