Prevenir el cáncer se ha convertido en una de las mayores preocupaciones a nivel de salud. Esta enfermedad se cobra millones de vidas a lo largo de todo el mundo de forma anual.
Aunque los tratamientos han avanzado mucho y mejoran la supervivencia, las mejores herramientas contra la enfermedad siguen siendo la prevención y la detección precoz.
Cabe destacar que detrás del cáncer se esconde una fisiopatología muy compleja, característica e individualizada para cada tipo de tumor.
No todos cuentan con los mismos mecanismos, a pesar de que sí que comparten ciertos principios entre sí que pueden servir de base para mejorar los tratamientos y la prevención.
Estrategias para prevenir el cáncer
Antes de comenzar queremos advertirte que los recursos que vamos a comentar a continuación no se tratan de remedios milagrosos.
Son algunos hábitos dietéticos que pueden resultar de ayuda, aunque está claro que la carga genética y el resto del estilo de vida tendrá mucho que decir al respecto.
De todos modos, los alimentos o protocolos que comentaremos han sido estudiados de forma intensa y cuentan con evidencias científicas, por lo que no se trata de pseudociencia o de fórmulas mágicas.
Reducción del consumo de carbohidratos
Las células cancerosas suelen tener todas algo en común, y es que utilizan la glucosa como sustrato energético principal.
De este modo, muchos expertos sostienen que cortando el suministro de este nutriente se podría prevenir la formación y el crecimiento de algunos tumores (1).
Hay que destacar que el grado de dependencia de glucosa no es igual en todos los cánceres. Por ejemplo, los de pulmón, colon, mama o cuello son muy sensibles a dicho elemento.
La aplicación de un protocolo de dieta cetogénica (no siempre es posible llevar esto a cabo) en los pacientes mejora el ratio de supervivencia en muchos de los sujetos.
De todos modos, y evitando proponer mecanismos demasiado restrictivos, el simple hecho de reducir el aporte de carbohidratos simples en la dieta ya se considera factor protector.
Tampoco se considera mala estrategia disminuir el consumo de hidratos de carbono en general, ya que los ensayos más actuales sostienen que es excesivo el que se propone, a día de hoy, para la población sedentaria.
No hace falta recurrir, por lo tanto, a dietas cetogénicas, a pesar de que en ocasiones pueden suponer un recurso eficaz.
Implementación de ayunos intermitentes
En la misma línea de lo comentado, la bibliografía achaca un porcentaje del riesgo de formación de tumores a una activación constante de la vía mTor del metabolismo (2).
Este mecanismo se considera positivo en sujetos deportistas, ya que media la hipertrofia. No sucede lo mismo en personas que no practican ejercicio.
Se trata de una vía metabólica mediada por la producción de insulina, por lo que la ingesta de carbohidratos y de azúcares simples estimula su funcionamiento.
Los ayunos intermitentes, sin embargo, han demostrado ser capaces de poner en marcha la vía antagonista, la AMPK. Esta cuenta con un carácter catabólico, y está mediada por el glucagón.
Favorece, entre otras cosas, la autofagia, proceso por el cual se fagocitan las células del cuerpo humano que no están desarrollando de forma óptima su función.
La propia autofagia (puedes leer un artículo completo aquí) se ha expuesto como uno de los mecanismos más determinantes a la hora de hablar de prevención y de tratamiento del cáncer (3).
No obstante, depende mucho del tipo de tumor a tratar, ya que algunos cuentan con características muy determinadas y no responden de igual modo a estos mecanismos.
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Incremento en el consumo de antioxidantes
La oxidación es un proceso que tiene lugar a partir de las reacciones fisiológicas y metabólicas que ocurren a diario en el cuerpo humano.
Consiste en la formación de especies reactivas de oxígeno a partir de la alteración del potencial eléctrico de las propias moléculas. Estas pierden un electrón, por lo que se vuelven inestables.
Cuando este tipo de productos de desecho se acumulan en los tejidos se promueven los procesos inflamatorios.
Además, se incrementa el riesgo de aparición de mutaciones en el ADN a partir de replicaciones mal completadas. Este se considera otro de los factores de riesgo para la aparición de tumores.
La buena noticia es que existe un modo de neutralizar, en parte, la formación de radicales libres y su acumulación en los tejidos. Esto se puede llevar a cabo por medio del consumo de sustancias con potencial antioxidante.
Hablamos sobre todo de fitonutrientes contenidos en los alimentos de origen vegetal que ceden electrones a los radicales libres, permitiendo así que recuperen su estabilidad.
De hecho, se han recopilado evidencias conforme un incremento en la ingesta de vegetales reduce de manera significativa el riesgo de desarrollar muchos tipos de cáncer (4).
No solo hablamos de frutas y verduras, sino también de especias culinarias.
En la actualidad se estudia como los suplementos de cúrcuma y de antioxidantes concentrados pueden proteger frente a la aparición de células tumorales.
Los resultados son buenos por el momento, aunque dependen de las características del tumor en sí. No en todos los sujetos se experimenta el mismo grado de respuesta.
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Otras estrategias para prevenir el cáncer
Como hemos comentado, no solamente se puede actuar desde el punto de vista dietético con el objetivo de prevenir el cáncer. Existen otros hábitos que se deben de cuidar para obtener los mejores resultados y reducir el riesgo al mínimo.
Por ejemplo, la práctica regular de actividad física se considera esencial.
Tanto el trabajo de fuerza como el aeróbico contribuye al mantenimiento de la homeostasis interna, asegurando así que los niveles de oxidación y de inflamación se encuentran estabilizados a medio y a largo plazo.
Otro de los hábitos fundamentales para prevenir el cáncer es asegurar un buen descanso nocturno.
Durante el sueño se producen todos los procesos de reparación del organismo, y se equilibran los niveles hormonales.
De este modo se garantiza un funcionamiento fisiológico correcto al día siguiente.
Alimentos a evitar para prevenir el cáncer
Te hemos hablado de estrategias dietéticas eficaces para prevenir el cáncer, pero también hay una serie de principios a nivel alimenticio que has de tener en cuenta.
Nos referimos a los productos que has de evitar, por su contenido en tóxicos o en nutrientes con poco valor.
En este grupo se encuentran sobre todo los alimentos procesados de origen industrial. Estos se caracterizan por presentar en su interior elevadas concentraciones de grasas trans, de azúcares simples y de aditivos.
Estos tres elementos son capaces de aumentar los niveles de inflamación y de oxidación del organismo, lo que resulta perjudicial.
Alteran por otra parte de la salud metabólica provocando resistencia a la insulina a medio plazo, favoreciendo así el desarrollo de la diabetes y de la obesidad. Controlar este factor es fundamental de cara a prevenir el cáncer.
Con buenos hábitos es posible prevenir el cáncer
El cáncer es una enfermedad muy compleja que cuenta con un gran número de variedades y de particularidades.
Está condicionada por aspectos genéticos, aunque también el modo y los hábitos de vida tienen mucho que ver con su desarrollo.
Cuando el objetivo es reducir el riesgo de que esta patología se llegue a manifestar, hay que prestar especial atención a la dieta, a la actividad física y al descanso.
La combinación de estos tres factores puede resultar altamente protectora, siempre y cuando se lleven a cabo de la forma adecuada.
Recuerda que, a pesar de que existen muchos remedios circulando por la red que aseguran ser milagrosos, lo cierto es que la mejor estrategia para superar un cáncer es la prevención.
A este respecto sí que hay evidencias y certezas. Una de ellas es que apostar por una dieta variada y con predominancia de los alimentos frescos reduce significativamente el riesgo de desarrollar la enfermedad.
Referencias bibliográficas
- Oliveira, C., Mattingly, S., Schirrmacher, R., Sawyer, M. B., Fine, E. J., & Prado, C. M. (2018). A Nutritional Perspective of Ketogenic Diet in Cancer: A Narrative Review. Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, 118(4), 668–688.
- Hua, H., Kong, Q., Zhang, H., Wang, J., Luo, T., & Jiang, Y. (2019). Targeting mTOR for cancer therapy. Journal of hematology & oncology, 12(1), 71
- Antunes, F., Erustes, A. G., Costa, A. J., Nascimento, A. C., Bincoletto, C., Ureshino, R. P., Pereira, G., & Smaili, S. S. (2018). Autophagy and intermittent fasting: the connection for cancer therapy?. Clinics (Sao Paulo, Brazil), 73(suppl 1), e814s.
- Aune, D., Giovannucci, E., Boffetta, P., Fadnes, L. T., Keum, N., Norat, T., Greenwood, D. C., Riboli, E., Vatten, L. J., & Tonstad, S. (2017). Fruit and vegetable intake and the risk of cardiovascular disease, total cancer and all-cause mortality-a systematic review and dose-response meta-analysis of prospective studies. International journal of epidemiology, 46(3), 1029–1056.