Las contracturas musculares son trastornos musculoesqueléticos que cursan con dolor, limitación de la movilidad, fuerza y nivel general de funcionamiento.
El dolor musculoesquelético es un problema que afecta hasta el 80% de la población mundial (2). Analicemos en detalle todo lo relacionado con las contracturas musculares.
¿Qué son las contracturas musculares?
Las contracturas musculares han sido definidas como una contracción permanente, dolorosa e involuntaria de un músculo que no cede con el reposo y su duración oscila entre 5 y 10 días (2).
Las contracturas musculares corresponden a una contracción involuntaria de uno o más músculos, acompañada de una rigidez resistente al estiramiento pasivo, de algunos minutos de duración (contracturas intermitentes) o prolongada en el tiempo (contracturas permanentes) (1).
Descubre cuáles son los factores de riesgo más importantes a tener en cuenta para prevenir lesiones. Aprende paso a paso, un práctico programa de ejercicios para prevenir lesiones musculares.
Tipos de contracturas musculares
Se diferencian 3 tipos de contracturas musculares: primarias dolorosas, primarias indoloras y antiálgicas (3).
Contracturas musculares primarias dolorosas
En este tipo de contracturas se presenta dolor cuyo origen es el propio músculo o en una actividad anómala del sistema nervioso central. Existen 3 tipos: calambres musculares, síndrome de hiperexcitabilidad neuronal y contracturas metabólicas.
Calambres musculares
Son contracturas breves (segundos a minutos), muy dolorosas y con endurecimiento intramuscular palpable. El estiramiento del músculo o la contracción del antagonista resuelven el calambre.
Los calambres esenciales son el tipo de calambres más frecuentes y afectan tanto a personas jóvenes como adultas. Se desencadenan por posturas mantenidas, nuevos ejercicios, bipedestación, marcha en terreno duro o deshidratación. Son más frecuentes por la noche (muslo o pie) y el dolor provoca que la persona se despierte. El tratamiento inmediato es la extensión del músculo y el masaje local.
Síndrome de hiperexcitabilidad neuronal
La principal característica de este tipo de contracturas son los espasmos musculares dolorosos en forma de rigidez muscular por actividad espontánea continuada y demora en la relajación.
Contracturas metabólicas
Se diferencian de los calambres por su silencio electromiográfico. Generalmente surgen después del ejercicio muscular. Son debidas a alteraciones en las vías energéticas que bloquean las proteínas contráctiles.
Contracturas primarias indoloras
En este caso, las contracturas musculares cursan sin dolor pudiendo diferenciarse las aisladas, localizadas y retracciones musculares.
Un ejemplo de una contractura indolora es el pie zambo, mientras que las retracciones musculares representan acortamientos musculares fijos, habituales en distrofias.
Contracturas antiálgicas
El dolor es la causa de la contractura a través del reflejo nociceptivo. La contracción muscular inmoviliza las estructuras osteoarticulares o musculares dolorosas para reducir el dolor.
Suele estar en la proximidad de una articulación. Las más frecuentes son las paravertebrales, especialmente, las lumbares.
Síntomas de las contracturas musculares
Los elementos que van a determinar la gravedad de los síntomas son la zona afectada y la extensión de la contractura. Una contractura muscular en la zona cervical pueden desencadenar en mareos, vértigos o migrañas mientras que si el músculo afectado es el piramidal, puede comprimir estructuras adyacentes e inducir a una falsa ciática.
En relación a la extensión de la contractura, cuanta mayor sea la superficie contracturada, los síntomas y la gravedad será mayor (4).
Diagnóstico de las contracturas musculares
El diagnóstico de esta lesión debe ser realizado por personal profesional como un/a médico o un/a fisioterapeuta. Antes de una valoración física, es probable que este profesional pregunte al paciente sobre diferentes aspectos de su historial lesivo, práctica deportiva, inicio de síntomas, actividades físicas previas a los síntomas etc (2,4)
Posteriormente el diagnóstico se centrará en la palpación de la zona afectada en busca de abultamientos o zonas musculares con mayor tensión.
Las fibras musculares ofrecen una determinada resistencia a la palpación mientras se deslizan los dedos sobre estas, por lo que encontrar un punto con mayor resistencia podría significar una zona con fibras musculares contracturadas. Este hecho junto con la aparición de sensación de dolor constatará la presencia una contractura muscular (4).
Tratamiento de las contracturas musculares
Una vez realizado el diagnóstico, el profesional sanitario establecerá un determinado tratamiento para curar este trastorno musculoesquelético que deberá seguirse rigurosamente.
No obstante, estas sencillas pautas pueden minimizar e incluso eliminar sus síntomas en algunos días (4):
Evitar realizar el movimiento que provocó la lesión
Si la contractura ha estado producida por hacer un ejercicio o un movimiento repetitivo, se deben evitar estos ejercicios o gestos para permitir la curación de los tejidos. El reposo, en muchas ocasiones, es el mejor método de curación.
Aplicar calor seco
En los primeros estadios de las contracturas musculares, resulta de gran ayuda la aplicación de calor seco (almohada eléctrica), ya que el calor es un potente vasodilatador que contribuirá a la depuración sanguínea del músculo. Además de esto, el calor provoca una sensación inmediata de alivio por su efecto analgésico y relajante.
Baños de contraste
La crioterapia es otro gran método con grandes resultados para reducir los síntomas de las contracturas musculares. Los baños de contraste se basan en el uso alterno del agua fría y el agua caliente provocando que los vasos sanguíneos se dilaten y se contraigan aumentando la circulación sanguínea.
Uso de medicamentos
Usar fármacos supone un tratamiento más agresivo y químico pero con resultados óptimos. Según Pérez-Guisado, J. (2011) cualquier antiinflamatorio, ya sea de ingesta oral o de aplicación cutánea, ayudará a la recuperación de la zona dañada.
Masaje descontracturante
El masaje es el método más eficaz y natural para hacer frente a las contracturas musculares. Para ello es necesario contactar con un profesional lo suficientemente cualificado en este ámbito para que ayude a relajar la musculatura contraída.
Técnicas de fisioterapia
Los estiramientos pasivos, kinesiotaping, electrostreching, punción seca, liberación miofascial etc. son técnicas que aplican los/as fisioterapeutas con grandes resultados para tratar las contracturas musculares.
Contracturas musculares en la espalda
Según la OMS, el dolor lumbar es el principal trastorno musculoesquelético por delante de las fracturas óseas, artrosis, traumatismos o el dolor de cuello (5).
Además, algunas anomalías de la columna vertebral o desequilibrios musculares favorecen la aparición de estos trastornos. El desequilibrio más popular es el llamado síndrome cruzado inferior, en el que cierta musculatura se sobreexcita (flexores de cadera y erectores entre otros), mientras que el glúteo mayor y los abdominales se encuentran inhibidos.
Para corregir estos desequilibrios es fundamental realizar diversos ejercicios de estiramiento y activación muscular con un/a profesional cualificado/a.
Pero, ¿Por qué duele una contractura? Pues esto se debe a que la contractura de un músculo activa directamente los nervios del dolor que están en él, desencadenando el dolor de espalda.
Además, se puede llegar a comprimir la arteria, disminuyendo su riego sanguíneo, provocando un círculo vicioso ya que el músculo con menor riego tiende a contracturarse más facilmente.
En otras ocasiones, la contractura es la consecuencia del dolor de espalda. En estos casos, la contractura no es la causa primaria del dolor, sino la consecuencia por un mecanismo reflejo.
Consejos para prevenir las contracturas musculares
Si eres propenso/a a sufrir contracturas musculares como si no, estos consejos te pueden ayudar a reducir su aparición (4):
- Evitar gestos o movimientos repetitivos: si las contracturas musculares se producen por la contracción sostenida en el tiempo o una repetición constante de una contracción, y es inevitable repetir estos gestos, es conveniente realizar pequeñas pausas para realizar ejercicios de estiramientos y compensación. Estas rutinas se repetirán de forma periódica durante la jornada laboral o sesión de entrenamiento.
- Adoptar una correcta higiene postural: una mala postura provoca contracciones forzadas de la musculatura de forma continuada que pueden desencadenar en una contractura muscular. Es por ello que debemos de mantener una correcta postura ya sea en la silla de la oficina, mientras vemos la televisión en el sofá o incluso a la hora de dormir.
- Realizar un calentamiento adecuado antes de realizar actividad física: Adquirir la temperatura y la activación muscular antes de un ejercicio es la mejor forma de prevenir una posible lesión. Los contenidos de un calentamiento eficaz deben estar estructurados para favorecer una progresión de la intensidad que preparen a los músculos a lo que se van a enfrentar en la actividad principal.
- Entrenamiento de fuerza: con el objetivo de fortalecer los músculos y que sean capaces de generar mayor fuerza es necesario llevar a cabo un programa de entrenamiento de fuerza general.
- Crioterapia, masajes y aplicación de calor: los tratamientos mencionados con anterioridad son también recursos válidos para prevenir la aparición de estas dolencias dentro de un plan preventivo.
Conclusiones
Después de analizar en detalle todo lo relacionado sobre las contracturas musculares, se puede concluir:
Las contracturas musculares son contracciones dolorosas, involuntarias y permanentes de un músculo y que no cede con el reposo.
Se diferencian 3 tipos de contracturas musculares, siendo las dolorosas las más comunes entre las que destacan los calambres y las metabólicas.
Los principales síntomas de esta lesión son el dolor y la limitación funcional. Por lo general, estas lesiones son leves ya que se curan entre 5 y 10 días.
La palpación supone el método más usado para diagnosticar estas dolencias musculares.
Evitar repetir el gesto que la ocasionó, aplicarse calor seco, baños de contraste, masajes y técnicas de fisioterapia son formas eficaces de tratar las contracturas musculares.
Referencias bibliográficas
- Serratrice, G. (2011). Contracturas musculares. EMC – Kinesiterapia – Medicina Física, 32(2), 1–11.
- Vernaza-Pinzón, P., Sánchez, J. A., Jojoa-Cifuentes, C., Martínez, M. C., David Patiño, L., & Moriones, E. Y. (2020). Clasificación internacional de enfermedades vs clasificación del funcionamiento, la discapacidad y el estado de salud: la contractura muscular. Reporte de caso. Revista de La Facultad de Ciencias de La Salud Universidad Del Cauca, 22(1), 51–59.
- Truffino, J. C. (2015). Protocolo diagnóstico de las contracturas musculares. Medicine-Programa de Formación Médica Continuada Acreditado, 11(75), 4528-4531.
- Cerezo Poveda, A. D. (2015). Programa de ejercicios terapéuticos de estiramiento muscular lumbar para algias por contractura muscular (Doctoral dissertation, Universidad de Guayaquil. Facultad de Ciencias Médicas. Carrera de Tecnología Médica). Enlace.
- Organización Mundial de la Salud (2021). Trastornos musculoesqueléticos. Enlace.