En este artículo trataremos de explicar cómo la sangre se redistribuye a lo largo del organismo cuando pasamos de un estado de reposo a la realización de ejercicio físico.
Una vez da comienzo el ejercicio físico el flujo de sangre se redistribuye a lo largo del organismo de una manera muy distinta a las situaciones de reposo. Lo primero que ocurre es un rápido aumento de la velocidad de la sangre y por tanto del flujo sanguíneo.
Esta acción es producida por el sistema nervioso simpático, el cual se encarga de alejar la sangre de las áreas donde está ya no es esencial y la redirige hacia las que están activas durante el ejercicio (1).
Distribución de la sangre en las diferentes partes del cuerpo
Durante el estado de reposo la sangre se destina a aquellos órganos más activos, como los riñones, el hígado y los músculos esqueléticos.
Cuando una parte de nuestro organismo aumenta su intensidad de trabajo por encima de otras partes la sangre se dirige hacia esta zona (2). Durante el ejercicio físico la sangre se dirigirá por lo tanto hacia los músculos esqueléticos implicados en el movimiento con la intención de aportar una mayor cantidad de oxígeno y sustratos energéticos (3).
En un estado de reposo en torno un 15-20% de la sangre total del organismo se mantiene en la masa muscular, llegando a acumular un 80-85% del total en estado de actividad intensa.
La cantidad plasma sanguíneo que el organismo destinará a los músculos activos variará en función de la masa muscular implicada y la intensidad del ejercicio (4).
López Chicharro & Fernández Vaquero (4) tratan de recoger un un pequeño esquema la variación de la sangre desde el estado de reposo hacia el estado actividad.
Como se puede observar, los cambios más importantes se dan en los lechos vasculares renales y esplácnicos, dirigiéndose la sangre hacia los músculos y la piel metabólicamente activos (5, 6).
El corazón mantiene un volumen de plasma muy similar en estados de actividad, reduciéndose en algunos casos en un 1% en ejercicios de alta intensidad. Esto es algo lógico, ya que es el motor de la circulación, por lo que el riego sanguíneo al miocardio deberá mantenerse en los mismos niveles.
El cerebro es un órgano que pierde una gran cantidad de sangre, lo cual es importante en deportes cíclicos, especialmente en aquellos de larga duración y de intensidad elevada (>60%VO2máx), ya que se debe mantener la concentración durante tiempos prolongados (7). Por otra parte, los riñones pasan de un aporte total del 20% a valores cercanos a un 1% en esfuerzos muy intensos. Esto ocurre con la intención de que el organismo retenga la mayor cantidad de sustratos posibles.
Otro punto importante es el tubo digestivo, el cual pasa de un 20% de la sangre total a un 4-5%. Este aparato es el sitio ideal para obtener sangre que se dirigirá hacia el tejido muscular. Debemos tener este apartado en mente a la hora de planificar la toma de alimentos en aquellos deportes de larga duración, ya que puede producir inconvenientes durante la prueba, ya que aparecerá una competencia entre la musculatura implicada y el sistema digestivo por la sangre disponible (7, 8).
Por último se debe resaltar la función del bazo, el cual contiene una cantidad aproximada de 50 ml de glóbulos rojos concentrados (1), por lo que durante el ejercicio físico estos se liberan al torrente sanguíneo con el fin de transportar una mayor cantidad de oxígeno hacia los músculos (9, 10).
Como ya hemos mencionado anteriormente, estas variaciones del flujo sanguíneo dependerá de la intensidad del esfuerzo. Merí (2) utiliza un gráfico para explicar cómo la intensidad del ejercicio físico modificará la distribución de la sangre en el organismo.
Conclusiones
Como podemos ver, la distribución de la sangre entre situaciones de reposo y de actividad es muy diferente, la cual varía en relación a la intensidad del ejercicio. Por todo lo anterior debemos tener en cuenta el momento previo, durante y posterior al ejercicio ya que:
- La falta de sangre en el tubo digestivo puede producir problemas estomacales durante la ingesta de alimentos antes y durante la competición.
- La disminución de sangre en el cerebro produce situaciones de estrés para el deportista y se debe entrenar, especialmente en pruebas de larga duración donde el deportista debe seguir motivado y concentrado.
- El vaciado de los riñones antes del ejercicio físico facilitará la movilización de la sangre hacia la musculatura activa.
- El movimiento de sangre de los riñones hacia los músculos hace que tras el cese de la actividad sea muy complicado llevar a cabo los test de antidoping debido a la disfuncionalidad temporal de estos.
Debemos conocer que ocurre con la sangre durante el ejercicio para así planificar y controlar el entrenamiento de nuestros deportistas, tratando de dominar la mayor cantidad de variables posibles.
Bibliografía
- Willmore, J. H., & Costill, D. L. (2007). Fisiología del esfuerzo y del deporte. Badalona: Editorial Paidotribo.
- Merí, A. (2005). Fundamentos de Fisiología de la Actividad Física y el Deporte. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
- Jones, A. M., Krusrup, P., Wilkerson, D.P., Berger, N.J., Calbet, J.A., & Bangsbo, J. (2012). Influence of exercise intensity on skeletal muscle blood flow, O2 extraction and O2 uptake on-kinetics. The Journal of Physiology, 590(17), 4363-4376. doi: 10.1113/jphysiol.2012.233064
- López Chicharro, J., & Fernández Vaquero, A. (2013). Fisiología del Ejercicio. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
- Jiménez Gutierrez, A. (2007). Entrenamiento Personal. Bases, fundamentos y aplicaciones. España: INDE Publicaciones.
- Medicine, A. C. o. S. (2000). Manual de Consulta para el Control y la Prescripción de Ejercicio (E. I. Goñi, Trans.). Barcelona: Editorial Paidotribo.
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- Brouns, F., & Beckers, E. (1993). Is the gut an athletic organ? Digestion, absorption and exercise. / L ‘ intestin est-il un organe sportif ? Digestion, absorption et exercice physique. Sports Medicine, 15(4), 242-257.
- González Mas, R. (1997). Rehabilitación Médica. Barcelona: MASSON, S.A.
- Le Vay, D. (2004). Anatomía y fisiología humana (F. D.-V. y. N. C. Girons, Trans.). Barcelona: Editorial Paidotribo.