Causas de la fatiga en el fútbol

A continuación analizaremos las principales causas por las que aparece la fatiga en el fútbol y cómo afectan al rendimiento en la competición.

✎ Autor:  Mundo Entrenamiento

En el presente artículo analizaremos las causas de la fatiga en el fútbol. Hoy en día el principal problema de los preparadores físicos en el deporte es conseguir que sus deportistas se lesionen lo menos posible y conseguir que estén preparados para las demandas de las competiciones.

En el fútbol las acciones son muy explosivas y el músculo debe estar preparado para las exigencias demandadas. Hay una serie de lesiones muy importantes debido a la fatiga neuromuscular, como por ejemplo las roturas de los isquiotibiales que sufren muchos futbolistas. De ahí que las lesiones son la razón por la que queremos cuantificar la carga.

Para prevenir estas lesiones realizamos diferentes cargas en las sesiones de entrenamiento, según el periodo de competición, según el rival y según el objetivo.

Otro de los aspectos que también es relevante para la carga de la sesión, es la fatiga del deportista, que esta varía según los fisiólogos musculares. A menudo, describen la fatiga simplemente como una aguda disminución inducida por el ejercicio de la fuerza muscular (Kincker, Renshaw, Oldham y Camis, 2011). En cambio, Thorpe, R. T. (2015) trata sobre que la fatiga es la imposibilidad de generar una fuerza requerida y esperada, producida o no por un ejercicio precedente.

En el fútbol de élite, el número de partidos por temporada incluyendo liga, copa, copa de Europa y partidos internacionales es muy elevado. Muchos estudios han indicado que son necesarias 72 horas tras el último entrenamiento para poder rendir al máximo nivel durante un partido oficial (1,2).

Durante períodos con muchos partidos consecutivos, la recuperación entre partidos no llega a las 72 horas, por lo que dicha recuperación es insuficiente para restablecer la homeostasis de los jugadores.

¿Qué es la carga de entrenamiento?

Se entiende por carga el conjunto de exigencias biológicas y psicológicas provocadas por las actividades de entrenamiento que producen desgaste, diferentes alteraciones fisiológicas y alteración del equilibrio homeostático.

La carga propuesta es el conjunto de estímulos a través de los cuales se expresa la carga real. Estos estímulos constituyen el entrenamiento al que se enfrenta el deportista de manera sistemática. Se espera que la carga propuesta provoque las modificaciones funcionales, bioquímicas, morfológicas y físicas que se han programado en diseñar la carga real.

La interrelación entre los dos tipos de carga constituye la esencia del entrenamiento deportivo. Por lo tanto, la carga que se programa es la carga real y esta debe venir correctamente expresada a través de la carga propuesta. (González-Badilllo & Izquierdo-Redín, 2006)

En supervisar la carga de entrenamiento, las unidades de carga pueden ser consideradas como externas o internas. Tradicionalmente, la carga externa ha sido la base de la mayoría de los sistemas de vigilancia. La carga externa se define como el trabajo realizado por el atleta, medida con independencia de sus características internas.

Mientras la carga externa es importante en la comprensión de trabajo terminado y las capacidades del atleta, la carga interna, la fisiológica relativa y / o el estrés psicológico impuestos, también es crítica en la determinación de la carga de entrenamiento y la posterior adaptación.

Como las dos cargas externas e internas tienen que ver para la comprensión de la carga de entrenamiento del atleta, una combinación de ambas puede ser importante para la formación de supervisión. De hecho, puede ser la relación entre las cargas externas e internas que pueden ayudar a la regulación de la fatiga. (Halson, 2014).

Tipos de fatiga en el fútbol

Según Benjamin Fernàndez i Nicolás Terrados (2004), la fatiga es la imposibilidad de generar una fuerza requerida y esperada, producida o no por un ejercicio precedente.

Principalmente podemos encontrar dos tipos de fatiga en el fútbol:

En primer lugar, hablaremos de la fatiga periférica o también llamada fatiga neuromuscular: Incapacidad de un músculo para mantener una respuesta ante determinadas exigencias de trabajo. Alteración en la producción de fuerza, esperada o requerida, en consecuencia, del deterioro de la contracción muscular a nivel de las estructuras contráctiles, situadas por debajo de la placa motora.

La segunda fatiga que encontramos es la fatiga central. La fatiga central interviene en varios niveles de estructuras nerviosas. La aparición de la fatiga central indica, predominantemente, un aumento en el incremento en vigor evocado por la estimulación eléctrica o magnética del nervio motor o musculatura durante un esfuerzo voluntario máximo.

Figura 1. Fatiga central.
Figura 1. Fatiga central.

 

Figura 2. Fatiga periférica
Figura 2. Fatiga periférica

Mecanismos de fatiga en el fútbol

El fútbol demanda una gran cantidad de esfuerzos físicos diferentes así como sprints, saltos, entradas, cambios de dirección así como acciones técnicas como regates y golpeos al balón. Realizar todas estas actividades provoca una disminución en el rendimiento del deportista.

Generalmente, la fatiga se define como una disminución del rendimiento de la actividad muscular (3). En fútbol, la fatiga aparece principalmente en dos momentos: cerca del final del partido y tras finalizar el mismo (4).

Los mecanismos que producen la aparición de fatiga durante un partido ya han sido estudiadas (4,6). Aquí analizaremos las más comunes o potenciales. La fatiga está determinada por factores centrales y periféricos (5,7). El descenso del rendimiento acusado al finalizar un partido es debido a múltiples factores que involucran desde sistema nervioso central hasta la producción de energía (8).

En el siguiente apartado las causas principales de la fatiga en el fútbol. Estas son la deshidratación, la depleción de glucógeno, el daño muscular y la fatiga mental.

Deshidratación

Un balance negativo de fluidos es observado de manera común después de los partidos debido a las pocas posibilidades que tienen los jugadores de hidratarse durante el partido. El nivel de deshidratación también depende de las condiciones climáticas y atmosféricas (9).

Aun así, una deshidratación moderada no afecta al rendimiento anaeróbico (10,11), las habilidades técnicas (11) y el rendimiento cognitivo (12, 13) pero sí se ha demostrado que afecta al rendimiento en pruebas de resistencia (14-16). Sea cual sea el tipo de ejercicio que se realice, el tiempo para rehidratarse tras el esfuerzo es crucial.

La rehidratación es fundamental para la recuperación post-partido debido a que la pérdida de fluido intracelular reduce la síntesis de glucógeno y proteínas mientras que la hidratación intracelular contribuye a estimular dichos procesos (17,18).

Depleción de glucógeno

En un jugador de fútbol, el glucógeno muscular es quizás el sustrato energético más importante. Dicho glucógeno se consume durante el partido y se agota al finalizar los partidos (19,20).

En relación con los artículos que así lo demuestran, es posible que la depleción de glucógeno en algunas fibras no permita realizar el máximo rendimiento en sprints repetidos. El tiempo de recuperación de los valores normales de glucógeno tras un partido es de 2 a 3 días.

Daño muscular

Durante un partido, actividades intensas, como aceleraciones y desaceleraciones en distancias reducidas, cambios de dirección (21), golpeos al balón (22), tiros a portería (22), saltos verticales (22,23) o contactos directos con otros rivales (32) se ejecutan constantemente.

Esas actividades producen en muchas ocasiones contracciones excéntricas con gran potencial para dañar la musculatura de los jugadores (24-26). Los cambios de dirección y las aceleraciones y desaceleraciones en distancias reducidas son los gestos que mayor daño muscular provocan.

En resumen, los cambios de dirección y las aceleraciones durante un partido de fútbol inducen daño muscular que lleva asociada una inflamación como respuesta a ese daño. Cualquier retraso en la reparación de dicho daño muscular, además, puede afectar al funcionamiento de varios mecanismos que tienen lugar durante la recuperación. Debido a todo esto, el daño muscular es probablemente un factor importante a considerar en un intento de explicar la fatiga post-partido en el fútbol.

Fatiga en el fútbol a nivel mental

Participar en un partido de fútbol conduce a una alteración fisiológica que también induce el estrés psicológico en los jugadores debido a la necesidad de mantener constamente altos niveles de concentración, habilidades de percepción y toma de decisiones junto con la presión rival durante el juego.

Trabajar en tareas cognitivamente exigentes (como un partido) durante un tiempo prolongado a menudo conduce a la fatiga en el fútbol a nivel mental, que puede afectar al rendimiento. En un estudio de Greig y colaboradores (27) se examinaron las respuestas fisiológicas de una tarea con una vigilancia continua en una actividad específica del fútbol. Observaron que, el desempeño de dicha tarea se deterioró significativamente durante los últimos 30 minutos de la segunda parte. Por lo que se puede decir que la fatiga en el fútbol a nivel mental puede afectar considerablemente al rendimiento físico.

La incomodidad y estrés de los viajes son otros factores que pueden aumentar la fatiga en el fútbol a nivel mental. Los efectos perjudiciales de los viajes en el rendimiento deportivo del equipo pueden ser explicados por la alteración de los ritmos circadianos (jetlag) junto con el estrés asociado de la limitación del movimiento en el avión o el autobús. También puede afectar el ambiente desconocido para dormir que lleva a trastornos del sueño (28).

¿Cómo podemos controlar la fatiga en el fútbol?

Principalmente, tenemos que conocer qué demandas nos pide en todo momento nuestro deporte, como punto de partida.

Para evaluar la carga interna y carga externa del jugador tenemos diferentes métodos válidos y útiles para conocer la fatiga de nuestros jugadores de fútbol.

El primer método es el RPE, un método de control subjetivo de la carga interna del deportista. Este método es muy útil para el control individual, valora el estrés físico y psicológico del deportista y no supone ningún coste para los clubes. (Mújika, 2006). El RPE de los deportistas se suele valorar a los 30 minutos de finalizar la sesión.

Sin embargo, es un método de control de la carga subjetivo, de tal manera que, aunque sea un método de control de la carga válido, debe ser utilizado conjuntamente con otros métodos de control más objetivos; requiere un proceso de familiarización y aprendizaje por parte de los deportistas y cuerpo técnico y depende de diferentes factores como los psicológicos, ambientales y fisiológicos que pueden influir en el deportista. (Ayllón, F. N., Moro, M. I. B., & Romo, G. R., 2009)

La intensidad de la sesión se multiplica por la duración de la sesión (carga externa) para proporcionar carga de entrenamiento. Las unidades son ‘unidades RPE × minutos’ y en los códigos de fútbol generalmente oscilan entre 300 y 500 unidades para sesiones de baja intensidad y 700-1000 unidades para sesiones de mayor intensidad. (Gabbett, 2016)

Si tenemos RPE y tenemos minutos de la sesión, podemos saber la carga aguda y carga crónica de nuestros jugadores.

La carga aguda es el promedio del resultado del producto entre carga externa (minutos) y carga interna (RPE) durante un microciclo. La cara crónica es el promedio del resultado del producto entre carga externa y carga interna durante un mesociclo.

Tim Gabbett (2016), nos muestra la ratio de carga de trabajo entre aguda y crónica, llamado ACWR que es el resultado de la división entre la carga aguda y la carga crónica de un mismo día, semana o mes.

En términos de riesgo de lesiones, las relaciones de carga de trabajo agudo: crónico dentro del rango de 0.8-1.3 podrían considerarse el «punto óptimo» del entrenamiento, mientras que agudo: las relaciones de carga de trabajo crónica ≥1.5 representan la «zona de peligro».

Para minimizar el riesgo de lesiones, los futbolistas deben tratar de mantener la relación de carga de trabajo aguda: crónica dentro de un rango de aproximadamente 0.8-1.3

La paradoja de la carga de trabajo-lesión: una carga de trabajo crónica más alta protege contra lesiones cuando la carga de trabajo aguda es similar a la carga de trabajo crónica. (Hulin, Gabbett, Lawson, Caputi, & Sampson, 2016).

Propuestas prácticas para prevenir las lesiones y la fatiga en el fútbol

Para tratar la prevención de la fatiga en el fútbol, debemos tratarla con una recuperación individual, cada deportista debe tener una recuperación individualizada. Aparte de la importancia de la recuperación a través de la alimentación y de la calidad del sueño. (Marqués-Jiménez, D., Calleja-González, J., Arratibel, I., Delextrat, A., & Terrados, N., 2017).

Respecto al primer aspecto, es necesario conocer muy bien la fisiología de nuestro futbolista; saber que cantidad de agua absorbe su cuerpo en los entrenamientos o partidos y todas las kcal que gasta diariamente para suministrar el déficit adquirido.

¿Cómo aplicarlo?

Conocer la hidratación de cada jugador. Cada jugador se deberá pesar antes y después del entreno / partido. Si el jugador pierde más de 1 kilo, podremos comprobar que existe una deshidratación.

Ingesta de agua antes, durante y después del partido:

  • 450 ml dos horas antes – 250 ml una hora antes – 150 ml 30 minutos antes.
  • Durante el partido el jugador debe escuchar a la sed.
  • Después del partido, 450 ml antes de los 30 minutos posteriores.

Ingesta de alimentos:

  • La no ingesta de verduras y frutas hace que la recuperación sea mucho peor.
  • La ingesta de carne y de pescado debe ser de unos 2/3 días por semana.

Del segundo aspecto, destacaremos el ciclo del sueño de los deportistas. Los ciclos del sueño duran 90 minutos y hay 4 fases hasta llegar a la fase REM que es donde realmente recuperamos el cuerpo durmiendo. Cada jugador de fútbol debería dormir entre 27 y 31 ciclos semanales

Test del bienestar con la escala de Hooper (Hooper & Mackinnon, 1995), basada en el Análisis subjetivo de la calidad del sueño de la noche anterior, la cantidad de estrés, el nivel de fatiga en el fútbol y el daño muscular percibido. Cada pregunta se califica de forma individual con puntuaciones que van de 1 («Muy, Muy bajo o bueno») a 7 («Muy, Muy alto o malo»).

Figura 3. Test del bienestar con escala de Hooper.
Figura 3. Test del bienestar con escala de Hooper.

Conclusiones sobre la fatiga en el fútbol

  • La fatiga en el fútbol tiene muchas causas potenciales (deshidratación, agotamiento de glucógeno, daño muscular, fatiga mental).
  • El enfoque para el futuro puede ser el de identificar concretamente los mecanismos que contribuyen a la aparición de la fatiga y estimar su importancia cuantitativa.
  • La fatiga en el fútbol es multifactorial y está relacionada con la deshidratación, la depleción de glucógeno, el daño muscular y la fatiga mental. Una multitud de estrategias de recuperación se aplican actualmente en los clubes de fútbol profesional para optimizar el rendimiento de los futbolistas.

Conocer el deporte de forma específica es fundamental para abastecer las necesidades de los jugadores y que ellos entrenen lo mejor posible para competir día tras día. Conocer a los jugadores nos dará una idea de cómo es nuestro equipo, cómo poder trabajarlo para sacar lo mejor de ellos y evitar lesiones.

El ACWR es una buena herramienta de descripción de los jugadores que nos permite saber su índice de lesión, la fatiga que pueden llegar a tener y controlar sus entrenamientos.

Es necesario concienciar a nuestros jugadores de que es igual de importante entrenar bien como de recuperar bien, para así poder competir al máximo. Como bien dice Julio Calleja-González, la recuperación debe de ser la herramienta principal para prevenir las lesiones.

Figura 4. Monitorización de la carga de entrenamiento
Figura 4. Monitorización de la carga de entrenamiento

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Autores: Brais Ruibal y Samuel Blasco Lombarte. Estudiante de Máster en Entrenamiento Deportivo, Actividad Física y Salud. Facultad de Psicología, Ciencias de la Educación y del Deporte. Blanquerna – Universidad Ramón Llull.

Autor: Mundo Entrenamiento

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