Entre los propósitos de nuevo año más comunes está comenzar a hacer ejercicio, además de comer de un modo más saludable, aprender un idioma o ahorrar más dinero. Sin embargo, son muchas las veces en las que esas aspiraciones se quedan en el cajón del abandono antes incluso de que termine enero.
Esto no solo genera frustración, sino que además tiene consecuencias perjudiciales en nuestra vida, tanto a largo como a corto plazo. Por eso, si eres de los que se han propuesto empezar a entrenar para el 2025 y no quieres que te vuelva a pasar lo de siempre, te dejamos estos consejos para que en esta ocasión cumplas con tu objetivo.
1. Conoce tu condición física
El primer consejo y el más importante es conocer la condición física de la que partes. Si nunca antes has llevado una vida activa, no puedes pretender convertirte en una persona fitness de la noche a la mañana siguiendo las pautas de entrenamiento de ese amigo que lleva años entrenando.
Puede que las primeras semanas consigas llevar el ritmo, pero el agotamiento tardará poco en jugarte una mala pasada. Por eso, es importante que seas realista. Puedes alcanzar tus objetivos y tu físico ideal, pero para ello necesitarás tiempo y un entrenamiento acorde tanto a tu complexión como a tus estándares. Es este el motivo por el que se recomienda medir el acondicionamiento aeróbico y muscular del que partes.
Para ello, resulta útil realizar mediciones del pulso antes de y después de caminar, así como calcular la amplitud de movimiento de las caderas, las rodillas, los tobillos, los hombros y los codos. Si empiezas a entrenar conociendo tu condición física, no solo podrás ejecutar un entreno acorde a ti, sino que evitarás el riesgo de lesiones. Además, al hacer mediciones progresivas serás capaz de ver tus avances, lo que te generará motivación para mantener tu nuevo estilo de vida a largo plazo.
2. Practica un deporte de tu agrado
Desde Mundo Entrenamiento también te recomendamos que apuestes por una actividad con la que disfrutes. Son muchas las personas que viven bajo la baja creencia de que no les gusta el deporte, pero por suerte hay infinidad de ellos para practicar, por lo que siempre habrá uno hecho a tu medida.
El problema surge cuando te obligas a hacer algo que no es de tu agrado, ya que hay muchas más probabilidades de que no puedas mantenerlo en el tiempo. Sí, el ejercicio es sacrificio y esfuerzo, pero no hay necesidad de pasar horas en el gimnasio si lo que realmente te motiva es el ciclismo o la escalada.
Si siempre has llevado una vida sedentaria, puede que te lleve un tiempo dar con un deporte que te guste, así que prueba con varios hasta encontrar el tuyo. De hecho, lo más seguro es que des con más de uno, en cuyo caso podrás combinarlos, lo que resulta ideal para tener una rutina de entreno más completa.
3. Fija objetivos a corto plazo
El tercer consejo que te recomendamos aplicar es que fijes objetivos a corto plazo. Por regla general, quienes comienzan a entrenar lo hacen en busca de una meta final, la cual solo se consigue después de mucho tiempo practicando ejercicio.
Está bien que tengas un objetivo a largo plazo muy claro en tu cabeza, ya que solo así sabrás el tipo de entrenamiento que debes seguir. Sin embargo, para mantener la motivación y asegurarte de estar haciendo las cosas bien, también debes fijarte pequeños objetivos. Estos pueden ser aumentar el número de flexiones que eres capaz de hacer, incrementar en un determinado porcentaje la velocidad en tus carreras o ampliar el rango de movimiento en ciertos ejercicios.
En muchas ocasiones, iniciar un nuevo hábito requiere un empujón extra, algo que sirva como incentivo para dar el primer paso. Es un concepto que podemos ver en diferentes áreas y sectores, donde se incentiva el acceso a recursos a través de promociones gratuitas como por ejemplo los bonos de bienvenida en casas de apuestas o los descuentos por domiciliar tus ahorros en un banco. De forma similar, en el ámbito del ejercicio, establecer pequeños incentivos, como alcanzar un objetivo semanal o celebrar tus progresos, puede ser el impulso que necesitas para mantenerte constante.
Del mismo modo, con metas a corto plazo también nos referimos a la cantidad y calidad del entreno. Es probable que hayas apuntado en tu lista de propósitos hacer ejercicio cinco veces a la semana, pero si es la primera vez que haces deporte esto puede ser poco realista.
Al final, solo conseguirás frustrarte al sentir que no estás cumpliendo con tus metas. Por ello, lo mejor es que empieces con rutinas ligeras que sigan una progresión a lo largo del tiempo.
4. Incluye tu entreno en tu rutina diaria
En cuarto lugar (y muy relacionado con el punto anterior) tu entreno, sea del tipo que sea, debe formar parte de tu rutina diaria. Esto significa que debes integrarlo en tu día a día como una actividad más, no como algo opcional que se hace «si queda tiempo».
Para lograrlo, lo ideal es asignar un horario fijo. Piensa en tus entrenamientos como una cita inamovible contigo mismo. Por ejemplo, si sabes que por las mañanas tienes más energía, planifica tu ejercicio temprano. Si las tardes o noches son más convenientes, adapta tu rutina a esas horas. Además, no subestimes la importancia de los preparativos.
Tener la ropa lista, un espacio organizado o incluso una playlist motivadora pueden marcar la diferencia entre completar tu entrenamiento o posponerlo, ya que crear un entorno favorable te ayudará a eliminar las excusas y te facilitará la construcción del hábito.
5. Festeja tus logros
Por último, no olvides celebrar tus logros. Cada paso que des hacia tu objetivo es motivo de reconocimiento, ya sea grande o pequeño. Puede ser tan simple como permitirte un día de descanso extra tras superar un reto, comer en tu restaurante favorito o comprar algo que mejore tu experiencia de entrenamiento, como unas nuevas zapatillas. Estas pequeñas recompensas refuerzan el hábito y te mantienen enfocado en tu meta.