Vitamina D y sistema inmunológico

En el siguiente articulo, abordaremos bajo evidencia científica la importancia de la vitamina D, no solo para nuestros huesos, músculos y sistema nervioso, sino para nuestro sistema inmunologico y todo el organismo en general.

Si todos entendiéramos la importancia de la vitamina D en nuestro organismo, dedicaríamos al menos una hora de nuestro día a tomar un poco de sol.

En los últimos años, se ha producido un creciente interés por la vitamina D, no solo por su papel en el metabolismo mineral y óseo, sino también por sus efectos extra-esqueléticos y en el sistema inmunológico.

Por otro lado, también se ha asociado con enfermedades tales como el cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares, autoinmunes y una mayor mortalidad.

En el siguiente artículo, abordaremos bajo evidencia científica la importancia de la vitamina D, no solo para nuestros huesos, músculos y sistema nervioso, sino para nuestro sistema inmunologico y todo el organismo en general.

Vitamina D y cómo se absorbe

Esta vitamina se encuentra en las células de todo el cuerpo y también en ciertos alimentos, es decir, que puede tomarse tanto de forma endógena (se origina por causas internas) como exógena (se origina por causas externas).

La vitamina D es necesaria para la salud y para mantener los huesos fuertes, ya que, ayuda a nuestro cuerpo a absorber el calcio (una de las piezas fundamentales de los huesos) de los alimentos y suplementos (en caso de necesitarlos).

Las personas que consumen esta substancia en cantidad muy escasa pueden tener huesos débiles, delgados y frágiles. Junto con el calcio, ayuda a proteger a los adultos mayores contra la osteoporosis (1).

Además, es sumamente importante para el cuerpo de muchas otras formas, por ejemplo, la 1,25(OH)2D que es un derivado de la D3 después de su segunda hidroxilación en el riñón, se une al receptor de esta substancia (VDR).

Esto regula así la transcripción genética y promoviendo la síntesis de proteínas que intervienen en el transporte de calcio, fósforo y en la proliferación y diferenciación de fibras musculares.

colecalciferol y ergocalciferol
Imagen 1 – Procesos de Hidroxilación.

Por otro lado, los nervios necesitan para transmitir mensajes entre el encéfalo y cada parte del cuerpo (sinapsis química), y el sistema inmunitario emplea esta substancia para combatir los virus y bacterias que lo invaden desde diferentes vías, principalmente por las vías respiratorias superiores.

Vitamina D y sistema inmune

Esta substancia, además de presentar funciones reguladoras en la homeostasis del calcio y fósforo, tiene un papel fundamental en la modulación de la respuesta inmune.

Su acción se ejerce a través de la unión con su receptor nuclear e interviene activando factores de transcripción genética.

El receptor se encuentra presente en células de mas de 30 tejidos específicos y de forma especial protegiendo nuestro sistema inmune junto a células dendríticas, macrófagos y linfocitos T.

La vitamina D en el sistema inmune, produce inhibición de la diferenciación y maduración de las células dendríticas, interfiriendo en su capacidad presentadora de antígenos a los linfocitos T específicos.

En pocas palabras, la esta substancia cumple un rol especifico y necesario para mantener nuestro sistema inmunológico trabajando de forma correcta, eliminando agentes patógenos externos y permitiendo que nuestro organismo siga creando los anticuerpos necesarios para no enfermarnos (2).

Vitamina D y valores normales

La cantidad que necesitamos por día depende de nuestra edad y color de piel.

Las cantidades promedio diarias de vitamina D son expresadas en unidades internacionales (IU), medida recomendada y utilizada por la mayoría de los autores (3), este rango necesario de absorción de Vitamina D puede diferir en base a la edad de la persona:

Recomendaciones de Vitamina D
Imagen 2 – Recomendaciones de esta Vitamina, extraído de Ross, A. C et al (2011). (4)

Dicho esto, ¿Qué sucede con aquellos que no disponen del espacio o tiempos suficiente para tomar sol de forma periódica?, en este punto, lamentablemente tenemos que fiarnos de solamente dos fuentes; los alimentos o la suplementación.

Cómo obtener vitamina D: fuentes por vía exógena

Lamentablemente muy pocos alimentos contienen vitamina D en forma natural.

Los alimentos fortificados con esta substancia agregada aportan la mayor parte de esta vitamina en las dietas de muchos piases, pero podríamos nombrar a los pescados grasos (salmón, atún, sardinas y caballa) como las principales fuentes de este micronutriente.

Por otro lado, otros alimentos como lo son el hígado vacuno, el queso y la yema de huevo también aportan esta substancia (5), y por último, los hongos y algunas zetas aportan una ínfima cantidad.

Los colecalciferoles (de origen animal) aportarían valores más elevados de vitamina D que los ergocalciferoles (de origen vegetal), pese a esto, ambos aportarían cantidades ínfimas en comparación con el aporte de vitamina D vía endógena (6), es decir a través de la conversión de 7-hidrocolesterol en contacto con los rayos solares.

Vías de absorción de vitamina D.
Imagen 3 – Vías de absorción de vitamina D.

Suplementación con vitamina D

Es importante comprender que si se realiza un examen de laboratorio y se presenta déficit de vitamina D, es importante como primera medida tratar en lo posible de mejorar la exposición al sol e incorporar alimentos ricos en vitamina D.

En caso de no ser posible, nuestro profesional de la salud a cargo puede incorporarnos una dosis especifica adecuada a nuestras necesidades fisiológicas.

Cómo obtener la vitamina D del sol

En este caso, hablamos del sol y su importancia a la hora de absorber vitamina D.

La piel produce vitamina D al exponerse directamente a la luz solar (vale aclarar, la piel expuesta a la luz solar en ambientes interiores, por ejemplo a través de una ventana, no produce esta substancia).

Los días nublados, la sombra y la personas con piel de color oscuro, reducen la cantidad de vitamina D que se produce en su piel.

Sin embargo, pese a la importancia del sol para la síntesis de esta substancia, es prudente limitar la exposición de la piel a la luz del sol para reducir el riesgo de cáncer de piel (todo en su justa medida).

Quienes evitan el sol o cubren su cuerpo con filtro solar o ropa de forma frecuente, es más que probable que deban suplementarse con vitamina D (consulta con un  profesional), ya que, el uso de protectores solares con índices de protección superiores a 10-15, inhiben la síntesis de vitamina D, principalmente en niños (7).

 

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Suplementación con vitamina D

La vitamina D se encuentra en dos formas diferentes de suplementación: D2 (ergocalciferol) y D3 (colecalciferol).

Ambas aumentan la concentración de esta substancia en la sangre. Como explicamos anteriormente, la D3 hace referencia a que es de origen animal y la D2 de origen vegetal.

Es importante comprender que si se realiza un examen de laboratorio y se presenta déficit de vitamina D, es importante como primera medida tratar en lo posible de mejorar la exposición al sol e incorporar alimentos ricos en esta substancia.

En caso de no ser posible, nuestro profesional de la salud a cargo puede incorporarnos una dosis especifica adecuada a nuestras necesidades fisiológicas.

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Cómo consumir Vitamina D y formas de medir los niveles

Esta substancia puede provenir del sol, los alimentos y suplementos dietéticos, la mejor forma de medir el nivel de vitamina D en la sangre es la denominada 25-hidroxivitamina.

Los niveles se indican en nanomoles por litro (nmol/L) o nanogramos por mililitro (ng/mL), donde 1 nmol/L = 0.4 ng/mL.

En general, los niveles inferiores a 30 nmol/L (12 ng/mL) son demasiado bajos para la salud de los huesos o la salud general, y es probable que los niveles superiores a 125 nmol/L (50 ng/mL) sean demasiado elevados.

Los niveles iguales o superiores a 50 nmol/L (20 ng/mL) son suficientes para la mayoría de las personas (8).

Muchas personas sufren déficit, sin embargo, casi ninguna suele evaluar sus niveles en laboratorio. En general, las personas jóvenes tienen niveles superiores de 25-hidroxivitamina en la sangre que las de edad avanzada y los varones tienen niveles más elevados que las mujeres.

Por otro lado, los sujetos de piel más oscura tienden a tener los niveles más bajos y los blancos los más altos.

Otro punto importante, es que generalmente se suele medir en laboratorio por su mayor bio disponibilidad en sangre  la 25 (OH) vitamina D.

Es decir el subproducto después de la primera hidroxilación en el hígado, cuando se ha demostrado que la 1,25 (OH)2 vitamina D.

Es decir el subproducto de la segunda hidroxilación en el riñón seria la verdadera forma activa y cumpliría funciones biológicas al llegar al receptor de esta substancia.

De esta forma, un déficit real de 1,25(OH) 2 vitamina D connotarían valores más acertados para determinar una posible hipovitaminosis D o déficit de este micronutriente.

Déficit de vitamina D y asociación con diferentes patologías

Múltiples patologías se han asociado a niveles muy bajos de esta substancia, como cáncer, osteoporosis, diabetes tipo II, hipertensión, incluso sobrepeso graso y obesidad.

La vitamina D es una hormona que participa en gran cantidad de procesos fisiológicos y bioquímicos dentro del organismo humano, tales como la absorción de calcio y fosfato a nivel intestinal, regulación de la calcemia y mineralización ósea.

Además, tiene efectos sobre el ciclo celular, proliferación, diferenciación, señalización, apoptosis y producción de varias moléculas en diferentes células y tejidos, lo que explica la relación de sus bajos niveles con el desarrollo de múltiples patologías.

En los últimos años, se ha reportado una elevada prevalencia de hipovitaminosis D a nivel mundial, producto de la deficiente exposición a la luz solar, escasa ingesta dietética, poco uso de suplementos vitamínicos, entre otros factores asociados.

Se ha asociado al déficit de esta substancia, a causas de polimorfismos genéticos que afectan el metabolismo y conllevan al desarrollo de varias enfermedades metabólicas, entre ellas, diabetes tipo II, obesidad, hipertensión, entre otras. (9)

Mecanismo fisiológico de la vitamina D

Esta substancia es liposoluble, y puede ser adquirida de dos formas, a través de la dieta en forma de ergocalciferol (fuente vegetal o vitamina D2) y colecalciferol (fuente animal o vitamina D3) y de forma endógena a través de la síntesis cutánea de rayos ultravioletas (fuente principal).

El primer mecanismo de acción inicia en la dermis junto a la recepción de rayos ultravioletas que permiten la fotoconversión del 7-hidrocolesterol (precursor del colesterol de síntesis hepática que es transportado a la piel), en previtamina D3 o precalciferol.

Posterior a esto, por una segunda acción química la pre-vitamina D3 se convierte en Vitamina D3.

Una vez sintetizada la vitamina D3 en la piel, alcanza la red capilar y se transporta en la sangre hasta el hígado mayoritariamente unida a una proteína transportadora (DBP).

Una vez en el hígado, la D3 sufre una primera hidroxilación, por la acción de la enzima 25-hidroxilasa, convirtiéndose en la 25(OH) vitamina D o calcidiol, que es la forma circulante más abundante de vitamina D y puede considerarse como un índice adecuado de las reservas de vitamina D en el organismo.

Luego continua su proceso en el riñón, la 25(OH) vitamina D, sufre una segunda hidroxilación, transformándose en el metabolito activo, la 1,25-dihidroxivitamina D (1,25(OH)2 D) o calcitriol, por la acción de la enzima 1-α-hidroxilasa y regulada por diversas hormonas, principalmente por la hormona paratiroidea o la PTH.

Mecanismo fisiológico de la vitamina D.
Imagen 4 – Mecanismo fisiológico de la vitamina.

Una vez que el calcitriol llega a la célula diana, se disocia de la DBP (globulina transportadora) y se transloca del núcleo uniéndose al receptor de esta substancia, el cual se ha encontrado en más de 30 tejidos y cumple sus funciones biológicas.

Todo este proceso, da como resultado final una disminución o una activación de la transcripción de la síntesis y secreción de proteínas relacionadas con el metabolismo mineral, el crecimiento y la diferenciación celular. (10)

Conclusión

No caben dudas que esta substancia cumple un rol fundamental a la hora de prevenir enfermedades y mantener nuestro sistema inmune fuerte.

En medidas básicas, es recomiendable tomar al menos 30 a 40 minutos de sol al día y realizar ejercicio físico de forma periodizada, esto sólo no elevará los niveles de vitamina D y calcio, si no que fortalecer a nuestro sistema inmunológico a la hora de estar expuesto a agentes patógenos externos.

Por otro lado, al salir de esta cuarentena es recomiendable evaluar tus niveles de vitamina D en laboratorio y consultar a tu médico sobre tus niveles de 1,25 (OH)2 vitamina D, ya que, ha demostrado según evidencia ser el indicador más fiable.

Muchísimas personas son deficientes a este nutriente (por no tener una habitual exposición al sol y a nutrientes ricos en esta substancia como los pescados grasos) y no lo saben, me animaría a decir que 7 de cada 10 personas podrían presentar un déficit de vitamina D, por lo cual, recomiendo medir sus valores y en caso de necesitar suplementación valorar esta posibilidad junto con un profesional.

Referencias bibliográficas

  1. Jimenez, J. A., et al (2016). Nutritional factors in preventing osteoporosis. Nutrición hospotalaria. (1), 49-55. (enlace)
  2. Coronato Solari, Silvia, Laguens Calabrese, Graciela, & Di Girolamo Massimi, Vanda T. (2005). Acción de la vitamina D3 en el sistema inmune. Revista Cubana de Hematología, Inmunología y Hemoterapia, 21(2).
  3. Ross, A. C., et al (2011). The 2011 report on dietary reference intakes for calcium and vitamin D from the Institute of Medicine: what clinicians need to know. The Journal of clinical endocrinology and metabolism. 96(1), 53-8. (enlace)
  4. Varsavsky, M., et al (2017). Recomendaciones de vitamina D para la población general. Endocrinología, Diabetes y Nutrición. 64(10,) 1016. (enlace)
  5. Rodríguez, E. R., et al (2019). Vitamin D Deficiency in Spanish Population. Importance of Egg on Nutritional Improvement. Nutrición Hospitalaria. 36(3), 3-7. (enlace)
  6. Valverde, C. N., et al (2015). Vitamin D, Determinant of Bone and Extrabone Health. Importance of Vitamin D Supplementation in Milk and Dairy Products. Nutrición Hospitalaria. 31(2), 18-25.
  7.  Maza-Ramos, G., et al (2015). Fotoprotección y vitamina D en niños. Revista Mexicana de dermatologia. 59, 517-525.
  8. Chávez F. J. et al (2016). Adecuación De Las Peticiones De Los Niveles De Vitamina D Al Laboratorio. Nutrición Hospitalaria. 33(5), 581. (enlace)
  9. Gallego-González, D., et al (2017). Hipovitaminosis D: una visión desde la clínica y la biología molecular. Revista de los estudiantes de medicina de la universidad industrial de Santander. 30(1):45-56.
  10. Zanchetta, Maria & Fradinger, Erich. (2009). VITAMINA D.