El propósito de este artículo no es otro que aclarar la relación existente entre el aspartamo y el cáncer tras la polémica generada en las últimas semanas en torno a la seguridad del consumo de este edulcorante, después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo haya declarado como potencialmente cancerígeno.
¿Qué es el aspartamo y donde se encuentra?
El aspartamo pertenece al grupo de los conocidos como edulcorantes artificiales, un conjunto de sustancias químicas que producen un intenso sabor dulce sin aporte de energía (sucralosa, eritritol, etc. ) y en concentraciones mucho más bajas que sus homólogos calóricos (sacarosa, fructosa, etc) (2).
El aspartamo se forma mediante la unión de dos aminoácidos como son el ácido aspártico y fenilalanina. Se estima que produce un sabor 200 veces más dulce que el azúcar blanco común y fue aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) en los años 70 (6).
El aspartamo está presente en multitud de productos alimentarios, especialmente en los que no llevan azúcares añadidos como refrescos light, productos dietéticos, chicles sin azúcar, galletas, edulcorantes acalóricos, etc.
También se encuentra en productos no comestibles como medicamentos, pasta de dientes o enjuagues bucales. En la etiqueta del producto, podemos identificarlo en la lista de ingredientes con el código E- 951 (7).
Aunque su nombre pueda sonar químico y extraño, realmente es una combinación de dos aminoácidos naturales: fenilalanina y ácido aspártico.
¿Es seguro el consumo de este edulcorante?
El aspartamo es uno de los edulcorantes más estudiados a lo largo de la historia, no obstante siempre ha estado inmerso en una gran polémica y son varios los mitos existentes entorno a su seguridad y los posibles efectos negativos que podría tener para la salud.
Dada la gran polémica generada por los edulcorantes artificiales en general y el aspartamo en particular, esta entidad ha llevado a cabo diversas investigaciones para reevaluar la seguridad de este edulcorante.
En 2009, un grupo de expertos de esta entidad volvió a examinar la seguridad de este suplemento ante la idea emergente de que se trataba de una sustancia potencialmente cancerígena. Para ello, realizaron un estudio en modelos animales y concluyeron que no existía relación entre el consumo de este edulcorante y el cáncer.
En 2013 la EFSA, volvió a publicar otra revisión de la seguridad del aspartamo y sus productos de degradación y sus expertos concluyeron que tanto este edulcorante como los subproductos de su degradación son seguros para la población general y que la ingesta diaria admisible (IDA) de 40 mg/kg de peso/dia no entraña ningún riesgo para el consumidor, que en términos generales realiza un consumo muy por debajo de esta cantidad.
Por otro lado, una revisión muy reciente de Borghoff et al. (2023) evaluó la evidencia científica disponible sobre la relación entre el aspartamo y el cáncer en humanos y animales.
Los autores recopilaron datos de diversos estudios epidemiológicos sobre la relación entre el consumo de aspartamo y el cáncer y concluyeron que no existe evidencia suficiente para demostrar que el consumo de aspartamo se relacione de forma significativa con el cáncer en ni en animales ni en humanos.
Polémica actual sobre el aspartamo
En las últimas semanas, ha vuelto a surgir una gran polémica en torno a este edulcorante cuando saltó a los medios la noticia de que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), un organismo perteneciente a la OMS, estaba contemplando la posibilidad de declarar al aspartamo como posible agente cancerígeno.
La nueva polémica parece haber surgido a raíz de una investigación reciente de Debras et al (2022). Los investigadores analizaron la ingesta dietética y el consumo de edulcorantes (aspartamo y acesulfamo-k) de un total de 102 865 adultos a lo largo de más de 7 años, utilizando diarios dietéticos y diferentes tests validados.
Los autores concluyeron que los individuos que consumían ambos edulcorantes tenían más riesgo de desarrollar cáncer que aquellos que no los ingerían.
La Popularidad del Aspartamo
Debido a su sabor dulce y sus pocas calorías, el aspartamo ha ganado popularidad entre quienes buscan reducir su consumo de azúcar. Pero ¿es realmente tan bueno como parece? Veamos lo que dicen los expertos.
ℹ El aspartamo puede ayudarte a reducir tu consumo de azúcar sin renunciar al dulzor.
⚠ |
Pros |
Contras |
---|---|---|
1 | Bajas calorías | Puede tener efectos secundarios |
2 | Sabor similar al azúcar | Controversia sobre su seguridad |
3 | Apto para diabéticos | No apto para personas con fenilcetonuria |
Impacto en la Salud del Aspartamo
Pero entonces, si el aspartamo tiene todas estas ventajas… ¿Por qué hay tanta controversia alrededor de él? Existen estudios contradictorios acerca de los posibles efectos adversos del aspartamo sobre la salud. Algunas investigaciones señalan posibles riesgos mientras que otras concluyen que su consumo moderado no presenta peligros significativos.
“La evidencia científica disponible sugiere que el consumo moderado de aspartamo es seguro para la mayoría de las personas.”
Únicamente aquellos individuos con una rara enfermedad genética llamada fenilcetonuria (PKU), deben evitar completamente este edulcorante ya que no pueden metabolizar uno de sus componentes, la fenilalanina.
Alternativas al Aspartamo
Si prefieres evitar el uso de edulcorantes artificiales como el asptarmo existen numerosas alternativas naturales. Aquí te mencionamos algunas:
- Estevia
- Eritritol
- Miel cruda
- Jarabe de arce
Cada una tiene sus propias características y beneficios potenciales para la salud, así como diferentes niveles de dulzura y contenido calórico.
Componente |
Índice Glucémico |
---|---|
Estevia | 0 |
Eritritol | 0 |
Miel cruda | 58-61 |
Jarabe de arce | 54 |
Reflexiones Finales: Elección Personal
Al final del día, la decisión sobre si debemos usar o no aspartamo u otros edulcorantes depende enteramente de nosotros mismos.
Conclusiones
A la luz de estos resultados, parece bastante obvio que el aspartamo es perjudicial para la salud y que debería prohibirse su uso, ¿no?. No obstante, si nos paramos a analizar detenidamente el trabajo de Debras y colegas, podemos ver que se trata de un estudio observacional.
Los estudios observacionales pueden mostrar asociación entre dos eventos, pero esta asociación no tiene por qué implicar causalidad.
Otra de estas leyes, llamada gradiente biológico, establece que para considerar a un elemento como factor de riesgo de una enfermedad, a mayor exposición a dicho factor, más probabilidad de desarrollar dicha enfermedad.
En el estudio mencionado, los individuos que consumían cantidades menores de aspartamo mostraban mayor riesgo de desarrollar la enfermedad que aquellos que consumían cantidades más elevadas.
Si acudimos a un adulto de 60 kg de peso corporal como ejemplo, este tendría que consumir más de 30 latas de refresco al día para alcanzar dicha ingesta (ASC, s.f).
Referencias bibliográficas
- Aguilar, Fernando & Charrondiere, Ute & Dusemund, B. & Galtier, P. & Gilbert, J. & Gott, David & Grilli, S. & Guertler, R. & Kass, George E. N. & Koenig, Juergen & Mortensen, Alicja & Parent Massin, Dominique. (2009). Updated opinion on a request from the European Commission related to the 2 nd ERF carcinogenicity study on aspartame, taking into consideration study data submitted by the Ramazzini Foundation in February 2009 1 Scientific Opinion of the Panel on Food Additives and Nutrient Sources added to Food. Eur Food Safety Authority J. 1015.
- Ahmad, S. Y., Friel, J., & Mackay, D. (2020). The Effects of Non-Nutritive Artificial Sweeteners, Aspartame and Sucralose, on the Gut Microbiome in Healthy Adults: Secondary Outcomes of a Randomized Double-Blinded Crossover Clinical Trial. Nutrients, 12(11), 3408.
American Cancer Society. (s. f.). Aspartame. Recuperado de https://www.cancer.org/cancer/risk-prevention/chemicals/aspartame.html
Borghoff, S. J., Cohen, S. S., Jiang, X., Lea, I. A., Klaren, W. D., Chappell, G. A., Britt, J. K., Rivera, B. N., Choski, N. Y., & Wikoff, D. S. (2023). Updated systematic assessment of human, animal and mechanistic evidence demonstrates lack of human carcinogenicity with consumption of aspartame. Food and chemical toxicology : an international journal published for the British Industrial Biological Research Association, 172, 113549. https://doi.org/10.1016/j.fct.2022.113549 - Debras, C., Chazelas, E., Srour, B., Druesne-Pecollo, N., Esseddik, Y., Szabo de Edelenyi, F., Agaësse, C., De Sa, A., Lutchia, R., Gigandet, S., Huybrechts, I., Julia, C., Kesse-Guyot, E., Allès, B., Andreeva, V. A., Galan, P., Hercberg, S., Deschasaux-Tanguy, M., & Touvier, M. (2022). Artificial sweeteners and cancer risk: Results from the NutriNet-Santé population-based cohort study. PLoS medicine, 19(3), e1003950.
- EFSA ANS Panel (EFSA Panel on Food Additives and Nutrient Sources added to Food), 2013. Scientific Opinion on the re-evaluation of aspartame (E 951) as a food additive. EFSA Journal 2013; 11( 12):3496, 263 pp. doi:10.2903/j.efsa.2013.3496
- EFSA Panel on Food Additives, Flavourings, Processing Aids and Materials in Contact with Food, 2006. Opinion of the Scientific Panel on food additives, flavourings, processing aids and materials in contact with food (AFC) related to a new long-term carcinogenicity study on aspartame. EFSA Journal 2006; 4( 5):356, 44 pp.
- Sathyapalan, T., Thatcher, N. J., Hammersley, R., Rigby, A. S., Courts, F. L., Pechlivanis, A., Gooderham, N. J., Holmes, E., le Roux, C. W., & Atkin, S. L. (2015). Aspartame sensitivity? A double blind randomised crossover study. PloS one, 10(3), e0116212.
- Soffritti, M., Padovani, M., Tibaldi, E., Falcioni, L., Manservisi, F., & Belpoggi, F. (2014). The carcinogenic effects of aspartame: The urgent need for regulatory re-evaluation. American journal of industrial medicine, 57(4), 383–397.