Este artículo tiene como objetivo explicar la importancia de una correcta relación de fuerza (ratio) entre los músculos isquiosurales y del cuádriceps a la hora de prevenir posibles lesiones musculares de isquiosurales. En el caso de encontrar estos desequilibrios, explicaremos también el entrenamiento más eficaz para corregirlo, mediante ejercicios de tipo excéntrico.
Epidemiología
Dentro del mundo del deporte, especialmente del deporte profesional, las lesiones son uno de los hándicaps más importantes a los que todo deportista se tiene que enfrentar.
Las lesiones musculares se sitúan en la primera o segunda posición entre el tipo de lesiones más frecuentes dentro del deporte (el otro tipo más relevante serían las lesiones ligamentosas). En la mayoría de los trabajos, las lesiones musculares representan entre el 20 y el 30% del total de lesiones registradas. (1)
Dentro de las lesiones musculares, la mayoría de casos afecta a las extremidades inferiores, siendo la musculatura más afectada los isquiosurales con un 37% del total. (2)
Factores de riesgo
Existen distintos factores de riesgo que predicen o aumentan la probabilidad de sufrir una lesión muscular.
En su revisión sobre las lesiones de isquiosurales, M. de Hoyo et al. (3) diferenciaba entre los factores de riesgo que no podemos intervenir y que, por tanto, no son modificables, y aquellos otros factores modificables sobre los que si podemos intervenir y por lo tanto reducir la incidencia lesional:
Factores de riesgo no modificables
- Edad: Los deportistas de mayor edad tienen una mayor incidencia lesional
- Raza: Los deportistas de raza negra presentan un mayor número de lesiones
- Historia previa de lesión de similares características: haber sufrido una lesión muscular previa es el mayor factor de riesgo para sufrir una nueva lesión de isquiosurales.
Factores de riesgo modificables
- Alteraciones Lumbo-pélvicas: Tener un bajos niveles de fuerza o de control motor de la musculatura del CORE aumenta el número de lesiones de isquiosurales
- Fatiga: La mayoría de las lesiones se producen en la parte final de los partidos, donde la musculatura tiene menos capacidad de generar fuerza y disminuye el control propioceptivo
- Return to play prematuro: La impaciencia del deportista, sumada por la frecuente presión del equipo y el entrenador, en muchas ocasiones provoca un regreso temprano del jugador al entrenamiento y la competición, a pesar de que los síntomas aún persisten. La alteración en las características mecánicas del músculo como resultado de una lesión menor previa, podría precipitar una lesión más importante en el caso de una vuelta prematura.
- Desequilibrio en el ratio Isquiosurales-Cuádriceps: el desequilibrio entre la fuerza de la musculatura del cuádriceps y de los isquiosurales es uno de los principales factores de riego para este tipo de lesión muscular. A continuación explicaremos los motivos y lo que es más importante, como corregirlo.
Biomecánica de la lesión muscular de isquiosurales
En primer lugar, debemos saber la forma en la que más comúnmente se lesiona esta musculatura.
La literatura científica (4, 5) sugiere dos mecanismos para las lesiones de isquiosurales. Las primeras ocurren debido a un sobrestiramiento, cuando el músculo es sometido a posiciones articulares extremas, como podría ser el caso de distintas modalidades gimnásticas.
Por otro lado, el mecanismo más frecuente en la mayoría de deportes, especialmente en aquellos que presentan acciones como aceleraciones, cambios de ritmo o sprints, es el que sucede durante una carrera de alta velocidad. Dentro de aquí, la bibliografía diferencia dos momentos del ciclo de carrera donde se podría producir la lesión, el late swing (al final de la fase de oscilación) o el early stance (el momento en el que el talón contacta con el suelo).
De esta forma, la evidencia científica ha sugerido por lo tanto, que la musculatura isquiosural es especialmente vulnerable a las lesiones en esta fase final del “balanceo” de la carrera. En dicha fase, estos músculos se activan, estirándose y actuando excéntricamente para desacelerar la acción de flexión de cadera, al mismo tiempo que frenan el movimiento de extensión de rodilla, el cual prepara el contacto del talón con el suelo. (5)
El ratio Isquiosurales-Cuádriceps y las lesiones musculares
Como hemos visto, el principal mecanismo lesional de los isquiosurales se produce por un excesivo estiramiento, al final de su fase excéntrica.
Durante esta fase excéntrica, la función que cumple esta musculatura es la de frenar el movimiento de flexión de cadera y extensión de rodilla, trabajando de forma antagónica al cuádriceps, cuya principal función es la extensión de rodilla, pero también la flexión de cadera a través de una de sus porciones, el recto anterior del cuádriceps.
Como ya sabemos, cuádriceps es uno de los músculos más grandes y potentes que tenemos en el cuerpo, por lo que será de vital importancia tener también unos altos valores de fuerza en los isquiosurales, especialmente en la contracción de tipo excéntrico, para que estos puedan contrarrestar y frenar la acción del cuádriceps.
De esta forma, un bajo ratio de fuerza isquiosurales-cuádriceps (ISQ/Q) aumentará el momento de extensión de la rodilla, exigiendo una contracción excéntrica y estiramiento de los isquiosurales por encima de su capacidad, incrementando por lo tanto el riesgo de lesión. (6)
Son varios los índices propuestos que relacionan la fuerza de los isquiosurales y el cuádriceps, pero sin embargo, no está del todo claro cuál es la forma más adecuada de llevar a cabo el test, si de forma concéntrica, o buscando una contracción de tipo excéntrica, más acorde con el mecanismo de lesión. Para la evaluación de un posible desequilibrio muscular, parece lógico pensar que lo más adecuado es replicar el mecanismo lesional, donde los isquiosurales actúan de forma excéntrica y el cuádriceps de forma concéntrica. (3)
Propuesta de Jean Louis Croisier
De esta forma, una de las propuestas más acertadas para valorar los déficits agonista/antagonista es la realizada por Croisier et al. (7), de forma que se estime el ratio ISQ/Q a partir del torque máximo excéntrico de los primeros a una velocidad de 30°/s, y el torque máximo concéntrico del cuádriceps a una velocidad de 240°/s.
En este estudio, los autores realizaron una evaluación isocinética a 462 jugadores de futbol, con el objetivo de para determinar si la presencia de desequilibrios de fuerza entre ambas piernas, y entre los músculos ISQ/Q, podrían ser predictores de una futura lesión de isquiosurales, y posteriormente, si la corrección de estos desequilibrios de fuerza podrían reducir la incidencia lesional. Realizaron distintos test, tanto de forma concéntrica como excéntrica, y a distintas velocidades angulares.
Resultados
De los 462 futbolistas analizados, encontraron distintos desequilibrios en los ratios de fuerza en 216 jugadores, siendo especialmente alto el número de jugadores (87%) que presentaban un desequilibrio en el valor entre la fuerza excéntrica de isquiosurales (30°/s) y concéntrica de cuádriceps (240°/s) (Tabla 1).
Los jugadores fueron divididos en 4 grupos (A, B, C y D), y se les realizo un seguimiento de 9 meses para analizar la frecuencia de lesiones de isquiosurales que presento cada grupo. Los resultados pueden verse en la tabla 2.
De los 462 jugadores evaluados, 35 sufrieron esta lesión muscular. La frecuencia lesional de los jugadores varió significativamente en función de los valores de fuerza isocinética de la pretemporada y de la intervención de entrenamiento específico (o la falta de él) con el objetivo de corregir estos parámetros isocinéticos.
Como observamos en la tabla 2, los jugadores que en la pretemporada no presentaban ningún desequilibrio de fuerza (Grupo A), mostraron una frecuencia lesional del 4.1%.
En el Grupo B, donde se incluían los jugadores que presentaban desequilibrios de fuerza y que no fueron tratados, la tasa de lesión aumentó hasta alcanzar el 16.5%, lo que indica que en futbolistas, los desequilibrios de fuerza no tratados pueden aumentar hasta más de 4 veces el riesgo de sufrir una lesión de isquiosurales en comparación con aquellos jugadores que presenten unos valores de fuerza correctos.
Por el contrario, la corrección efectiva de estos desequilibrios, demostrada mediante pruebas de control isocinéticas según criterios precisos para la normalización de los parámetros, redujeron significativamente la frecuencia de la lesión hasta un 5,7% (Grupo D), hasta llegar al punto de no haber diferencias significativas con respecto al Grupo A, donde los jugadores no presentaban ningún desequilibrio inicial.
¿De cuanto debe ser el ratio ISQ/Q?
Según el autor, el valor mínimo que debería tener el ratio ISQ/Q para no ser considerado un factor de riesgo es de 0,89. Para otros autores, el ratio debe ser como mínimo de 1, es decir, los isquiosurales deben poder generar la misma fuerza en una contracción excéntrica que él cuádriceps en una contracción concéntrica.
Un dato muy interesante es que durante el seguimiento realizado en los 9 meses del estudio, ninguno de los jugadores que presentaba en el ratio mixto ISQ(exc)/Q(conc) un valor superior a 1.40 sufrió una lesión muscular de isquiotibiales.
Efecto del ejercicio excéntrico sobre el ratio Isquiosurales-Cuádriceps
El ejercicio excéntrico es recomendado en gran cantidad de estudios como uno de los métodos de entrenamiento más eficaces para la prevención de lesiones musculares en el grupo de músculos isquiosurales. Mediante ejercicios excéntricos, podemos influir en varios de los más importantes factores de riesgo para sufrir una rotura, como pueden ser la arquitectura muscular, la fatiga o el ratio ISQ/Q
El ejercicio excéntrico tiene un efecto directo sobre la ratio de fuerza entre isquiosurales y cuádriceps, el cual, tal como hemos mencionado, está íntimamente relacionado con la aparición de lesiones musculares, así como en la prevención de las mismas
En el artículo anteriormente citado de Croisier et al. (7), donde testó e hizo un seguimiento isocinético de 462 jugadores de fútbol (246 con perfil isocinético correcto y 216 con desórdenes en el test isocinético), registró un total de 35 lesiones de isquiosurales. El número de lesiones fue significativamente mayor en sujetos que presentaban desequilibrios de fuerza entre ISQ/Q, respecto a aquellos jugadores que no mostraban estos desequilibrios en pretemporada.
En un grupo de estos jugadores con desequilibrios musculares realizo una intervención mediante un programa de entrenamiento específico con ejercicios excéntricos (llevando controles isocinéticos de su evolución) con el que se consiguió reequilibrar la ratio de fuerza ISQ/Q, y con ello, reducir el índice lesional hasta valores similares de los jugadores que no presentaban desequilibrios musculares durante la pretemporada, por lo que se puede concluir que el entrenamiento excéntrico es un método eficaz para corregir desequilibrios musculares y con ello reducir la incidencia lesional.
Entrenamiento concéntrico vs excéntrico
Mjølsnes et al (8) realizó en un grupo de 21 futbolistas, un programa de entrenamiento específico de isquiosurales durante 10 semanas. Antes y después del periodo de entrenamiento, se midió el máximo torque de fuerza con un dinamómetro.
En primer lugar, la muestra fue dividida en 2 grupos, donde uno de ellos realizaba un programa de entrenamiento concéntrico, mediante el ejercicio de curl de isquiosurales (n=10) y el otro un programa de entrenamiento excéntricos, con el nordic hamstring (n=11).
Los programas fueron similares, con un incremento gradual en el número de repeticiones, empezando por dos series de seis repeticiones y progresando hasta las tres series de ocho a doce repeticiones durante las primeras 4 semanas, y luego un aumento de la carga durante las últimas 6 semanas de entrenamiento.
El grupo que trabajaba con el nordic hamstring mostro un incremento significativo de los valores de fuerza excéntrica de isquiosurales (11%) y también de fuerza isométrica (7%), mientras que el grupo de entrenamiento concéntrico no mostro diferencias significativas.
En cuanto a los ratios ISQ/Q, también se produjo un incremento significativo en el grupo de entrenamiento excéntrico, pasando de unos valores de 0,89±0,12 hasta 0,98±0,17, lo que de nuevo demuestra el potencial que un programa de entrenamiento excéntrico tiene para reducir las lesiones de isquiosurales.
Conclusión
Las lesiones musculares general a lo largo de la temporada un número muy significativo de días de baja. Aunque existen importantes factores de riesgo sobre los que no podemos actuar, hay varios sobre los que si tenemos capacidad de intervenir, por lo que en nuestras manos esta reducir su incidencia lesional.
El entrenamiento de tipo excéntrico ha demostrado su efectividad para reducir esta incidencia, gracias en gran parte a su capacidad de mejorar el ratio Isquisurales-Cuádriceps.
Desequilibrios de fuerza de ≥ 20% entre el ratio excéntrico de isquiosurales (30°/s) y concéntrico de cuádriceps (240°/s), provoca un aumento del riesgo de lesión hasta cuatro veces superior en comparación con jugadores con ratios normales, y lo que es más importante, si estos desequilibrios se corrigen mediante un programa específico de fuerza con el seguimiento de test isocinéticos, el riesgo lesional se reduce hasta valores basales, lo que sin duda invita a incluir programas de entrenamiento compensatorio específico para todos aquellos jugadores que muestren algún déficit de fuerza al inicio de temporada.
Bibliografía
- Moreno C, Rodríguez V, Seco J. (2008). Epidemiología de las lesiones deportivas. Fisioterapia. 30(1):40-8.
- Ekstrand J, Hägglund M, Walden M. (2011) Epidemiology of muscle injuries in professional football (soccer). Am J Sports Med. 39(6):1226–1232.
- De Hoyo M, Naranjo J, Carrasco L, Sañudo B, Jiménez JJ, Domínguez S. (2013) Revisión sobre la lesión de la musculatura isquiotibial en el deporte: factores de riesgo y estrategias para su prevención. Revista Andaluza de Medicina del Deporte. 6(1); 30-37.
- Guex K, Millet GP. (2013). Conceptual Framework for Strengthening Exercises to Prevent Hamstring Strains. Sports Med. 43(12):1207-15.
- Alonso D, Docampo P, Martinez J. (2018). Changes in muscle architecture of Biceps Femoris induced by eccentric strength training with Nordic Hamstring Exercise. Scand J Med Sci Sports. 28(1):88-94.
- Carlson C. (2008) The natural history and management of hamstring injuries. Curr Rev Musculoskelet Med 1:120–123.
- Croisier JL, Ganteaume S, Binet J, Genty M, Ferret JM. (2008). Strength imbalances and prevention of hamstring injury in professional soccer players. Am J Sports Med.36:1469-75
- Mjølsnes R, Arnason A, Østhagen T, Raastad T, Bahr R. (2004). A 10-week randomized trial comparing eccentric vs. concentric hamstring strength training in well-trained soccer players. Scand J Med Sci Sports: 14: 311–317