Fibromialgia y actividad física

La evidencia científica nos demuestra que el ejercicio físico es, actualmente, la mejor herramienta no farmacológica en el tratamiento de la fibromialgia.

✎ Autor:  Brais Ruibal

Actualmente, la fibromialgia (FM) es una patología que plantea a la medicina más interrogantes que respuestas. Cada vez son más los estudios clínicos que avalan todo tipo de teorías con respecto al origen, factores desencadenantes y sintomatología de la fibromialgia. Existe un poco de controversia entre si se trata de un problema de origen cerebral o de una enfermedad del sistema periférico, y a menudo es calificado como trastorno incomprendido.

Lo que sí es cierto es que aquellos tratamientos en los que se ha fomentado un programa de actividad física han evidenciado su eficacia en la disminución de síntomas de la fibromialgia y en el mejoramiento de la calidad de vida relacionada con la salud (1) (2).

A lo largo del presente artículo comentaremos en que consiste la enfermedad de la fibromialgia, los principales beneficios que la actividad física tiene en esta patología y las recomendaciones actuales sobre la prescripción de ejercicio en pacientes que la sufren.

¿Qué sabemos hoy día de la fibromialgia?

La fibromialgia se define como un estado doloroso generalizado, con un umbral de dolor reducido y síntomas característicos que incluyen fatiga, rigidez en las articulaciones, perturbación del estado de ánimo, alteraciones de sueño y trastornos cognitivos, entre otros (3).

El síntoma más característico de esta enfermedad es el dolor crónico y difuso, que se describe como quemazón o punzadas en los músculos, que resultan insoportables para las personas que lo sufren (4). Estos dolores se intensifican por factores ambientales (humedad, frío, etc.), estado de ansiedad o estrés (5). Otro síntoma muy característico es la sensibilidad dolorosa cuando se palpan músculos o tendones, llamados puntos sensibles (6). Las zonas que provocan más dolor son el área lumbar y el cervical, los hombros y las caderas (7).

La fibromialgia la padecen aproximadamente entre el 2 y el 6% de la población general (8),y afecta de forma casi exclusiva a las mujeres, con una relación mujer/varón de 20/1 (9).

Puntos de dolor en la fibromialgia

¿Qué efectos produce el ejercicio en la fibromialgia?

El ejercicio físico se considera como la principal estrategia no farmacológica en el tratamiento de la fibromialgia (4). Algunos de los efectos que produce en el paciente son:

  • El ejercicio aeróbico resulta efectivo para mejorar el estado de los puntos sensibles al dolor y el bienestar general de los pacientes (10). También tiene efectos positivos en el estrés, la ansiedad y alteraciones del sueño (11).
  • Los ejercicios de fuerza producen aumentos de la fuerza máxima, la fuerza explosiva y la capacidad funcional, al igual que disminuye el impacto de la enfermedad en el sistema neuromuscular (4) (12).
  • Los estiramientos, si se hacen bien, consiguen aliviar la sintomatología y evita riesgos de empeoramiento (4).
  • Los ejercicios realizados en medio acuático mejora los síntomas de dolor, fatiga y rigidez (13). También produce mejoras en la calidad de vida (14).
  • Los ejercicios de equilibrio y coordinación disminuye el riesgo de caídas en estos pacientes (4).

Entonces, ¿qué necesitamos saber al iniciar un programa de ejercicio físico en pacientes con fibromialgia?

Antes de llevar a cabo la prescripción de un programa de ejercicio físico, el paciente, a través de tratamiento médico, debe haber mejorado los síntomas de dolor, y de fatiga, además de encontrarse psicológicamente estable (15).

Las investigaciones actuales (4) (16) nos muestran que las recomendaciones para llevar a cabo un programa de ejercicio físico en pacientes con fibromialgia de forma segura son:

  • Ejercicio aeróbico: se recomiendan los ejercicios de bajo impacto (caminar o ejercicios en agua). Se debe prescribir más de 20 minutos de ejercicio aeróbico diario, aunque la duración puede acortarse en días en los que la sintomatología esté más empeorada.
  • Ejercicios de fuerza: Habría que trabajar la fuerza-resistencia en estos pacientes, con cargas bajas o moderadas (40-60% de la fuerza máxima) y muchas repeticiones (15-20 rep.).
  • Ejercicios de flexibilidad: Antes debe hacerse un calentamiento suave o pasivo. Se debe realizar el estiramiento hasta el límite de resistencia del músculo, pero sin producir dolor, y mantenerlo durante 10-20 segundos.
  • Ejercicios de equilibrio estático y dinámico: lo podemos trabajar en muchos ejercicios aeróbicos, de fuerza o flexibilidad.
  • Ejercicios acuáticos: Estos ejercicios provocan en el paciente una gran adherencia al programa de actividad física. Se pueden hacer ejercicios aeróbicos, de fuerza-resistencia, ejercicios de estiramientos o flexibilidad, y tareas de relajación. Prestar gran atención a la temperatura del medio acuático, ya que el frío empeora la sintomatología de estos pacientes (temperatura ideal: 34º aproximadamente).

Actividad física en el medio acuático con sujetos que sufren fibromialgia

Lo ideal sería aplicar dos o más actividades por sesión, es decir, que haya una intervención multidisciplinar, ya que se obtienen mayores beneficios físicos y sociales (17).

La frecuencia de ejercicio físico debe ser de dos veces por semana como mínimo e ir aumentando la intensidad del ejercicio de forma progresiva. Se propone hacer cambios en la intensidad cada 12 semanas, con el objetivo de evitar un estancamiento en la adaptación fisiológica del sujeto (4).

Por último, destacar que debe de tenerse en cuenta la capacidad del sujeto a la hora de iniciar un programa de actividad física, la edad del sujeto y el grado de impacto de la fibromialgia (16), por lo que es muy importante individualizar el plan de entrenamiento.

Bibliografía

  1. Haak, T., & Scott, B. (2008). The effect of Qigong on fibromyalgia (FMS): a controlled randomized study. Disability and rehabilitation30(8), 625-633.
  2. Jones, K., Sherman, C., Mist, S., Carson, J., Bennett, R., & Li, F. (2012). A randomized controlled trial of 8-form Tai chi improves symptoms and functional mobility in fibromyalgia patients. Clinical rheumatology31(8), 1205-1214.
  3. Wolfe, F. (1996). The fibromyalgia syndrome: a consensus report on fibromyalgia and disability. The Journal of rheumatology23(3), 534.
  4. López Chicharro, J., & López Mojares, L. M. (2009). Fisiología clínica del ejercicio. Cultura, Ciencia y Deporte4(11), 127-128.
  5. Editorial Submission, H. (1993). Consensus document on fibromyalgia: the Copenhagen Declaration. Journal of Musculoskelatal Pain1(3-4), 295-312.
  6. Reilly, P., & Littlejohn, G. (1992). Peripheral arthralgic presentation of fibrositis/fibromyalgia syndrome. The Journal of rheumatology19(2), 281-283.
  7. Pérez, C. (2009). Fibromialgia: diagnóstico y estrategias para su rehabilitación. Ed. Médica Panamericana.
  8. Carmona, L., Ballina, J., Gabriel, R., & Laffon, A. (2001). The burden of musculoskeletal diseases in the general population of Spain: results from a national survey. Annals of the rheumatic diseases60(11), 1040-1045.
  9. Ballina Garcia, F., Mejía, R., Lascuevas, P., Santana, J., & Espinar, A. (1994). Epidemiology of musculoskeletal complaints and use of health services in Asturias, Spain. Scandinavian journal of rheumatology, 23(3), 137-141.
  10. Richards, S., & Scott, D. (2002). Prescribed exercise in people with fibromyalgia: parallel group randomised controlled trial. Bmj, 325(7357), 185.
  11. Wigers, S., Stiles, T., & Vogel, P. (1996). Effects of aerobic exercise versus stress management treatment in fibromyalgia. Scandinavian journal of rheumatology, 25(2), 77-86.
  12. Häkkinen, A., Häkkinen, K., Hannonen, P., & Alen, M. (2001). Strength training induced adaptations in neuromuscular function of premenopausal women with fibromyalgia: comparison with healthy women. Annals of the Rheumatic Diseases, 60(1), 21-26.
  13. Altan, L., Bingöl, U., Aykaç, M., Koç, Z., & Yurtkuran, M. (2004). Investigation of the effects of pool-based exercise on fibromyalgia syndrome. Rheumatology international, 24(5), 272-277.
  14. Mannerkorpi, K., Nyberg, B., Ahlmén, M., & Ekdahl, C. (2000). Pool exercise combined with an education program for patients with fibromyalgia syndrome. A prospective, randomized study. The Journal of rheumatology, 27(10), 2473-2481.
  15. Jones, K., & Clark, S. (2002). Individualizing the exercise prescription for persons with fibromyalgia. Rheumatic disease clinics of North America, 28(2), 419-436.
  16. Casals, C., Sánchez, M., & Sánchez, J. (2011). Prescripción de actividad física en pacientes con fibromialgia. SEMERGEN-Medicina de Familia, 37(7), 360-366.
  17. Cadenas-Sánchez, C., & Ruiz-Ruiz, J. (2014). Efecto de un programa de actividad física en pacientes con fibromialgia: revisión sistemática. Medicina Clínica, 143(12), 548-553.

Autor: Brais Ruibal

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BIO: Doctor en Ciencias del Deporte y la Educación Física (UDC). Graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (UDC). Máster en Formación del Profesorado (UDC). Entrenador Superior de Natación (RFEN) y Técnico Deportivo Superior en Fútbol. Colegiado Nº: 55215.

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