En el artículo «Tendinopatías en la práctica deportiva» vimos que la práctica de actividad física de manera repetitiva puede originar lesiones en los tendones.
Sin embargo, la práctica de actividad física también puede ocasionar lesiones en los huesos de los deportistas, produciendo las denominadas fracturas por estrés (5).
Las fracturas por estrés son debidas a una reiteración que se produce de manera prolongada y repetitiva de fuerzas o microtraumatismos de bajo impacto. (5). Lo que las convierten en la lesión por sobreuso más representativa en el ámbito deportivo (6).
¿Cuáles son sus síntomas?
El primer síntoma suele ser un dolor intenso durante la práctica deportiva que remite durante los períodos de descanso (4, 6). Martínez (5) escribe que «los síntomas de una fractura por estrés a menudo se presentan por dos a tres semanas, pero pueden llegar a complicarse hasta cinco semanas o más. Los resultados del examen físico y la palpación arrojan dolor localizado, edema, aumento de temperatura y eritema.»
Debido a sus características su detección puede llegar a ser muy complicada, ya que se pueden confundir con lesiones similares como tendinopatías o sobrecargas (1, 3, 5, 6).
¿Qué tipos de fracturas por estrés existen?
En su escrito Martínez (5), dice que se pueden clasificar en:
- Fracturas de bajo riesgo: Que tienen un pronóstico favorable, se tratan con la simple rescisión de la actividad deportiva. Algunos ejemplos podrían ser, en las extremidade superiores (húmero, cúbito, radio, etc.), en las vértebras lumbares, en el peroné, etc.
- Fracturas de alto riesgo: Conllevan una mayor posibilidad de retardo de recuperación o de pseudo artrosis, sobre todo si se diagnostican tarde. Algunos ejemplos: en el cuello del fémur, en el maléolo tibial, en la base del metatarsiano, etc.
¿Cómo se pueden tratar?
Martínez (5) confirma que «a grandes rasgos, el tratamiento de una fractura por estrés consiste en separar al paciente de su actividad deportiva e identificar y corregir los factores predisponentes.» Una vez realizado esto, y en función de cada tipo de fractura se podría inmovilizar o no la zona (1, 4). Durante el proceso de recuperación el deportista lesionado llevaría a cabo ejercicios de nulo o bajo impacto, por ejemplo en piscina (2, 3, 5). Todo esto bajo la supervisión de profesionales en el ámbito de la prescripción de actividad física y de la fisioterapia.
Con respecto al uso de antiinfamatorios no esteroideos (AINE), si que pueden ayudar a calmar el dolor, pero podrían afectar de una manera adversa al proceso de cicatrización de las fracturas por estrés (5).
El tiempo de reposo necesario se sitúa entre las seis y ocho semanas (4, 5).
Prevención de las fracturas por estrés
En su artículo Martínez (5) escribe que debido a que se trata de una lesión ósea no existe un protocolo de prevención estándar, por lo que únicamente se pueden hacer recomendaciones generales, entre las que destacan:
- Un correcto calentamiento.
- Llevar una dieta rica en calcio.
- Tener una adecuada organización de la carga de entrenamientos.
- Respetar los períodos de descanso.
¿En qué especialidades deportistas existe un mayor riesgo de padecerlas?
En cualquier tipo de especialidad deportiva existe riesgo de sufrir fracturas por estrés. Esto se debe a que por el origen y el mecanismo de producción, las fracturas por estrés nacen en función de la actividad que se desarrolle, de esta forma se puede hacer una clasificación según el deporte practicado y sus estructuras más expuestas (2, 5). Algunos ejemplos destacados podrían ser los siguientes (5):
- Voleibol: tibia, metatarso y cúbito.
- Danza o fútbol: metatarso.
- Maratonistas: tibia, metatarso y pelvis.
- Baloncesto: primera costilla.
- Golf: costillas inferiores.
Conclusiones
La fracturas por estrés son una modalidad de lesión que se pueden producir en cualquier tipo de especialidad deportiva, sobre todo en aquellas en las que se lleva a cabo una gran repetición de movimientos que causan impactos en las zona óseas (6). Debido a esto tiene una gran importancia que todas las personas que lleven a cabo un tipo de práctica deportiva las conozcan y estén familiarizadas con ellas, con el fin de evitar su aparición.
Bibliografía
- Espinón, R. (2015). Fisioterapia deportiva: Fracturas del quinto metatarsiano en futbolistas. Recuperado el 07/03/2015.
- López, M. (2014). Fracturas por sobrecarga, conócelas para que no estropeen tu actividad deportiva. Recuperado el 08/03/2015.
- López-Capapé, D. (s. f.). Fractura por estrés del sacro. Recuperado el 07/03/2015.
- López-Capapé, D.; Igualada-Blázquez, C.; Ortiz-Espada, A. & Quiroga, M. (2012). Fractura completa de estrés de escafoides tarsiano en corredora de mediofondo. A propósito de un caso. Recuperado el 07/03/2015.
- Martínez-San-Juan, J. (2014). Fracturas por estrés. Recuperado el 08/03/2015.
- Torrengo, F.; Paús, V. & Cédola, J. (2010). Fracturas por estrés en deportistas. Recuperado el 08/03/2015.
Buenas,
En primer lugar felicidades por el trabajo.
En segundo lugar tengo una duda respecto al tiempo y el método de recuperación. Si bien para algunas lesiones (musculares y articulares) se recomienda la práctica deportiva de otros segmentos corporales, a ser posible la mayor cantidad de grupos musculares y dentro de estos, los grupos musculares más grandes, con la intención de elevar los niveles de GH y otras hormonas importantes involucradas en la reparación de tejidos, en este caso ¿sería también recomendado?
Me gustaría además hacer un aporte. Creo que en el punto de prevención de fracturas por estrés, cuando se habla de tener una dieta rica en calcio habría que hacer una labor de educación al respecto, puesto que hay que diferenciar entre el calcio ingerido y el absorbido, ya que las condiciones para una gran absorción del Ca son algo especiales. Aquí os dejo una idea para futuros artículos.
Un placer volver a pasarme por aquí, llevaba mucho sin comentar nada. Un abrazo y a seguir con este trabajo tan bueno.
Hola Javier,
en primer lugar, gracias por comentar. Me alegro que te haya gustado.
En respuesta a lo que comentas, no te puedo dar una respuesta concreta ya que depende de la gravedad de la lesión y de la zona en que se encuentra localizada. En el artículo hablamos de la lesión en general y no nos metemos en casos concretos, ya que estos deben ser valorados por especialistas en la materia. En el ámbito general, la mayoría de autores recomiendan reposo absoluto de la zona.
Con respecto a lo del calcio estoy totalmente de acuerdo contigo, es necesario educar en nutrición a toda la población ya que hay mucho desconocimiento sobre este tema.
Saludos