Se ha comprobado que la actividad física en sujetos asmáticos puede reportar grandes beneficios a la enfermedad, pero, ¿y la realizada a alta intensidad como la anaeróbica?
El asma es una enfermedad crónica que se caracteriza por ataques recurrentes de disnea y sibilancias, que varían en severidad y frecuencia de una persona a otra, lo padecen en la actualidad más de 235 millones de personas (OMS, 2016). Es la enfermedad crónica más frecuente en niños, y se encuentra presente en todos los países, independientemente de su grado de desarrollo.
La actividad física, considerándola como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía, aporta infinidad de efectos beneficiosos en la salud y en la prevención de enfermedades no transmisibles (Chicharro, J. y Fernández, A., 2006).
En sujetos asmáticos, los beneficios son evidentes, y las personas asmáticas no deben abstenerse de realizar ejercicio físico por su mera condición de asmático, ya que el ejercicio físico, realizado de manera adecuada a la patología, puede reportar grandes beneficios.
Por lo que es un error sobreproteger a los pacientes asmáticos impidiéndoles realizar ejercicio físico (Martín, P. y Galindo, M., 2008). Sin embargo, existen pocos estudios que analicen los efectos de la actividad física de alta intensidad, concretamente la de tipo anaeróbico, y los resultados que en ellos se concluyen son contradictorios.
Es por ello que, el objetivo del presente artículo es realizar una revisión narrativa de la literatura científica hasta la fecha en relación a la respuesta respuesta del ejercicio anaeróbico en niños y adolescentes asmáticos, concretamente: (1) averiguar si este tipo de actividad aumenta la sintomatología de los sujetos y comprobar si incrementa el riesgo o la posibilidad de sufrir broncoespasmo inducido por el ejercicio, (2) si los niños y adolescentes asmáticos tienen menor capacidad anaeróbica que los sujetos sanos, (3) si su capacidad anaeróbica está limitada, (4) si el ejercicio anaeróbico puede servir como un tipo de tratamiento sin fármacos, (5) si pueden tolerar la realización de ejercicio anaeróbico y (6) si el ejercicio anaeróbico se encuentra recomendado para este tipo de pacientes.
Resultados de los estudios encontrados
Un total de 9 artículos científicos fueron incluidos en la revisión narrativa, los cuáles cumplieron los criterios de inclusión y son objeto de análisis en el desarrollo del artículo.
En la tabla 2, se recogen de manera resumida las características y resultados de los estudios incluidos en la presente revisión narrativa, en la que se pueden visualizar de forma más factible el análisis de los artículos.
Esta tabla contiene la información relevante para la revisión, incluyendo los datos concernientes a los autores de los artículos y año de publicación, los sujetos de cada estudio y la edad media, el procedimiento de cada estudio, en el que se abarca tanto la metodología utilizada como el protocolo aplicado (entrenamiento, cuestionarios, etc.), y por último las conclusiones extraídas por los autores en cada investigación.
Los artículos se encuentran ordenados según orden de fecha, siendo el primero de la tabla el más actual y el último el más antiguo.
Discusión y análisis de la evidencia científica
La respuesta del ejercicio físico de tipo anaeróbico de los niños y adolescentes que padecen asma no ha recibido mucha atención, y son pocos los estudios que se centran en ello, de ahí el escaso número de registros que se ha podido extraer en la búsqueda.
Una de las grandes limitaciones que se ha podido encontrar en la realización de la revisión narrativa es que no existen estudios donde analicen el efecto aislado del ejercicio anaeróbico, ya que en todos los estudios encontrados se analiza esta capacidad junto con la aptitud aeróbica.
Es por ello que muchos de los beneficios observados puede que se deban al ejercicio aeróbico y no al anaeróbico o a la combinación de ambos. Asimismo, la mayoría de los artículos encontrados han sido realizados hace más de 20 años. Además, la metodología utilizada puede ser mejorada, ya que en las épocas donde se realizan los estudios no existían los medios y técnicas que hay en la actualidad, los cuáles son más novedosos y sofisticados.
Para ayudar a la comprensión y a la lectura del análisis de la evidencia científica, se expone a continuación una tabla (tabla 3) en la que se desglosan los apartados principales que se han tenido en cuenta en el estudio de los artículos.
Entre estos apartados significativos, encontramos los síntomas, para aludir a si en los artículos publicados se hace constancia de que el ejercicio anaeróbico aumenta o disminuye los mismos.
También, se observa la aptitud anaeróbica, para referirse a si los niños asmáticos tienen una mayor o menor capacidad de ésta, y asimismo si tienen o no limitación de la misma.
Por otro lado, aparece si el ejercicio anaeróbico es efectivo sin tratamiento farmacológico (si el fármaco ayuda controlar la enfermedad y evitar crisis durante el ejercicio) y si este tipo de ejercicio es apto para este tipo de sujetos.
Por último, se muestra si los artículos de la revisión narrativa recomiendan el ejercicio anaeróbico en niños y adolescentes que padecen asma, siempre atendiendo a algunas series de consideraciones que se desarrollan en la discusión.
Conclusiones
El ejercicio anaeróbico puede ser correctamente tolerado por niños y adolescentes que padecen asma, encontrando que este tipo de trabajo no supone ningún riesgo para la salud de los sujetos, aportando claros beneficios para el tratamiento de la enfermedad.
Aunque los niños y adolescentes asmáticos tengan una menor aptitud anaeróbica en comparación con los niños sanos, esta capacidad puede ser trabajada en estos sujetos, capacitados para realizar esfuerzos a altas intensidades sin poner en riesgo su salud, siempre que la enfermedad esté controlada y bajo la supervisión de un equipo médico y de un profesional de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.
Con la realización de ejercicios anaeróbicos, los niños y adolescentes asmáticos pueden reducir la administración del tratamiento médico, convirtiéndose la prescripción de ejercicio físico de tipo anaeróbico en un método recomendado para el procedimiento de esta enfermedad.
Este tipo de sujetos pueden practicar cualquier tipo de deporte, incluso aquellos caracterizados por un alto umbral ventilatorio, encontrándose principalmente recomendado la natación.
La hiperventilación que se produce en el ejercicio anaeróbico no es contraproducente para estos sujetos, existiendo controversia entre los estudios en relación a si se agravan o se minimizan los síntomas de la enfermedad.
Es por ello que existe la necesidad de seguir trabajando en esta área, realizando estudios científicos que analicen el efecto que produce el ejercicio de tipo anaeróbico sobre niños y adolescentes asmáticos de forma aislada, utilizando las técnicas más precisas de monitorización de la actividad, para sintetizar la información y que ésta sea más precisa, estableciéndose así hipótesis refutadas y contrastadas.
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