Desde los indicadores fisiológicos como mecanismo de control de la carga, hasta el GPS, pasando por acelerómetros y test de rendimiento, existen innumerables mecanismos de valoración y control de la carga en fútbol y los deportes colectivos en general.
No obstante, no siempre se puede disponer de los medios y logística necesarios para un control tan exhaustivo, y ello no debe ser excusa para dejar de lado un componente tan importante del rendimiento deportivo como es el control del estímulo de entrenamiento.
Por ello, existen métodos más sencillos y considerablemente fiables que pueden ayudar en gran medida a la cuantificación y control de la carga en fútbol.
Control de la carga en fútbol y Percepción Subjetiva del Esfuerzo (PSE)
La PSE es considerada un indicador de la carga interna acumulada por el deportista, ya que se basa en una valoración que realiza este sobre el esfuerzo que ha realizado durante el periodo de entrenamiento.
La escala, por excelencia, más extendida y utilizada es la escala de Borg (1), cuya validación como instrumento de control en el fútbol ha sido ampliamente demostrada (2, 3), concretamente para la escala CR10.
De esta forma, los jugadores deben puntuar el esfuerzo realizado al finalizar la sesión, preferentemente después de una considerable vuelta a la calma o periodo de descanso, con la finalidad de que la intensidad del último ejercicio realizado no influya sobre su valoración general de la sesión.
Con estos datos, se pueden comparar los valores de forma global o individual, al comparar datos de un jugador respecto a la PSE media del equipo durante la sesión, microciclo o mesociclo.
Cabe mencionarse la relatividad de los datos, donde valores superiores de un jugador respecto a la media del equipo, no siempre reflejarán que se su esfuerzo es mayor por el componente actitudinal o que su estado de forma es menor y por ello su fatiga percibida es mayor, ya que existen muchos aspectos influyentes en esta valoración.
Como una forma de control de la carga, también es interesante el hecho de establecer la carga externa antes de la sesión. Así, los miembros del cuerpo técnico pueden valorar a priori el estímulo de entrenamiento que va a suponer la sesión.
Para dicho control, una de las herramientas propicias es la escala desarrollada por Navarro (4), ya que al ser de 5 puntos y proporcional a la escala de Borg, puede compararse posteriormente con la PSE obtenida del equipo y valorar si la sesión o microciclo se ha adaptado a lo planificado previamente.
Arbitrary Units (AU)
La PSE mencionada también posee limitaciones. Una de las más importantes es que no se tiene en cuenta el tiempo de exposición del deportista ante el estímulo de entrenamiento.
Por ello, las AU surgen como producto al multiplicar los valores de la escala de Borg y el tiempo de exposición en minutos (5), favoreciendo así un control más completo del estímulo de entrenamiento.
AU = Borg (1-10 puntos) x Duración del esfuerzo (minutos) |
Al englobar la variable del tiempo, se considera una unidad de control que atiende mejor a la individualidad de cada jugador, especialmente durante las competiciones, donde los minutos de competición acumulados son muy variables.
Ratio de carga aguda/crónica
Como ya se mencionó en este artículo, los ratios de carga aguda y crónica de entrenamiento pueden ayudar a controlar de una forma eficaz las variaciones en la carga, ya que se basan en comparar la carga acumulada por el deportista en microciclos anteriores (carga a la que está acostumbrado) frente a la carga del último microciclo.
De esta forma, diversos estudios (5, 6) demuestran que la creencia tradicional de que mayores cargas se relacionan siempre con mayor riesgo de lesión puede ser una afirmación que no se ajusta a la realidad.
Bajo esta perspectiva, son los picos de carga o cambios bruscos en el ratio de carga aguda/crónica los que determinan en mayor medida la aparición de lesiones, ya que se somete al deportista a estímulos excesivamente altos en comparación con los que está acostumbrado a soportar.
Así, los umbrales delimitantes a partir de los cuales el riesgo de lesión se dispara son algo difusos, pero generalmente incrementos superiores al 25% o 350 AU pueden duplicar el riesgo de lesión en fútbol, al comparar el microciclo actual con los 3-4 anteriores (ratios 1:3; 1:4) según muestran estudios muy recientes (7-9).
Consideraciones para el entrenamiento
De forma general, puede decirse que los medios anteriores, especialmente las AU, pueden ser de especial importancia del control de la carga en fútbol, tanto en entrenamiento, como en microciclo y temporada.
Además, resulta interesante la comparación de los valores individuales de un determinado jugador con el promedio del equipo, ya que ayudaría a valorar su estado y detectar posibles variaciones fuera de la normalidad que puedan achacarse a otros aspectos (psicológicos, ambientales, nutricionales…etc.).
En este sentido, por ejemplo, puede ser paradójico que los promedios de un determinado jugador frecuentemente por encima del promedio del equipo, sean indicadores de normalidad y, no sean normales, cuando dichos valores incrementen o desciendan drásticamente.
Además, como se ha mencionado anteriormente, los ratios de control de la carga en fútbol de tipo agudo/crónico pueden ser indicadores del riesgo de lesión, aunque también deben tenerse en cuenta sus limitaciones, ya que los aspectos influyentes en el riesgo de lesión son amplios y no pueden relativizarse al uso exclusivo de este método de control.
En definitiva, los medios señalados pueden ser utilizados como medios consistentes en cuanto al control de la carga en fútbol en el caso de no disponer de otros más sofisticados. En el caso de disponer de estos últimos, los cuales se caracterizan por ser fuertemente objetivos, no sería recomendable renunciar voluntariamente al control de la carga en fútbol con los medios subjetivos mencionados, ya que ambos medios son complementarios y han demostrado ser útiles en el proceso de entrenamiento.
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Bibliografía
- Borg, E., & Kaijser, L. (2006). A comparison between three rating scales for perceived exertion and two different work tests. Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports, 16(1), 57-69.
- Castagna, C., Bizzini, M., Póvoas, S. C. A., & D’Ottavio, S. (2017). Timing effect on training-session rating of perceived exertion in top-class soccer referees. International Journal of Sports Physiology and Performance, 12(9), 1157-1162.
- Fanchini, M., Ghielmetti, R., Coutts, A. J., Schena, F., & Impellizzeri, F. M. (2015). Effect of training-session intensity distribution on session rating of perceived exertion in soccer players. International Journal of Sports Physiology and Performance, 10(4), 426-430.
- Gabbett, T. J. (2016). The training-injury prevention paradox: Should athletes be training smarter and harder? British Journal of Sports Medicine, 50(5), 273-280. doi:10.1136/bjsports-2015-095788.
- Lu, D., Howle, K., Waterson, A., Duncan, C., & Duffield, R. (2017). Workload profiles prior to injury in professional soccer players. Science and Medicine in Football, 1(3), 237-243.
- Malone, S., Owen, A., Newton, M., Mendes, B., Collins, K. D., & Gabbett, T. J. (2017). The acute: Chonic workload ratio in relation to injury risk in professional soccer. Journal of Science and Medicine in Sport, 20(6), 561-565.
- McCall, A., Dupont, G., & Ekstrand, J. (2018). Internal workload and non-contact injury: A one-season study of five teams from the UEFA elite club injury study. Br J Sports Med, 098473.
- Navarro, F. (2015). Fundamentos de la planificación del entrenamiento deportivo. Máster En Alto Rendimiento Deportivo. COE-UCAM.
- Windt, J., & Gabbett, T. J. (2017). How do training and competition workloads relate to injury? the workload-injury aetiology model. British Journal of Sports Medicine, 51(5), 428-435.
Autor | David Viñas.