Análisis de pisada

Este artículo está dirigido a todas aquellos lectores que quieran iniciarse en el análisis de pisada, bien para saber en qué consiste o qué datos aporta.

✎ Autor:  Brais Ruibal

«El pie se puede situar en tres tipos de posiciones que son: pronado, supinado y neutro(5), determinado por el ángulo de la articulación del tobillo en la pisada, y puede afectar en muchos aspectos a nuestro modo de caminar, de correr, y hasta de gastar el calzado, y según como pisemos puede suponer un riesgo de lesión en el futuro.

Por ejemplo, “la pronación excesiva […] se ha relacionado con lesiones en corredores, incluidos los síndromes de estrés rótulofemoral o rodilla de corredor y de estrés tibial, la tendinitis del tendón de Aquiles y la fascitis plantar” (1).

¿Qué es pronador, supinador, y neutro, dentro del análisis de pisada?

El ser supinador, pronador o neutro va a depender de cómo pisemos, y al pisar el ángulo que se forma entre tras puntos localizados entre el pie y la rodilla y que le dan una colocación determinada a la articulación del tobillo. Por neutro, se entiende claramente que no nos desviamos hacia un lado o hacia el otro. Y es el modelo más usado para la mayoría de modelos de zapatillas, como las asics nimbus. P

ara algunos autores “Se entiende por supinación la rotación lateral sobre el eje del hueso”, mientras que “Se entiende por pronación la rotación medial sobre el eje del hueso” (1).

Otros lo definen más desde un punto de vista referente a los ejes y planos anatómicos: por lo tanto “un pie pronado es una deformidad estructural en la que se producen alteraciones en los 3 planos del espacio: abducción, dorsiflexión y eversión”, mientras que “el pie supinado es una deformidad estructural en la que se produce una alteración opuesta a la pronación y se caracteriza por la aducción, plantarflexión e inversión”, y por último “la posición por la cual se considera que el pie no está ni pronado ni supinado se denomina pie neutro” (5).

¿En qué consiste un análisis de pisada?

Pues una de las formas más comunes de realizar este análisis de pisada se divide en tres pruebas o mediciones, que realizaremos a ambas piernas/pies:

  • Un escáner biométrico de la planta del pie, que nos dará información de importancia como puede ser las zonas de presión en la pisada, el largo exacto del pie, o la huella que dejamos, que guarda relación directa con el arco que realiza nuestra planta del pie.
  • Una imagen en fase estática de la parte posterior de la pierna, que nos permitirá calcular el ángulo que tiene nuestro tobillo cuando estamos quietos.
  • Una imagen en fase dinámica de la parte posterior de la pierna, que nos permitirá calcular el ángulo que tiene nuestro tobillo cuando estamos andando o corriendo, y cómo se modifica ese ángulo respecto a una posición estática.

Escáner biométrico de la planta del pie

Esta prueba se realiza colocando cada uno de los pies (primero uno y luego el otro) sobre el cristal de un escáner, en posición erguida y en bipedestación, manteniendo una posición idéntica durante el paso del escáner.

Este escáner será siempre realizarlo con el pie desnudo, para evitar posibles interferencias de cualquier tejido sobre la lectura de la información.

Esta prueba nos facilitará distintas informaciones sobre nuestro pie y nuestra pisada: se calculará el tamaño exacto de la huella; conoceremos la huella y las zonas exactas de contacto que nuestra planta hace sobre una superficie plana, que a su vez nos indicará si el sujeto tiene un arco plantar exagerado (pie cavo), normal, o mínimo (pie plano); la repartición de la presión sobre la huella, con lo que sabremos si tendemos a poner más el peso hacia el exterior, hacia el interior, hacia delante, hacia atrás, o equilibrado.

En un caso normal, «en posición vertical, cada pie marca sobre el suelo una impresión en forma de media luna de concavidad medial, que se extiende desde el talón hasta la cabeza de los cinco huesos metatarsianos y los dedos. Esta concavidad se debe a una semibóveda denominada bóveda plantar» (6).

Esto nos dará información a relacionar con el tipo de pisada, ya que por ejemplo “los sujetos con los pies más planos tienden a mantener un apoyo más pronunciado con la cara interna del pie y con la pierna inclinada medialmente” (3).

Imagen en fase estática

Básicamente se resume en sacar una foto que abarque desde un plano transversal la imagen desde la base del talón hasta, aproximadamente, la parte posterior de la rodilla. Esta imagen será siempre recomendable sacarla dejando la pierna al descubierto, para tener unas referencias anatómicas más sencillas, y para que los cálculos y la prueba en sí sean más ajustados.

A través de esta imagen, sacaremos tres puntos de referencia que, de forma posterior y al unirlos, nos darán el ángulo que forma el tobillo.

Dichos puntos son: el centro de la base del talón; el centro de la inserción del tendón calcáneo (Tendón de Aquiles) en el centro de los dos maléolos (protuberancias interna y externa de la articulación de tobillo); y el centro del gemelo, donde el tendón finaliza en el tríceps sural.

Imagen en fase dinámica

Sacaremos un vídeo corto, de unos 8-10 segundos, donde enfocaremos con una calidad aceptable el tapiz rodante para que se vea en el encuadre la imagen de las piernas, abarcando como mínimo desde un poco más debajo de la base del talón hasta aproximadamente medio muslo.

Al igual que en la prueba anterior, sería ideal que al menos la zona que abarca desde el talón hasta la parte posterior de la rodilla queden al descubierto para facilitar la colocación de los puntos tomando las referencias anatómicas.

La prueba puede realizarse a un ritmo que permita andar o a uno que permita correr, en función de la forma física del sujeto de estudio y de en qué situación nos interesen los datos. Tras sacar el vídeo lo examinaremos fotograma a fotograma hasta encontrar uno donde la imagen nos muestre el momento justo (una vez por cada pie) donde el pie, tras tomar contacto con la cinta y realizar el empuje se encuentra en completo apoyo antes de iniciar la fase de recobro.

Una vez localizado este fotograma, procederemos a colocar los tres mismos puntos mencionados en la prueba anterior, para obtener los mismos datos, pero durante una fase dinámica. Con esta tercera fase finalizaríamos el análisis de pisada.

¿Existen otros métodos a utilizar, además de las tres pruebas mencionadas, para realizar un análisis de pisada?

Pues sí, existen otras pruebas, de mayor o menos fiabilidad y exactitud en los datos, que podemos realizar para medir y realizar el análisis de pisada. Habrá que elegir entre las opciones atendiendo a la facilidad o complicación que queramos o necesitemos de la prueba, al coste del proceso, a la exactitud de los datos…

  • Inspección visual no cuantitativa: el método más sencillo y barato de todos, pero también el menos fiable, y que nos da unos datos completamente subjetivos y fuera de toda valoración científica.
  • Valoración antropométrica mediante referencias óseas marcadas a través de la piel: si bien es un método rápido y económico, se precisan ciertos conocimientos de anatomía de forma previa, que no se adquieren fácilmente.
  • Parámetros recogidos de la huella plantar: las distintas variables serán diferentes en función del método a elegir (análisis mediante escáner biométrico, a través de marca plantar con colorante, a través de la observación…).
  • Evaluación radiográfica: alto coste por la aparatología, además de que se precisa que lo realice un experto.

¿Qué conclusión sacamos de la discusión métodos estáticos-métodos dinámicos en el análisis de pisada?

Si hubiese que elegir dentro del análisis de pisada entre hacer métodos estáticos o hacer las pruebas de los métodos dinámicos, ¿cuáles serían mejores y por qué? “Los métodos estáticos de obtención y análisis de la huella plantar son una manera útil, más sencilla y menos costosa que los métodos dinámicos para estudiar la estructura del pie” (4).

Está claro, los métodos dinámicos conllevan una grabación, además del tratamiento informático de las imágenes, por lo cual son, por un lado de mayor complicación y, por otro, de un mayor coste por la aparatología utilizada, como ya se planteó en el punto anterior.

¿Qué posibles resultados me puedo encontrar al realizar un análisis de pisada?

En referencia al ángulo del tobillo

  • Talón pronado o valgo: nos encontramos este resultado en el análisis de pisada cuando en nuestro estudio el ángulo tomado desde la referencia de los tres puntos se inclina hacia el lado externo del cuerpo, formando un vértice de +4º como mínimo. El 50% de los corredores responden a este tipo de pisada. “La razón de la aparición de un pie valgo suele ser la hipotonicidad de los músculos que tienen un efecto supinador, ya que no consiguen levantar el pie desde la posición de pronación” (2).
  • Talón supinado o varo: nos encontramos este resultado en el análisis de pisada cuando en nuestro estudio el ángulo tomado desde la referencia de los tres puntos toma un valor negativo, inclinándose el vértice hacia el interior del cuerpo, y alcanzando como mínimo los -4º. Sólo el 10% de los corredores responden a este tipo de pisada.
  • Talón fisiológico o neutro: nos encontramos este resultado en el análisis de pisada cuando en nuestro estudio nos aparecen unos parámetros que marcan un ángulo que oscila entre -4º y +4º. El 40% de los corredores responden a este tipo de pisada. No conlleva ningún problema.

Resumiendo estos datos, “los valores positivos indican una posición en pronación, los negativos en supinación y el valor indica la neutralidad” (5), y a nivel porcentual vemos que la mayoría de la población tendría una pisada pronadora o neutra con el 90% de los individuos, mientras que una pisada supinadora únicamente responde al 10% de la población. Estos datos podemos obtenerlos haciendo un análisis de pisada.

En referencia al arco plantar

  • Pie con arco normal: no conlleva ningún problema.
  • Pie con arco excesivo (pie cavo): tiende a producir dolor, generalmente a raíz de la tensión que produce a nivel de los metatarsianos, en especial tras pasar largo tiempo andando o corriendo. Puede acabar degenerando hacia una fascitis plantar.
  • Pie con arco insuficiente (pie plano): “La formación del pie plano se desarrolla progresivamente: pie sano, debilidad del pie, pie hundido, deformación en forma de pie plano”, porque “cuando falla el apoyo muscular se produce una extensión excesiva de los ligamentos y con ello el hundimiento de la bóveda del pie” (2).

¿Cómo me puede afectar mi tipo de pisada para que me interesase hacer un análisis de pisada?

Nos encontramos con que, si tenemos un tipo de pisada y no lo controlamos, nos puede llevar a graves problemas o importantes lesiones en la articulación del tobillo o en la zona del pie , e incluso transmitirse a problemas de posición o repercutir a otros dolores en otras zonas del cuerpo, por adaptar nuestra carrera a nuestra pisada.

¿Por qué puede ocurrirnos esto? Desde un punto de vista fisiológico y biomecánico, a la hora de caminar o correr, “durante el contacto entre el pie y el suelo, las fuerzas de impacto y la pronación o supinación del pie producen un gran estrés mecánico en la estructura de la extremidad inferior” (1).

Por ejemplo, “las investigaciones indican que los sujetos con pies más planos presentan una tendencia a producir ángulos de pronación mayores, factor de riesgo en corredores que puede acarrear lesiones en la rodilla” (3).

Algunas lesiones que nos encontramos (de las cuales podemos conocer más en nuestro artículo sobre Esguinces ligamentosos) en función de la pronación o supinación del pie son, en pies pronadores: condromalacia rotuliana, síndrome del tibial medio y posterior, tendinitis en el tendón de Aquiles…; mientras que en pies supinadores nos encontramos: síndrome de la cintilla iliotibial, fascitis plantar, tendinitis aquilea…

En otros casos, “una excesiva pronación provoca que el tendón del músculo peroneo lateral largo no proporcione una buena estabilidad” (5), lo que podría conllevar distintas lesiones en la articulación.

Esto ocurre porque “la pronación excesiva o hiperpronación incrementa el estrés en articulaciones, músculos y tendones” (1). Por todo ello es importante realizar un análisis de pisada si tenemos algún tipo de molestia u observamos algún problema.

¿Qué posibles remedios y prevención puedo realizar, dentro del análisis de pisada?

Lo primero y más importante, antes de tomar ninguna decisión o hacer ningún cambio, sería hacerse un análisis de pisada, para evitar cualquier problema y evitar agravar la situación por tomar decisiones propias sin la ayuda de un especialista, y para decidir cómo enfocar la recuperación.

Siempre podremos acudir a un podólogo o traumatólogo deportivo para que nos realice el estudio, aunque en la actualidad, y cada vez más, distintas marcas y superficies comerciales contratan a personal cualificado para realizar estas pruebas de forma gratuita.

Pie con arco plantar excesivo (pie cavo)

En los casos más leves de pie cavo puede valer como remedio el simple estiramiento y fortalecimiento de la musculatura, para ganar mayor flexibilidad y resistencia.

En casos más habituales y molestos, se puede ayudar a los remedios anteriores con la utilización de unas plantillas adaptadas o unas deportivas específicas para el tipo de pie. En los casos más graves y complicados se recurriría a la cirugía para subsanar el problema, retirando parte de los huesos del pie para solucionar la dolencia.

Pie con poco arco plantar (pie plano)

“Para evitar la aparición del pie plano cabe aconsejar evitar estar de pie durante largo rato, evitar el giro externo de las puntas de los pies (aplanación de la bóveda longitudinal), calzado adecuado y andar descalzo con frecuencia, así como la práctica de ejercicios diarios para fortalecer los músculos que levantan la bóveda” (2).

Pie supinador (varo)

En este caso y de cara a anteponerse a las posibles situaciones de lesión, “el control del movimiento de supinación vale para evitar lesiones en el miembro inferior durante los cambios de dirección y las paradas laterales” (1).

Pie pronador (valgo)

En este caso, la posible prevención se produce previniendo el acortamiento de los músculos perineos. En caso de que venga producido por una alteración de tipo anatómica, no existe prevención posible y deberemos pasar al tratamiento.

Respecto al tratamiento, la forma más habitual es a través de plantillas que eviten un descenso del puente. Además se añadirán tratamientos físicos tales como relajación, estiramientos, y tratamiento de puntos dolorosos.

¿Existen pautas para realizar un primer control de análisis de pisada en casa o en el centro de enseñanza?

Teniendo siempre en cuenta que en caso de ver alguna anomalía, o existir una dolencia, siempre se deben hacer mediciones y pruebas más exhaustivas con maquinas adecuadas y en manos de un profesional .

De todas formas, existen métodos “caseros” con los que realizar un análisis de pisada y estas mediciones para tener información aproximada, y tener una idea de qué podemos tener o que nos anime a realizar pruebas profesionales. Para este análisis de pisada nos hará falta lo siguiente y, al tenerlo, procederemos de la siguiente manera:

Imagen de la planta del pie

  • Betadine, tinta, o algún colorante que impregne la piel.
  • Dos folios en blanco.

Impregnamos bien la planta del pie, de tal forma que esté toda la posible superficie de contacto, incluyendo dedos, cubierta del tinte, pero evitando el excedente que pueda gotear o alterar la marca. Tras impregnar bien toda la superficie, procederemos a dejar la marca sobre el folio, colocando el pie sobre él contra el suelo, y manteniendo un apoyo erguido en bipedestación, evitando alteraciones del centro de gravedad. En caso de que hubiese algún error, se repetiría la prueba. Deberá realizarse con ambos pies. Sobre estas marcas se podrá medir la distancia exacta desde la parte del talón hasta el punto más alto de los dedos, en línea recta, así como examinar el tipo de arco plantar que presentamos. Con esto tendríamos ya el primer apartado del análisis de pisada.

Imagen en fase estática

  • 6 pegatinas de color (3 para cada pierna).
  • Una cámara de fotos con una calidad aceptable.
  • Bolígrafo, regla y regla de ángulos (opcional).

Colocaremos los 3 puntos de color en los puntos anatómicos presentados anteriormente, y procedemos a sacar una imagen de cada pierna, y desde el punto posible con mayor proximidad al suelo.

Las imágenes deberán tomarse en bipedestación, y sin alteraciones del centro de gravedad.

Al llegar a este punto tenemos dos opciones: la primera, hacer las mediciones en el pc, uniendo el primer y segundo puntos con una línea recta, y lo mismo entre el segundo y tercer puntos, y calcular el ángulo que forman entre los tres; o la segunda, imprimir la imagen, unir con la regla los tres puntos de la forma mencionada antes, y con la regla de ángulos calcular el ángulo. Con esto ya tendríamos dos de las tres pruebas del análisis de pisada básico.

Imagen en fase dinámica

  • 6 pegatinas de color (valdrían las de antes).
  • Una cámara de vídeo con una calidad aceptable.
  • Bolígrafo, regla, y regla de ángulos (opcional).

Tras colocar las pegatinas en los puntos anatómicos mencionados, grabaremos un vídeo de unos segundos donde se vean ambas piernas, desde el punto con mayor proximidad al suelo.

El vídeo podrá ser caminando o trotando suavemente. Tras esto, debemos buscar un fotograma dentro del vídeo donde, cada pie en su respectivo fotograma, se encuentre en apoyo completo.

Después, seguiremos las mismas pautas que en la prueba anterior, por el método que elijamos (pc o papel). Con esta ya tendríamos las tres pruebas principales relacionadas con el análisis de pisada, y de forma económica y «casera».

Bibliografía

  1. Izquierdo, M. (2008). Biomecánica y Bases Neuromusculares de la Actividad Física y el Deporte. Ed. Médica Panamericana.
  2. Weineck, J. (2004): Anatomía Deportiva. Ed. Paidotribo.
  3. Elvira, J.L.L.; García, J.A.; Meana, M.; Vero, F.J. (2008): Análisis Biomecánico del Apoyo Plantar en la Marcha Atlética. Relación entre la Huella Plantar, Ángulos de Articulación Subastragalina y Presiones Plantares. European Journal of Human Movement. 20: 41-60.
  4. Lara, S.; Lara, A.J.; Martínez-López,E.J.; Zagalazm M.L. (2011): Análisis de los Diferentes Métodos de Evaluación de la Huella Plantar. Federación Española de Asociaciones de Docentes de Educación Física, FEADEF.
  5. Ferro, J.P. (2013): Prevalencia de Hallux Valgus y su Relación con la Pronación Articulación Subastragalina en Paciente Geriátrico.
  6. Delmas, A.; Rouviere, H. (2005): Anatomía Humana Descriptiva, Topográfica y Funcional. Tomo 3 (Miembros). Ed. Masson.

Autor: Brais Ruibal

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BIO: Doctor en Ciencias del Deporte y la Educación Física (UDC). Graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (UDC). Máster en Formación del Profesorado (UDC). Entrenador Superior de Natación (RFEN) y Técnico Deportivo Superior en Fútbol. Colegiado Nº: 55215.

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