Hiperlordosis e hipercifosis en el medio acuático

¿Qué es la hiperlordosis y la hipercifosis? Estudiaremos estas dos patologías y como tratarlas en el medio acuático.

✎ Autor:  Pablo Sánchez

Éste artículo, es la continuación de otro que indicabamos cómo realizar la prescripción de ejercicio en personas con escoliosis.

A lo largo del mismo, se tratarán otras patologías, como la hiperlordosis y la hipercifosis. Mediante esta publicación establecemos una relación con el medio acuático como tratamiento para abordar ambas patologías.

La hiperlordosis

Hiperlordosis
Hiperlordosis

Concepto de hiperlordosis

La lordosis es la curvatura sagital del raquis con convexidad anterior. Un ángulo inferior a 23º, se considera hipolordosis, mientras que un ángulo superior a los 68º se denomina hiperlordosis (5). La hiperlordosis obedece, generalmente, a las alteraciones de la potencia, actividad o longitud de los músculos, es decir, debilidad de los músculos abdominales, esplasticidad de los extensores de la columna vertebral o contracturas en flexión de la cadera. (4). Habitualmente se localiza la hiperlordosis en la zona lumbar aunque también puede darse en la zona cervical (3).

Uno de los problemas más importantes surge, por el desplazamiento posterior de la articulación sacroilíaca con respecto a la coxofemoral, ya que produce la lordosis lumbar como curva de compensación para evitar ese desequilibrio. La anteversión, retroversión, antepulsión y retropulsión de la pelvis o la combinación de varios de estos desequilibrios influyen de forma considerable en la columna vertebral y sobre todo en las curvas del plano sagital (4).

Causas de la hiperlordosis

Si realizamos un análisis mecánico de la estructura pélvica en vista lateral, teniendo en cuenta los músculos que intervienen en su equilibrio, observamos dos pares de fuerzas formados por varios grupos musculares (4).

Los músculos lumbares (extensores de la columna) y los músculos flexores de la cadera, forman el primer par de fuerzas. Los músculos abdominales (flexores de la columna) y los músculos extensores de la cadera, forman el segundo par de fuerzas, determina la estabilidad de la pelvis (4).

Uno de los ejemplos más claros de esta inestabilidad pélvica es la anteversión como consecuencia del desequilibrio muscular. Es frecuente observar una debilidad de la musculatura abdominal junto a una hipertrofia con acortamiento de los músculos lumbares, causa frecuente de la hiperlordosis lumbar (2, 5). De la misma manera, Jiménez, en 2000, indica que una debilidad con elongación de los glúteos mayores, no pueden compensar la fuerza y la tensión de los flexores de cadera.

  • Anteversión pélvica: por contracción en la flexión de la cadera.
  • Antepulsión pélvica: por contracción de los extensores de la columna lumbar y cadera.

Jiménez, en el 2000, propone otra serie de causas posibles:

  • Otra causa más fisiológica y natural que puede producir estos desequilibrios, es el embarazo, ya que el peso del vientre y la falta de tono de la musculatura abdominal desequilibra la pelvis, generando una hiperlordosis lumbar.
  • La obesidad, por motivos similares, desplazamiento del centro de gravedad y falta de fuerza en la pared abdominal, genera anteversión pélvica y sobrecargas lumbares con frecuentes dolores en esta región de la columna vertebral.
  • Algunos deportes que sobrepasan los límites fisiológicos articulares, con exigencias máximas sobre la región lumbar, también pueden producir hiperlordosis. Es frecuente observar estos desequilibrios en niños y niñas que se especializan precozmente en un deporte, aunque también es cierto, que los programas preventivos y de compensación empiezan a ser habituales.
  • La astenia, poliomielitis, distrofia muscular, las sobrecargas mecánicas, los esfuerzos continuos y las fracturas lumbares, son algunas de las muchas causas que pueden producir hiperlordosis lumbar.

Clasificación de las hiperlordosis

El desequilibrio pélvico produce, por lo general, una hiperlordosis lumbar que se compensa en algunos casos con una cifosis torácica. Existen muchos tipos de hiperlordosis lumbar y curvas de compensación en la región torácica. Una hiperlordosis lumbar corta, se compensa generalmente con una cifosis torácica larga. Una hiperlordosis lumbar larga, se compensa con una cifosis torácica corta (4).

Además de estas hiperlordosis características, la amplitud de la curva, los grados, y su relación con la región torácica y la pelvis, determinan una gran variedad de lordosis lumbares (4). Lloret et al., proponen en 2004, la siguiente clasificación:

  • Primitiva
  • Hemivértebral ventral
  • Sacro agudo
  • Sacro arqueado
  • Secundaria
  • Luxación bilateral de la cadera
  • Lesión traumáticadel raquis lumbar
  • Atrofia muscular progresiva
  • Contracción de los extensores de la columna y cadera
  • Contracción en flexión de la cadera

Lloret et al., en 2004, destaca la diferencia de las hiperlordosis verdaderas, de las actitudes lordóticas. Éstas, son consecuencia de actitudes posturales incorrectas en la época escolar (mochilas, etc).

Principios de actuación y progresión

Jiménez en 2000, indica los principales puntos a tener en cuenta para la actuación y tratamiento de las hiperlordosis.

El tratamiento de hiperlordosis lumbar se establecerá en función de las características personales y procurará integrar el equilibrio pélvico en la educación de la postura. Los ejercicios de reequilibrio pélvico, concienciación de las actitudes correctas en posiciones intermedias, entre la anteversión y la retroversión, son la base de la reeducación postural en las hiperlordosis lumbares.

En el caso de las hiperlordosis rígidas, el objetivo fundamental del tratamiento será flexibilizar la zona lumbar, mediante ejercicios de relajación y de elasticidad lumbar en flexión o hiperflexión. Posteriormente, en caso necesario, se incidirá en la elongación de los flexores de cadera (psoas ilíaco, recto anterior del cuádriceps, sartorio).

Una vez conseguida la elasticidad que permita mantener la pelvis en retroversión, podrá realizarse, de forma progresiva, los ejercicios de fortalecimiento abdominal y de extensores de cadera.

En las hiperlordosis flexibles, las más frecuentes, el objetivo de los ejercicios es una educación perceptivomotriz del equilibrio global de la postura.

Ejercicios indicados para la hiperlordosis

Casimiro, Muyor y Marcos, en 2010, indican que los ejercicios compensatorios deben ir dirigidos a:

  • Concienciación del equilibrio pélvico (anteversión y retroversión).
  • Flexibilización de la columna lumbar.
  • Potenciación de los abdominales, con la pelvis en retroversión (rodillas flexionadas), y de los extensores de cadera a través de ejercicio hipolordóticos.

Javier Jiménez en 2000, establece cinco grandes grupos de ejercicios para hiperlorosis lumbares flexibles:

  • Ejercicios de concienciación. Ejercicios recomendados para interiorizar sensaciones de anteversión y retroversión en situaciones estáticas y dinámicas.
  • Ejercicios respiratorios combinados con la relajación de la zona lumbar. Aunque la zona lumbar no participa directamente en las alteraciones pulmonares, al ir relacionada con la región torácica, interviene directamente en los movimientos respiratorios a través de la musculatura abdominal y el diafragma.
  • Concienciación del equilibrio pélvico (anteversión – retroversión). El equilibrio pélvico es la base del equilibrio de la columna vertebral. En las hiperlordosis lumbares se pretende transmitir la idea de equilibrio como punto central de los desequilibrios, anteversión retroversión.
  • Ejercicios de flexibilidad, globales y analíticos. Los ejercicios de flexibilidad (movilidad articular y elasticidad), son el paso previo a los ejercicios de fortalecimiento. Sin ellos no es posible una correcta ejecución del refuerzo muscular para reequilibrar la pelvis.
  • Ejercicios de fortalecimiento muscular, globales y analíticos. Los ejercicios de fortalecimiento general de los músculos que determinan el equilibrio pélvico, tienen objetivos preventivos y son imprescindibles para adquirir una postura correcta. En cambio, los ejercicios analíticos de fortalecimiento pretenden restablecer el equilibrio postural.

La propuesta que nos marca Mario Lloret et al, en 2004, es presentar las actividades acuáticas educativas desde una perspectiva analítica, dirigida a:

  • Flexibilización lumbar.
  • Flexibilización isquiosural, en las hiperlordosis por antepulsión pélvica.
  • Flexibilización de la musculatura anteversora de la cadera en las hiperlordosis por anteversión.
  • Tonificación-compensación de la musculatura abdomino-lumbar.
  • Coordinación médico-deportiva, para contrastar los programas, el seguimiento favorable del alumno y la poner en común los criterios individuales de aplicación.

La hipercifosis

Concepto de hipercifosis

La cifosis es el aumento de la concavidad anterior de la columna dorsal (3). Una curvatura dorsal cifótica se considera fisiológica cuando es móvil y está comprendidad entre los 20 y 40º. Cuando su valor es excesivo, la desviación originada se denomina hipercifosis (5).

En el estudio biomecánico de la cifosis dorsal, debe considerarse la columna vertebral dividida en componentes anteriores y posteriores. Los posteriores revisten la flexión y los anteriores la compresión. La deformidad aparece o aumenta cuando algunos de estos componentes claudica, es decir, cuando se produce tensión sobre la convexidad (4).

Casimiro, Muyor y Macos, indican que las personas cifóticas anatómicamente se caracterizan por:

  • Un descenso de las costillas, lo que provoca un acortamieno de los músculos intercostales, provocando una insuficiente amplitud torácica.
  • Los hombros bajos y rodados internamente, escápulas abducidas y, normalmente, se acompaña de una hiperlordosis lumbar compensatoria. Esto conlleva un acortamiento del pectoral mayor y músculos anteriores del cuello.

Causas de la hipercifosis.

En la mayoría de los casos se debe a la adopción prolongada de posturas inadecuadas o a que falta potencia en la musculatura paravertebral (3).

En una pequeña proporción de los adolescentes con hipercifosis, la deformación no se debe a los vicios posturales ni a la falta de musculatura, sino a una anomalía en el proceso de osificación de las vértebras dorsales, conocida como enfermedad de Scheuermann (3).

Jiménez en 2000 y Lloret et al en 2004, indican las principales causas de la hipercifosis:

  • Herencia: Si existen indicios de antecedentes familiares, la hipercifosis torácica puede estar determinada por una disposición endógena esquelética o por factores hipofisiarios.
  • Sobrecargas: Los excesos de peso, en trabajos físicos intensos, utilizando mal las palancas articulares desde el punto de vista de aplicación de la fuerza. En algunos deportes, sobre todo en el entrenamiento con cargas, la región torácica puede recibir sobrecargas sin la debida preparación. La columna vertebral en edades tempranas, cuando está en pleno crecimiento no debe recibir sobrecargas.
  • Vicios posturales: Las malas posturas, en muchas ocasiones por un mobiliario escolar no adecuado a las características antropométricas de los alumnos, pueden ser el origen de una actitud hipercifótica que, a medio o largo plazo, puede llegar a estructurarse.
  • Edad: La cifosis dorsal juvenil, se manifiesta durante la adolescencia. En cambio, la hipercifosis dorsal senil, cuyo factor desencadenante es la osteoporosis, es más frecuente en edades más avanzadas de la vida.
  • Otras: Debido a enfermedades o traumatismos.

Clasificación de la hipercifosis

Lloret et al, en 2004, hace una distinción entre las actitudes cifóticas y las cifosis verdaderas. En las actitudes cifóticas, no eisten deformaciones óseas. Son flexibles y su enderezamiento puede ser obtenido por un simple esfuerzo voluntario.

Jiménez, en 2000, indica la existencia de diferentes tipos de hipercifosis verdaderas, pero solo nos centraremos en dos casos, ya que son los que se ven con más frecuencia:

  • Hipercifosis dorsal larga: Este tipo de hipercifosis torácica se acompaña de una lordosis o de una hiperlordosis baja y corta. Suele ser flexible, con un componente de hiperlaxitud generalizada, y es más habitual en los niños y adolescentes.
  • Hipercifosis dorsal alta: La hipercifosis dorsal alta, acompañada de una lordosis amplia, se manifiesta con una curva que llega hasta las vértebras de un nivel elevado. En comparación con la descrita anteriormente, suele ser rígida y tiende a una disminución de la movilidad articular, con una predisposición a la artrosis en edades adultas. Es más características de edades medias y avanzadas de la vida.

Los tipos de cifosis más habituales son:

  • Cifosis esenciales o idiomáticas.
  • Cifosis posturates.
  • Cifosis dorsal juvenil.
  • Otros tipos.

Principios de actuación y progresión

La corrección de los vicios posturales y el ejercicio adecuado suele ser suficiente para corregir la hipercifosis y prevenir o tratar los dolores que puedan existir (3).

Sin embargo, en hipercifosis estructuradas o rígidas, las técnicas ortopédicas (en casos moderados) y las técnicas quirúrgicas (en casos graves), son las más adecuadas (4).

El objetivo principal del tratamiento de una hipercifosis torácica es disminuir el valor angular de la curva y mejorar el tono y la fuerza de los paravertebrales dorsales de manera que la región torácica de la columna vertebral adquiera estabilidad fisiológica normal (4).

En otro orden de cosas, es bastante frecuente que la hipercifosis torácica sea una curva de compensación de la hiperlordosis lumbar o viceversa, es decir son dos regiones que están íntimamente relacionadas. En estos casos, la corrección de la hiperlordosis lumbar es imprescindible, ya que sin el equilibrio de la región lumbopélvica, es muy difícil mantener una postura correcta de la región torácica (4).

Ejercicios indicados para la hipercifosis

Un programa de ejercicios para la corrección de la hipercifosis torácica debe ser analítico y personalizado. Cuanto más grave sea la hipercifosis, con rigidez y acuñamientos, más analítico será el programa de ejercicios (4).

Lloret et al, en 2004, indica que las actividades acuáticas educativas presentadas desde una perspectiva analítica, irán dirigidas a:

  • Movilización dorsal
  • Elongación de pectoral, mediante ejercicios flexibilizantes que ayuden a mejorar la amplitud articular.
  • Tonificación retroversora, paravertebral e interescapular
  • Coordinación con el servicio médico-deportivo, para la contrastación de programas, realizar el seguimiento con el alumno y destacar la puesta a punto en común de los criterios individuales de aplicación.

En caso de hipercifosis flexibles y en hipercifosis rígidas leves, Jiménez en 2000, destaca un programa que consta de cinco grandes grupos de ejercicios:

  • Ejercicios de concienciación. Son ejercicios muy adecuados para interiorizar las diferentes posiciones que adopta la región torácica de la columna vertebral y su relación con el cuello y la región lumbar en situaciones estáticas y dinámicas.
  • Ejercicios respiratorios. La influencia de la hipercifosis torácica en la capacidad pulmonar es realmente importante. Por lo tanto es muy recomendable incluir ejercicios respiratorios para la prevención (en actitudes hipercifóticas) y para mejorar la calidad vital (en hipercifosis estructuradas).
  • Concienciación del equilibrio de la pelvis y de la cintura escápulo-humeral. Cuando la hipercifosis torácica va unida a una hiperlordosis lumbar, los ejercicios de concienciación del equilibrio pélvico, en anteversión, retroversión y lateroversión son la base para establecer las conexiones entre las regiones lumbar y torácica de la columna vertebral.
  • Ejercicios de flexibilidad globales y analíticos. Los ejercicios globales de flexibilidad, para el tratamiento de la hipercifosis torácica, solicitan, además de los movimientos de la columna vertebral, los de la articulación del hombro y de la cadera, ya que todos se relacionan entre sí. Los ejercicios analíticos, tienden a flexibilizar la región torácica en extensión y, en algunos casos, son muy importantes para equilibrar la articulación escápulo-humeral.
  • Ejercicios de fortalecimiento muscular, globales y analíticos. Uno de los objetivos fundamentales de los tratamientos es incrementar la potencia de la musculatura general del tronco, de manera que los ejercicios globales de fortalecimiento son necesarios como base del programa de reeducación.

Los objetivos marcados por Casimiro, Muyor y Marcos, en 2010, siguen la siguiente progresión:

  • Ejercicios de concienciación postural (reeducación global de la actitud).
  • Ejercicios de flexibilización globales y específicos de la zona dorsal (elasticidad de la musculatura del pectoral anterior del cuello, y en los rotadores internos del hombro; extensión dorsal y apertura de la caja torácica).
  • Ejercicios de fortalecimiento (potenciar musculatura paravertebral, músculos aductores de la escápula, y rotadores externos del hombro).
  • Automatización de la postura corregida.

Bibliografía

  1. Casimiro A, AJ, Muyor R, JM y Marcos R., T (2010) “Ejercicio acuático y su repercusión en la columna vertebral” en Casimiro A, AJ y Muyor R, JM (2010) “Columna vertebral, ejercicio físico y salud” Barcelona: Inde.
  2. Cid Y., L. (2010) “La natación y los problemas de espalda” En Martínez De Haro, V. (compilador) “Actividad física, salud y calidad de vida” Fundación Estudiantes, UAM. Madrid.
  3. Fernández-Río, J, Parejo L, J, Medina, J y Garro, G.. (2004) “La espalda: su estructura y su cuidado” Revista Digital efdeportes – Buenos Aires – Año 10 – N° 76
  4. Jiménez, J. (2000) “Columna vertebral y medio acuático”. Madrid Gymnos.
  5. Lloret, M., Conde, C., Fagoaga, J., León, C., Tricas, C. (2004) “Natación terapéutica”. Barcelona: Paidotribo.

Autor: Pablo Sánchez

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BIO: Profesor de Educación Física. Graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (UDC). Graduado en Educación Primaria, mención Educación Física (UEM). Máster en Profesorado de Educación Secundaria (UDC).

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