Claves para prevenir la sarcopenia

Analizamos las claves para prevenir la sarcopenia y evitar problemas de salud debido a la pérdida de masa muscular.

✎ Autor:  Javier Misa

La sarcopenia, se puede definir como la pérdida involuntaria de masa muscular que se produce por el envejecimiento . Se estima que la masa masa muscular disminuye en un 3 a un 8% cada 10 años a partir de los 30 años. La pérdida de masa muscular causa una disminución de la fuerza y de las funciones musculares contribuyendo a la discapacidad de las personas.

También incrementa el riesgo de fracturas, de caídas y de lesiones. La sarcopenia, es uno de los principales factores de riesgo de discapacidad y muerte en la población anciana.

El concepto sarcopenia implica como ya hemos mencionado anteriormente una pérdida masa muscular asociada a diversos factores (1):

  • Sistema nervioso: Pérdida de unidades motoras alfa de la medula espinal.
  • Sistema muscular: Pérdida de la calidad y de la masa muscular.
  • Humorales: Descenso de las hormonas anabolizantes como la testosterona, estrógenos y GH.
  • Estilo de vida: Nivel de actividad física.

¿Porqué prevenir la sarcopenia?

Si valoramos las dificultades que surgen a las personas de la tercera edad con el paso de los años podemos observar que las caídas son la causa predominante de lesiones en personas de más de 65 años de edad además estudios confirman que más de la mitad se producen de forma reiterada.

Este acto constituye una gran amenaza para este grupo de población que genera una gran dependencia e incluso una elevada mortalidad. Estamos por tanto ante un factor desencadenante de multitud de problemas, es por ello que en este artículo hacemos especial hincapié al ejercicio físico como método y medio de combatir esta problemática.

sarcopenia
Figura 1. La sarcopenia predispone a síndromes metabólicos (e.g. diabetes), que promueven obesidad y degradación muscular por medio de inflamación y comportamientos sedentarios.

¿Cómo prevenir la sarcopenia?

Se debe mantener la funcionalidad de la masa muscular a través de un programa de entrenamiento de fuerza controlado y supervisado por un profesional cualificado. El programa debe tener dos objetivos bien definidos: mantenimiento y desarollo de tejido muscular para contrarrestar los deterioros que produce el paso de los años (2).

Este mantenimiento básicamente se centrará en mantener una sección transversal del músculo óptima y minimizar esa pérdida de tejido muscular. Los programas de entrenamiento de fuerza en personas mayores probablemente constituyen, por sí mismos, una de las medidas preventivas más eficaces para retrasar la aparición de sarcopenia (3).

A pesar de que este término se asocia a personas de una edad más avanzada, no se le debe restar importancia y debemos mantener unos niveles óptimos de fuerza a lo largo de toda nuestra vida.

Se está comprobando que la dosis adecuada sería entre 1 y 2 días por semana. En lo que respecta a prevención no se debe aislar el entrenamiento de la nutrición, ambos podríamos decir que van de la mano. No es posible una ganancia muscular con una nutrición inadecuada ni el proceso invertido.

Figura 2. Consecuencias de la sarcopenia
Figura 2. Consecuencias de la sarcopenia

Consumo energético y sarcopenia

El otro aspecto clave y fundamental consiste en mantener una nutrición adecuada. La nutrición en la tercera edad es muy importante,  debido a que durante esta etapa se pueden presentar diferentes comorbilidades y,  mediante una adecuada nutrición, es posible prevenir o mejorar la calidad de vida en las personas de edad avanzada.

La malnutrición, es uno de los factores que inducen sarcopenia (4), debido a esto las intervenciones nutricionales pueden ser vías importantes en la prevención de la sarcopenia. Sin embargo, el manejo nutricional de esta enfermedad sigue siendo desconocido en gran parte (5).

Existe evidencia que sugiere que los factores metabólicos asociados con la obesidad y diabetes, pueden inducir la progresión de la sarcopenia (6).

Los cambios producidos en el organismo como una combinación de exceso de peso y la reducción de la masa muscular y de la fuerza, se define como obesidad sarcopénica (7), este tipo de obesidad se encuentra asociado con la regulación por incremento de citoquinas inflamatorias (7), provocando un deterioro aún mayor de la sarcopenia (8).

Para determinar si la restricción energética (RE) es una estrategia eficaz para prevenir la obesidad/ diabetes relacionada con sarcopenia, se realizó una revisión sistemática con 52 estudios que incluían ejercicio (EX), RE, o RE + EX, los resultados obtenidos fueron que el 81% y el 39% de los grupos RE y RE + EX, respectivamente, obtuvieron una pérdida de más del 15% del peso corporal como masa libre de grasa (MLG) (7).

Los participantes de este estudio, tenían una edad media  mayor o igual a 50 años, también resulta importante mencionar que se excluyeron estudios con un bajo aporte energético ( menor o igual a 800 calorías por día) (10). Este estudio sugiere que el EX moderado conserva la MLG, pero también indica que el EX puede causar pérdida de MLG en pacientes con obesidad.

En otra investigación, con 10 estudios de tipo ensayo clínico controlado, con una duración de 3 a 18 meses, se encontraron efectos independientes a la RE sobre la salud en adultos con una edad media mayor o igual a 65 años. Los autores concluyeron que la relación riesgo- beneficio de la RE para el tratamiento de la obesidad en personas con edad avanzada, es poco clara (10).

Figura 1. Causas de la sarcopenia en personas mayores.
Figura 3. Causas de la sarcopenia en personas mayores.

Ingesta de proteínas y sarcopenia

En una investigación con 5 bases de datos (n=900) , se encontró que el 77% de los participantes consumían menos proteína de la recomendada, indicando que el consumo de proteínas es insuficiente en la población de la tercera edad (11).

El consumo de proteínas y la actividad física, son los mayores estímulos anabólicos para la síntesis de proteínas (12).

Los aminoácidos por si solos estimulan la síntesis de proteínas en ancianos, sin embargo, en una investigación con suplementos de amioácidos no se encontró mejoras en la masa muscular,  en la misma investigación los resultados indicaron que la respuesta anabólicas de las proteínas musculares a la hiperoaminocidemia con hiperinsulinemia endógena se encuentra deteriorada en personas saludables de edad avanzada (13).

Las recomendaciones de proteína en la tercera edad, son de 1 a 1.2 g/kg (peso corporal) al día y repartirla en todas las comidas para prevenir la sarcopenia (14). Otra propuesta para prevenir la sarcopenia, es es un plan nutricional que incluya de 25 a 30 g de proteínas de alto valor biológico en cada comida (15).

En una investigación, se analizó la relación entre el consumo de proteína y la masa magra (MM) durante una intervención de 20 semanas para la pérdida de peso en mujeres postmenopáusicas. El consumo de proteína fue en promedio de 0.62 g/kg/día ( 0.47- 0.8 g/kg/ día). Participantes que consumieron altas cantidades de proteína (0.8 g/kg/día) perdieron menos MM.

Estos resultados, sugieren que un consumo inadecuado de proteínas, está asociado a la pérdida de MM y un consumo menor o igual de 0.8 g/kg no fue suficiente para prevenir la pérdida de MM en mujeres postmenopáusicas (16).

Otra investigación, que incluyó hombres y mujeres de la tercera edad, demostró que los participantes que consumieron altas cantidades de proteina (1.2 g/kg/ día) perdieron 40% menos MM en comparación con el grupo que consumió cantidades más bajas de este macronutriente (0.8g/ kg/día).Esta investigación tuvo una duración de 3 años (17).

Recientemente, se realizó otro estudio para evaluar las diferencias en la ingesta de proteínas en mujeres mayores de 65 años con sarcopenia ( n=35) y sin sarcopenia (n=165).

La masa muscular, fue significativamente mayor en las mujeres que consumían una alta ingesta de proteínas ( > 1,2 g / kg / día). La ingesta de proteínas y energía, fueron determinantes en la conservación de masa muscular (18).

Investigaciones nutricionales en la sarcopenia

Diversas investigaciones se han realizado para demostrar la importancia de la nutrición en la sarcopenia, entre los resultados más destacados se encuentran: La adición diaria de 210 g de queso ricotta a la dieta habitual, mejoró los marcadores de la sarcopenia en pacientes sin una pérdida pronunciada de músculo esquelético (19).

La suplementación de proteína de suero de leche ha mejorado el rendimiento físico, pero no aumentó la cantidad de músculo esquelético en los pacientes (20). En 65 sujetos con sarcopenia con una edad comprendida entre los 60-74 años, hubo un incremento significativo de la MM (+5.7%) en el grupo EX después de 12 semanas, los mayores incrementos fueron en el grupo con suplemento de proteínas (21).

155 mujeres con sarcopenia y con una edad de 75 años, o más fueron asignadas al azar en varios grupos: EX y suplementación con aminoácidos, suplementación con aminoácidos, o educación en salud.

El grupo con EX y suplementación de aminoácidos mejoró la fuerza muscular, pero también se notaron mejoras en indicadores de la masa muscular y la marcha (22). En otra investigación con una ingestión diaria de 15 g de aminoácidos esenciales se mejoró la MM y la síntesis de proteínas en ancianos (23).

El envejecimiento está asociado con cambios en el metabolismo de las proteínas musculares, debido principalmente a la respuesta de las hormonas endógenas. El músculo en la persona mayor todavía es capaz de responder a aminoácidos como la leucina (5).

A largo plazo la suplementación con aminoácidos esenciales, incluyendo leucina puede ser una herramienta útil para la prevención y el tratamiento de la sarcopenia (24). El  beta-hidroxi-beta-metilbutirato (HMB),  un metabolito de la leucina, se ha investigado como un suplemento potencial para mejorar la calidad muscular (25).

La suplementación diaria de HMB, arginina y lisina durante 12 semanas ha demostrado beneficios en la funcionalidad muscular, la fuerza, la MM y la síntesis de proteínas (29).

La vitamina D también se ha conocido por tener un papel en la salud del músculo esquelético (26). La administración sola de vitamina D ha demostrado un efecto protector significativo en la fuerza muscular y en la posmenopausia (27).

Un estudio asignó de forma aleatoria a los sujetos del estudio a 2 grupos, un grupo que recibió vibración en todo el cuerpo y un grupo sin entrenamiento, ambos recibieron una dosis convencional ( 880 IU / día ) o una dosis alta ( 1.600 UI / día ) de vitamina D. No se encontraron beneficios adicionales en el musculoesquelético con las dosis más elevadas en comparación con las dosis convencionales (28).

Conclusiones

La sarcopenia, puede conllevar a diversos problemas en las personas mayores, sin embargo, una adecuada nutrición y suplementación puede mejorar estos problemas y la calidad de vida de el adulto mayor.

Diversos suplementos que normalmente se han usado para mejorar el rendimiento o composición corporal en deportistas, han demostrado que también pueden ofrecer beneficios para el tratamiento de la sarcopenia.

Bibliografía

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Autor: Javier Misa

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BIO: Graduado en CAFYD. Preparador Físico en Academia Fonseca. Entrenador personal ( Esforzo entrenamiento personal ). Alumno de RESISTANCE INSTITUTE (Master en mecánica del ejercicio). ISAK NIVEL I

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