Sistema nervioso y movimiento

Analizamos el sistema nervioso y su relación con el ejercicio. Una interesante visión que nos enseña la importancia de dicho sistema con el movimiento.

✎ Autor:  Brais Ruibal

Es muy amplio el abanico de posibilidades que ofrece el deporte y somos muchos los interesados en alguna de ellas. Entrenadores, preparadores físicos, biomecánicos y profesionales encargados de la prevención y readaptación de lesiones son algunas de esas posibilidades, para las que, como bien se sabe, se antoja esencial el sistema nervioso y movimiento.

La velocidad, la resistencia, la fuerza y la flexibilidad son aspectos que pueden influir en el, y que pueden hacer a los deportistas obtener mejores resultados si las entrenan. Pero, ¿son estas las únicas variables a tratar?, ¿qué es lo que ocurre en nuestro cuerpo para que podamos movernos?, ¿qué tiene que ver el sistema nervioso en todo esto?, ¿es el funcionamiento del sistema nervioso algo tan crucial entre los conocimientos de un preparador físico?, y si es así, ¿como puedo yo trabajarlo en mi equipo?

 

Sistema Nervioso: responsable del movimiento

El encargado del movimiento del movimiento del cuerpo es la compleja red celular del sistema nervioso: miles de fibras nerviosas y terminaciones sensitivas en relación entre sí.

 

División del sistema nervioso

El sistema nervioso se divide en Sistema Nervioso Central (SNC) y Sistema Nervioso Periférico. El primero, compuesto por la médula espinal y el encéfalo, es el encargado de recibir estímulos, memorizar la información recibida, gestionarla y crear una respuesta que se enviará y provocará el movimiento. Por otro lado, el Sistema Nervioso Periférico, está formado por el sistema sensor y motor, siendo el encargado de percibir la información a través del primero y de comunicar la respuesta a los músculos utilizando el segundo.

A modo de ejemplo, el proceso se completa de la siguiente manera:

  1. El sistema sensor de un tenista ha detectado que la pelota golpeada por el rival se acerca en dirección a su posición.
  2. Siguiendo las vías aferentes del sistema sensor, esta información va hacia la medula espinal, a través de la cual llegará a los lugares en los que se gestionará y se decidirá golpear la pelota.
  3. La decisión transcurre por la médula espinal en dirección al sistema motor, que a través de las vías eferentes de este último, es comunicado a los músculos agonistas del movimiento para el golpeo de la pelota, siendo este el resultado del proceso.

Velocidad de transmisión del impulso

Sin embargo, el tiempo en el que se emite la respuesta puede variar. Volviendo al paso dos del ejemplo anterior, se expone que una información es percibida e impulsada a través del sistema sensor. Pues bien, esta llegará a una de las diferentes áreas del SNC en las que se puede crear la respuesta, y que están comprendidas en tres niveles: la médula espinal, las regiones inferiores del encéfalo y el área motora de la corteza cerebral. Si esa información llega al tercero de los niveles la respuesta será una acción voluntaria. Sin embargo, si ocurren en una de las otras dos áreas, la respuesta será refleja, y por lo tanto, más rápida.

Como he explicado la velocidad en la que se emite cada respuesta no es uniforme. Entendiendo que si se consigue que un deportista tenga una mayor velocidad de transmisión del impulso nervioso, la probabilidad de que el resultado sea favorable es mayor. Quiero decir, que si conseguimos que nuestro tenista realice una respuesta más rápida, el rival se verá en serios apuros para restar la pelota. Igual que si conseguimos reacciones más rápidas en nuestros jugadores podremos conseguir que lleguen al balón antes que el rival, o si un boxeador reacciona más rápido al gancho del rival podrá evitar ser golpeado.

En el siguiente ejemplo de fútbol sala, el lanzador golpea una balón con intención de que cambie de dirección. Este cambio ocurrirá cerca del portero, de modo que este tendrá que estar entrenado para ser capaz de reaccionar a ese cambio de trayectoria. A través de este entrenamiento intentarán que el portero sea capaz de reaccionar a un cambio de dirección de un lanzamiento a mayor velocidad durante un partido, evitando así el gol.

Conclusión

Es interesante que los ejercicios de velocidad de reacción formen parte de tus entrenamientos. No podemos preocuparnos de factores externos en los que no podamos influir, pero desde luego, si no entrenamos todos los aspectos que pueden mejorar los resultados de nuestros deportistas, es posible que nuestros objetivos y sus sueños caigan en saco roto.

Bibliografía

  • Butler, D. (2002). Movilización del sistema nervioso. Barcelona: Paidotribo.
  • López Chicharro, J (2008). Fisiologia del ejercicio. Buenos Aires: Paidotribo.
  • Platzer, W.; Leonhardt, H.; Kahle, W. (1986). Locomotor system. Alemania: Thieme.
  • Rigutti, A. (2002). Atlas ilustrado de anatomía. Madrid: Susaeta.

Autor: Brais Ruibal

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BIO: Doctor en Ciencias del Deporte y la Educación Física (UDC). Graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (UDC). Máster en Formación del Profesorado (UDC). Entrenador Superior de Natación (RFEN) y Técnico Deportivo Superior en Fútbol. Colegiado Nº: 55215.

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