La L-arginina es un aminoácido semi esencial de síntesis endógena que se incorpora también a través de la dieta, precursor de la formación de otras proteínas, óxido nítrico (NO) y creatina, entre otros compuestos. Participa en diversas vías metabólicas mejorando la fuerza, la potencia y la recuperación muscular, mediante el incremento de la eliminación de lactato y amoníaco.
Debido a las características de la L-arginina y los procesos que promueve es usado como ayuda ergogénica con el fin de favorecer el rendimiento deportivo. Sin embargo, como ocurre con otros suplementos, la L-arginina se suele consumir sin conocer los efectos que genera en el organismo, por lo que es preciso delimitar su actuación en función del contexto en el que se ingiere antes de iniciar un posible uso.
Funciones de la L-arginina
La L-arginina posee diversas competencias orgánicas en relación con la actividad física y el deporte. Entre las más importantes se encuentra su función vasodilatadora como precursor de NO en el músculo activo durante el ejercicio, el cual, a su vez, se encarga de regular la contractibilidad y el flujo sanguíneo muscular y la respiración celular en las mitocondrias, entre otras competencias neuronales e inmunológicas.
A través del aumento del NO se puede incrementar el flujo de oxígeno y el envío de nutrientes a los músculos activos, disminuyendo el coste de ATP en la producción de fuerza y mejorando la respuesta fisiológica en actividades de resistencia y en situaciones de recuperación.
Por otra parte, la L-arginina actúa como precursor de creatina. Si bien es cierto que este ácido orgánico evidencia aumentos en la masa muscular, la fuerza y la potencia tras suplementación, además de reducir la respuesta inflamatoria y mejorar la tolerancia a la glucosa, no debemos olvidar que las cantidades de creatina formadas a partir de la L-arginina son las biológicamente propias.
De hecho, existe una gran falta de estudios que correlacionen la suplementación del aminoácido con el aumento de la actuación de la creatina en el deporte.
Efectos ergogénicos de la L-arginina
Generalmente ingerimos entre 4 y 5 g/día de L-arginina con la dieta. El 40% no se incorpora al sistema circulatorio debido a que se degrada en el intestino delgado, siendo necesaria una síntesis edógena para cubrir las demandas metabólicas.
En adultos sanos esta es suficiente, pero en otras ocasiones puede no serlo, como en el caso de disfunciones de riñón y de intestino delgado y en situaciones de estrés catabólico por inflamación o infección, siendo necesaria la suplementación exógena.
Centrándonos en la actuación atlética, los estudios muestran que la respuesta ergogénica ofrecida por los suplementos de este aminoácido difiere en función del nivel de condición física de los sujetos analizados.
Así pues, en individuos no entrenados o en sujetos moderadamente sanos y activos observamos un aumento de la disposición de NO y la consecuente mejora de la tolerancia al ejercicio aeróbico y anaeróbico, mientras que en personas muy entrenadas o deportistas de élite no se producen efectos positivos.
Algunos beneficios obtenidos en el conjunto de estudios sobre la L-arginina podrían estar relacionados con otras vías metabólicas independientes de la síntesis de NO, como ocurre, por ejemplo, en la disminución del amoníaco y del lactato en sangre durante el ejercicio a través de la suplementación con arginina, glutamato y aspartato.
Esto quiere decir que los cambios producidos podrían estar influenciados por las sustancias que consumimos junto con la L-arginina, hecho que cuestionaría su poder ergogénico.
En particular, Álvares et al. (1) sugieren la posibilidad de la existencia de otros mecanismos, los cuales estarían involucrados en el aumento de la perfusión sanguínea muscular mostrado en su estudio durante el proceso de recuperación, de modo que sus efectos no son esclarecedores y son necesarios mayores estudios para comprender el fenómeno.
Dosis y efectos secundarios de la L-arginina
Elevadas dosis intravenosas de L-arginina (30 g/día) pueden producir hipotensión y taquicardia. Tanto las personas con tendencias alérgicas como los diabéticos o las personas con insuficiencia renal o hepática deben evitarlas, unos por la propia posibilidad de padecerlas y otros por el riesgo de aparición de hipercalcidemias e hiperfosfatemias.
Evans et al. (4) analizaron los efectos adversos la suplementación oral de L-arginina en individuos sanos. En uno de sus estudios suministraron dosis de 3, 9, 21 o 31 gramos al día de L-arginina y observaron que de los 12 sujetos que recibieron la dosis de 21 g, cuatro sufrieron diarrea, uno náuseas y otro hemorragia nasal, y que el 90% de los sujetos que obtuvo la dosis de 30 g padeció diarrea, estimándose suficiente, así, la dosis de 9 g para aumentar las concentraciones de L-arginina en sangre (4).
Examinando la bibliografía recogida en Álvares et al. (2) vemos que las dosis por vía oral menores o iguales a 20 g/día normalmente se toleran bien, y que aquellas que superan dicha cifra pueden provocar consecuencias desfavorables, sobre todo en poblaciones especificas (2).
Conclusiones sobre la L-arginina
La presente revisión indica la utilidad de la L-arginina como ayuda ergogénica en sujetos sedentarios y en individuos moderadamente entrenados sanos, así como los nulos efectos originados en los deportistas que realizan entrenamientos muy frecuentes y en aquellos que compiten a alto nivel, cuyos beneficios obtenidos a través del deporte y el ejercicio físico superan a largo plazo cualquier efecto potencial de la suplementación con L-arginina.
Las ganancias más significativas en los grupos de población que aprovechan sus efectos se encuentran en los sujetos activos y sanos. No obstante, estas personas enfocan su actividad hacia un entorno recreativo y saludable, estando su afán deportivo bastante alejado del ámbito del rendimiento y de la búsqueda de la excelencia, por lo que es difícil que realicen un uso habitual de este tipo de ayudas.
En definitiva, podemos decir que la rentabilidad que nos ofrece la suplementación con L-arginina en un contexto deportivo está obsoleta por naturaleza, debido a que las situaciones en las que se preveen los mayores efectos son aquellas que en menor medida los precisan.
Por lo tanto, las recomendaciones sobre el uso de esta sustancia deben acotarse a casos específicos en los que se pueda lograr con total seguridad un beneficio claro en la actuación deportiva.
Bibliografía
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- Álvares, T.S., Meirelles, C.M., Bhambhani, Y.N., Paschoalin, V.M. & Gomes, P.S. (2011). L-arginine as a potential ergogenic aid in healthy subjects. Sports Med. 41(3): 233-48.
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- Evans, R.W., Fernstrom, J.D., Thompson, J., Morris, S.M. Jr. & Kuller, L.H. (2004). Biochemical responses of healthy subjects during dietary supplementation with L-arginine. J. Nutr. Biochem. 15(9): 534-9.
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