Este artículo va dirigido a explicar la rabdomiólisis que viene producida por el ejercicio físico.
Aunque se desconoce la incidencia real que tiene esta patología, ya que a veces cursa de forma asintomática, se producen 26.000 casos al año en EE.UU. (1).
Este cuadro clínico puede estar provocado por el ejercicio físico y puede repercutir gravemente en la salud del afectado/a.
¿Qué es la rabdomiólisis?
El término rabdomiólisis proviene de la combinación de 3 términos griegos: rabdo– (estriado), myo– (músculo) y lysis– (descomposición).
Por tanto se define como el síndrome clínico caracterizado por la destrucción de tejido muscular, vertiéndose éste al torrente circulatorio y al espacio extracelular.
¿Cómo se diagnostica la rabdomiólisis?
La rabdomiólisis se detecta principalmente por la presencia elevada de creatinquinasa (CK) en la sangre.
Siendo un diagnóstico leve cuando se encuentra al menos 5 veces por encima de su valor basal, mientras que cuando se acompaña de mioglobinuria (orina oscura) se clasifica como grave.
¿Cuáles son los síntomas de la rabdomiólisis?
Los síntomas locales son:
- Dolor muscular
- Pérdida de fuerza
- Edema y fatiga muscular.
Mientras que los síntomas generales son:
- Malestar general.
- Fiebre.
- Náuseas.
- Vómitos.
- Confusión.
- Delirio y arritmias cardíacas (1,2).
En los casos graves podría llegar a provocar insuficiencia renal y arritmias cardíacas.
Si bien constan de un pequeño porcentaje, pueden requerir sesiones de diálisis para suplir la función del riñón.
¿Cuáles son las causas de la rabdomiólisis?
Las causas que ocasionan rabdomiólisis se agrupan en adquiridas y de origen hereditario (1,2):
- Adquiridas: las causas más comunes de rabdomiólisis son las lesiones musculares por traumatismo directo y realizar actividad física de manera muy intensa que provoque un trabajo muscular intenso.
Además, las altas temperaturas pueden ser un factor que puede contribuir a aumentar el riesgo de rabdomiólisis. Consumir alcohol, drogas y fármacos, o infecciones virales/bacterianas también son causas habituales que la originan.
- De origen hereditario: alteraciones en el metabolismo muscular (grasas y glúcidos), mutaciones genéticas o distrofias musculares suponen las principales causas de origen hereditario de rabdomiólisis.
¿Qué complicaciones puede provocar la rabdomiólisis?
Las complicaciones que puede provocar la rabdomiólisis pueden llegar a ser graves, dependiendo de la causa que lo genere así como el grado de afectación.
La complicación más temida y recurrente es la insuficiencia renal aguda, debida a la vasoconstricción provocada por el vertido generado por la rotura de fibras musculares.
La insuficiencia renal se define como la pérdida de la capacidad de los riñones de filtrar los desechos de la sangre (3).
Otras complicaciones recurrentes son los trastornos de coagulación, acidosis metabólica, hipercalcemia, insuficiencia hepática, insuficiencia cardíaca, paro cardíaco y muerte.
Rabdomiólisis inducida por el ejercicio
Como se ha descrito anteriormente, realizar ejercicio físico de forma extenuante puede generar un daño muscular que desencadene en una rabdomiólisis.
Para detectar este cuadro clínico después de una actividad física intensa, es necesario comprobar los niveles creatinquinasa (CK) en sangre.
Éstos suelen presentar valores altos en las 12-36 horas tras el ejercicio y con un pico máximo a los 3-4 días. La normalización de estos niveles llegará tras unas semanas de reposo (2).
La mayor parte de los casos de esta patología causada por el ejercicio cursan de forma leve con tratamiento médico ambulatorio, analgésicos y reposo (2).
En menor medida aparecen complicaciones como la insuficiencia renal, dándose únicamente en el 8% de los casos (1).
Estos son los factores más importantes que pueden contribuir a la rabdomiólisis por ejercicio físico (1,2):
- Experiencia y nivel de condición física: entrenamientos muy intensos llevados a cabo por personas con poca experiencia y bajo nivel de condición física.
- Tipo de ejercicio: un número elevado de contracciones musculares excéntricas puede suponer un factor de riesgo elevado. En deportes como fútbol, maratón, triatlón, halterofilia o CrossFit se dan este tipo de contracciones de forma repetitiva.
- Series y repeticiones: realizar entrenamientos con un alto volumen de series y repeticiones hasta el fallo muscular. También se asocia aumentar el número de series a la vez que se reduce el tiempo para realizar un ejercicio con mayor riesgo.
- Sobrecarga progresiva: no aumentar las cargas de forma progresiva dentro de un plan de entrenamiento, así como realizar ejercicios nuevos con un alto volumen de series, repeticiones y carga, suponen un factor de riesgo elevado. Esta circunstancia se da también cuando se retoman los entrenamientos después de las vacaciones de invierno o verano.
- Aspectos nutricionales: no ingerir suficiente proteína (deportistas vegetarianos o veganos estrictos) o realizar sobrecargas muy elevadas de hidratos de carbono pueden tener influencia.
- Temperatura exterior: realizar ejercicio físico en ambientes con temperaturas elevadas pueden provocar deshidratación, definido como otro posible causante de la patología.
- Entrenamientos «milagro»: intentar «poner en forma» a una persona en pocos días realizando ejercicios nuevos a una alta intensidad.
¿Cómo puedo prevenir la rabdomiólisis?
La prevención debe ir dirigida a evitar los mecanismos fisiopatológicos que desencadenan la lesión muscular y sus posteriores complicaciones (2):
Ejercicio físico programado
La mejor manera de prevenir este cuadro clínico es adecuar la actividad física al nivel de la persona, individualizando en la mayor medida posible la elección de ejercicios, el volumen y la intensidad.
Es necesario por tanto, que el diseño del programa de entrenamiento sea creado y supervisado por un profesional cualificado.
Los ejercicios excéntricos son los que mayor daño muscular provocan aumentando los niveles de CK, por lo que es clave realizar una buena progresión para que las cargas sean toleradas por músculos y tendones.
Los ejercicios de mayor duración (maratón, triatlón etc.) promueven mayor daño muscular.
Se aconseja realizar ejercicios de duración progresivamente crecientes, con una frecuencia semanal que permita una total recuperación física.
Nutrición e hidratación
La ingesta de hidratos de carbono y de proteína debe adecuarse a la intensidad, duración y tipo de ejercicio, no sólo para mejorar el rendimiento, sino para prevenir un daño muscular excesivo por déficit energético.
Los ejercicios excéntricos y de mayor duración provocan mayor catabolismo y precisan mayor aporte de proteínas y de hidratos de carbono.
Por lo que respecta a las proteínas, las mujeres deberían consumir entre 1,0 y 1,5 gr por cada kg. de peso corporal, mientras que los hombres deberían consumir entre 1,5 y 2,0 gr/kg. de peso.
La deshidratación puede favorecer el riesgo de rabdomiólisis especialmente cuando se realiza la actividad física en ambientes calurosos, siendo de vital importancia una adecuada reposición hidroelectrolítica.
Educación del personal deportivo
Resulta necesario formar a todo el personal deportivo (entrenadores, preparadores físicos, profesores de educación física etc.).
Además es importante también formar a los propios deportistas para conocer adecuadamente este cuadro clínico y ser conscientes de los riesgos que se asocian con esta patología.
Criterios para el retorno a la práctica deportiva
Cuando la persona se ha recuperado de este cuadro clínico y desea reiniciar la práctica deportiva, éstos son los criterios que se recomiendan seguir para volver de forma segura (2):
- Realizar una ecografía de seguimiento así como no tener dolor a la palpación en la zona lesionada. También se medirán los niveles de CK en sangre.
- Tener una movilidad articular completa y no presentar dolor al contraer el músculo o estirarlo durante ni después de hacer ejercicio.
- No tener dolor en los movimientos ni en los gestos técnicos propios del deporte practicado.
En el proceso de recuperación después de una rabdomiólisis, es muy importante reiniciar el trabajo con cargas de trabajo muy bajas.
La progresión hacia cargas más altas y contenidos más complejos la determinará la tolerancia a cada carga propuesta.
En extremidades inferiores es recomendable iniciar el proceso en la piscina para pasar después a la bicicleta. La carrera se reserva para la última fase de la recuperación.
Conclusiones
- La rabdomiólisis es un cuadro clínico que puede ser provocado por realizar ejercicios de forma extenuante durante un tiempo excesivo.
- Cabe la posibilidad que esta patología cree complicaciones tales como la insuficiencia renal, paro cardíaco o hasta la muerte.
- En todos los deportes pueden darse casos de rabdomiólisis, ya que está provocada en mayor medida por el modo en que se entrena, que la propia disciplina deportiva en sí misma; controlar el volumen, la intensidad, la duración, el descanso que hacemos, la elección de ejercicios etc. será clave para prevenir llegar a producirla.
- La formación sobre esta patología de entrenadores, profesores, preparadores físicos e incluso de los propios deportistas puede ayudar a prevenir la rabdomiólisis y sus complicaciones.
Referencias bibliográficas
- Betancort Richey, Y. R. (2019). Rabdomiólisis inducida por el ejercicio y tratamiento. Revisión bibliográfica.
- Marqueta, P. M., Galván, C. D. T., Bonafonte, L. F., & Díaz, J. F. J. (2019). Rabdomiólisis inducida por esfuerzo. Campa d, 248.
- Mayo Clinic (2020).Insuficiencia renal aguda – Síntomas y causas – Mayo Clinic. Recuperado el 14-12-2020.