Descubre el poder oculto del entrenamiento oclusivo

El entrenamiento oclusivo puede ser un método eficaz para conseguir numerosas adaptaciones fisiológicas en beneficio de nuestra salud y rendimiento.

El entrenamiento oclusivo (EO), KAATSU, Blood Flow Restriction (BFR), vascular oclusión training son los diferentes nombres que podemos encontrar para esta técnica de entrenamiento que ha despertado el interés de los investigadores.

¿En qué consiste el entrenamiento oclusivo?

La entrenamiento oclusivo, también conocida como oclusión vascular o entrenamiento de oclusión, es una técnica utilizada en el ámbito de la medicina y el entrenamiento físico que implica restringir parcialmente el flujo sanguíneo en las venas de una extremidad específica durante el ejercicio.

Aunque puede sonar contraintuitivo, el entrenamiento oclusivo tiene varios propósitos y beneficios cuando se aplica correctamente bajo supervisión profesional.

El proceso implica el uso de bandas o manguitos especializados que se colocan alrededor de la parte superior de las extremidades (brazos o piernas) para aplicar una presión controlada.

Esta presión es suficiente para mantener un flujo arterial normal hacia el músculo, mientras se restringe el retorno venoso de sangre hacia el corazón. No se detiene completamente el flujo sanguíneo, sino que se reduce de forma controlada.

Se trata de realizar una restricción del flujo sanguíneo en una zona (con unos parámetros determinados que veremos más adelante) y realizar ejercicio físico, pero también se ha comprobado que previene la atrofia muscular en pacientes inmovilizados por algún tipo de enfermedad/lesión.

La debilidad muscular es la que tiene más presencia entre las condiciones clínicas musculo-esqueléticas alrededor del mundo. Los efectos degenerativos de la atrofia muscular pueden ser debidos a lesiones musculo-esqueléticas agudas o crónicas, como son las fracturas y las lesiones ligamentosas.

Esta atrofia muscular provoca pérdida de fuerza muscular, siendo un factor de riesgo muy elevado para la osteoartritis (OA), una de las enfermedades responsables de la reducción de funciones y la calidad de vida de las personas que la sufren (2).

La debilidad muscular está incrementándose en personas sanas no lesionadas como los adultos, debido a la sarcopenia.

Esto se traduce en una pérdida de funciones físicas ya que existe una pérdida de masa muscular y fuerza, funciones vasculares y densidad mineral. Parece ser que la sarcopenia está ligada al envejecimiento de los músculos, lo que provoca una menor sensibilidad al estímulo anabólico que produce el entrenamiento de fuerza (3).

El trabajo de fuerza que genera ganancias de fuerza y demanda hipertrofia muscular es el realizado con cargas cercanas al 70% de una repetición máxima individual (1RM).

restricción del flujo sanguíneo

Sin embargo, trabajos recientes, demuestran que el entrenamiento con cargas bajas al fallo puede también estimular hipertrofia muscular.

Sin embargo el entrenamiento de fuerza con cargas altas parece ser que maximizan las adaptaciones de fuerza y la sección transversal del musculo son mayores con trabajos con cargas altas a diferencia de las cargas bajas (4).

El trabajo EO se basa en usar cargas bajas 20-30% 1RM junto con entrenamiento oclusivo continuo y parece ser una alternativa al trabajo de alta intensidad (entendemos por alta intensidad, altas cargas de 1RM >70%).

Los 3 mecanismos principales a través de los cuales actúa la restricción del flujo sanguíneo son: aumento del hinchazón celular, aumento del estrés metabólico y incremento del reclutamiento muscular (5).

Loenneke et al. (6) sugieren que el hinchazón celular puede suceder a causa de la acumulación de sangre, metabolitos y hiperemia (aumento de irrigación). Estos procesos estimularían varias señales anabólicas.

Además, la acumulación de metabolitos puede incrementar el reclutamiento de fibras musculares rápidas debido a la inhibición de la motoneurona alfa, que es la que abastece las fibras de contracción lenta.

ℹ El objetivo del entrenamiento oclusivo sanguíneo en el entrenamiento de fuerza es producir una oclusión total venosa pero no del flujo arterial.

Para ello se coloca un manguito en la zona cercana al músculo que va ser entrenado. Se deben tener en cuenta el tipo de manguito, la ubicación, la presión de oclusión, el tiempo de oclusión, el tipo de ejercicio, la intensidad del ejercicio y la cadencia del ejercicio.

Dentro del mundo del ejercicio físico y el deporte nos encontramos constantemente con nuevos métodos de entrenamiento que salen a la luz y cuyos objetivos son aportar nuevas herramientas para la mejora de la salud física ya sea en personas sanas, población clínica o deportistas de alto nivel.

Autores como Suga y cols (2010) estudiaron las diferencias en las combinaciones de diferentes %RM y presiones del manguito de entrenamiento (20).

Demostraron que con un 30% de 1RM y una presión de nivel medio (130 mmHG) son suficientes para provocar cambios en el pH, en los niveles de fosfocreatina (PCr) y en el dihidrógeno fosfato (H2PO4).

También probaron que, con un 40% de 1RM, se pueden provocar cambios excesivos en los marcadores metabólicos anteriormente mencionados.

Con un mínimo de presión en el manguito, no supone ninguna ventaja adicional aumentar la presión del manguito, siendo la variable más determinante la intensidad del ejercicio (16).

Uno de estos métodos es el entrenamiento oclusivo, entrenamiento bajo oclusión vascular o kaatsu training.

Este método de entrenamiento oclusivo fue descrito originalmente por Sato, quien después de estar arrodillado durante un tiempo delante de una estatua de Buda experimentó una sensación de hormigueo en las piernas muy parecida a la que experimentaba después de un entrenamiento con resistencias.

Tras estas observaciones, Sato desarrolló un nuevo método de entrenamiento, el entrenamiento oclusivo o Kaatsu training como es conocido en su país de origen, Japón (1).

La presión arterial en los segmentos superiores durante un entrenamiento oclusivo es diferente según la posición corporal. Es totalmente diferente la presión arterial que tiene el tren superior cuando el deportista está de pie, sentado o tumbado (19).

¿Qué es y cuál es la utilidad del entrenamiento oclusivo?

El entrenamiento oclusivo consiste en aplicar una restricción al flujo sanguíneo en ciertos músculos con la aplicación de una presión externa a través de un torniquete, manguito  de presión o banda elástica (siendo el más recomendado el manguito de presión como veremos más adelante) que es colocado en la zona proximal de las extremidades superiores o inferiores (2-4).

Esta presión externa que se aplica debe conseguir mantener o reducir el flujo sanguíneo arterial hacia el músculo pero ocluir la circulación venosa (2-5), este hecho provoca una situación de hipoxia local que mejora principalmente la hipertrofia muscular debido al estrés metabólico que esta situación provoca en el músculo, mecanismo considerado la base por la cual este tipo de entrenamiento provoca sus adaptaciones en hipertrofia, sin dejar de lado también el papel que la tensión mecánica también produce, aunque en menor medida (2).

En comparación con el entrenamiento con cargas elevadas, el cual produce un nivel elevado de tensión mecánica y bajo de estrés metabólico, el entrenamiento oclusivo provoca unos niveles más bajos de tensión mecánica pero más altos de estrés metabólico (2)

Hasta ahora, este entrenamiento oclusivo se ha aplicado y estudiado bajo distintos protocolos, que pueden ser desde la propia oclusión sin movimiento, oclusión y actividades aeróbicas como andar o pedalear, y oclusión unido a un entrenamiento con resistencias (3,6).

Los bajos niveles de intensidad de carga necesarios para experimentar beneficios provoca que sea un método de entrenamiento muy útil para personas que por cualquier motivo no pueden tolerar altas cargas mecánicas en las articulaciones (7).

Este método de entrenamiento oclusivo tiene su utilidad y aplicación en atletas (8), personas en proceso de rehabilitación post-operación, rehabilitación de lesiones en el ligamento cruzado anterior, rehabilitación cardiaca, tercera edad e incluso astronautas (6).

¿A través de qué mecanismos funciona el entrenamiento oclusivo?

Diversos estudios de revisión (1-3, 5,7,9) hablan sobre qué mecanismos son los que ocurren en nuestro organismo y por los cuales el entrenamiento oclusivo consigue los resultados que obtiene principalmente en hipertrofia.

Debido a la complejidad de comprender todos estos mecanismos moleculares a fondo y que todavía están bajo la lupa de la investigación, vamos a tratar de la forma más sencilla posible este tema.

Lo primero a destacar es que el entrenamiento oclusivo funciona a través de diversos mecanismos cuando hablamos de la hipertrofia que produce, siendo los más destacados la respuesta metabólica y hormonal que provoca, el tipo de fibra activada y la señalización de la vía mTOR.

El estrés metabólico podría ser el factor principal y a su vez podría actuar activando otra serie de numerosos mecanismos (producción de hormonas o incremento del reclutamiento de fibras de contracción rápida, entre otros), teniendo en cuenta que la tensión mecánica también juega su papel, al parecer no tan relevante en este tipo de entrenamiento.

En relación a estos dos aspectos centrales para el desarrollo de la hipertrofia (estrés metabólico y tensión mecánica) por los que el entrenamiento oclusivo consigue sus resultados, dentro de ellos nos encontramos con procesos como:

  • La hipoxia localizada que se produce deja sin aportación de oxígeno a las fibras tipo I y el alto nivel de estrés metabólico provoca la mayor activación de fibras de contracción rápida (tipo II).
  • Mayor duración de acidosis metabólica producida por la acumulación de protones intramusculares y estimulación de metaborreceptores, lo que posiblemente provoque una respuesta aguda por parte del sistema hormonal en la producción de hormonas.
  • Producción de especies reactivas del oxígeno (reactive oxygen species, ROS) que promueven el crecimiento tisular.

Si hablamos de daño muscular, otro de los mecanismos clave de la hipertrofia, el papel que juega en el entrenamiento oclusivo no está claro. Diversos autores han expuesto datos contradictorios, desde niveles mínimos de daño muscular hasta un grado más elevado de daño muscular.

Cuando se han observado marcadores directos que pueden darnos información sobre daño muscular como la interleucina-6 (IL-6), los estudios han encontrado incrementos muy leves.

Con todo esto, posiblemente  y estos momentos se pueda decir que el daño muscular no sea uno de los mecanismos centrales implicados en la mejora de la hipertrofia a través del entrenamiento oclusivo, principalmente debido a su naturaleza de baja intensidad.

¿Cuáles son los beneficios que aporta el entrenamiento oclusivo?

Tradicionalmente, las recomendaciones para mejorar el crecimiento muscular a través del entrenamiento con resistencias ha sido realizar los ejercicios con una intensidad superior al 65% de una repetición máxima (2), sin embargo el entrenamiento oclusivo ha mostrado incrementos en la masa muscular con cargas del 20-40% de una repetición máxima (5).

Aunque los mayores efectos  y beneficios se han experimentado en la hipertrofia muscular, en mayor o menor medida y nivel de evidencia, el entrenamiento oclusivo también puede aportarnos beneficios en los siguientes aspectos:

Hipertrofia muscular y entrenamiento oclusivo

Anteriormente hemos descrito los mecanismos por los que el entrenamiento oclusivo provoca las adaptaciones que poco a poco la investigación va demostrando, y la realidad es que la hipertrofia es la que cuenta con mayor número de investigaciones y evidencia.

Lejos de ser una adaptación estética o sin relevancia, debemos saber que un nivel adecuado de masa muscular está muy relacionado con la salud, ya que juega un papel importante en el buen funcionamiento del metabolismo, en la prevención de enfermedades como la obesidad, diabetes u osteoporosis, y más importante sobre patologías como la sarcopenia o caquexia (10).

Ganancia de fuerza

Diversos estudios han demostrado que a través del entrenamiento oclusivo es posible desarrollar la fuerza, dicho esto cabe matizar que las ganancias en fuerza no son tan grandes como las vistas sobre la hipertrofia muscular (8) y fundamentalmente van a beneficiarse de estas ganancias en fuerza poblaciones como la tercera edad o de ámbito clínico (9).

Los incrementos en fuerza se han observado tras el entrenamiento oclusivo cuando se han vuelto a repetir los test iniciales de medición para conocer el resultado de la intervención, donde se han observado mejoras en fuerza sobre la extensión de rodilla a 1RM, fuerza isométrica, isocinética y excéntrica, flexión de codo, press de banca o sentadilla (1).

El entrenamiento oclusivo parece no incrementar la capacidad de la musculatura para activarse en el mismo grado que el entrenamiento tradicional con altas cargas.

El estímulo neurológico resultante del entrenamiento oclusivo parece no ser suficiente para favorecer movimientos en los que se necesite una aplicación de fuerza rápida, y las ganancias en fuerza son resultado en mayor medida del incremento de la masa muscular que de adaptaciones en el sistema nervioso (8).

Por otro lado, también se han obtenido beneficios a la hora de prevenir reducciones en los niveles de fuerza muscular durante periodos prolongados de inmovilización, en los que la musculatura no es utilizada para generar movimiento (3).

Reducción de la presión arterial

Una de las adaptaciones agudas o inmediatas que provoca el entrenamiento con cargas es lo que conocemos como respuesta hipotensiva, la cual se caracteriza por un descenso de la presión arterial sistólica o diastólica a niveles inferiores a los observados en reposo. Pues bien, estos efectos también se han observado mediante el entrenamiento oclusivo y bajas cargas (11).

Un estudio (11) ha observado los efectos hipotensivos sobre personas normotensas tras el entrenamiento oclusivo, en él la presión arterial sistólica disminuyó desde 119 ± 8’9 mmHg en reposo a 113 ± 11.1 mmHg tras 60 minutos después del entrenamiento.

Cuando el entrenamiento oclusivo se ha aplicado a personas hipertensas, los resultados también han sido positivos, tanto que en este estudio (12) se halló una reducción de la presión arterial sistólica en sujetos hipertensos a los 60 minutos tras finalizar el entrenamiento que fue desde alrededor de 143 mmHg a 125 mmHg.

Adaptaciones cardiovasculares

Aunque no es la adaptación principal ni la que mayor evidencia tiene alrededor del entrenamiento oclusivo, algunos estudios han demostrado que también se pueden provocar adaptaciones cardiovasculares.

Mediante el entrenamiento oclusivo se han conseguido mejoras en la capacidad de resistencia a través de mejoras en la actividad de enzimas oxidativas, densidad capilar, aumento de los almacenes de glucógeno o reducción de la frecuencia cardiaca en reposo (3).

En varios estudios (13,14) se han observado mejoras en el VO2max cuando se ha aplicado la oclusión vascular a actividades como andar o pedalear que no se han conseguido en grupos control que realizaban el mismo entrenamiento pero sin oclusión vascular.

¿Existen riesgos o contraindicaciones?

No podemos dejar pasar por alto los posibles riesgos derivados del entrenamiento oclusivo. Algunos estudios se han interesado por estos aspectos y sabemos que los principales problemas derivados del entrenamiento oclusivo pueden ser hemorragias subcutáneas y entumecimiento o insensibilidad de las zonas entrenadas, donde según una encuesta realizada en Japón en 2006 estos efectos ocurrieron en el 13.1% y 1.3% respectivamente.

Estos efectos normalmente ocurren al principio del programa de entrenamiento y desaparecen conforme la persona avanza en el tiempo con el entrenamiento (1,5,15).

También se ha planteado que de la misma forma que el entrenamiento oclusivo mejora la fuerza y área de sección transversal del tejido muscular, podría no provocar paralelamente una mejora de la fuerza del tejido conectivo, por la poca carga mecánica que existe, esto podría aumentar el riesgo de lesión si también se realiza paralelamente un entrenamiento con altas cargas (8).

Por otro lado, existen personas que poseen ciertas condiciones contraindicadas o que aumentan la posibilidad de contrariedades cuando se entrena bajo entrenamiento oclusivo, como pueden ser aquellos que tienen en su historial casos de trombosis o varices, así como mujeres embarazadas (5).

Por otra parte, el entrenamiento oclusivo puede provocar disconfort, dolor muscular tras el entrenamiento, y limitar la el volumen total de entrenamiento que puede realizar el deportista (en caso de altas presiones del manguito de presión). (18)

Es por ello por lo que algunos autores han planteado el entrenamiento del ejercicio con restricción del flujo sanguíneo de forma intermitente. En estos casos, la goma elástica o manguito es aflojado inmediatamente después de la serie de entrenamiento (18).

Sin embargo, los resultados son conflictivos, pues en algunas investigaciones encontraron que no hay diferencias en la respuesta fisiológica si se compara la restricción del flujo sanguíneo intermitente con la continua; mientras que otros estudios si encontraron diferencias significativas (17, 20).

daño muscular e hipertrofia

Aspectos prácticos a considerar e investigar

A la hora de llevar el entrenamiento a la práctica, todavía nos quedan cuestiones por conocer e investigar para afianzar la aplicación de este tipo de entrenamiento y conseguir con él adaptaciones positivas mientras evitamos los riesgos que se puedan desprender de un mal uso de este tipo de entrenamiento.

Actualmente no hay un consenso sobre aspectos como el tipo de maguito más adecuado o efectivo, la intensidad óptima sobre una 1RM a la que entrenar o el número de entrenamientos por semana y repeticiones por entrenamiento (1).

Tamaño y medida del manguito

Diversos estudios han observado que cuando se utiliza un manguito ancho para aplicar el entrenamiento oclusivo, los requerimientos de presión son menores para conseguir un porcentaje dado de restricción del flujo sanguíneo (3), por ancho algunos autores consideran alrededor de 6 a 13,5 centímetros, estos manguitos más anchos resultan en un incremento mayor de la frecuencia cardiaca, presión arterial y esfuerzo percibido en comparación a manguitos más estrechos (3 a 6 cm), los cuales no inducen una hipoxia en el tejido tan elevada (5,9).

Otro aspecto a tener en cuenta para selección la medida del manguito es el tamaño de la circunferencia de la extremidad sobre la que se aplique, de forma que una circunferencia o tamaño mayor requiere de una mayor presión a aplicar (1).

Programación del entrenamiento oclusivo

Aunque como hemos dicho anteriormente no existe un consenso para establecer guías prácticas de utilización del entrenamiento oclusivo, una de las últimas revisiones sobre el tema nos proporciona las siguientes recomendaciones (5):

  • Si hablamos del tipo de estímulo que podemos aplicar, la oclusión vascular puede utilizarse fundamentalmente de tres formas, bien sea a través de su aplicación sola sin movimiento de la extremidad, lo cual se utiliza para atenuar pérdidas de fuerza y masa muscular en extremidades inmovilizadas.
  • A través de su aplicación a actividades aeróbicas como andar o pedalear, utilizado para mejorar de forma moderada la fuerza, masa muscular y resistencia cardiovascular. O de la forma más común en la que es utilizada, que es mediante la aplicación de la oclusión a un entrenamiento de fuerza con bajas cargas, lo cual produce el mayor incremento en masa muscular y fuerza.
  • El tipo de ejercicio que se puede utilizar engloba tanto ejercicios mono-articulares (flexo-extensión de codo o rodilla, etc) como multi-articulares (press de banca, sentadilla, etc), en ambos se pueden obtener beneficios.
  • Hablando de la carga de entrenamiento, hasta ahora la mayor parte de los estudios se han movido entre 20-40% de 1RM, donde se han producido todas las adaptaciones comentadas anteriormente.
  • Sobre el volumen de entrenamiento, la recomendación se mueve entre 50-80 repeticiones por ejercicio, organizados de forma más frecuente a través de un esquema de 30-15-15-15 repeticiones, lo que equivale a 75 repeticiones totales.
  • Si hablamos del descanso entre series, la recomendación es de 30-45 segundos, donde la oclusión debe mantenerse durante este tiempo de descanso.
  • Y por último, sobre la frecuencia de entrenamiento, para población clínica se establece una frecuencia de 2-3 días por semana y para deportistas experimentados, podría ir desde 2 a 4 sesiones por semana a las que se añaden las sesiones de entrenamiento de fuerza a altas cargas que el deportista esté realizando.

Nivel de compresión en el entrenamiento oclusivo

Diversas revisiones (1, 5) nos hablan sobre esta cuestión. El nivel de presión aplicada ha variado en los estudios desde 50 a 250 mmHg. Sobre estas presiones se ha observado que las que están cerca de los 50 mmHg y 250 mmHg serían las menos efectivas, mientras que la oclusión óptima se ha encontrado en torno a 121-148 mmHg.

La posición de la persona que entrena es importante para determinar el nivel de presión, pues en una posición de tendido prono se necesita menor presión de oclusión debido a que anulamos en mayor medida la acción de la fuerza gravitacional y sus efectos sobre la tensión arterial. De esta forma, entrenar de pie supone la necesidad de una mayor compresión para conseguir el mismo efecto oclusivo.

La presión óptima aplicada también debe ser generalmente menor en mujeres, debido a que normalmente poseen una circunferencia de extremidad menor y menores niveles de presión arterial en reposo.

Los factores más importantes a considerar para aplicar la presión adecuada son el tamaño del manguito, el tamaño de la circunferencia de la extremidad a entrenar y la presión individual que hay que aplicar a cada persona para que el flujo arterial se mantenga y el venoso sea ocluido. Por esto, el nivel de compresión a aplicar debe ser algo individualizado y diferente para cada persona (5).

Relación entre Entrenamiento de Fuerza y la restricción del flujo sanguíneo

En la incesante exploración de tácticas destinadas a elevar el rendimiento en el entrenamiento de fuerza, la Restricción del Flujo Sanguíneo (RFS) surge como un paradigma innovador.

El entrenamiento oclusivo, cuya trascendencia se subraya en el estudio de Miller y Colaboradores (2019), no solo representa un avance sustancial en el ámbito del entrenamiento de fuerza, sino que también promete desencadenar una revolución en la comprensión y optimización de la capacidad muscular (21).

La investigación destaca mejoras significativas en la fuerza y la masa muscular, respaldando así la eficacia de la restricción del flujo sanguíneo en el contexto del entrenamiento de fuerza.

Además, el análisis crítico de los posibles riesgos, como la presión arterial y el dolor muscular, contribuye a una comprensión más completa y equilibrada de la metodología.

Este artículo, basado en la investigación de Miller y colaboradores, fortalece la premisa de que el entrenamiento oclusivo no solo representa una innovación en el entrenamiento de fuerza, sino que también está respaldada por evidencia sólida que subraya sus beneficios y riesgos.

Este enfoque integral es esencial para informar y guiar de manera efectiva la aplicación del entrenamiento oclusivo en prácticas de entrenamiento de fuerza, destacando su potencial revolucionario en la optimización del rendimiento muscular.

7 claves sobre la restricción del flujo sanguineo.

Importancia del flujo sanguíneo en adaptaciones musculares

La trascendencia del flujo sanguíneo en las adaptaciones musculares durante el entrenamiento de fuerza se revela como un elemento fundamental.

Investigaciones recientes subrayan la capacidad de la Restricción del Flujo Sanguíneo (RFS) para potenciar tanto la hipertrofia como la fuerza muscular mediante mecanismos específicos, según lo destacado en el estudio de Xiaolin, W. y colaboradores (2019).

Estos hallazgos señalan no solo la importancia del flujo sanguíneo en el proceso adaptativo, sino también la singular eficacia del entrenamiento oclusivo como catalizador de mejoras significativas en la composición y capacidad muscular (22).

Explorando los impactos del entrenamiento de resistencia con restricción del flujo sanguíneo en la potencia explosiva de las extremidades inferiores, esta revisión sistemática y metaanálisis proporciona una visión reveladora sobre el potencial transformador de esta técnica.

Los resultados destacan no solo mejoras significativas en la potencia explosiva, sino también una síntesis cuantitativa de los efectos, consolidando la evidencia en este ámbito.

Este análisis meticuloso no solo desglosa los beneficios observados, sino que también ofrece una perspectiva holística de cómo la restricción del flujo sanguíneo puede ser una herramienta estratégica para potenciar la capacidad explosiva de las extremidades inferiores.

Este estudio no solo contribuye al conocimiento científico actual, sino que también inspira nuevas direcciones para la investigación y aplicación práctica en el ámbito del rendimiento físico.

Mecanismos Fisiológicos de la restricción del flujo sanguíneo

Indagaremos exhaustivamente en los mecanismos fisiológicos que respaldan la eficacia del entrenamiento oclusivo.

ℹ La reducción controlada del flujo sanguíneo emerge como un desencadenante clave de respuestas anabólicas, revelando un potencial significativo para optimizar el rendimiento, como señala el estudio de Takarada et al. (2020).

Este análisis detallado permitirá una comprensión más profunda de cómo el entrenamiento oclusivo modula los procesos fisiológicos, proporcionando insights fundamentales para su aplicación estratégica en el contexto del entrenamiento de fuerza (23).

Aplicaciones prácticas en el entrenamiento de fuerza

Desde una óptica práctica, examinaremos la integración efectiva del entrenamiento oclusivo en programas de entrenamiento de fuerza.

Se expondrán protocolos específicos junto con su influencia discernible en diversos grupos musculares, según la investigación de Loenneke et al. (2019).

Este análisis práctico será esencial para delinear estrategias concretas que permitan aprovechar al máximo los beneficios de la RFS en diferentes contextos de entrenamiento, proporcionando así una guía precisa y aplicable para profesionales del fitness y atletas (24).

A través del análisis detallado realizado por Perera et al. (2022) en su estudio titulado «Effects of Blood Flow Restriction Therapy for Muscular Strength, Hypertrophy, and Endurance in Healthy and Special Populations:

A Systematic Review and Meta-Analysis,» se revela una visión esclarecedora sobre los impactos de la terapia de entrenamiento oclusivo en la fuerza muscular, la hipertrofia y la resistencia en poblaciones saludables y especiales.

Este meticuloso examen de la literatura científica y la síntesis de datos a través de meta-análisis proporcionan una base sólida para comprender la eficacia del entrenamiento oclusivo en diferentes contextos.

ℹ Los resultados resaltan la versatilidad de esta técnica, demostrando beneficios significativos tanto en poblaciones sanas como en aquellas con necesidades particulares.

Este estudio inspira a la comunidad científica y a los profesionales del fitness a considerar el entrenamiento oclusivo como una herramienta valiosa y adaptable en la optimización del rendimiento muscular en diversos grupos de individuos.

¿Qué dicen los estudios científicos sobre el entrenamiento oclusivo?

En la literatura científica encontramos varios usos de la entrenamiento oclusivo en el entrenamiento de fuerza, los dos principales son:

  • RBFR en rehabilitación clínica
  • BFR en rendimiento.

En rehabilitación se ha encontrado que sujetos que son sometidos a torniquetes y entrenamiento con resistencias bajas, realizando extensiones de rodilla con tensión isométrica hay mejoras de un 26% de máxima contracción voluntaria (MCV) en 4 semanas respecto de la pierna que no se realiza torniquete (27).

En una revisión sistemática realizada por Hughes et al. (22) se compara la eficacia de la aplicación de cargas bajas con entrenamiento oclusivo, entrenamiento con cargas bajas y entrenamiento con cargas altas.

ℹ Cuando se compara las cargas bajas con y sin restricción del flujo sanguíneo, el tamaño del efecto es a favor de la restricción del flujo sanguíneo, pero cuando se compara el entrenamiento oclusivo con cargas bajas y entrenamiento con cargas altas, el tamaño del efecto es a favor de las cargas altas.

En rendimiento existen pocos estudios hasta el momento, los que existen como por ejemplo el de Behringer et al. (8), en el que un entrenamiento de 2 veces por semana durante 6 semanas al 60-70% de su máximo encontraron mejoras en el RFD, en la debilidad del recto femoral y en el esprín de 100m.

En otro estudio realizado en ciclismo se vieron mejoras en la potencia (3,4%), la condición física aeróbica mejoró (mayor pico de VO2 y máxima potencia aeróbica) (29).

Teniendo en cuenta que se debería analizar detenidamente la población de cada estudio para tener en cuenta si esos efectos son trasladables a nuestra población objetivo y que la investigación que se está realizando sobre la relación de restricción del flujo sanguíneo-rendimiento es bastante reciente.

Podemos concluir que la BFR es útil en rehabilitación cuando los sujetos no pueden mover pesos muy elevados y necesitan ganar masa muscular para progresar en fuerza o en aquellos paciente que por su salud ósea no puede realizar movimientos con cargas pesadas, pero necesitan ganar masa muscular para poder tener esa mejora ósea que prevenga la OA y frenar la sarcopenia.

En el alto rendimiento todavía es pronto para determinar el uso de esta metodología de trabajo, pero está claro que en el futuro debe ser una herramienta que todo profesional del entrenamiento y la salud debe conocer sus beneficios y contraindicaciones, teniendo claro que no existen todavía muchos estudios en diversas disciplinas sino solo en algunas muy concretas.

Seguridad y consideraciones claves

A pesar de los beneficios evidentes asociados con el entrenamiento oclusivo, es crucial reconocer y abordar posibles riesgos.

Investigaciones recientes, como el estudio de Hughes et al. (2021), señalan algunos riesgos potenciales, que incluyen la posibilidad de aumentar la presión arterial, mucho daño muscular y el estrés cardiovascular durante la aplicación de la RFS.

Estos factores subrayan la importancia de una implementación cuidadosa y supervisada, así como la necesidad de adaptar la técnica según las características individuales y condiciones de salud de los participantes.

La atención a estos riesgos contribuye a garantizar que la RFS se utilice de manera segura y efectiva en el contexto del entrenamiento de fuerza (25).

Seguridad y riesgos a considerar a la hora de utilizar la herramienta de restricción de flujo sanguineo.

Comparativa con nétodos tradicionales

A través de un análisis meticuloso y esclarecedor, procederemos a establecer una comparación entre el entrenamiento oclusivo y las metodologías convencionales de entrenamiento de fuerza.

Esta evaluación crítica se erige como una oportunidad para profundizar en las ventajas inherentes y las limitaciones de esta técnica innovadora, según lo ilustra de manera ejemplar la investigación de Yasuda et al. (2016).

Al desglosar minuciosamente ambas enfoques, este examen arrojará una luz reveladora sobre la singularidad de la RFS, destacando su potencial para impulsar mejoras notables en términos de hipertrofia, fuerza y rendimiento muscular en comparación con los métodos tradicionales (26).

Este enfoque analítico, respaldado por investigaciones científicas sólidas, contribuirá a una comprensión más completa y fundamentada de la efectividad relativa de la RFS en el contexto del entrenamiento de fuerza.

Casos de éxito y experiencias prácticas

Mediante un enfoque basado en estudios de caso, profundizaremos en las experiencias exitosas de atletas y entrenadores que han incorporado exitosamente el entrenamiento oclusivo en sus programas de entrenamiento de fuerza.

Estos relatos concretos no solo proporcionarán una visión práctica, sino que respaldarán de manera tangible la aplicabilidad y eficacia de la técnica en entornos reales.

Al explorar los resultados y las adaptaciones observadas en situaciones concretas, este análisis de casos reales enriquecerá nuestra comprensión de cómo la RFS puede integrarse y optimizarse dentro de diferentes contextos de entrenamiento, ofreciendo valiosas lecciones para profesionales del fitness y atletas. (27).

Perspectivas futuras y tendencias

Dirigiendo nuestra mirada al porvenir, nos sumergiremos en la exploración de tendencias emergentes y las posibles direcciones que podría tomar la investigación sobre el entrenamiento oclusivo.

Nos plantearemos preguntas cruciales sobre la evolución de su aplicación en el entrenamiento de fuerza en los próximos años, considerando tanto avances tecnológicos como descubrimientos científicos.

Este análisis prospectivo no solo arrojará luz sobre el rumbo futuro de la RFS, sino que también ofrecerá una perspectiva valiosa para aquellos involucrados en la planificación y ejecución de programas de entrenamiento de fuerza (8) ¿Cómo evolucionará su aplicación en el entrenamiento de fuerza en los próximos años?

Conclusión

ℹ En conclusión, la exploración detallada de la Restricción del Flujo Sanguíneo (RFS) en el contexto del entrenamiento de fuerza revela una metodología innovadora con el potencial de revolucionar la optimización del rendimiento muscular.

Al sumergirse en el análisis riguroso de los beneficios, riesgos y aplicaciones prácticas de la RFS, respaldado por estudios científicos contemporáneos como el de Miller y colaboradores (2019), se destaca su contribución sustancial al panorama del entrenamiento de fuerza.

La literatura científica revisada, desde investigaciones sobre mecanismos fisiológicos hasta comparativas con métodos tradicionales, subraya consistentemente la capacidad de la RFS para inducir adaptaciones musculares significativas, mejorando tanto la hipertrofia como la fuerza.

La atención a la seguridad, como se aborda en estudios como el de Hughes et al. (2021), refleja un enfoque equilibrado y responsable hacia la implementación de esta técnica.

La integración de casos de éxito y experiencias prácticas de atletas y entrenadores respalda la aplicabilidad y efectividad de la RFS en entornos del mundo real. Además, las perspectivas futuras y tendencias, exploradas a partir de estudios como el de Patterson et al. (2020), sugieren que la RFS seguirá siendo un área emocionante y prometedora en la investigación del entrenamiento de fuerza.

En este contexto, el entrenamiento oclusivo se posiciona como una herramienta estratégica para aquellos que buscan potenciar el rendimiento muscular.

Sin embargo, es esencial que los profesionales del fitness y atletas adopten un enfoque cauteloso y basado en evidencia, considerando cuidadosamente tanto los beneficios como los posibles riesgos asociados con esta técnica.

En última instancia, el entrenamiento oclusvio representa un emocionante campo de estudio y aplicación, que, respaldado por la ciencia, promete contribuir significativamente a la mejora continua del entrenamiento de fuerza.

Este enfoque holístico garantiza que la implementación de la RFS se realice de manera informada, maximizando sus beneficios sin comprometer la integridad física de quienes la incorporan en sus programas de entrenamiento de fuerza.

El entrenamiento oclusivo es una herramienta muy interesante y con demostrados beneficios para la salud y el rendimiento deportivo.

La investigación todavía debe seguir proliferando para conocer más en profundidad cuáles son los mecanismos que producen las adaptaciones fisiológicas que provoca, y lo que también es muy importante, generar conocimiento en torno a cómo los profesionales de la salud pueden llevar a cabo protocolos y aplicarlos con sus clientes o pacientes.

Cabe destacar que nos encontramos ante un método de entrenamiento que sólo debe ser aplicado y pues en práctica por profesionales debidamente cualificados y con las medidas de seguridad adecuadas si realmente queremos obtener beneficios de él, y no convertirlo en una herramienta que vaya en contra de las mejoras en salud o rendimiento que perseguimos.

ℹ La mayoría de los investigadores coinciden en que el entrenamiento oclusivo es una técnica segura para personas que sufren enfermedades crónicas no transmisibles; como esclerosis múltiple, Párkinson u oteoartritis (18).

Referencias bibliográficas

  1. Heitkamp, H. C. (2015). Training with blood flow restriction-mechanisms, gain in strength and safety. The Journal of Sports Medicine and Physical Fitness, 55(5), 446-456.
  2. Pearson, S. J., & Hussain, S. R. (2015). A Review on the mechanisms of blood-flow restriction resistance training-induced muscle hypertrophy. Sports Medicine45(2), 187-200.
  3. Pope, Z. K., Willardson, J. M., & Schoenfeld, B. J. (2013). Exercise and blood flow restriction. The Journal of Strength & Conditioning Research27(10), 2914-2926.
  4. Fahs, C. A., Rossow, L. M., Thiebaud, R. S., Loenneke, J. P., Kim, D., Abe, T., … & Bemben, M. G. (2014). Vascular adaptations to low-load resistance training with and without blood flow restriction. European Journal of Applied Physiology114(4), 715-724.
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Autor: Mg. Ortiz, Jonathan Nahuel

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BIO: Magister y Licenciado en Ciencias del ejercicio fisico y el Deporte. Especializado en entrenamiento personal orientado a la mejora de la composición corporal y entrenamiento deportivo. Mi instagram: https://www.instagram.com/kinesiscorporal/

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