Dolor en el pubis: pubalgia atlética, tratamiento y prevención

La pubalgia atlética es una lesión frecuente en personas físicamente activas, siendo más común en algunos deportes en particular.

✎ Autor:  Víctor

Las hernias deportivas o pubalgia atlética, son comunes en los atletas o personas físicamente activas, representado aproximadamente el 6% de todas las lesiones en el deporte.

El término pubalgia atlética se refiere al dolor en la región inguinal del deportista, que tiene numerosas causas, como las lesiones en el pubis, la articulación de la cadera o de la pared abdominal, pudiendo ser causadas tanto por causas viscerales como ortopédicas.

Específicamente, el término pubalgia atlética se refiere al dolor inguinal en el que la patología no está causada por alteraciones intraarticulares de la cadera, sin embargo, es frecuente la patología concomitante en ambas localizaciones (1).

Las lesiones inguinales están calificadas como unas de las más complejas en el mundo del deporte. La osteopatía de pubis es una lesión patológica plurietiológica y multifactorial que reside en la región inguino-pubiana (6).

Dentro de esta denominación se encuentran lesiones tendinosas, musculares, óseas y/o sinfisarias que afectan a la sínfisis púbica, a los músculos aductores y abdominales o al orificio inguinal (6).

¿Qué es la pubalgia?

La pubalgia es una lesión que afecta principalmente a los músculos del área inguinal y abdominal. Se caracteriza por un dolor intenso en la zona de la ingle, que puede irradiarse hacia el abdomen, los muslos e incluso los genitales. Esta lesión es muy común en deportes que requieren movimientos bruscos, cambios de dirección y una gran exigencia física en la zona de la pelvis, como el fútbol, el rugby o el atletismo.

La lesión de publ es de origen microtraumático, motivada por sobreesfuerzos por repetición. Constituye una patología dolorosa casi exclusiva del deportista.

Normalmente está asociada al fútbol. De estas lesiones, el 45% corresponden a tendinitis o a distensiones en la zona de inserción del aductor (3) que afectan al 12% de los jóvenes futbolistas, al 20% de los jugadores profesionales y al 27% de los jugadores de edad más avanzada (4).

La acumulación de numerosas sesiones de entrenamiento provoca una depleción de las reservas energéticas del músculo y tras esto, aparece la fatiga. Nos encontramos entonces ante un músculo fatigado, irritado y, en ocasiones, contracturado, cuya capacidad de absorción de energía se encuentra mermada. A partir de este momento, la probabilidad de microrotura o macrorotura aumenta considerablemente (2,5).

Anatomía del pubis

El conocimiento de la compleja anatomía de la ingle es imprescindible para un diagnóstico y tratamiento adecuados.

La sínfisis del pubis es una articulación anfiartrodial con una movilidad limitada, pero con una buena capacidad de absorción de cargas gracias a la presencia de cartílago hialino, fibroso y tejido conectivo en su superficie. Los músculos abdominales y paravertebrales actúan de forma sinérgica para estabilizar la sínfisis púbica durante los movimientos, especialmente durante la postura estática o dinámica de una pierna.

La estabilización durante la postura con una sola pierna también es resultado de la actividad de los músculos glúteos y aductores, siendo estos últimos antagonistas de los músculos abdominales (2), y ejercen tracción y rotación opuestas sobre la sínfisis del pubis (3,6).

Por ello, es esencial comprender la anatomía ósea de la pelvis, la articulación de la cadera, el sacro y el cóccix, así como la sínfisis del pubis con su disco fibrocartilaginosos.

Las localizaciones de las uniones musculares, ligamentosas y tendinosas de la pared abdominal y los tejidos blandos del muslo son claves y complejas, ya que se unen y adhieren en estrecha proximidad requiriendo un equilibrio coordinativo. La ubicación y la dirección de las fuerzas de estas fijaciones son fundamentales para comprender su equilibrio, patología y tratamiento.

ℹ En relación a la zona abdominal e inguinal, el compartimento anterior del abdomen incluye su musculatura, mientras que el compartimento anterior del muslo incluye los músculos sartorio, iliaco, psoas, pectíneo, vasto lateral, vasto medial, vasto intermedio y el recto femoral.

El compartimento medial del muslo está formado por los músculos aductores, el grácil y el obturador externo. El compartimento posterior está formado por los isquiotibiales y una parte del aductor mayor. Gran parte de estas estructuras actúan directamente sobre la zona púbica y por ello están relacionadas con la pubalgia atlética (1).

Anatomia pelvis

¿Cuáles son los síntomas de la pubalgia atlética?

El síntoma característico de la pubalgia y de los síndromes relacionados con esta, es el dolor inguinal o abdominal profundo. Las quejas más frecuentes incluyen (1):

  • Dolor abdominal bajo o dolor inguinal
  • Dolor que empeora con la maniobra de Valsalva o con actividades deportivas específicas, como dar patadas, cortar, hacer abdominales y esprintar, y que se alivia con el descanso.
  • Sensibilidad a la palpación sobre la rama púbica
  • Dolor con movimientos resistidos (aducción de cadera y abdominales)

Los síntomas suelen ser insidiosos; sin embargo si son agudos, los atletas suelen describir una sensación de tirón, chasquido o desgarro en un momento determinado de la actividad.

Algunos se quejan de dolor referido a lo largo del tendón del aductor largo con la aducción forzada o resistida de la cadera, y la mayoría informa de sensibilidad puntual sobre el pubis superior-lateral.

ℹ El dolor también puede irradiarse al ligamento inguinal, la región testicular y el periné; pudiendo agravarse al pasar largos periodos de tiempo sentado, al levantarse de la cama o subir a un coche.

El tipo y la intensidad del dolor pueden variar significativamente, desde la molestia que se agrava hasta la incapacidad para la práctica deportiva.

Descubre cuáles son los factores de riesgo más importantes a tener en cuenta para prevenir lesiones. Aprende paso a paso, un práctico programa de ejercicios para prevenir lesiones musculares.

Los síntomas más comunes de la pubalgia incluyen:

  • Dolor en la ingle, que puede ser agudo o sordo.
  • Dolor que aumenta con la actividad física y disminuye con el reposo.
  • Dolor al realizar movimientos como correr, saltar o levantar pesas.
  • Sensación de debilidad en la zona afectada.
  • Dificultad para realizar actividades cotidianas, como caminar o subir escaleras.

Si experimentas alguno de estos síntomas, es importante que consultes a un especialista para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.

Etiopatogenia

ℹ En la literatura se han identificado importantes factores de riesgo para una pubalgia. Entre ellos se encuentran la reducción de la amplitud de movimiento de la cadera, el escaso equilibrio de la musculatura pélvica y la discrepancia en la longitud de las extremidades.

La sínfisis púbica es el punto sobre el que gira una línea que conecta el fémur y la unidad lumbo-pélvico-sacra. Los desequilibrios en la fuerza, la resistencia, la coordinación o la extensibilidad de los grupos musculares pueden exacerbar las tensiones en esta región.

La restricción de la amplitud de movimiento de la cadera aumenta las fuerzas que actúan sobre la sínfisis del pubis, y la disminución de la fuerza de los oblicuos abdominales y de la fuerza isocinética de la cadera se han asociado con mayor riesgo de padecer pubalgia (5).

La incidencia de la lesión se asocia a una serie de hallazgos patológicos, como la atenuación o el desgarro de la fascia transversalis, las anomalías en la inserción del músculo recto abdominal, la avulsión de parte de las fibras del músculo oblicuo interno en el tubérculo púbico, el desgarro de la musculatura oblicua interna o lesiones en el músculo oblicuo externo y su aponeurosis.

Además de su función en el movimiento, la musculatura anterior del abdomen también desempeña un papel importante en la absorción de la fuerza durante la práctica deportiva.

El aumento de la tensión en estas estructuras puede provocar desgarros que pueden dar lugar a dolor. Entre otros músculos, el recto abdominal, el aductor largo y el psoas son estructuras importantes para crear y amortiguar la tensión en esta región, y por ello posibles detonantes del cuadro doloroso, teniendo en cuenta la relación que existe entre sus acciones (4).

Anatomia pubalgia atlética
Azul: tendón recto abdominal; amarillo: tendón aductor largo; rojo: tendón aductor corto; verde: tendón grácil; naranja: sínfisis púbica

El desarrollo de la pubalgia es por tante una condición multifactorial y a menudo se asocia con el uso excesivo o sobreuso de alguna de las estructuras implicadas.

Uno de los mecanismos es la tensión excesiva en la región sinfisaria del pubis. Las contracciones musculares intensas de la cadera y el uso excesivo de momentos de flexión, extensión, abducción y aducción a través de la articulación de la cadera con torsión o hiperextensión del tronco durante la práctica deportiva, que conduce a un movimiento exagerado de la pelvis y crea una fuerza de cizallamiento sobre la sínfisis púbica (6).

Los desequilibrios entre los grupos de músculos abdominales y aductores alteran el equilibrio de fuerzas en torno a la sínfisis del pubis, lo que predispone al deportista a una periostitis subaguda causada por un microtraumatismo crónico/repetido.

La reducción de la rotación interna de la cadera y la inestabilidad de la articulación sacroilíaca podrían representar otros factores de predisposición, ya que conducen a un mayor esfuerzo de cizallamiento en la pelvis (7).

Además, las uniones del oblicuo interno y la fascia transversalis del ligamento inguinal pueden debilitarse aún más por la acción repetitiva de la musculatura aductora al tirar contra una extremidad fija.

Sea la fuente que sea, la sobrecarga biomecánica provoca una respuesta de estrés óseo en el hueso parasinfisiario y/o cambios degenerativos en el cartílago de la sínfisis púbica, normalmente en ausencia de hallazgos inflamatorios (2).

Exploración y diagnóstico de la pubalgia

Un hallazgo clave de la exploración física de los dolores de pubis es la sensibilidad del tubérculo púbico, mientras que también es común la sensibilidad sobre el tendón del aductor largo y el recto abdominal inferior.

ℹ El diagnóstico por imagen inicial comienza con una radiografía AP de la pelvis y proyecciones laterales de la cadera, pero suelen ser negativas en la mayoría de casos de pubalgias. La medicina nuclear, aunque no es específica, puede ayudar a diagnosticar una patología concomitante. La resonancia nuclear, tampoco específica, puede ayudar a diagnosticar una patología concomitante (1).

Causas de la pubalgia

La pubalgia puede tener diferentes causas, entre las cuales se incluyen:

  • Sobrecarga muscular: cuando se realizan movimientos repetitivos o se ejerce una gran presión sobre los músculos de la zona inguinal, estos pueden verse afectados y dar lugar a la pubalgia.
  • Desequilibrio muscular: si existe un desequilibrio entre los músculos de la zona inguinal y abdominal, se puede producir una sobrecarga en la zona y desencadenar la lesión.
  • Debilidad muscular: la falta de fuerza en los músculos abdominales y de la zona inguinal puede aumentar el riesgo de padecer pubalgia.

Factores de riesgo de la pubalgia

Resulta fundamental el conocimiento y la identificación de los factores de riesgo (figura 1) que tienen relación con su aparición para poder llevar a cabo el desarrollo de programas de prevención. Estos factores de riesgo pueden ser clasificados en dos categorías (6):

  • Factores intrínsecos: Son aquellos aspectos biológicos y psicosociales que predisponen a la lesión de pubalgia o osteopatía de pubis
  • Factores extrínsecos: Aquellos aspectos externos al sujeto que influyen en la aparición de la lesión de pubalgia o osteopatía de pubis.

Factores intrínsecos

Factores extrínsecos

Desequilibrio muscular:

  • Acortamiento de aductores.
  • Insuficiencia en abdominales
  • Acortamiento de anteversores
  • Retroversores
Deporte practicado

Insuficiente preparación física

Preparación física muy intensa

Alteraciones posturales:

  • Hiperanteversión en la pelvis.
  • Horizontalización sacra.
  • Cifosis dorsal y/o lordosis lumbar.
  • Dismetría en los miembros inferiores
Material favorecedor

Factores dietéticos como la hidratación o la nutrición.

Comportamiento deportivo

Lesiones anteriores:

  • Alteraciones articulares: sacroilíacas, dorsolumbares, lumbosacras o coxo-femorales
Una insuficiente recuperación.

Condiciones ambientales: factor climático

Tratamiento previo inadecuado

Factores de Riesgo de la Osteopatía de pubis. Adaptado de Medina-Porqueres et al, 2003 (6).

¿Por qué se produce la pubalgia?

Existen ciertas estructuras, que, según el tipo e intensidad del movimiento al que se vean sometidos, pueden provocar el mecanismo de producción de la lesión de osteopatía de pubis (figura 2) que nos atañe (7):

Estructura

Mecanismo de lesión

Distensión del abductor Ejercicios excéntricos o concéntricos muy violentos sobre los aductores que provocan una mayor sensibilidad localizada generalmente en unión músculo-tendinosa
Distensión del psoas ilíaco Se produce un dolor inguinal profundo después de una flexión de la cadera contundente, como en el golpeo de una pelota.
Debilidad de los tendones Pueden producir «la hernia del futbolista» que provoca dolor y cierto abultamiento a la altura del abdomen
Hernias Hernia inguinal o hernia femoral
Disfunción sacroilíaca Provoca un dolor púbico como subir o bajar escaleras, realizar una extensión de la cadera…
Fracturas Los adolescentes con epifisis abiertas presentan un mayor riesgo de fracturas por avulsión en el pubis y en el cuello femoral
Fracturas poor estrés A la altura del cuello femoral. Suele ocurrir en corredores de larga distancia. Generalmente aparece dolor de la cadera y los movimientos de flexión y rotación interna, están limitados.
Atrapamiento del nervio Nervio obturador o nervio femoral
Lesión de la articulación de la cadera Puede producir lesiones que refieren dolor en la ingle

Mecanismos de producción de la lesión de osteopatía de pubis. Adaptado de Rodríguez et al, 2001 (7).

Tratamiento de la pubalgia

A continuación se presenta un protocolo de actuación para la rehabilitación y readaptación desde se produce la lesión de osteopatía de pubis o pubalgia hasta que el futbolista vuelve a la normalidad en los entrenamientos (7):

  1. Electroestimulación.
    • 8 minutos de duración.
    • Ritmo: 8 pps.
  2. Ultrasonidos.
    • Onda continua sobre el hueso púbico.
    • Tratamiento de 5 minutos a 1,5 W.
  3. Criomasaje.
    • 10 minutos sobre la zona afectada.
  4. Láser infrarrojo
    • Potencia de 10 W.
    • 2 minutos en cada punto donde exista dolor con 2 cm de distancia entre los puntos de tratamiento.
    • 10 sesiones.
  5. Rehabilitación progresiva:
    • Realización de ejercicios de flexibilidad que enfaticen los aductores.
    • Ejercicios de fortalecimiento de músculos aductores usando una banda elástica.
    • Desarrollo de la resistencia cardiovascular mediante el uso de la bicicleta o la natación.
    • Programa de progresión: Caminar y después correr.
    • Ejercicios sobre un terreno de 50 metros, con una pendiente del 10% (inclinado).
    • Ejercicios para fortalecer los músculos abdominales (“core”).
    • Ejercicios progresivos de golpeo: Corta, media y larga distancia; Aumentar la velocidad y la intensidad del golpeo.

Programa preventivo para la pubalgia

El programa preventivo de la osteopatía de pubis o pubalgia que aquí se presenta se asienta sobre tres aspectos fundamentales a desarrollar en el individuo: flexibilidad, reeducación propioceptiva y refuerzo muscular excéntrico.

Flexibilidad: El entrenamiento de la flexibilidad se recomienda para el tratamiento de esta lesión de osteopatía de pubis desde que Ekstrand (3)  y Williams (8) asociaran la disminución de la movilidad coxofemoral hacia la abducción y la rotación interna, con una mayor probabilidad de padecer dolor inguinal.

Los estiramientos deben ser estáticos y efectuarse unas 8-10 series en cada grupo muscular, con una duración de 10-15 segundos por cada serie, debiendo trabajar los siguientes grupos musculares: aductores, isquiotibiales, abdominales rectos y oblicuos; psoas iliaco y pelvitrocantéreos.

Reeducación propioceptiva: Este entrenamiento está dirigido a desarrollar el control y la estabilidad de la pelvis. Como criterios para progresar en el entrenamiento se emplean pesos de magnitud creciente, como balones medicinales, y el tipo de contacto con la superficie de trabajo (1).

ejercicios para evitar la osteopatia de pubis

Reforzamiento muscular excéntrico: Consiste en desarrollar la musculatura a partir de contracciones en las cuales el momento motor es menor al momento resistente.

La posición debe ser aquella que favorezca la relajación del deportista y aísle en lo posible el grupo muscular involucrado en el ejercicio.

Este reforzamiento se centra en los grupos musculares implicados en este cuadro patológico, es decir, los aductores y musculatura abdominal.

El objetivo final es adaptar a los diferentes grupos musculares a las cargas a las que van a ser sometidos durante la temporada y también se busca un incremento de la coordinación muscular y de la fuerza excéntrica (6).

El programa de fortalecimiento excéntrico está fundamentado sobre tres pilares, los cuales son: la amplitud de movimiento, la velocidad de contracción y la resistencia o carga a vencer. Cada uno de estos parámetros debe incrementarse progresivamente en el tiempo a corto, medio y largo plazo (6).

Cada ejercicio debe efectuarse durante 3 series, con 10 repeticiones por serie con una frecuencia óptima de 3 veces por semana. Será el dolor el que determine la progresión dentro del entrenamiento e indique si éste se está llevando a cabo de un modo insuficiente (sin aparición de dolor) o excesivo (presencia de dolor continuado en todas las series) (6).

Prevención de la pubalgia

A continuación, te presentamos algunas recomendaciones para prevenir la aparición de la pubalgia:

  • Realiza ejercicios de fortalecimiento de la musculatura abdominal e inguinal de forma regular.
  • Realiza un calentamiento adecuado antes de cada sesión de entrenamiento.
  • Evita los movimientos bruscos y los cambios de dirección repentinos sin una adecuada preparación física.
  • Utiliza el equipamiento deportivo adecuado y en buen estado.

Recuerda que la prevención es fundamental para evitar lesiones y disfrutar de una práctica deportiva saludable.

Tratamientos para la pubalgia

El tratamiento de la pubalgia puede variar según la gravedad de la lesión y las necesidades individuales de cada paciente. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

  • Reposo: en los casos más leves, el descanso puede ser suficiente para aliviar el dolor y permitir la recuperación.
  • Fisioterapia: la fisioterapia desempeña un papel fundamental en el tratamiento de la pubalgia. Los ejercicios de fortalecimiento, estiramientos y técnicas de terapia manual pueden ayudar a reducir el dolor y mejorar la funcionalidad de la zona afectada.
  • Medicación: en algunos casos, se pueden utilizar medicamentos para aliviar el dolor y reducir la inflamación.
  • Cirugía: en casos más graves, la cirugía puede ser necesaria para reparar los tejidos dañados.

Es importante que consultes a un especialista para determinar el tratamiento más adecuado para tu caso particular.

Tratamiento, rehabilitación y prevención de la pubalgia

El tratamiento inicial de la pubalgia atlética incluye reposo y evitar las actividades que reproduzcan la sintomatología. Desde un punto de vista conservador, se incluyen estiramientos en las dos semanas iniciales, seguidos de fortalecimiento del «core abdominal» y resolución de los desequilibrios entre los estabilizadores de la pelvis y la cadera en las dos segundas semanas.

Pueden utilizarse AINE y hielo para minimizar la inflamación y el dolor durante el periodo de rehabilitación. Estos tratamientos suelen realizarse durante al menos 3 meses. Si se consigue una mejora sustancial, el tratamiento no quirúrgico continúa con la rehabilitación funcional seguida por una progresión gradual de la actividad deportiva.

Los deportistas por lo general suelen volver a practicar deporte a las 10-12 semanas. Por otro lado, si no se observa mejora en la sintomatología con el tratamiento conservador a los 3 meses, se puede considerar la opción del tratamiento quirúrgico (1,4).

El entrenamiento físico activo destinado a fortalecer los aductores de la cadera y los músculos abdominales y a mejorar la resistencia muscular, el equilibrio y la coordinación entre los músculos de la cadera y el tronco resulta ser un método eficaz para el tratamiento de la pubalgia atlética (2).

Los programas de rehabilitación física para la pubalgia deben incluir principalmente la estabilización del tronco, el fortalecimiento de los aductores de cadera y los músculos abdominales, el equilibrio y los ejercicios de entrenamiento postural (8).

Dolor en la zona del pubis

Rehabilitación de la pubalgia

A continuación os mostramos las fases de rehabilitación de la pubalgia.

Fase 1 (1-2 semanas)

  • Control del dolor y edema
  • Ejercicios de reclutamiento y fortalecimiento (sin carga) del transverso del abdomen
  • Estiramiento activo de isquiotibiales, aductores, cuádriceps, iliopsoas y columna lumbar

Fase 2 (2-4 semanas)

  • Continuar con ejercicios de reclutamiento y fortalecimiento del transverso del abdomen y añadir estabilidad pélvica y de cadera: glúteos y multífidos
  • Ejercicios de fortalecimiento estático del «core» abdominal con la columna vertebral neutra
  • Ejercicios funcionales bipodales progresando hacia unipodales

Fase 3 (4-6 semanas):

  • Entrenamiento de la marcha y propiocepción pélvica (control motor)
  • Ejercicios de «core» abdominal dinámicos
  • Ejercicios de estabilidad con resistencia o superficies inestables
  • Entrenamiento de la mecánica de la carrera a pie

Fase 4 (6-10 semanas):

  • Ejercicios multidireccionales con y sin carga
  • Ejercicios unipodales multidireccionales
  • Simulaciones del deporte y vuelta al juego progresiva
  • Entrenamiento de la mecánica de la carrera a pie

prevencion pubalgia

En relación a la prevención de la pubalgia, la estabilidad del tronco y sus efectos para prevenir las lesiones deportivas y mejorar la actividad y el rendimiento deportivos mediante la inhibición de los patrones de movimiento anómalos y el mantenimiento de una buena alineación postural que eviten generar factores de riesgo es clave, así como mantener una rutina de ejercicios correctivos y preventivos en la práctica diaria (6).

Prevención de la pubalgia atlética

  • Ejercicios excéntricos: priorizar movimientos controlados, lentos e incrementar la carga que se solicita conforme el dolor o molestia desaparece.
  • «Core» y propiocepción: servirán ejercicios como el «tilt» pélvico posterior acompañado de exhalación; flexión de cadera y estabilización del «core» en superficie inestable; sentadilla de pared con estabilidad pélvica; distintas progresiones de la plancha frontal.

Referencias bibliográficas

  1. Arner, Justin & Li, Ryan & Disantis, Ashley & Zuckerbraun, Brian & Mauro, Craig. (2020). Evaluation and treatment of groin pain syndromes in athletes. Annals of Joint. 5. 17-17
  2. Via, A. G., Frizziero, A., Finotti, P., Oliva, F., Randelli, F., & Maffulli, N. (2018). Management of osteitis pubis in athletes: rehabilitation and return to training – a review of the most recent literature. Open access journal of sports medicine, 10, 1–10.
  3. Valent, A., Frizziero, A., Bressan, S., Zanella, E., Giannotti, E., & Masiero, S. (2012). Insertional tendinopathy of the adductors and rectus abdominis in athletes: a review. Muscles, ligaments and tendons journal, 2(2), 142–148.
  4. Kraeutler, M. J., Mei-Dan, O., Dávila Castrodad, I. M., Talishinskiy, T., Milman, E., & Scillia, A. J. (2021). A proposed algorithm for the treatment of core muscle injuries. Journal of hip preservation surgery, 8(4), 337–342.
  5. Yuill, E. A., Pajaczkowski, J. A., & Howitt, S. D. (2012). Conservative care of sports hernias within soccer players: a case series. Journal of bodywork and movement therapies, 16(4), 540–548.
  6. Abouelnaga, W. A., & Aboelnour, N. H. (2019). Effectiveness of Active Rehabilitation Program on Sports Hernia: Randomized Control Trial. Annals of rehabilitation medicine, 43(3), 305–313.
  7. Ross, J. R., Stone, R. M., & Larson, C. M. (2015). Core Muscle Injury/Sports Hernia/Athletic Pubalgia, and Femoroacetabular Impingement. Sports medicine and arthroscopy review, 23(4), 213–220.
  8. Ellsworth, A. A., Zoland, M. P., & Tyler, T. F. (2014). Athletic pubalgia and associated rehabilitation. International journal of sports physical therapy, 9(6), 774–784.

Autor: Víctor

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BIO: Graduado en Ciencias de la actividad física y el Deporte. Apasionado de la prevención y readaptación de lesiones.

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