Es indudable que, en la actualidad, la psicología es un elemento imprescindible en la práctica deportiva. Cuando toda una carrera deportiva y años de práctica y entrenamiento están en juego en tan solo unos minutos, segundos, décimas, etc. es fundamental que el deportista esté preparado psicológica y emocionalmente, así como gozar de una buena fortaleza mental, para afrontar y superar los retos que se encuentre en el proceso competitivo y en el desarollo de la prueba.
Para conseguir tales objetivos es fundamental un buen trabajo por parte del equipo de psicólogos y coaches deportivos que se encuentren a su disposición. Dentro de los diferentes factores psicológicos que pueden afectar al rendimiento de un deportista se encuentra la facilitación social.
¿Qué es la facilitación social?
El concepto de facilitación social se basa en el estudio de que la asistencia de un público de uno o más espectadores puede afectar el rendimiento, ya que ejerce inluencia sobre el deportista y sobre su actuación durante el juego (3, 4). Este fenómeno se conoce como facilitación social. La relación de este factor con la práctica deportiva quedó patente en el artículo escrito por Zajonc (10), en el que se analiza la influencia de la facilitación social mediante la teoría del impulso.
¿En qué consiste la teoría del impulso?
La teoría del impulso fue desarrollada por Hull (5) y Spence (9) se trata de una teoría de estímulo – respuesta de carácter complejo de motivación y aprendizaje. En dicha teoría, la presencia de un determinado impulso (activación) conlleva la provocación de la respuesta dominante. La fórmula mediante la cual se explica la teoría del impulso es la siguiente:
Desempeño = Activación x Nivel de habilidad
La teoría del impulso consta de una serie de principios básicos, los cuáles exponemos a continuación (3, 7):
- Se produce un aumento del impulso (activación) por la influencia de una respuesta dominante.
- Aquella respuesta que se encuentra asociada con el mayor y más fuerte potencial para realizar la contestar es la respuesta dominante.
- Normalmente, cuanto una persona se está iniciando en un aprendizaje o en la realización de tareas complejas, la respuesta dominante suele ser la respuesta incorrecta.
- En aquellas tareas en las que su desarrollo o consecución ya fue aprendida o que su composición es simple, la respuesta dominante suele ser la correcta.
En su artículo, Zajonc (10), demuestra que si se produce un aumento del impulso, esto conllevaría, en consecuencia, un incremento de las respuestas dominantes, ya sean positivas o negativas. En el ámbito deportivo esto se traduce en que cuando se produce un aumento de la presión que el público ejerce sobre los deportistas (ya sea animándoles, abucheándoles, silbándoles, etc.), aquellos jugadores que poseen una mayor experiencia y un mayor control en estas situaciones tendrán un mayor y mejor rendimiento, mientras que, por el contrario, los jugadores más noveles, serán más propensos a cometer un mayor número de errores (3, 8).
Igualmente, cuando la presión del público sobre los deportistas se incrementa, los jugadores que posean un mayor nivel de desarrollo en sus destrezas y capacidades tácticas, técnicas, psicológicas, etc. tendrán un mejor progreso en el juego, demostrando un mayor nivel de dominio, de desarrollo y siendo más efectivos y eficaces frente a aquellos deportistas que no tengan tan bien desarrolladas dichas capacidades y cualidades (3, 8).
Cuando se hace referencia al deporte en categorías inferiores (benjamín – juvenil), es fundamental tener en cuenta que la gran mayoría del público que asiste a dichos eventos son familiares de los deportistas, entre los que se pueden encontrar padres, madres, abuelos, hermanos, etc.
Este elemento incrementa la influencia que la presión que ejerce público tiene sobre los deportistas. En especial si tenemos en cuenta que son deportistas que están en proceso de crecimiento y de maduración en todos sus niveles de crecimiento, ya sean fisiológicos, psicológicos, etc. (1, 2).
Ejemplos de aplicaciones prácticas
A continuación expondremos algunas aplicaciones prácticas con respecto al empleo de la facilitación social, y con ello de la teoría del impulso, en el ámbito de la actividad física y deportiva (3, 7, 8):
- Debido a que un elevado nivel de activación es perjudicial para un equipo principiante, un entrenador que se encuentre en esta situación debería tener entre sus objetivos el crear una atmósfera con un mínimo nivel de ansiedad, así como un nivel de activación relativamente bajo.
- Por el contrario, si un entrenador se encuentra con que tiene un equipo experimentando deberá incrementar el impulso (activación) de cara a sus deportistas.
- Con respecto a la influencia que el público ejerce sobre los deportistas ocurre lo mismo, con un equipo poco experimentado las estrategias de trabajo deberían centrarse en proporcionarles herramientas y métodos a los deportistas para reducir el efecto que la presión del público puede ejercer sobre ellos. Mientras que cuando nos referimos a deportistas experimentados, se debería trabajar para conseguir explotar al máximo los beneficios que se obtienen de la presión del público.
Conclusiones
La facilitación social se ha mostrado como un elemento muy importante a la hora de tener en cuenta y/o de intentar evaluar el rendimiento deportivo de un deportista, debido a que presencia de público en los eventos deportivos tiene la capacidad y el efecto de incrementar la activiación (o el impulso) en los jugadores, ya sea de manera positiva o negativa (3, 7).
Conocer como trabajar estos aspectos de cara a incrementar y mejorar el rendimiento de los deportistas en situaciones de mucha presión puede marcar la diferencia ente un primer y un segundo puesto en una competición deportiva.
Bibliografía
- Buceta-Fernández, J. M. (2010) Evaluación psicológica en el deporte. En Del Barrio-Gándara, V. (edit.) (2010). Evaluación psicológica aplicada a diferentes contextos (p. 309 – 350). Madrid: UNED.
- Cantón, E.; Mayor, L. & Pallarés, J. (1995). Factores motivacionales y afectivos en la indicación deportiva. Revista de psicología general y aplicada. 48 (1), 59 – 75.
- Cox, R. (2008). Psicología del deporte: conceptos y sus aplicaciones. Madrid: Médica Panamericana.
- Garcés de los Fayos-Ruiz, E. J.; Vives-Benedicto, L. & Dosil-Díaz, J. (2004). Nuevas aportaciones en psicología del deporte. Una mirada crítica sobre la última década de nuestra disciplina. Cuadernos de psicología del deporte. 4 (1)1 7 – 17.
- Hull, C. L. (1951). Essentials of behavior. New Haven CT: Yale University Press.
- Lorenzo-González, J. (1997). Psicología del deporte. Madrid: Biblioteca Nueva.
- Márquez-Rosa, S. (2005). Manual de prácticas de psicología del rendimiento deportivo. León: Universidad de León, Secretariado de Publicaciones.
- Olmedilla-Zafra, A. (2012). Manual de psicología de la actividad física y del deporte. Murcia: Diego Marín.
- Spence, K. (1956). Behavior theory and conditioning. New Haven CT: Yale University Press.
- Zajonc, R. (1965). Social facilitation. Science. 3681 (149), 269 – 274.