Intolerancia a la histamina y deporte

Concepto y problemas de la intolerancia a la histamina. Consecuencias de la misma para la salud y relación existente con el deporte. 

✎ Autor:  María Piquer Cebrián

En el siguiente artículo se muestra el concepto y problemas que dan lugar debido a la denominada intolerancia a la histamina así como las consecuencias para la salud y la relación existente con el deporte.

Intolerancia a la histamina

La intolerancia a la histamina se produce por un desequilibrio entre la histamina acumulada y la capacidad de degradación que tiene el cuerpo del individuo.

La histamina es una amina biógena que se presenta en todos los alimentos, pero con distintos niveles de la misma (1). Es decir, dependiendo del alimento que se consuma, el nivel de histamina que llega a tu cuerpo es más alto o bajo. Los alimentos que se suelen clasificar en tres categorías: alto nivel, medio y bajo.

En personas sanas, la histamina de la dieta puede ser rápidamente degradada por aminooxidasas, mientras que las personas con baja actividad de estas enzimas se encuentran en riesgo de toxicidad por histamina.

La Diamina oxidasa (DAO) es la enzima que presenta como función la degradación de la histamina ingerida, pero también se degrada por otras enzimas (1). El problema de las personas que padecen intolerancia a la histamina  es que las enzimas no son capaces de degradar suficiente histamina para mantenerla en niveles normales, y este aumento o exceso de la misma da lugar a distintos síntomas que se comentan posteriormente.

Según la cantidad de histamina que el cuerpo es capaz de degradar, los síntomas pueden aparecer antes, después o no aparecer. Esto depende de la persona, del momento y la condición. Por ello la intolerancia es dependiente de la dosis y se necesitan distintos cofactores por lo que no aparecen con cada exposición a los alimentos con alto nivel de histamina (2).

La acumulación de histamina puede ocurrir por distintas causas (2):

  • Puede ser una consecuencia directa de una reacción alérgica
  • Una reacción tóxica (por consumir uno o varios alimentos con contenidos excesivos de histamina)
  • Intolerancia que deriva de un inadecuado funcionamiento de los sistemas de eliminación de la histamina de origen genético, patológico (en relación con enfermedades intestinales) o por inhibición farmacológica de las enzimas implicadas en la metabolización.

Problemas

Cuando la cantidad histamina endógena es excesiva se producen diversos síntomas, los más comunes son las migrañas, pero existen otros tales cómo diarrea, hinchazón, vómitos, estreñimiento y/o dolor abdominal, cefalea, urticaria, caída del cabello, dolor articular, etc.

Mejora de la condición

En la actualidad, no existe cura para esta enfermedad o proceso, pero si un tratamiento para mejorar la situación en la que se encuentra la persona que la padece. El tratamiento se basa en una dieta baja en histamina.

Para iniciar el tratamiento dietético se aconseja, en primer lugar, administrar un antihistamínico durante 14 días y seguir la dieta libre de histamina durante al menos 4 semanas. Si la dieta no se sigue de manera estricta es difícil conseguir que las consecuencias de este elevado nivel de histamina dejen de aparecer.

Además de seguir la dieta durante mínimo un mes para ir notando un cambio, se debe seguir la misma en el caso de los pacientes con intolerancia genética durante toda la vida, pero con el paso del tiempo y el control de la cantidad de histamina de los alimentos, se puede ir aumentando la ingesta de los mismos en períodos separados de tiempo.

Asimismo, se aconseja pautar un suplemento de vitamina B6, y controlar los niveles de cobre y cinc ya que también pueden afectar a la actividad de la enzima.

El objetivo de una dieta baja en histamina es prevenir, en individuos especialmente sensibles, las manifestaciones tóxicas derivadas del consumo de alimentos que contengan histamina. La eliminación o al menos la reducción de la
histamina exógena (de los alimentos) permite la regeneración de la DAO (3).

En la actualidad no existe un medidor para controlar la cantidad de histamina que tienen los alimentos, igualmente, se desconoce el nivel que tu cuerpo puede tolerar cada día por ello, se requiere de un control intrapersonal importante para poder controlar la alimentación sin tener que sufrir las consecuencias.

El seguimiento de la eficacia de la dieta se puede comprobar con mediciones de las concentraciones plasmáticas de histamina y de la actividad de DAO, mediante analíticas específicas.

Deporte

Para poder realizar práctica de actividad física o deporte hay que tener en cuenta el tipo de alimentación que se lleva a cabo, en función de la fase en la que se está, el nivel de tolerancia a los alimentos que se comen, la modalidad deportiva, las características de dicha modalidad y los requerimientos energéticos que el deportista necesita para superar la prueba o para practicar en una sesión habitual.

Ya de por si, llevar una dieta equilibrada sin sufrir consecuencias y sin practicar deporte es complicado. Pero debemos partir de la importancia fundamental que supone el deporte en la vida de cualquier persona y todos los beneficios que esto conlleva.

Por lo anterior, es necesario saber que para las personas que sufren intolerancia a la histamina, a pesar de sentir multitud de beneficios por distintas causas, la realización de dosis de esfuerzo físico elevadas, agrava los síntomas descritos, por la liberación de histamina que produce el deporte. Por ello debemos tener control y cuidado.

La práctica de actividad física aeróbica (aquella en la que se utiliza el oxigeno como combustible: correr, ciclismo, natación, fútbol, baile, equitación, esquí…) aumenta la cantidad de histamina en el organismo. Por ello, para personas que sufran intolerancia a la histamina y tengan síntomas como migrañas presentan un gran factor a tener en cuenta ya que la histamina, es una molécula que vasodilata el sistema arterial, efecto que facilita la aparición de migraña y serán mucho más propensos a padecerlas.

Por último, destacar que no resulta nada recomendable, practicar ningún deporte o actividad física en ayunas. Ayunar provoca una liberación de histamina que sumada a la propia práctica del ejercicio y a la causada por la intolerancia a la histamina facilitaría de forma rápida la aparición de migrañas, dolor abdominal y de otros posibles síntomas típicos del cuadro clínico: náuseas, vómitos, mareos, sensibilidad a la luz y al ruido…

Conclusiones

El mejor tratamiento que existe hasta la fecha para mejorar la condición de las personas que padecen intolerancia a la histamina es el cambio de la dieta, para ingerir alimentos con bajo nivel de histamina.

Además, hay que conocer cada especialidad deportiva en profundidad para ver cómo afecta la modalidad a dicha patología y de esta forma poder evitar daños en la salud del individuo.

Bibliografía

  1. Maintz, L., & Novak, N. (2007). Histamina e intolerancia a la histamina. Am J Clin Nutr85, 1185-96.
  2. Murillo, A. Z. (2009). Intolerancia alimentaria. Endocrinología y Nutrición56(5), 241-250. Recuperado online.
  3. Nogués, M. V., & Carou, M. V. 45. Dieta baja en histamina.

 

 

Autor: María Piquer Cebrián

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BIO: Graduada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, y Máster de Profesorado de EF.

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