En el presente artículo analizamos la relación entre ejercicio y tareas cognitivas.
La memoria juega un papel muy importante en el funcionamiento social, la calidad de vida y la cognición. La identificación de estrategias para potenciarla es fundamental, y una de ellas es el ejercicio físico.
Se ha demostrado que el ejercicio estimula la actividad neuronal en las siguientes áreas del cerebro: corteza prefrontal, lóbulo parietal y cerebelo (Figura 1). Las investigaciones más actuales demuestran que el ejercicio puede ayudar a facilitar las funciones retentivas. Frith E. et al 2017 (2).
Los ejercicios cognitivos son los que se han sido utilizados durante décadas para la mejora de la memoria. Se han relacionado con el aumento del volumen cerebral, el grosor cortical y una mayor conexión de los tractos de sustancia blanca.
La sustancia blanca es aquella que está formada por fibras nerviosas cubiertas de mielina y con una cantidad elevada de axones, que son los encargados de transmitir información a otras neuronas.
Ejercicio y tareas cognitivas
Actualmente, se han proporcionado estudios que combinan el ejercicio y tareas cognitivas. Los beneficios de esta combinación son aún mayores y producen efectos sinérgicos. Mejoran la plasticidad neuronal, que nos permite la reestructuración de nuevas conexiones para mejorar las funciones cognitivas.
Según los estudios más recientes, se han demostrado resultados beneficiosos para cada tipo memoria junto con el trabajo en las diferentes intensidades de ejercicio físico.
Cuando el ejercicio agudo se produce antes de una tarea de memoria, los ejercicios de alta intensidad pueden ser menos favorables para esta tarea, pero sí pueden favorecer la memoria episódica, la que está relacionada con los sucesos autobiográficos. Gajewski P et al 2018 (3).
El ejercicio físico de alta intensidad no se asocia con la función de memoria a largo plazo cuando ocurre poco después de la codificación de la memoria.
La relación entre el ejercicio y tareas cognitivas es compleja. Dependerá el grado de intensidad, la duración del ejercicio y con el tipo de memoria evaluada.
Las emociones y el estado psicológico también pueden influenciar en la memoria a largo plazo. Los estados emocionales negativos, las fluctuaciones en el estado de ánimo y trastornos afectivos, producen una mayor interferencia en su capacidad de ejecución. No obstante, contra mayor sea la sensibilidad emocional, más precisión para percibir la información aferente del cuerpo y retener más información.
El estado fisiológico es otro de los factores que pueden influenciar en el rendimiento de la memoria prospectiva (Figura 2). Los individuos con mayor actividad cardíaca durante la actividad física se relacionan con los que más memoria prospectiva tienen. Loprinzi P. et al 2018 (5).
Múltiples afecciones cognitivas pueden ser tratadas a través del ejercicio. Existen propuestas de programas de entrenamiento para sujetos con demencia, Síndrome de Down, adolescentes y adultos mayores, entre otros. Se observan mejoras en los resultados después de 6 y 12 meses de ejercicio aeróbico moderado progresivo.
Se manifiestan cambios en la plasticidad cerebral, nivel cognitivo, crecimiento en el volumen de las regiones del hipocampo anterior y eficiencia neuronal durante las tareas de recuperación de la memoria semántica. Cassio N. et al 2018 (1).
Propuestas de ejercicio y tareas cognitivas
Las intervenciones multimodales dirigidas pueden ser más efectivas para diferentes objetivos de tratamiento. A continuación, vemos algunas propuestas de ejercicio y tareas cognitivas en los diferentes estudios de la revisión de Loprinzi et al 2018:
Aun así, los futuros ensayos requieren características de intervención estandarizadas y un seguimiento a gran escala a largo plazo, para poder generar resultados significativos positivos con muestras más amplias que apoyen la capacidad del ejercicio para mejorar la cognición.
Referencias bibliográficas
- Cassio N, Gill D, Owen A. Cognitive changes following multiple-modality exercise and mind-motor training in older adults with subjective cognitive complaints: The M4 study. PLoS One. 2018: 13(4): e0196356.
- Frith E, Sng E, Loprinzi P. (2010). Randomized Controlled Trial Evaluating the Temporal Effects of High-Intensity Exercise on Learning, Short-Term and Long-Term Memory, and Prospective Memory. The University of Mississipi. 20 DOI:10.1111/ejn.13719
- Gajewski P and Falkenstein M. (2018). ERP and Behavioral Effects of Physical and Cognitive Training on Working Memory in Aging: A Randomized Controlled Study. Neural Plast.; 3454835. doi: 1155/2018/3454835
- Lamb S, Sheehan B, Atherton N, et al. Dementia And Physical Activity (DAPA) trial of moderate to high intensity exercise training for people with dementia: randomised controlled trial. Leading General Medical Journal, 2018; 261: k1675.
- Loprinzi P et al. Exercise and Prospective Memory. Journal Of Lifestyle of Medicine. 2018; Vol 8. No. 2, 51-59.
- Loprinzi P et al. Intensity-specific effects of acute exercise on human memory function: considerations for the timing of exercise and the type of memory. Health Promotion Perspectives, 2018, 8(4), 255-262. DOI: 0.15171/hpp.2018.36
- Ludyga S, Kamijo K, Gerber M et al. The effects of a school-based exercise program on neurophysiological indices of working memory operations in adolescents. Journal of Science and Medicine in Sport. 2018; 21 (8). doi: 1016/j.jsams.2018.01.001
- Thomas M, Mallin M, Rasmussen R et al. Acute Exercise and Motor Memory Consolidation: The Role of Exercise Timing. Hindawi Publishing Corporation Neural Plasticity. 2016; Article ID 6205452, 11 page. DOI: 10.1155/2016/6205452