La rotura de ligamento cruzado anterior (LCA) es una de las lesiones más graves y frecuentes que se pueden dar en la mayoría de los deportes (12). Pero esto no quiere decir que en un ámbito cotidiano de nuestra vida diaria no exista un riesgo de lesión en el ligamento cruzado anterior.
Características de la rotura de ligamento cruzado anterior
Uno de los aspectos que caracteriza la lesión de ligamento cruzado anterior es la prevalencia de este factor de riesgo en mujeres, entre cuatro y siete veces más respecto a los hombres (1).
En este sentido se destaca una mayor incidencia debida a causas como las diferencias hormonales, anatómicas, neuromusculares, mayor laxitud articular y muchas veces un tipo de entrenamiento diferente (10). Se ha comprobado que durante la fase luteal de la mestruación, es decir, la que se corresponde con la fase de ovulación, se produce una mayor tasa de rotura de ligamento cruzado.
En esta fase se encuentran altos niveles de estrógenos y progesterona, lo que conlleva a que haya una mayor laxitud del ligamento (2). A la hora de realizar saltos, las mujeres aterrizan tras un salto con la rodilla en menor flexión y mayor valgo en la rodilla, este es un factor que favorece la lesión (4).
Una diferencia existente en las mujeres respecto a los hombres, es que tienen un ángulo “Q” (línea que abarca desde la Espina Ilíaca Antero Posterior (EIAS) al centro de la rótula y la otra línea que va de la rótula hasta la tuberosidad anterior de la tibia) más pronunciado (13), unos isquiotibiales más débiles y un ratio cuádriceps-isquiotibiales de fuerza diferentes (16).
También con respecto a las mujeres hay que comentar que cuando se produce una desestabilización de la rodilla, ellas tienen en el momento inicial un predominio del cuádriceps, lo cual provoca un aumento en la traslación anterior de la rodilla (3).
La edad también es un aspecto a tener en cuenta, sobre todo hay que destacar la fase de la pubertad cuando coincide con un aumento de la incidencia de lesiones de rotura de ligamento cruzado anterior (5).
Detección de la patología
Los pacientes con una lesión del ligamento cruzado anterior acuden a los servicios de urgencia con dolor e impotencia funcional total de la rodilla afectada.
En el interrogatorio es importante definir el mecanismo de producción, tanto en actividades deportivas como laborales. En esta inspección, se observa aumento de volumen marcado de la articulación, donde, desde los primeros momentos se pueden observar hematomas y equimosis.
La palpación muestra aumento de la temperatura local característico de la hemartrosis traumática. La Imagen de Resonancia Magnética (IRM) desempeña un papel importante en el diagnóstico de estas patologías y es el complemento ideal de la exploración física.
Para hacer un examen cabal, el paciente debe estar en una posición cómoda. Se debe empezar evaluando la rodilla no traumatizada y supuestamente sana, lo cual ayuda a una buena relajación del paciente.
A continuación, en la rodilla afectada, si se encuentra un derrame doloroso y la rodilla tensa, se puede puncionar para aspirar la hemartrosis, bajo estrictas medidas de asepsia e introduciendo lidocaína en la articulación para atenuar el dolor; la sangre extraída se inspecciona para detectar gotas de grasa que pueden ser el indicio de una fractura osteocondral.
El hallazgo de hiperextensión de la rodilla traumatizada puede sugerir una ruptura del ligamento cruzado anterior con posible lesión del complejo ligamentoso posterolateral. Se debe palpar en busca de sensibilidad en la paleta y en el retináculo medial, porque puede ser un signo de luxación rotuliana.
Los ligamentos colaterales interno y externo se palpan en todo su trayecto para averiguar si están lesionados. Un indicador de posible lesión del ligamento cruzado anterior es la detección de dolor en ambos lados de la rodilla, aunque también puede ser de origen capsular o meniscal. Las lesiones a ambos lados de la rodilla aumentan la probabilidad de que haya una lesión del ligamento cruzado anterior.
El examen se continúa evaluando la laxitud en varo y valgo tanto en extensión como en 30º y 60º de flexión; cuando se detecta una gran laxitud en valgo (ligamento colateral interno) con la rodilla en extensión completa, se debe sospechar la presencia de una lesión concomitante del ligamento cruzado anterior.
Hay dos pruebas clínicas de lesión del ligamento cruzado anterior que evalúan la traslación anterior de la tibia: el cajón anterior con la rodilla en 90º de flexión y el test de Lachman.
Otra parte importante del examen clínico en los casos crónicos de lesión del ligamento cruzado anterior son las pruebas que demuestran laxitud rotatoria anterolateral como el Pivot Shift, el test de Losse, la prueba del cajón en flexión y rotación y el test de Slocum.
Metaanálisis recientes concluyen que en caso de sospechar lesión del ligamento cruzado anterior, el test de Lachman tiene el mejor valor predictivo negativo y el Pivot Shift, el mejor valor predictivo positivo.
Factores lesivos de la rotura de ligamento cruzado anterior
La lesión de un deportista puede verse determinada por dos factores: A. Relacionados con el deportista.
- Sexo.
- Edad, crecimiento y grado de maduración.
- Predisposición anatómica a la lesión.
- Estado de salud y lesiones previas.
B. Relacionados con la práctica deportiva.
- Deporte practicado y posición habitual de juego.
- Errores en la planificación del entrenamiento.
Causas más comunes de la rotura de ligamento cruzado anterior
Nuestro ligamento cruzado anterior puede romperse cuando hacemos una rotación interna de la tibia, a su vez esto se combina con una rodilla que se encuentra flexionada, casi próxima a la extensión, y ocurre en el momento de pisar con el pie en el suelo (6). O también cuando hay un rotación externa del fémur, en la cual aparece una fuerza en valgo de la rodilla y existe una rotación externa o interna del pie que se encuentra apoyado en el suelo (7).
El momento de rotura de ligamento cruzado es cuando podemos encontrar la rodilla entre 18º a 21º de extensión, es decir, cuando se encuentra muy próxima a su extensión (16). A su vez los cambios de dirección son un gran factor de riesgo para la rotura de ligamento cruzado (15).
También se puede producir la rotura de ligamento cruzado por contacto, por ejemplo en el caso del fútbol. A todos se nos viene a la cabeza como Luis Figo exjugador del Real Madrid rompía a César jugador del Real Zaragoza su ligamento cruzado anterior después de una terrible entrada con la plancha, justo en el centro de la rodilla produciendo a este una hiperextensión de su rodilla.
Intervenciones quirúrgicas tras la rotura de ligamento cruzado anterior
A la hora de operar podemos encontrar cuatro tipos de injertos: Autóloga (9): se extrae tendón o ligamento del propio paciente.
Las autólogas más usadas son:
- La obtenida del tercio central del tendón rotuliano con sus correspondientes fragmentos óseos de polo inferior de rótula y tuberosidad tibial (Hueso-tendón-hueso: HTH).
- La obtenida de los tendones de la pata de ganso (semitendinoso y recto interno). Este tipo de operación tiene unos posibles inconvenientes: A. En HTH:
- Rotura del tendón.
- Síndrome infrapatelar.
- Tendinitis del rotuliano.
- Condropatía de la rótula.
B. En pata de ganso:
- Lesión del nervio sartorio.
- Rotura del tendón.
- Alteraciones en la función de la pata de ganso.
- Por otro lado, Shelton (14) destaca lo siguiente:
- Tiene un potencial de revascularización.
- Grandes resultados clínicos.
- Problemas en la extracción.
- Problemas estéticos (tema de cicatrices).
- Alteraciones fémoro-rotulianas.
Aloplastia (9): proviene de un donante. Según Shetlon (14) este tipo de cirugía también tiene una serie de ventajas:
- Potencial de revascularización.
- Grandes resultados clínicos.
- Problemas autoinmunes.
- Precio, puede ser muy costoso.
- Transmisión de enfermedades.
- Heteróloga: de animales.
- Artificial: origen sintético.
Hay que decir que al ser intervenido quirúrgicamente hay un tiempo para que la plastia injertada tenga una ligamentación, esto no ocurre hasta las 24 semanas posteriores de la IQ y puede llegar a los 3 años para que se complete. A su vez hay un proceso de revascularización de la plastia, esta no llega a su pico hasta los meses después de la IQ (8).
Prevención de la rotura de ligamento cruzado anterior
El glúteo medio y glúteo mayor desempeñan un papel fundamental en el ligamento cruzado anterior, dado que estos evitan o intentan evitar que se produzca el valgo de la rodilla (10).
Existen una serie de factores que pueden aumentar la probabilidad de padecer este tipo de lesión, de los cuales destacamos: la existencia de una lesión previa del mismo tipo, la fatiga muscular, tener un pie pronador, la rotación externa de la tibia, déficit en flexión dorsal del tobillo, el ángulo Q, tener debilidad del glúteo medio, la laxitud de la rodilla, los desequilibrios neuromusculares o el tipo de calzado. Zahínos et al. (2010), han relacionado la incidencia de lesiones en la rodilla con desequilibrios entre una elevada fuerza extensora del cuádriceps y escasa fuerza de la musculatura flexora isquiotibial.
Dicha afirmación tiene mucho sentido ya que la musculatura isquiotibial ayuda a posteriorizar la tibia sobre el fémur y proteger la rodilla ante la anteriorización, lo que tensiona el ligamento cruzado anterior.
A su vez, son de gran importancia la musculatura del glúteo medio y glúteo mayor, ya que desempeñan un papel fundamental en el ligamento cruzado anterior, dado que estos evitan o intentan evitar que se produzca el valgo de la rodilla (10).
Para tenerlos todos bajo el mayor control posible, es fundamental realizar valoraciones a través de test válidos que permitan detectar cualquier amenaza y así disminuir los factores de riesgo en la medida de lo posible.
Programa de rehabilitación e intervenciones quirúrgicas tras la rotura del ligamento cruzado anterior
A continuación, procederemos con la selección del programa de rehabilitación, la cual, paralelamente a la decisión sobre el tratamiento, conservador o quirúrgico de la lesión, debe seleccionarse.
Este debe planificarse de forma individualizada en función de los siguientes factores: tipo de tratamiento (conservador o quirúrgico), técnica quirúrgica utilizada, objetivos después del tratamiento y posibilidades o recursos de rehabilitación. En cualquier caso, las estrategias y el objetivo común de la rehabilitación pre y/o post quirúrgica es buscar el mejor nivel funcional para el paciente, evitando el riesgo de una nueva lesión.
Ambos se consiguen eliminando la inestabilidad, restaurando la movilidad, recuperando la fuerza y alcanzando e incluso mejorando las capacidades físicas previas a la lesión.
La actuación durante la readaptación debe seguir los principios de individualización, adecuación a la edad, de progresión y de reeducación, con especial atención al manejo de la relación óptima entre carga y recuperación.
La readaptación de la lesión del ligamento cruzado anterior puede ser organizada en distintas fases. Resulta importante poner énfasis en las prioridades del tratamiento, del trabajo físico y de los objetivos de cada fase, tratando de mantener un orden sistemático y una progresión lógica. A la hora de operar podemos encontrar cuatro tipos de injertos: Autóloga (9): se extrae tendón o ligamento del propio paciente. Las autólogas más usadas son:
- La obtenida del tercio central del tendón rotuliano con sus correspondientes fragmentos óseos de polo inferior de rótula y tuberosidad tibial (Hueso-tendón-hueso: HTH).
- La obtenida de los tendones de la pata de ganso (semitendinoso y recto interno). Este tipo de operación tiene unos posibles inconvenientes:
- En HTH:
- Rotura del tendón.
- Síndrome infrapatelar.
- Tendinitis del rotuliano.
- Condropatía de la rótula.
- En pata de ganso:
- Lesión del nervio sartorio.
- Rotura del tendón.
- Alteraciones en la función de la pata de ganso.
- Por otro lado, Shelton (14) destaca lo siguiente:
- Tiene un potencial de revascularización.
- Grandes resultados clínicos.
- Problemas en la extracción.
- Problemas estéticos (tema de cicatrices).
- Alteraciones fémoro-rotulianas.
Aloplastia (9): proviene de un donante.
Según Shetlon (14) este tipo de cirugía también tiene una serie de ventajas:
- Potencial de revascularización.
- Grandes resultados clínicos.
- Problemas autoinmunes.
- Precio, puede ser muy costoso.
- Transmisión de enfermedades.
- Heteróloga: de animales.
- Artificial: origen sintético.
Hay que decir que al ser intervenido quirúrgicamente hay un tiempo para que la plastia injertada tenga una ligamentación, esto no ocurre hasta las 24 semanas posteriores de la IQ y puede llegar a los 3 años para que se complete. A su vez hay un proceso de revascularización de la plastia, esta no llega a su pico hasta los meses después de la IQ (8).
Los programas de rehabilitación para las rodillas con insuficiencia del LCA se deben diseñar para compensar el déficit de propiocepción y de fuerza. La pérdida de propiocepción causada por una ruptura del LCA altera la respuesta neuromuscular a la traslación tibial anterior y afecta a la musculatura periarticular.
Los siguientes son los principios de tratamiento de las lesiones agudas del LCA: reducir al mínimo posible el edema y el dolor, restablecer el arco de movimiento, recuperar el control y la resistencia musculares y proteger la rodilla de una nueva lesión. Se debe iniciar precozmente la recuperación del arco de movimiento, procurando no aumentar el dolor y el edema.
Para minimizar la atrofia muscular, la pérdida de fuerza y la propiocepción corporal, se deben hacer ejercicios isométricos tempranos del cuádriceps, los flexores de la rodilla y el músculo gastrosóleo; se debe tratar de lograr la extensión activa completa y la marcha normal en los primeros 7 a 10 días.
Es destacable que el entrenamiento comprometa la estabilidad corporal mediante el empleo de ejercicios que empleen dispositivos y/o posiciones corporales determinadas es uno de los primeros estadios que deben ser desarrollados en una progresión de entrenamiento que pretenda aumentar el rendimiento físico y la prevención de posibles lesiones a corto, medio y largo plazo.
Ejercicios del diseño progresivo de entrenamiento
McGill (2020) los concreta de la siguiente forma en estadios para un diseño progresivo del entrenamiento:
Ejercicios correctivos y terapéuticos; desarrollar “estabilidad articular” (local) y global, tanto en estático como en dinámico; construir patrones motrices perfectos y apropiados; aumentar la resistencia para personas deportistas y determinadas profesiones; mejorar la “fuerza” y desarrollar la velocidad, potencia y agilidad.
En los ejercicios de agilidad no se especifica la ejecución, pero incorporan movimientos de frenada y cambios de dirección combinados con acciones de lanzamiento. Los ejercicios de carrera forman parte del calentamiento y están enfocados en el desarrollo de la técnica de desplazamiento.
Finalmente, los ejercicios clasificados en pliometría son los más variados, ya que incluyen saltos en diferentes alturas (Tabla 1).
Ejercicios Glúteo Medio para la rotura de ligamento cruzado anterior
A continuación os mostramos una serie de ejercicios prácticos para tratar la rotura de ligamento cruzado.
Monster walk para la rotura de ligamento cruzado anterior
Posición: De pie. 45º flexión rodilla. Gomas en tobillos o rodillas. Acción: Abducción con ligera rotación interna de cadera.
Abducciones + rotación externa para la rotura de ligamento cruzado anterior
Posición: Decúbito lateral. Decoaptación de cadera. Pie fijo-cadera fija. Abducción con triple flexión. Gomas en rodillas. Acción: Abducción.
Abducción de cadera en decúbito lateral para la rotura de ligamento cruzado
Posición: Decúbito lateral. Pie fijo-cadera fija. Elevación de la pierna entre 30º a 45º.
Ejercicios de glúteo mayor para la rotura de ligamento cruzado anterior
Hip Trust
Posición: Decúbito supino. Pies juntos cerca del culo. Acción: Extensión de cadera hasta altura pelvis. Evitar rotación externa. No sobrepasar perpendicular.
Patadas de glúteo en el suelo para la rotura de ligamento cruzado
Posición: De rodillas, una flexionada y la otra en el aire. Brazos apoyados en el suelo sobre los codos. La pierna en el aire es la que se mueve, al hacerlo con la pierna extendida solicita de glúteo mayor e isquios; flexionada solo solicita de glúteo mayor de forma menos intensa. Variante: hacerlo con goma. Acción: Extensión de cadera.
Extensión de la cadera con goma para la rotura de ligamento cruzado
Posición: De pie, uno apoyado (ligeramente adelantado) y el otro en el aire, la goma en el que está en el aire. Tronco inclinado hacia delante. Manos en agarres. Lleva la pierna hacia atrás, mantener una contracción isométrica unos segundos y volver a la posición inicial. Acción: Extensión de cadera
Rotura de Ligamento Cruzado Anterior en el Fútbol
Cuando nuestro deportista, se echa las manos a la rodilla tras la caída de un salto, un cambio de dirección o giro, el principal temor, tanto para el deportista como para el cuerpo técnico, es el Ligamento Cruzado Anterior en el fútbol.
Ahora bien, ¿qué es ese famoso Ligamento Cruzado Anterior en el fútbol?, ¿por qué es tan común su lesión en el fútbol?, ¿como se produce esta lesión? A todas estas preguntas responderemos de manera clara y concisa en el presente artículo.
¿Dónde se encuentra y de qué se encarga este ligamento cruzado anterior en el fútbol?
El ligamento cruzado anterior en el fútbol, es una estructura localizada en la articulación de la rodilla y que junto al resto de ligamentos, tiene como función principal, dar estabilidad a dicha articulación.
Con origen en la cara interna del cóndilo femoral e inserción en la región antero-medial del platillo tibial, el Ligamento Cruzado Anterior tiene como funciones principales (17):
- Evitar la hiperextensión de rodilla
- Previene el deslizamiento hacia atrás del fémur sobre el platillo tibial
- Evita una rotación axial excesiva de la tibia sobre el fémur
- Mantiene la estabilidad en valgo-varo
Incidencia de la lesión de ligamento cruzado anterior en el fútbol
La incidencia de las lesiones de ligamento cruzado anterior, representan, entre un 15,5% y un 23,4% del total de las lesiones de un equipo de fútbol. De manera más específica, respecto a las lesiones que tiene lugar en la articulación de la rodilla, se puede observar, que éstas representan entre un 17% y un 32,2% del total de lesiones ligamentosas (18).
Específicamente, el ligamento cruzado anterior, no cuenta con una incidencia demasiado amplia, Noya y Sillero (2012), nos hablan que las lesiones de ligamento cruzado anterior representan el 1,9% del total (19).
Sin embargo, a la hora de analizar la incidencia lesional del ligamento cruzado anterior se debe atender a las peculiaridades que presenta esta tipología.
Factores como el género, tienen un peso elevado, ya que la incidencia lesional en futbolistas féminas, es más elevada que en comparación con el género masculino. Del mismo modo, ocurre si se comparan tiempos de competición, con tiempos de entrenamiento, siendo la incidencia lesional de 0,12/1000h en entrenamiento y 1,48/1000h en competición (20).
Mecanismos lesivos de la rotura de ligamento cruzado anterior en el fútbol
La mayoría de las lesiones de ligamento cruzado anterior, tienen como naturaleza una acción de no contacto con un rival, representando entre un 67% y un 88% del total (21,22,23); acciones como cambios de dirección, maniobras de corte, desaceleraciones y recepción tras salto son las más características.
La situación dentro del fútbol que cuenta con una tasa más elevada de lesión de LCA, se caracteriza por una desaceleración con la rodilla cerca de la extensión completa (30º de flexión) y rotación externa de la tibia, combinado con un valgo dinámico de rodilla, la planta del pie fijada al suelo y el peso del tronco dirigido hacia el mismo lado (21):
Por otro lado, también se pueden observar otras acciones que tienen como resultado una lesión de ligamento cruzado anterior y que comparten una sesión de denominadores comunes:
Factores de riesgo de la rotura de ligamento cruzado anterior en el fútbol
Los principales factores de riesgo atendiendo a la lesión de ligamento cruzado anterior en el fútbol son (24):
- Fatiga neuromuscular: Causa de una alteración en la capacidad de control neuromuscular (disminución de flexión de rodilla disminución de flexión de cadera, aumento de valgo de rodilla, aumento de fuerzas de reacción del suelo, aumento de tiempo de estabilización).
- Alteración de la intensidad y del tiempo de activación muscular: Desequilibrios en la activación de los músculos mediales y laterales los cuádriceps e isquiosurales, mayor activación de la musculatura cuadricipital versus isquiosural, déficit en la activación muscular de la cadera y déficit en la estabilidad y activación muscular del tronco.
- Alteración de la capacidad de co-activación muscular: Inadecuada co-activación muscular, especialmente de los músculos encargados de proteger la rodilla (cuádriceps e isquiosurales), limitan el efecto protector de estos músculos en acciones de cambios de dirección.
- Estrategia de control dinámico de la extremidad inferior predominancia en el plano frontal respecto al sagital: Aumento de valgo dinámico de rodilla.
- Desequilibrios neuromusculares entre pierna dominante y no dominante: Pierna no dominante suele tener una musculatura más débil y con menos coordinación que la dominante, especialmente en el sexo femenino y en tareas de recepción, pivotaje y desaceleración en el salto unipodal.
- Stiffness muscular: Menor stiffness muscular mayor riesgo de lesión en la articulación.
- Alteración de la sensibilidad propioceptiva: Inadecuada sensibilidad propioceptiva ante su puesta en tensión provoca que la musculatura isquiosural no actúe eficazmente para proteger la rodilla y más concretamente ante el ligamento cruzado anterior.
- Disminución de los mecanismos de anticipación (feedforward): Una lentitud del mecanismo de anticipación causa un déficit de pre-activación y con ello, una menor protección de la articulación de la rodilla.
Suplementación deportiva en el ligamento cruzado anterior
A modo de complementación, la suplementación deportiva también juega un papel importante en el desarrollo y mejora de las estructuras lesionadas.
Los suplementos pueden tener un papel relevante en un contexto deportivo, no obstante, en ningún caso, un suplemento trata de reemplazar a una buena alimentación.
En el mundo deportivo, las lesiones de articulaciones, tendones y ligamentos son muy frecuentes, pero también lo son en la población que no practica ejercicio físico, ya que nuestro estilo de vida puede afectar directamente a la probabilidad de lesión de un individuo.
Hoy en día se conoce que las articulaciones y los tejidos tales como ligamentos y tendones son las partes de nuestro cuerpo más propensas a sufrir lesiones. Esto ocurre porque cualquier descompensación muscular provocará una compensación disfuncional que incidirá directamente sobre la articulación a la que conecte. Todo ello producirá desgastes e inflamaciones en los tejidos que conducirán a episodios de artritis o artrosis en los casos más severos.
Podemos encontrar multitud de suplementos destinados a la regeneración de tejidos y con ello, para la recuperación de lesiones ya sean deportivas o no. Se pueden encontrar en diferentes formatos dependiendo del fabricante y de los objetivos deseados, en función de nuestros requerimientos.
Entre los suplementos más utilizados en lesiones deportivas, encontramos:
- El colágeno, siendo el principal componente del tejido conectivo de nuestro cuerpo.
- El sulfato de condroitina, forma parte del cartílago, ayudando en su construcción y reparación y una de sus principales funciones es el mantenimiento de la salud de las articulaciones.
- El magnesio, tiene una relación directa con la síntesis de colágeno, en cierta manera es como un precursor de éste.
- El ácido hialurónico, cumple un papel fundamental en el proceso homeostático articular.
- El metil sulfonil metano (MSM), posee efectos antiinflamatorios debidos a su capacidad para eliminar los residuos metabólicos dañinos del interior de las células como el ácido láctico.
- La glucosamina, tiene la función de ofrecer soporte para así mantener la salud del cartílago. Se trata de uno de los mejores suplementos para las articulaciones y tendones ya que es usada por el cuerpo para reparar los tejidos dañados de las membranas mucosas, líquido sinovial y los cartílagos.
Todos ellos poseen una serie de funciones que favorecen, mejoran y sirven de apoyo para una temprana y mejor recuperación de la lesión adyacente, siendo a su vez, unos complementos que aportarán una mayor estabilidad nutritiva en lo que a estructuras se refiere.
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Me gusta,muy completo.
Gracias por la lectura!