En este artículo analizamos el entrenamiento respiratorio.
Cada vez son más utilizados en el ámbito del ejercicio físico y del deporte, entrenamientos específicos de la musculatura respiratoria para mejorar la capacidad aeróbica y la mejora del rendimiento deportivo, sobre todo en deportes de resistencia.
Diversas investigaciones han mostrado como una planificación adecuada de la musculatura respiratoria puede aumentar su fuerza, resistencia y por lo tanto mejorar la eficiencia durante el esfuerzo físico.
Varios factores respiratorios pueden ser limitantes del rendimiento del atleta como la fatiga muscular, la mecánica pulmonar, la limitación de la difusión pulmonar y el reflejo metabólico respiratorio (1) .
La literatura ha descrito fatiga en la musculatura respiratoria en atletas de resistencia (2, 3). Por lo tanto, el sistema respiratorio puede limitar de cara al mayor o menor rendimiento físico.
El entrenamiento respiratorio de forma específica será un punto a tener en cuenta durante la planificación de los entrenamientos de los atletas.
El diafragma torácico es el principal músculo respiratorio del cuerpo humano. El simple hecho de mantener la respiración en reposo de una manera continua justifica la alta proporción de fibras fatiga-resistentes tipo I y IIA del diafragma.
Un porcentaje intermedio de fibras IIA hará posible mantener frecuencias respiratorias elevadas durante el ejercicio (4).
Al entrenar de forma aeróbica y a alta intensidad se produce fatiga del diafragma que triplica su esfuerzo al aumentar la frecuencia ventilatoria.
La fatiga muscular puede conllevar a la rigidez del diafragma.
Consecuentemente se limita la expansión o movilización de la caja torácica. La movilidad del tórax se relaciona con la fuerza muscular respiratoria y con la función pulmonar como revela un reciente estudio (5).
La musculatura abdominal, en especial los oblicuos externos, contribuyen a la espiración y al descenso costal ayudando a la salida de aire de los pulmones.
Un exceso de tensión en la musculatura abdominal puede obstaculizar el trabajo de expansión costal en inspiración y/o el descenso del diafragma, bloqueando su movimiento normal.
Así, asociado al entrenamiento respiratorio se suele acompañar el de la musculatura central.
¿Cómo se puede realizar un entrenamiento respiratorio?
De forma genérica, existen dos formas de entrenar la musculatura respiratoria:
- Mediante ejercicios de respiración específicos
- Mediante dispositivos de entrenamiento respiratorio
Ejercicios de respiración específicos
Existen una gran variedad de ejercicios respiratorios que se pueden adaptar al entrenamiento diario del atleta. Uno de los objetivos será aumentar la resistencia muscular de los mismos y su propiocepción.
Si existiesen restricciones de tensión miofascial muy frecuentes en deportistas se deben recurrir a ejercicios de liberacion y estiramiento previos.
En los últimos años, los ejercicios hipopresivos, basados en técnicas respiratorias y posturales, han comenzado a incluirse dentro de las rutinas de los deportistas de rendimiento con el objetivo de reducir la tensión miofascial diafragmática y mejorar la resistencia de la musculatura inspiratoria y abdominal.
Dispositivos de entrenamiento respiratorio
Hay diferentes tipos o categorías de dispositivos para el entrenamiento de la musculatura inspiratoria1, que a través de diferentes sistemas ofrecen resistencia a la entrada o salida del aire.
Uno de dispositivos de entrenamiento respiratorio más populares y difundidos en el entrenamiento deportivo es el Powerbreath ®.
Son muchos los estudios que muestran mejoras en el rendimiento tras entrenamiento respiratorio, aunque los datos se deben interpretar con cautela tal y como nos indica una revisión de Romer y Polkey (6).
Bibliografía
- González-Montesinos, J.L. Vaz-Pardal, C., Fernández, J., Arnedillo, A., Costa, J. & Gómez Espinosa, R. (2012). Efectos del entrenamiento respiratorio sobre el rendimiento. Revisión bibliográfica. Revista andaluza de medicina del deporte, 5(4), 171-178.
- Powers S, Dodd S, Lawler J, Landry G, Kirtley M, McKnight T, et al. (1988). Incidence of exercise hypoxemia in elite endurance athletes at sea level. Eur J Appl Physiol, 58:298-302.
- Prefaut C, Durand F, Mucci P, Caillaud C. (2000). Exercise-induced arterial hypoxaemia in athletes. Sports Med, 30:47-61.
- Gáldiz, I. (2000). Función de los músculos respiratorios en la EPOC. Arch Bronconeumol, 36, 275-85.
- De Córdoba, F., Alves, A., Rocha, L., Pachi, J., Malaguti, C. & Dal Corso, S. (2013). Chest Wall mobility is related to respiratory muscle strenght and lung volumes in healthy subjects. Respiratory Care, 58(12), 2107-2112.
- Romer L., & Polkey, M. (2008). Exercise-induced respiratory muscle fatigue: implications for performance. J Appl Physiol. 104, 879–888.