Fútbol complejo, como el de un hormiguero

La complejidad del fútbol se puede entender desde la perspectiva social del comportamiento coordinado de las hormigas.

✎ Autor:  Robert

Según el entomólogo británico C.B. Williams, se estima que en el mundo hay un trillón de insectos y el 1% son hormigas, esto supone que suman la escalofriante población de diez mil billones de individuos.  Eso supone que el peso total de las hormigas existentes en la tierra sería el equivalente al de todos los seres humanos juntos. Pero no, el propósito de este artículo no es el de realizar un estudio bilógico de las hormigas, sino más bien comprender el mundo del fútbol a través de ellas. Y te preguntaras, ¿hormigas y fútbol?

Si bien es de extrañar encontrar un artículo como éste, que nos hable de las hormigas y algo tan diferente como es, a priori, el fútbol. Pero estos seres diminutos nos brindan una magnífica oportunidad de entender muchos de los comportamientos que acontecen dentro de un equipo de fútbol.

Gracias a su carácter social, las hormigas actúan como una unidad, que les asegura la supervivencia de su especie, actuando como un superorganismo (3) con una estructura compleja pero a la vez muy ordenada y caótica aparentemente.

Se sabe que las mayores ganancias funcionales se extraen de la coordinación entre seres que  viven y trabajan juntos. Algo que también sabemos que pasa en el fútbol, cuanto mayor coordinado este un equipo en las interacciones entre sus jugadores y resto de sistemas, más optimizado podrá estar.

La especialización funcional

Una de las claves del buen funcionamiento de un hormiguero, es la división de las tareas, a esto es lo que se le denomina, especialización funcional (3). La colonia se divide en diferentes unidades funcionales, que actuando en conjunto (grupo de hormigas) se encargan de una función determinada, como por ejemplo, encontramos hormigas que se encargan de las crías; otras que su trabajo es buscar comida para la comunidad, las que se encargan de transportar los alimentos, etc. Existe un espíritu común que es más que la suma de las partes. De la interacción de estas especializaciones funcionales emanan comportamientos complejos, pero parte del todo de ese superorganismo, que es la colonia.

Si el lector se traslada al mundo del fútbol, encontramos que dentro de un equipo, también tenemos especializaciones funcionales, tenemos el portero, el cual posee una función muy especializada y que nadie más puede hacer, teniendo un comportamiento totalmente concretizado, pero a la vez relacionado con las otras estructuras del equipo; encontramos más especializaciones como son los jugadores de la línea de defensa, la línea de medio campo , los delanteros, y ampliando aún más, directiva, aficionados… Cada estructura tiene una función, pero directamente relacionada con el funcionamiento del equipo, al igual que el del hormiguero.

Es por eso que debemos de observar los equipos como un todo y no como la suma de un conjunto de individuos que interactúan, de acuerdo a unas ordenes de la propia colonia, o en este caso del equipo.

 

Los patrones de comportamiento como elemento clave en la construcción del modelo de juego

El orden que exista dentro de un equipo será fruto de las interacciones repetidas y coordinadas entre los individuos, los cuales poseen sistemas de comunicación comportamentales y verbales que les permiten mantener un atractor que sustente la sociabilidad del grupo en una manera de jugar, ya no hablamos de jugar bien o mal, sino de interaccionar con el resto de compañeros en unos patrones de movimientos repetitivos pero dentro de un caos que le dará variabilidad al sistema para adaptarse a diferentes situaciones.

Pero te has preguntado ¿por qué unas hormigas que carecen de comunicación verbal pueden autoorganizarse  para mantener un patrón de movimiento, en este caso rectilíneo hacia la comida? Pues bien aquí radica una de las claves de la aparición de patrones de comportamiento en nuestros equipos de fútbol y de la aparición de una determinada manera de jugar.

El comportamiento de una arrastra a la otra hormiga y esta a su vez al resto, estas dejan un rastro de feromonas, que quedan esparcidas en un cierto camino, cada hormiga marca su camino, pero poco a poco va quedando un rastro mucho más marcado por el mayor volumen de feromonas, encontrando una autooganización de estas hormigas, en un rastro como podemos observar en la imagen. Ahora bien, ¿qué tiene que ver esto con el fútbol? Pues bien, si somos capaces de que ciertos jugadores interaccionen entre ellos de manera óptima, irán dejando un ratos, patrón de comportamiento, que arrastrara al resto de compañeros. Junto con un buen refuerzo por parte del entrenador, para potenciar ese patrón y dar seguridad al grupo, los jugadores irán autoorganizandose en un modelo de juego característico , gracias a los comportamientos que se han ido reforzando y han aparecido de la interrelación entre todos los miembros del equipo.

Isco Alarcón

El espíritu cooperativo como elemento cohesionador

Las hormigas poseen comportamientos altamente cooperativos, dado las altas interacciones que se producen entre sus miembros con el objetivo de preservar la existencia del hormiguero. Algo imaginable puesto que se sabe que los seres que conviven en grupo mantienen tasas de supervivencia superiores a los que lo hacen en solitario. En los equipos de fútbol comportamientos entre los jugadores se pretende que también sean cooperativos con la finalidad de poder aumentar el rendimiento grupal de los jugadores y favorecer de esta manera las interacciones entre sus miembros. Un equipo que no posea un espíritu cooperativo y de unión, es un equipo frágil, el cual sus rivales pueden fragmentarlo, atacando sus subsistemas más frágiles. Por ejemplo en acciones a balón parado si el comportamiento defensivo no es cooperativo y todos los miembros actúan uniendo sus fuerzas para defender una acción a balón parado, la fragilidad que presentara este equipo es atacada por el equipo rival, al igual que en una presión al equipo rival, si no se hace de manera coordinada y cooperativa el rival podrá superar la presión y acercarse con mayor peligro a la portería contraria. Un déficit en las interacciones de los miembros que no siguen el patrón de comportamiento grupal será una brecha que separa la funcionalidad del sistema. Y es que imaginemos que las exploradoras no trabajasen juntas, la reducción en la obtención de comida se vería afectada y con ello la continuidad de la existencia de la especie (en nuestro caso, por ejemplo, que el equipo mantenga la categoría)

La reina (entrenador) sería la responsable de la supervivencia de la especie (equipo). Pero para esa supervivencia se debe utilizar un lenguaje que ayude a la comunicación entre individuos. Algo común y comprensible para todos los seres de la colonia. ¿Pero cómo lo hacen las hormigas si no hablan?, las hormigas utilizan una substancia química llamada feromonas, estas se liberan a raíz de sus movimientos, atrayendo a otras hacia la comida.

La madurez y la juventud del hormiguero

En el hormiguero, cuando las hormigas son más mayores, éste evoluciona hacia una fase de madurez, volviéndose más organizado y más resistente, estabilizándose. Seguro que a muchos entrenadores se nos viene a la mente, que en el equilibrio entre jóvenes y veteranos está la clave del rendimiento, cuanto más experto es un equipo (más madurez) más sólido es, volviéndose al igual que el hormiguero, más organizado.  Esta es una de las claves del rendimiento deportivo en fútbol. Un equipo excesivamente joven, ‘moriría’, sino los jugadores de los equipos filiales jugarían en primera división, y si no lo hacen es porque están madurando, y eso significa en un futuro para el primer equipo , estabilidad y organización, algo que buscara el entrenador de estos jóvenes en su equipo.

En la formación de los equipos, sobretodo en el periodo de «pretemporada», se busca que el equipo vaya adquiriendo su propia autoorganización, al igual que lo hace una colonia de hormigas, cada uno encuentra su especialización funcional, pasando de unidades funcionales a la complejidad de un proceso de autoaprendizaje común de origen interno.

El equipo como ser inteligente único

Las hormigas no son inteligentes. La colonia sí.  Las inteligencias surgen espontáneamente, de la base de las interacciones entre distintas unidades que forman el conjunto de la colonia. Lo que hace una hormiga afecta a la otra y lo que estas hagan afectaran a su vez a más hormigas, terminando por atraer a todo la colonia.  Des del punto de vista del futbol los comportamientos de un jugador afecta al otro, si por ejemplo, un defensa sale a presionar afectara al resto de la línea que cerrara y basculara en su defecto. Pero al mismo tiempo de estas interacciones aparecerán de manera espontánea más comportamientos, dando lugar a un único comportamiento como unidad funcional, repliegue, por ejemplo.

El origen de la autoorganización sigue siendo un misterio, pero los investigadores han identificado tres mecanismos de funcionamiento: el control descentralizado, la solución del problema distribuida (especialización funcional) y  las interacciones múltiples.

Una nueva visión del fútbol, llegada desde la naturaleza y de seres que nunca viven solos, sino en sociedad, nos proporcionan una información valiosa para nuestra visión de lo que son los comportamientos y patrones que surgen de las interacciones y relaciones de nuestros jugadores. Y de las cuales nos pueden servir para ir abriendo nuestra mente hacia una nueva manera de pensar y de ver el futbol.

Fútbol, complejo como un hormiguero

Bibliografía

  1. Miller,P. (2010), La manada inteligente, Barcelona, Ediciones Destino.
  2. Carneiro, M.(2005) ,De hormigas y personas, Madrid, ESIC Editorial.
  3. Duarte, R., Araújo, D., Correia, V. & Davids, K. (2012). Sports Teams as Superorganisms: Implications of Sociobiological Models of Behaviour for Research and Practice in Team Sports Performance Analysis. Sports Medicine ,42(8), 633-642.

Autor: Robert

imagen del autor del artículo

BIO: Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (Inefc LLeida). Doctorando en fútbol (UMH Elche). Máster en Alto Rendimiento en Deportes Colectivos (Inefc Barcelona). Máster en Alto Rendimiento y Salud (UMH Elche). Entrenador Nacional de Fútbol.

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