En el presente artículo analizaremos el hipotiroidismo subclínico autoinmune, conocida como enfermedad de Hashimoto.
Cada vez más personas son diagnosticadas con hipotiroidismo subclínico autoinmune. Este trastorno tiene una prevalencia elevada y ha tomado el nombre del doctor Hashimoto, porque fue la persona que lo descubrió en 1912. Hashimoto estaba realizando su tesis doctoral en Alemania y al mirar con microescopio el tejido de la glándula tiroides de algunos pacientes con hipotiroidismo se dio cuenta que el tejido de dicha glándula se encontraba totalmente infiltrado mediante glóbulos blancos
Esto quiere decir que el sistema inmune del organismo estaba atacando a la glándula, sin que existiera causa aparente. Debido a este estado, la glándula realiza un un menor trabajo, desencadenando un hipotiroidismo. Este prefijo «hipo», en medicina significa menos.
¿Qué es el hipotiroidismo subclínico autoinmune?
La enfermedad de Hashimoto se define como una condición de fallo en la glándula tiroides de carácter moderado, es decir una concentración baja de la hormona estimulante de la tiroides. Se caracteriza por niveles normales de T4 y T3 con concentraciones séricas moderadamente elevadas de TSH.
Normalmente, la enfermedad tiroidea subclínica es una condición asintomática. Es decir, puede que una persona con hipotiroidismo subclínico autoinmune no tenga síntomas y sólo puede ser diagnosticado mediante exámenes analíticos de la Glándula Tiroides.
¿Qué factores facilitan la aparición de la enfermedad de Hashimoto?
La mala alimentación y la falta de ejercicio físico pueden ser desencadenantes de un mayor índice inflamatorio en nuestra tiroides, lo que a largo plazo puede desencadenar en este hipotiroidismo subclínico autoinmune.
Estrés post traumático o estrés moderado y prolongado en el tiempo desencadena cuadros y trastornos en la glándula tiroidea.
En muchas mujeres, el hipotiroidismo subclínico autoinmune aparece luego del embarazo.
«La mala alimentación y la falta de ejercicio físico pueden ser desencadenantes de un mayor índice inflamatorio en nuestra tiroides»
¿Cómo se realiza la regulación de este proceso hormonal?
La regulación parte del cerebro, concretamente de la hipófisis, ubicada en la base del cerebro. Esta glándula manda la orden directa a la tiroides. Esta señal se llama TSH. Siglas que provienen del inglés (Terminal System Hormone).
Esta señal que se envía a la tiroides, puede ser fuerte, regulada o debilitada para que la Tiroides acelere, mantenga o mengue la producción en caso de ser necesario. El producto resultante son unas hormonas llamadas T3 y T4 (1,2).
¿Qué valores se miran en las analíticas para diagnosticar el hipotiroidismo?
El hipotiroidismo subclínico autoinmune da lugar a una destrucción progresiva de la tiroides como consecuencia de fenómenos de autoinmunidad. Es como si nuestro organismo no reconociera a la Tiroides como propia y procede a su destrucción e inflamación por medio de anticuerpos que produce nuestro sistema inmune.
En relación al diagnóstico, la referencia habitual es el valor de la TSH, de la que antes hablábamos. Cuando esta TSH se encuentra elevada, se considera que la persona tiene hipotiroidismo.
El rango normal de TSH está situado entre 0.5-4.5 mU/L. Estos valores corresponden a los encontrados en el 95% de la población general, sin que ello signifique que el 5% restante tenga un trastorno o anormalidad tiroidea (3).
En el hipotiroidismo subclínico autoinmune, además de la elevación de la TSH, se produce un descenso de la T4.
«El hipotiroidismo subclínico autoinmune da lugar a una destrucción progresiva de la tiroides como consecuencia de fenómenos de autoinmunidad. Es como si nuestro organismo no reconociera a la Tiroides como propia y procede a su destrucción e inflamación por medio de anticuerpos que produce nuestro sistema inmune.
Tratamiento del hipotiroidismo subclínico autoinmune
El tratamiento del hipotiroidismo subclínico autoinmune o enfermedad de Hashimoto se centra de forma generalizada en la reposición de la producción de la glándula tiroides. La forma más eficaz e inmediata de lograrlo es mediante la adminsitración de L-Tiroxina (T4). Ya que posee una vida prolongada en el organismo y se transforma en parte en T3 y facilita la estabilización de la TSH.
La dosis se suele administrar por vía oral una vez al día en ayunas. Una vez el paciente comienza con la medicación, se realiza controles mediante evaluación clínica en función de los índices de T4 y TSH reflejados en la analítica.
En una gran mayoría, el hipotiroidismo subclínico autoinmune es una patología crónica, lo que obliga a realizar esta toma de medicación de por vida.
El papel de estilo de vida en pacientes con hipotiroidismo subclínico autoinmune
El consumo de Levotiroxina como fármaco para tratar la TSH y normalizarla se prevee eficaz pero deberíamos adecuar nuestro estilo de vida: alimentación, ejercicio y descanso. Debemos empezar por eliminar por completo todos aquellos alimentos proinflamatorios de nuestra dieta: alimentación ultraprocesada, alta en grasas etc. Por tanto, debemos fomentar lo antiinflamantario con ejercicio y alimentación equilibrada.
Para valorar el posible tratamiento con levotiroxina y la interacción con los alimentos, es necesaria la cohesión profesional entre médicos y profesionales de la nutrición. Siguiendo estas especificaciones junto con las de los profesionales sanitarios, mejorará la actuación sobre el cuidado de la función tiroidea y evitará el empeoramiento de la enfermedad.
Si no se sufre la enfermedad, seguir una dieta equilibrada, la ausencia de sobrepeso, el ejercicio físico regular y un buen descanso ayudarán a mantenerla a raya.
¿Qué alimentos nos ayudan con el hipotiroidismo subclínico autoinmune?
Existe un mineral que es buen aliado para ayudanos con la enfermedad de Hashimoto. El yodo es un mineral que se combina con la tirosina y libera hormonas tiroideas. La ingesta diaria que se recomienda es de 150mcg para adultos y para 220-290 mcg para mujeres embaradas o lactantes.
A continuación tratamos algunos de los alimentos más ricos en yodo para que complementes y añadas a tu dieta:
- Pescados y mariscos: salmón, dorada, bacalao, caballa, almejas, mejillones, atún…
- Sal yodada: una cucharada de este producto aporta 150mcg de yodo. Sin embargo, es un mero complemento para añadir a tus comidas. Debes priorizar el consumo de otras fuentes como las anteriormente citadas.
- Algas marinas: disponen de un alto contenido en yodo, pero no se deben consumir en exceso.
- Ciertos vegetales: algunos alimentos de origen vegetal como las nueves, la avena, pistachos, fresas, lentejas, tomates, piña, etc
Zinc, vitaminas del grupo B y vitaminas A, C y E
Estos nutrientes también están relacionados con la mejora de la función tiroidea. Por ello, es fundamental establecer una alimentación equilibrada con un alto consumo de alimentos enteros. Algunos de los alimentos más con este tipo de nutrientes son los huevos, lácteos, carnes, aceite de oliva, etc.
Ayuno intermitente y hipotiroidismo subclínico autoinmune
Otro punto para valorar es el ayuno intermitente. A rasgos generales, el ayuno intermitente ha comprobado mejorar la autofagia, el funcionamiento general del organismo, así como la sensibilidad del organismo a la insulina.
En un estudio publicado en 2018 en pacientes con hipotiroidismo, que practicaron el ayuno, se observaron cambios estadísticamente significativos en las concentraciones de TSH después del mes de Ramadán. Dichos sujetos expusieron al organismo a un estado de autofagia que parece ser beneficioso para pacientes con la enfermedad de Hashimoto (12).
¿Qué tipo de ejercicio físico?
Una de las consecuencias principales del hipotiroidismo subclínico autoinmune es la reducción de la Tasa Metabólica Basal. Cuándo esta se reduce se ve afectado el gasto energético en reposo y por ello, es más sencillo incrementar el peso. Por este motivo, conviene reducir ligeramente la ingesta de calorías y realizar ejercicio físico para incrementar el gasto total.
Ejercicio anaeróbico
El entrenamiento de musculación, como parte del tratamiento de hipotiroidismo subclínico autoinmune, ayuna a incrementar nuestra masa muscular. Esto a su vez, favorecerá el consumo calórico. El entrenamiento de fuerza es relevante cuando el metabolismo se ve ralentizado (6).
Ejercicio aeróbico
El ejercicio de tipo aeróbico es el más recomendado y beneficioso para el hipotiroidismo. Puede ayudar a incrementar los niveles de tiroxina (T4) y triyodotironina (T3) y de la TSH.
Al menos 20 minutos al día de ejercicio físico de carácter aeróbico, durante 4-5 días a la semana, puede ayudar a reducir los síntomas. Lo ideal sería la combinación entre ejercicio físico de carácter anaeróbico y aeróbico.
El ejercicio físico eleva el metabolismo energético, aparte de mantener el aumento del metabolismo después del ejercicio, lo que aumenta la energía para los quehaceres diarios y se logra mantener un control sobre el peso corporal (7, 11).
¿Qué papel juega el estrés?
El estrés agudo o un estrés moderado pero prolongado en el tiempo afecta directamente con la detonación de un hipotiroidismo autoinmune. El estrés es una señal de alerta crónica que incrementa la inflamación en nuestro organismo y por tanto, afecta a nuestro sistema tiroideo.
Conclusiones
El hipotiroidismo subclínico autoinmune da lugar a una destrucción progresiva de la tiroides como consecuencia de fenómenos de autoinmunidad. Es como si nuestro organismo no reconociera a la Tiroides como propia y procede a su destrucción e inflamación por medio de anticuerpos que produce nuestro sistema inmune.
Cada vez es más frecuente la aparición de sujetos con hipotiroidismo subclínico o enfermedad de Hashimoto.
A pesar de que la farmacología parece ser un parche eficaz para estabilizar la TSH, conviene estudiar en profundidad al paciente y valorar la influencia de un estilo de vida saludable en dicha hormona tiroidea.
La literatura científica parece apoyar que la realización de ejercicio físico, aeróbico y anaeróbico, disminuye los síntomas y refuerza los efectos del tratamiento para el hipotiroidismo. El ejercicio regular aumenta el gasto energético y previene el aumento de grasa corporal, potencia la producción natural de las hormonas tiroideas, mejora la salud cardiovascular, combate la fatiga, reduce los niveles de colesterol-LDL y mejora la calidad de vida del paciente, entre otros muchos efectos positivos.
Además, la práctica de ayuno intermitente parece ser beneficiosa para pacientes con hipotiroidismo subclínico autoinmune. Sin embargo, todavía son necesarias más investigaciones al respecto, para poder establecer de una forma más fehaciente y contrastada estas conclusiones.
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