En este artículo analizaremos la tortícolis o s como un trastorno en el que el cuello se inclina hacia un lado y no se puede enderezar.
Puede ser causado por una lesión o un problema muscular o nervioso, o puede ser un síntoma de una afección médica subyacente.
Algunos tratamientos incluyen terapia física, medicamentos para el dolor y ejercicios para fortalecer el cuello. Es importante consultar a un médico si se experimenta tortícolis persistente para determinar la causa y recibir el tratamiento adecuado.
¿Qué es la tortícolis?
Es una afección dolorosa que puede ser aguda o crónica y afectar a personas de todas las edades.
El espasmo muscular cervical, también conocido como tortícolis o cuello torcido, es una contracción involuntaria y sostenida de uno o más músculos en la región del cuello. Estos espasmos pueden causar dolor, rigidez y limitación en el movimiento del cuello.
La tortícolis es una condición bastante común que afecta a los músculos del cuello, provocando rigidez y dolor. Esto puede llevar a una postura forzada de la cabeza, inclinada hacia un lado, y al giro del mentón hacia el otro. Ahora bien, ¿qué la provoca?
Tipos de tortícolis o espasmo muscular cervical
La tortícolis se puede clasificar en dos tipos principales:
- Tortícolis espasmódica: es una forma aguda de la afección que se desarrolla repentinamente y puede ser consecuencia de lesiones, infecciones, estrés emocional o problemas neurológicos. Se caracteriza por una contracción o espasmo muscular en el cuello que causa una curvatura hacia un lado. Este tipo suele resolverse por sí sola en unas pocas semanas con el tratamiento adecuado.
- Tortícolis estática: es una forma crónica de la afección que se genera de manera gradual a lo largo del tiempo, y puede ser causada por desgaste del cuello, artritis, posturas inadecuadas y otros factores. La tensión muscular crónica en el cuello causa una curvatura hacia un lado que puede persistir incluso cuando el cuello no está en uso. Requiere de tratamiento prolongado y suele ser más compleja de tratar que la tortícolis espasmódica.
Según el origen del espasmo muscular cervical pueden existir dos tipos:
- Tortícolis congénita: Esta forma de tortícolis se presenta en recién nacidos y se debe a factores genéticos o complicaciones durante el embarazo o el parto. La causa más común de la tortícolis congénita es la fibromatosis esternocleidomastoidea, una condición en la cual se desarrolla un tejido fibroso en el músculo esternocleidomastoideo, que conecta el esternón y la clavícula con el hueso del cráneo. Esta afección puede hacer que el músculo se acorte, lo que resulta en la inclinación característica de la cabeza. La tortícolis congénita también puede ser causada por malformaciones óseas o musculares en el cuello.
- Tortícolis adquirida: La tortícolis adquirida se desarrolla después del nacimiento y puede afectar a personas de cualquier edad. Puede ser el resultado de una variedad de factores, como lesiones o traumas en el cuello, infecciones, tumores, artritis cervical, espasmos musculares o factores neurológicos. La tortícolis adquirida puede ser temporal o crónica, dependiendo de la causa subyacente.
La tortícolis congénita está presente al nacer o se desarrolla poco después, mientras que la tortícolis adquirida se desarrolla más tarde en la vida debido a factores externos o internos.
El tratamiento y el pronóstico de cada tipo de tortícolis también pueden variar, dependiendo de la gravedad de la afección y la causa subyacente.
¿Cuáles son las causas de la tortícolis?
La tortícolis o espasmo muscular cervical puede aparecer por una gran cantidad de motivos, aunque entre los más frecuentes se pueden mencionar:
- Lesiones: una lesión en el cuello, como una distensión muscular o una contusión, puede causar espasmos musculares y tortícolis.
- Infecciones: enfermedades como el meningitis o la encefalitis pueden causar inflamación en el cuello.
- Estrés emocional: el estrés emocional o la ansiedad pueden causar tensión muscular en el cuello.
- Problemas neurológicos: esta afección también puede ser causada por problemas neurológicos, como la esclerosis múltiple o un tumor cerebral.
- Artritis: la artritis en el cuello puede causar inflamación y tensión muscular.
- Nacimiento: algunos bebés nacen con tortícolis congénita debido a una posición indebida durante el desarrollo en el útero.
- Otros factores: la tortícolis también puede ser causada por otros factores como una mala postura prolongada, una lesión en el hombro o la espalda, o un trastorno del sueño.
Es de gran importancia consultar con un especialista para determinar la causa y el tipo específico de tortícolis y recibir un tratamiento adecuado. La gran mayoría de casos pueden sanar por completo en días o semanas con cuidado personal.
La tortícolis puede surgir por diversas razones. Algunas de las más frecuentes incluyen:
- Tensión muscular: ¡El estrés y las malas posturas pueden pasar factura!
- Lesión o traumatismo: Un golpe o movimiento brusco puede desencadenarla.
- Infección: Sí, hasta una simple infección de garganta puede ser el culpable.
- Condiciones médicas subyacentes: Enfermedades como la distonía también pueden provocar tortícolis.
La buena noticia es que en muchos casos, la tortícolis es temporal y se resuelve por sí sola.
«Cuando la tortícolis es tratada de manera adecuada, la mayoría de las personas experimentan una mejora significativa en su calidad de vida.»
Síntomas de la tortícolis
La tortícolis puede generar una amplia variedad de síntomas que pueden presentarse de manera diferente en cada persona afectada. Sin embargo, los más comunes incluyen:
- Dolor en el cuello: es una de las manifestaciones más comunes de la tortícolis y puede ser un dolor agudo o crónico. El dolor puede ser constante o intermitente y puede intensificarse con movimientos específicos del cuello o con la postura prolongada en una posición incómoda.
- Rigidez en el cuello: se refiere a la dificultad para mover el cuello hacia arriba, abajo o hacia los lados debido a la tensión muscular.
- Contractura muscular: es una contracción anormal de los músculos y puede causar que el cuello se curve hacia un lado.
- Dolor de cabeza: el dolor de cabeza puede ser un síntoma secundario de la tortícolis y estar relacionado con la tensión muscular y la rigidez en el cuello. El dolor de cabeza puede ser de intensidad variada y encontrarse localizado en diferentes áreas de la cabeza como la frente, las sienes o la nuca.
- Dolor en los hombros: el dolor producido por esta lesión se puede extender a zonas adyacentes al cuello, como los hombros.
- Dificultad para dormir en la posición adecuada.
Es importante consultar a un médico si se experimentan estos síntomas para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
Tratamiento de la tortícolis
Sin embargo, los profesionales suelen realizar las siguientes técnicas para disminuir la sintomatología y acelerar el proceso de recuperación:
- Ejercicios de estiramiento: los ejercicios de estiramiento pueden ser efectivos para aliviar la tensión muscular y la rigidez en el cuello. Estos ejercicios pueden incluir movimientos suaves y lentos de rotación, flexión y extensión del cuello y deben ser realizados con la supervisión de un profesional de la salud. Se debe respetar el margen de dolor ya que sobreesforzar los músculos podría empeorar los síntomas.
- Terapia manual: la terapia manual es un tratamiento efectivo para la esta lesión que puede incluir la manipulación y el estiramiento de los músculos y las articulaciones del cuello.
- Medicación: la medicación puede disminuir el dolor y la inflamación asociados a esta lesión. Los medicamentos comúnmente usados incluyen antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno, o analgésicos, como el acetaminofén.
- Terapia de calor: esta terapia se basa en la aplicación de compresas de calor en el cuello o la realización de baños de agua caliente. La terapia de calor puede ayudar a aliviar el dolor y la tensión muscular.
- Ejercicios de fortalecimiento: incluyen ejercicios específicos para fortalecer los músculos del cuello y mejorar la postura. Estos ejercicios deben ser realizados bajo la supervisión de un profesional.
- Terapia ocupacional: se trata de la enseñanza de técnicas para mejorar la postura y la ergonomía en las actividades del día a día. La terapia ocupacional también puede incluir la adaptación del entorno para reducir la tensión en el cuello y mejorar la movilidad.
¿Cómo prevenir la tortícolis?
Estas son algunas recomendaciones que te ayudarán a evitar sufrir de diferentes patologías que puedan afectar a los músculos de tu cuello:
- Mantener una postura correcta en el trabajo, en el hogar y mientras se realizan actividades físicas. Esto puede ayudar a prevenir la tensión en los músculos y evitar lesiones.
- Fortalecer los músculos de la espalda y el cuello para mejorar la estabilidad.
- Adaptar el entorno de trabajo y volverlo un lugar más cómodo, con el objetivo de reducir la tensión en el cuello y que sea más sencillo mantener una mejor postura.
- Realizar ejercicios de estiramiento con regularidad.
- Controlar el estrés.
- Evitar mantener el cuello en una misma posición por periodos de tiempo prolongados.
Si quieres reducir el riesgo de sufrir esta lesión, presta atención a estos consejos:
- Adopta una postura correcta al sentarte o dormir.
- Haz pausas frecuentes si trabajas en una computadora o realizas actividades que requieran mantener la cabeza en una posición fija por mucho tiempo.
- Realiza ejercicios de estiramiento y fortalecimiento para el cuello y hombros.
- Evita cargar objetos pesados sobre un solo hombro.
Si ya padeces esta lesión, estos tratamientos pueden ser de gran ayuda:
- Aplicar calor o frío en la zona afectada.
- Masajes suaves en los músculos del cuello.
- Realizar ejercicios de estiramiento y movilidad.
- Tomar medicamentos antiinflamatorios y analgésicos según las indicaciones de un médico.
- Recuerda que la tortícolis puede ser un síntoma de otro problema de salud, así que no dudes en buscar ayuda médica si el dolor persiste o empeora.
El papel de la fisioterapia en el tratamiento de la tortícolis
La fisioterapia es una opción muy recomendable para tratar la tortícolis, ya que ayuda a mejorar la movilidad y reducir el dolor. Un fisioterapeuta puede diseñar un programa de ejercicios específico para ti, que incluya:
- Estiramientos para aliviar la tensión en los músculos del cuello.
- Fortalecimiento de los músculos relacionados, para mejorar la postura y el soporte.
- Técnicas de relajación y manejo del estrés, que pueden ser útiles si la tortícolis está relacionada con la tensión muscular.
¡No subestimes el poder de la fisioterapia! Con constancia y dedicación, podrás recuperar la movilidad de tu cuello y mejorar tu calidad de vida.
Cuándo acudir al médico
Aunque la mayoría de los casos de tortícolis se resuelven solos, es fundamental que estés alerta a ciertos signos que podrían indicar que es momento de visitar a un médico:
- Dolor intenso que no mejora con el tiempo.
- Fiebre alta o síntomas de infección.
- Dificultad para mover la cabeza, incluso después de varios días de tratamiento casero.
- Debilidad o entumecimiento en los brazos o manos.
En estos casos, acudir al médico es crucial para descartar problemas de salud más serios y recibir un tratamiento adecuado.
Conclusión
Existe una amplia variedad de causas que pueden generarla que pueden ir desde problemas de nacimiento hasta infecciones. Sin embargo, una de las causas más comunes es mantener posturas inadecuadas durante tiempo prolongado.
Sus síntomas incluyen dolor en el cuello, rigidez, contractura muscular que produce que el cuello se incline hacia un lado y dolor que puede extenderse a la cabeza o los hombros.
Se puede prevenir la tortícolis manteniendo una postura adecuada al realizar actividades cotidianas, evitando el estrés, fortaleciendo los músculos para mejorar la estabilidad y evitando mantener posiciones prolongadas que puedan producir rigidez y dolor en el cuello.
Referencias bibliográficas
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